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»Arzobispo Primado de Toledo, y Don Lucas, Obispo "de Tuy, que quatrocientos y quarenta años ha reco"pilaron todo lo fabuloso de los Griegos, y las victo"rias de los Romanos en España, y de cuyos principios tratan en la forma, y con la incertidumbre que se verá adelante. En el mismo parecer se mantenia Don Josef, quando escribiendo su introduccion al Aparato en el fol. 11. num. 2. dixo: »Deseo prevenir, que "no haga novedad la novedad de su contexto; leyendoise otra España, muy diferente de la que hasta agora "anda historiada. Sus antigüedades he reconocido en »quarenta y dos años, y mas de estudio en ellas, que

no solo han estado dentro del olvido, sino muy fuera »de la imaginacion de quantos las han historiado desde "poco despues del año 1200. hasta el presente; que no »tienen mas antigüedad nuestras primeras, y recibidas »historias. Y no hay duda, que á los primeros visos ha »rá extrañeza y admiracion, ver un imperio diferente "con diversos (sino inciertos) pobladores, y larga série -de Reyes indigenas ó naturales, que le señorearon

desde el tiempo de la dispersion de las gentes, no solo .hasta el felicisimo año de la Encarnacion del Verbo »Eterno, sino hasta quinientos despues, con mas ó menos soberanía y poderío, respecto de las invasiones de Cartagineses, Romanos y Godos. Pues enmedio de todas, nunca faltó Rey natural á los Españoles, aunque acantonado en éste, ó aquél rincon de sus Provincias, quando las demas estuvieron á discrecion, y obediencia de Cartago, de Roma, y de Citia. Pero estos »Principes, muchos en número, heroicos en valor y grandes acciones, no han tenido en la historia otro do"sel ó trono que el de las sombras; de cuyas obscurísimas bovedas los ha rebocado mi estudio, y restituido ➜mi zelo, con una siempre vigilante ansia de asegurar Tom. XVII.

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la verdad, y llegar al desengaño de tantas, y tantas repugnançias mias; no acertando á conformar mi dic tamen con lo que se hallaba escrito, siendo cierto, que desde que comencé á leer empecé á dudar aquello mismo á que no me sabia oponer, hasta que de mis dudas nació mi enseñanza, y de ella la demostracion que ha de verse.

Segun lo dicho hasta aquí Don Josef Pellicer, no solamente juzgaba que el Chronicon atribuido á Pedro era fingido, como quien le habia fabricado, sino que tambien declaró en varias ocasiones, que el sistema his◄ Storico que se contiene en él es fantastico; pues confesó esto mismo del que nos propuso en su Aparato, que ya queda observado ser el mismo que del Chronicon con muy 'poca diferencia.

En la dedicatoria de la Poblacion y lengua primitiva de España, dirigida á D. Diego Gomez Sarmiento de la Cerda dixo esto: »He solicitado cumplir con la observancia de

estos preceptos, á que la equidad pudo ligarme, sin atender á otras consideraciones, que á la de procurar »encender un claro farol, que en tiempos tan obscuros como los de la poblacion de España, guie á la luz de la razon á los que deslumbrados (si no ciegos ) juz "garen poderse afirmar el cómo fue; no siendo posible "el pasar los límites del cómo pudo ser. Bien que hará

extrañeza verme disentir de tanto número de varones insignes, que juzgaron por llana y fácil la travesía de Hentrambas sendas, midiendo su carrera con solo pisar los últimos las huellas de los primeros, y a veces borrándolas con mas o menos desigualdad sin reparar en que dexaban (como tan por ignorado) el camino singular que contiene mi escrito: que con perspecti va tan nueva como dificil, es no solo el de mas probabilidad, sino el de mayor certeza. Entre tantas obscu

ridades bien claramente manifestó Don Josef lo que él mismo juzgaba del sistema imaginario de su Aparato ; y despues en el cuerpo de la obra fol. 40. num. 79. escribiendo eruditamente de la ignorancia que hay de las co sas antiguas de España, con gran juicio dixo: Quanto st sabey refiere de las historias del mundo universal, fuera de lo contenido en las sagradas Letras, no excede sino muy poco á dos mil años de antiguedad. Segun esto, casi todo lo escrito de lo que sucedió tres siglos y medio, antes de la venida de Jesu Christo, es mera impostura de hombres Ociosos, sin excluir de este catálogo al mismo Pellicer, que con palabras mas fuertes lo confesó en la misma Poblacion fol. 32. num. 68. con palabras dignísimas de singular atencion: "tanta diferencia (dice ) hay entre la vista y el oido; haciendo las plumas parecer otra cosa de lo que fueron á las cosas; y conseqüente neutralidad ( que podemos llamar duda) corren las historias mas autorizadas, y recibidas en el mundo, como cla»sicas y ciertas. No hay otras que se opongan; y solo la historia de la razon las desacredita con la demostra➜cion de que en los dos tiempos Adelon y Mithico, uni camente el pueblo y reyno de Dios tuvo certidumbre continuada de sus Patriarcas y Príncipes, desde su origen, hasta que faltó el cetro de la casa Real de Judá, y encarnó el Verbo Eterno. Y por este presupues"to constante de no ser seguras las historias tenidas en concepto de verdaderas, se reconocerán las insuperables nulidades, y evidentisimos descreditos que deben tener las supuestas y fingidas con Reyes,by ¿casos en España, sin verosimilitud, ni comprobacion en los nespacios de aquellos dos intervalos.

