Imágenes de páginas
PDF
EPUB

es una prueba manifiesta de sus determinadas y distintas medidas, diferentes del pie de un hombre de regular estatura, segun vemos que sucede hoy en el pie Castellano, que es la tercera parte de la vara Castellana, como lo advirtió Don Francisco Fernandez de Cordoba in Didascalia Multiplici cap. 44. pag. 349., y teniendo cada vara 48. dedos, el pie consta de 16.; y de aquí nace el conocimiento de la medida cierta de Castilla.

C 12 Pero no porque el pie Castellano usual entre los Arquitectos (distinto del legal) consta de diez y seis dedos, y el Romano tambien, segun San Isidoro en el lib. 15. de las Etimologias cap. 16. se ha de decir, que la medida es una misma ; porque los nombres dedo, palmo, pie, y paso fueron arbitrarios en la imposicion de sus significaciones, que habiendo querido que fuesen proporcionalmente respectivas; señaladas, y recibidas sus significaciones con la debida proporcion, tiene en cada lengua la determinada significacion que se les dió. Y por eso hombres muy insignes en ingenio, erudicion y destreza, han trabajado en España en la averiguacion del pie Romano, por ser el principio de la cuenta de las millas.

13 El Maestro Antonio de Nebrija, á quien debemos singular respeto por su universal erudicion, pero con el conocimiento de que en algunas cosas estuvo demasiadamente satisfecho de sí mismo; en su doctísima introduccion á los libros de Cosmografia, cap. 6. traducido á la letra, escribió así: De qué manera baya yo averiguado que la largueza de mi pie debe establecerse por: medida, á la qual las otras dimensiones deban referirse, lo diré con pocas palabras. Hay en Lusitania un camino muy nombrado, que segun me consta, bizo bacer Publio Li

ra,

cinio desde Mérida Augusta, Ciudad esclarecida, basta Salamanca, despues le rebizo Trajano, y ultimamente le restauró Elio Pertinaz. El vulgo, que no sabe lo que se dice, le llama de la Plata. En él bay unas piedras labradas, que vienen á ser unas columnas redondas, las que señalan uno por uno los millares de pasos. Midiendo yo estos espacios unas veces con pasos encogidos (observe V. E. la inconstancia de la medida) otras extendidos, ballé que serían cinco mil pies de los mios. Hecha pues una medida de cien pies de una cuerda, que ni pudiese encogerse, ni aflojarse (debia haber sido cadena de hierro, y mucho mejor va no cuerda) babiendo medido los mismos espacios, ballé cincuenta medidas de cien pies. (Es dificil de creer este apuntamiento por la desigualdad de las medidas.) Dividida despues la misma medida de cien pies iguales, colegi que cada una de las partes correspondia á la de una buella de mi pie. Fuera de esto bay en Mérida Augusta un estadio en la Naumaquia, ó bien aquel sea un grande arco (quizá debe leerse circo) midiéndole yo con pasos tendidos lo mas que pudiese, ballé 125. pies, lo qual es conforme á la cuen ta antecedente de los millares: supuesto que diximos que 'cada millar contiene ocho estadios, la que los Barbaros llaman legua ó levea, conviene á saber que es aquella que los Griegos llaman Parasanga, que Eutarix (Aristagoras debe decir) segun Herodoto (lib. 5. cap. 54.) refiere que contiene treinta estadios, que bacen casi quatro millas. Tambien adverti yo que cada quatro millares bacen una legua ó Parasanga. Hasta aquí el Maestro Antonio de Nebrija, el qual refirió del mismo modo la manera que tuvo de averiguar la medida de los pasos Romanos en la repeticion sexta de mensuris, donde añadió, que pondria en la librería de la Universidad de Salamanca, que entonces se edificaba con gran magnificencia, la medida de su

pie, para que en caso de duda se acudiese a ella. Por cierto si se hubiera puesto, sería aquella medida mas celebrada que la de los pies de Hercules, para saber la correspondencia que tenian con el estadio Olimpico, con cuya curiosa observacion dió principio Aulo Gelio á sus noches Aticas.

14 De paso advierto, que el Maestro Lebrija dixo que le constaba por las inscripciones del camino de la Plata, que Publio Licinio Crasso hizo aquella calzada.

Morales en el libro 9. cap. 12. fol. 138. diy ca

que

creía que no parecian, El Padre Mariana en el lib. 3. cap. II, con su acostumbrada acrimonía escribió, que Antonio Nebrija por ventura soñó lo que se le antojó, y pensó ver lo que imaginaba, y engañó, que suele suceder muy de ordinario á los Antiquarios. Mas verosimil. es, que diese á alguna inscripcion alguna falsa inteligencia.

