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ces tradicionales, y de ellos se han publicado algunas colecciones. La más importante es la del ilustre escritor asturiano D. Juan Menéndez Pidal, que, en 1883, exploró metódicamente nuestra provincia y recogió 98 romances y varios cuentos que publicó en un precioso libro titulado Poesía popular. Colección de los viejos romances que se cantan por los asturianos en la danza prima, esfoyazas y filandones (1), recogidos directamente de boca del pueblo (2).

Cantares se han publicado pocos. En distintas obras literarias figuran 900; pero de este número hay que deducir muchos que están repetidos en casi todas las colecciones (3).

(1) Fila, filandón, filanderu—Reunión de mujeres que se celebra por la noche para hilar.

(2) Sobre los romances asturianos, véase Antologia de poetas liricos castellanos, por D. Marcelino Menéndez y Pelayo, tom. X. Madrid, 1900, página 9 y sigs.

L. Giner Arivau, publicó seis romances, en su obra Folklore de Proaza. Madrid 1884.

D. José María Cuadrado, cuatro. Asturias y León. Barcelona 1885.
Bellmunt y Canella, once. Asturias, Tom. I. Gijón, 1895.

Aurelio de Llano Roza de Ampudia, cuatro. El libro de Caravia. Oviedo, 1919. Y tres en su obra Del Folklore Asturiano. Conferencia, Oviedo, 1921.

El número de romances es menor del que aparece aquí porque algunos están repetidos en todas estas obras.

(3) Véanse:

Las escenas campesinas. Continuación de los Amores de la aldea,. Por el capitán D. José Roces Moral. Oviedo 1875 (150 cantares).

Este es el primer libro de cantares que se publica en Asturias (1). Al ordenar tanta diversidad de cantos y rimas infantiles (2), encontré algunas dificultades que no pude vencer en aquel momento.

Y para clasificar las adivinanzas examiné

Folklore de Proaza, por L. Gizer Arivau. Madrid 1886. (100 idem.) El Franco y su concejo, por Marcelino Fernández. Oviedo 1898. (10 idem en bable occidental).

Los Vaqueiros de Alzada. 2.a edición, por D. Bernardo Acevedo Huelves. Oviedo 1915. (169 recogidos en occidente, 6 en Ponga, 21 en Teverga y 6 en Aller; total 202).

Asturias, por Bellmunt y Canella, Oviedo 1895-1900 (65 idem repartidos en los tres tomos de que se compone la obra.)

Poesias selectas en dialecto Asturiano. Obra citada. (45 idem en bable).

Historia de Llanes, por D. Fermín Canella Secades. Llanes 1896 (35 idem).

El libro de Caravia, por Aurelio de Llano Roza de Ampudia. Oviedo 1919 (129 idem) Y en el libro del mismo autor, Del Folklore Asturiano: Mitos Supersticiones, Costumbres. Prólogo de R. Menéndez Pidal. Madrid, 1922 (164 idem).

Además de este número de cantares, hay algunas pequeñas colecciones publicadas en revistas y periódicos, cuya enumeración es dificil de anotar.

(1). Sobre el folklore musical asturiano publicó D. Anselmo González del Valle 30 melodias; D. Baldomero Fernández Canciones Asturianas. Oviedo 1914-cuarenta canciones para canto y pianoY D. Eduardo M. Torner, el Cancionero musical de la lírica popular asturiana. Madrid 1920, (contiene 500 melodias).

(2). Acerca de ésto ha publicado una obra importante D. Braulio Vigón. Este culto escritor figura entre los primeros que ya en e pasado siglo se didicaron a estudiar de manera científica el folk lore de Asturias, La obra se titula Datos para el folklore asturiano. Tradiciones populares de Asturias, Rimas y juegos infantiles. Villaviciosa, 1894.

Debo consignar aquí que en varios pueblos de las montañas as

los sistemas empleados por varios autores y adopté el ideado por D. Francisco Rodríguez Marín en sus Cantos populares españoles (1).

Entre las 88 canciones de giraldilla que figuran en este libro hay algunas muy antiguas. Estas canciones, casi todas compuestas por poetas cultos, son ya tradicionales. He aquí una invitando al baile:

Señorita

gallarda y bonita
de talle gentil,
de gracia exquisita
cual rosa de abril,

salga usté a bailar.

Media vuelta daréis vos,

si la queréis dar,

y otra media

con gracia y donaire,

túricas apenas existen juegos infantiles; tienen algunos que imitan a los animales dañinos, como, por ejemplo, el que ocupa el núm. 1166 de este libro.

La clase de juegos como el que figura con el número 1154 (última parte), se conocen con el nombre de Historietas enumerativas y tlenen su origen en el trabajo de hilar. Véase Trabajo y ritmo, por K. Bücher. Traducción directa del alemán por J. Pérez Bances. Madrid 1914, pág. 68. En mi libro de Cuentos asturianos figuran algunos enumerativos.

(1) El Dr. Robert Lehmann-Nitsche, en su obra Adivinanzas rioplatenses. Buenos Aires, 1911, recopiló 1030 adivinanzas y las caasificó científicamente en diez y seis grupos: I. biomórfico; II. zoomórfico; III. antropomórfico; IV, fitomórfico; V, poikilomórfico; VI, comparativo; VII, descriptivo; VIII, narrativo; IX, aritmético; X, parentesco; XI, eriptomórfico; XII, homónimo; XIII, burlesco; XIV, doctrinal; XV, artificial; XVI. erótico. Este no lo publicó.

luciendo ese talle

y después descansar.
-Caballero

de capa y sombrero,
de traje lucido

y muy pretendido

salga usté a bailar.

Media vuelta daréis vos

si la queréis dar,

otra por los españoles (1),

que son como flores,

y después continuar.

Y paternidad culta tiene esta que ví bailar a las mozas en los pueblos de las montañas de Pola de Lena:

En lo alto del puerto

un salto tiré,

por ver a la niña

la planta del pie.

Qué pie tan pulido,

qué pulido pie

que tiene la niña

y no se le ve.

La niña está mala,

llamar al doctor,

(1) El 9 de noviembre de 1921, en Grandas de Salime, recogí esta variante:

otra por los marineros,

que son como cielos

y os pondréis en mi lugar.

Y en Taranes, concejo de Ponga:

y la vuelta entera

por los españoles.

que venga a curarla,
que muere de amor.

Si muere que muera,
dejarla morir,

también yo me muero

de amores por ti. (1)

No he de entrar aquí en el estudio de los cantares, porque me faltan elementos para ello; me limito a anotar alguna que otra variante y a explicar los que puedo, para auxiliar a los eruditos especiales que sobre ellos han de hacer útiles estudios. Algunos versos carecen de medida, y no los he retocado por respetar la forma en que se me comunicaron. Localizo los sitios donde recogí las rimas infantiles, y doy los nombres de las personas que me las recitaron, no haciendo lo mismo con los que me comunicaron los cantares y adivinanzas porque ocuparían mucho espacio en este libro.

En Asturias abundan los cantares. Aquí se canta a todas horas, y creo que en el carácter tan alegre de los asturianos acaso influya la belleza del paisaje, y en particular la abundancia del arbolado, sobre cuyas ramas

(1). Me la recitó María Alvarez, de 65 años, de Zureda, concejo de Lena. Y me dijo que la habia oído en su niñez a las personas ancianas.

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