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Parece que no cabe en el juicio de un hombre medianamente advertido, que habiendo escrito Don Josef

Pellicer su España Primitiva (así intituló una obra suya en que inventó el imaginario sistema de los antiguos Reyes de España, con que nos sale ahora el Doctor Don Francisco Xavier. Manuel de la Huerta y Vega), y que habiendo impreso gran parte de su Epithalamio, empezando á seguir tan desatinado rumbo, y estando imprimiendo su Aparato en el año 1673. segum consta de su Biblioteca, antes de sacarla á luz, publicase la Poblacion de Es paña en el año 1672., desacreditando en ella (segun se ha visto) su imaginado sistema de la España Primitiva Pero en breves palabras desataré ésta que parece una gran dificultad. El Epithalamio no acabó de imprimirse. "A lo menos yo no le he visto acabado. A esto se añade, que Don Josef Pellicer en su Biblioteca dixo, que estando imprimiendo el Aparato, le faltaron de la prensa diez y siete siglos enteros de los impresos, dexando quien los robó descabalados todos los exemplares. Esparcieron -se aquellos pliegos al arbitrio del que los llevó, y llegaron á manos del mayor apasionado de las Chronicas -falsas de Hauberto y Liberato, y demas redarguidos en -su contenido. Habiendo sucedido esto, es creible que pensase Don Josef Pellicer, que se le habia descompuesto la idea de publicar el Aparato ; pues no podia impug-nar bien los Chronicones de Zapata, sin convencer de falso el sistema de sú España Primitiva, y de su propio ·Aparato porque entre la série de los Reyes de Zapata-y, -de Pellicer, no hay otra diferencia, sino la de los nombres; las razones con que se impugnan los unos y los Cotros son las mismas. Con todo esto Don Josef Pellicer enamorado otra vez de sus antiguas imaginaciones yá abandonadas volvió á prohijarlas y de ahí nacieron tan extrañas inconseqüencias, y mas siendo costumbre suya, constantemente observada en sus impresos y manuscri

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tos, repetir muchas cosas de las que tenía escritas en diferentes edades; de suerte, que la mezcla de unas y otras no suele tener la debida coherencia.

Ultimamente, para que en adelante no parezca este Chronicon, dexando el nombre de Pedro Orador, y to mando el de Juliano Diácono de Toledo, debo manifestar, que D. Josef Pellicer, hallándose en Madrid año de 1673. dia 18. de Febrero escribió una carta al Doctor Diego Josef Dormer, entonces Capitular de la Iglesia de San Pablo de Zaragoza, y despues Arcediano de Sobrar be en la de Huesca, cuya carta se imprimió en la adi cion que hizo el Doctor Dormer al capitulo 39. de su San Lorenzo defendido. En ella le dió Pellicer la enhora buena de haber defendido, que la patria del Santo Martír fue Huescas y habiéndole comunicado algunas noti→ cias tan extrañas como curiosas, pertenecientes á la fingida medalla de San Lorenzo, citó una cláusula que se halla hoy en el Chronicon atribuida á Pedro, y dixo haberla sacado de las Excerptas de Juliano, Diácono de Toledo. Trasladaté aquí sus mismas palabras. Demas de esto (di ce) en las Excerptas que yo tengo en mi poder de Julia "no, Diácono de Toledo, cuya historia alega diversas ve nces Florian do Campo, se hace mencion de Osco, Rey antiquísimo de España. Donde dice que dió nombre á la insigne Ciudad de Huesca, y que mató á la raíz del "Pirineo un Aspid, en aquella parte de los montes que itienen el nombre de Aspe, y que tomó por divisa y y armas el Aspid ; que fueron de los Reyes Celtiberos ›rdespues, y que por el se llamaron Oscos las serpientes, „ó Aspides & Panes, Osché etiam dicuntür in figura serwpentis.cocti: que si bien esta Chronica nunca la vimos, "y Ambrosio de Morales duda de ella, y Don Nicolas "Antonio la pone entre las sospechosas en su Biblioteca,

se

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