15 Juan Gines de Sepulveda midió tambien en el camino de la Plata las distancias que habia entre seis ó siete columnas millares, y halló que las distancias eran iguales con poca diferencia, segun la mayor ó menor variacion del camino nuevo. Y habiendo notado que çada distancia tenia mil pasos segun constaba de las mismas inscripciones, reduciéndolas á pies, halló que cada pie era de la medida del Romano que se hallaba en Roma en los huertos de Argel Colocio en dos piedras, segun la qual medida hizo un pie de hierro, que dió al Príncipe Don Felipe, como consta de la carta 37. del lib. 3. Debiera haber copiado las inscripciones; pero ciertamente son las que trae Smecio en la pag. 118. num. 1. y 2., y en la margen vemos la justa medida del pie Romano que Smecio, testigo de vista, dice que tenian,

2

Y estas inscripciones con su pie vemos repetidas en Grutero pag. 644. num. 1. y 2., á que se puede añadir el señalamiento del mismo pie en la márgen de una observacion de Latino Latinio, impresa al fin de los opusculos de Pedro de Chacon pag. 189, y la mitad de dicho pie representado por Guillermo de Filandro, en sus notas á Marco Vitrubio lib. 3. cap. 3. si bien hay poco que fiar de estas medidas impresas, porque las figuras de las laminas estampadas en papel mojado, se cándose éste despues, se encogen mas o menos, según es la calidad del papel, como con propia experiencia lo notó Don Joseph Vicente del Olmo, en la nueva descripcion del orbe de la tierra cap. 9. pag. 71., y cap. 10. pag. 85., y lo advirtió Rafael Fabreto, en la disertacion de aquis & aquæductibus veteris urbis Roma pag. 72. Y si las dichas estampas de Smecio, Latino Latinio, Grutero, y Filandro se cotejan; se verá que discrepan en la longitud, habiendo sido la intencion de todos ellos señalar la de un mismo pie. Fue pues medio muy acertado el que practicó el Doctor Sepulveda de ajustar la medida á una varilla de hierro que regaló al Príncipe Don Felipe.

[ocr errors]

16 El mismo Filandro en el lugar citado hace mencion de otro pie Romano, que halló en un epitafio de marmol de Tito Estatilio, que es la mitad del antecedente, y se halla representado en el fol. 95. de Smecio, y en Grutero pag. 624. num. 2. ¿Pero de dónde constó á los eruditos antecedentes, y á los demas que citó Latino Latinio en su observacion, uno de los quales fue el cruditísimo Don Antonio Agustin, que el pie Romano tuvo ciertamente la medida que ellos pensaron? Pa ra creerlo así, convendria que lo dixesen las mismas inscripciones, y que el Cantero diese fé de haber repreTom. XVII, C

sen

pie, para que en caso de duda se acudiese a ella. Por cierto si se hubiera puesto, sería aquella medida mas celebrada que la de los pies de Hercules, para saber la correspondencia que tenian con el estadio Olimpico, con cuya curiosa observacion dió principio Aulo Gelio á sus noches Aticas.

14 De paso advierto, que el Maestro Lebrija dixo que le constaba por las inscripciones del camino de la Plata, que Publio Licinio Crasso hizo aquella calzada. Morales en el libro 9. cap. 12. fol. 138. dixo, que creía que no parecian, El Padre Mariana en el lib. 3. cap. 11, con su acostumbrada acrimonía escribió, que Antonio Nebrija por ventura soñó lo que se le antojó, y pensó ver lo que imaginaba, y engañó, que suele suceder muy de ordinario á los Antiquarios. Mas verosimil. es, que diese á alguna inscripcion alguna falsa inteli gencia.

15 Juan Gines de Sepulveda midió tambien en el camino de la Plata las distancias que habia entre seis ó siete columnas millares, y halló que las distancias eran iguales con poca diferencia, segun la mayor ó menor variacion del camino nuevo. Y habiendo notado que çada distancia tenia mil pasos segun constaba de las mismas inscripciones, reduciéndolas á pies, halló que cada pie era de la medida del Romano que se hallaba en Roma en los huertos de Argel Colocio en dos piedras, segun la qual medida hizo un pie de hierro, que dió al Príncipe Don Felipe, como consta de la carta 37. del lib. 3. Debiera haber copiado las inscripciones; pero ciertamente son las que trae Smecio en la pag. 118. num. 1. y 2., y en la margen vemos la justa medida del pie Romano que Smecio, testigo de visdice que tenian,

ta 2

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »