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„se condena sin haberla visto. Yo tendré muchas cosas "que introduce por poco seguras; pero la Chronica has"ta agora no hallo razón para reprobarla hasta que veamos cabal su contexto: que tengo entendido (y hay autor que lo escribe) se halla en la gran Biblioteca del Vaticano. Mucho se ofrece que observar. Don Josef Pellicer tenia á su Pedro, en cuyo nombre se escribió el mismo cuento, y habiendo sido Pedro anterior á Juliano Diácono de Toledo (si hubo tal hombre) no le citó. Quiza temió, que si decia tener el Chronicon de Pedro, se lo pediria su paisano Dormer; y le pareció menos peligroso citar á Juliano, añadiendo que Florian do Campo alegaba su historia diversas veces, lo qual es falso, porque el Juliano que alegaba do Campo (aunque escritor tambien imaginario) se fingió haber escrito otra historia de señas muy diversas de las que nos da Pellicer en la de su Juliano, como se puede ver claramente, cotejando las citas de entrambos Julianos. Fuera de esto en la relacion de Pellicer hallo una muy notable contradicion, porque en el Trofeo de la verdad fol. 88. dice que la historia de Juliano contiene los Reyes que ofrece su Aparato, todos los quales se hallan en et Chronicon atribui do á Pedro, y así la obra es una misma prohijada unas veces á Pedro, y otras á Juliano, según con quien hablaba Pellicer. Con todo esto dice que nunca vió la Chronica de Juliano el que la tenia entera en nombre de Pedro. Refiere que se hallaba en la Biblioteca del Vati cano; y Don Nicolas Antonio, que tan fácil entrada tuvo en ella, y la registro tanto, nunca vió tal. libro; ni llegó á noticia de otro alguno digno de fé. El mismo Pellicer dió por verdadera la historia de Juliano, y tres años despues, es á saber, año, 1676. estuvo muy cerca de calificarla por supuesta en su Trofeo fol. 86.

por

por estas palabras:» Alega para esto (Florian do Campo) muna historia de Juliano de Thesalonica, Diácono de "Toledo, que Ambrosio de Morales en el cap. 7. del »lib. 13. pondera que muchos de sus amigos desearon "ver este libro, y nunca se los mostró, antes halló en »sus papeles señas hartas de no haber habido tal libro. Yo "no me alargaré á negarle ; pero diré que he copiado de "letra del mismo Florian un quaderno de Excerptas, Eglo"gas, ó apuntamientos con epigrafe de ser sacados de la "Chronica del mismo Juliano; pero de ninguna noticia »de aquellas, ni de varios Reyes de España que están en "su contenido hay memoria en la Chronica de Florian. "Antes parece las recopiló para entresacarlás de su con"texto, y no aprovecharse de ellas en su Chronica. Tales mañas tenia Don Josef Pellicer, en lo demás hombre grande. Las habia aprendido en la profesion de genealogista. Arte gananciosa si se miente; porque como hay tantos tan fáciles en creer patrañass nunca faltan interesados las que pagan, segun las habilidades. Por eso Don Josef Pellicer dexó en su Biblioteca un testimonio de su vergüenza que es el siguiente: Si no es con motivo particular, ó para pretensiones, Don Josef Pellicer nun"ca ha querido publicar libro de linages. No errar en los memoriales que corren suyos ha deseado siempre, y enmendarse quando ha reconocido algun error. Haniselos querido imprimir algunos mercaderes de libros, el Theatro, y otras obras, mas Don Josef los quiere mas, bien escritos que mal impresos.

ό

Pero dexando en su buen credito á Don Joséf Pellicer, y ciñéndome al precepto de vuestra Alteza', ¿què diré yo que corresponda al delito de haber fingido el Chronicon atribuido á Pedro, y la temeridad de ponerle como verdadero? Repetiré unas gravísimas sentencias

del

del mismo Pellicer, quando en el Apéndice de Julian Perez juzgó así: »La historia es una imagen de la verdad

tan superior, que quien no la trata con suma venera"cion y legalidad, no solo la mancha y ofende, sino que "la profana en perjuicio de la causa pública, y ofensa y mengua, tanto de los siglos pasados, como de los por venir por depender de su verdadero conocimiento la noticia pura, y limpia de la verdad, y con ella la en„séñanza, el exemplo y escarmiento. Adulterarla es cri"men detestable, fingirla es abominacion horrible, y, "mantenerla fingida, y adulterada delito feisimo, inca„páz de enmienda, aún despues de reconocido; porque "para decir lo que se esparció por el mundo en la estam„pa, son menester muchas estampas, y largos años, y que todos los que se imbuyeron de aquellas primeras „falsas ideas, lean la satisfacccion de las últimas: y no "basta, porque la falsedad original de una historia, hance bastardear á muchas inficionadas de aquel contagio,

ny de éstas pasa á otras y otras, con que se hace impo

"sible el remedio de tantos heridos de aquella primera »epidemia. Hasta aquí Don Josef Pellicer con admirable juicio, y arrepentimiento digno de que algunos lo imiten si quieren sanar sus conciencias.

Esto supuesto, por reducir á pocas palabras todo lo dicho ;' mi parecer es, que la España Primitiva impresa en nombre del Doctor Don Francisco Xavier Manuel de la Huerta y Vega es un disimulado Comentario del Chronicon que fingió Don Josef Pellicer, atribuyéndolo á Pedro insigne Orador, y Maestro de Oratoria en la Ciudad de Zaragoza. Este Chronicon es fingido, sin que en esto pueda tener duda qualquier hombre de juicio regular, y de mediana literatura. Contiene ficciones que son contrarias á las verdades divipas, á las que se inclu

уса

yen debaxo de la misteriosa ficcion de Mithologia, á las de los historiadores mas clasicos, y á la persuasion de todas las naciones mas racionales. Confunde lo sagrado con lo profano. Pervierte toda la Chronologia de las historias antiguas: y en suma, es una fabula indecorosa, y opuesta á las verdaderas glorias de España. Este Chronicon, que impreso con algunos preparativos, ofrecia por sí mismo una clara idea de todo esto; no se imprime at principio, como debiera siendo el texto, sino se tira á ingerir en siete tomos (otras tantas cabezas de esta nueva hidra, monstruo literario); de suerte, que con este artificio se intenta persuadir por partes todo lo que con tiene dicho Chronicon, ofreciendo publicarlo enteramente en el tomo septimo y último. El primero de los siete (que contiene seis Reyes fantasticos, es á saber, Tharsis, Heber, Neptuno, Gadirico, Bebrice y Hercules) se ha impreso con tanta autoridod extrinseca, quanta no hemos visto en nuestros tiempos, sino en otro libro. Dexo aparte las ordinarias censuras, ó aprobaciones de dos personas graduadas en sus Religiones. Extraordina riamente se quiere persuadir en el prólogo, que tuvo y disfrutó el Chronicon de Pedro, el eruditisimo Doctor Benito de Arias Montano, ofendiendo la memoria de aquel insigne Español, cuyo solo nombre causa respeto y veneracion. El mismo Doctor Don Francisco Xavier, manifestando sus recelos explica así sus anticipados aplau SOS. "Deseando añadir mas seguridad: á mis temores "presenté este primer tomo que publico á las dos grandes Academias Reales de la Lengua é Historia, »que en tanto honor de España resplandecen en esta Ca"pital, fundadas por nuestro glorioso Monaica á impulso de su amoroso zelo por el lustre mayor de las ciencias. "De una y otra merecí la imparcial aprobacion por lo Tom. XVII.

P

"res

„respectivo cada una á su destino, con lo que acabé de

desechar mis récelos; pués de su severo dictámen solo sipuede esperarse en la una, que se distinga el oro de la alquimia en el crisol de sus estudios; y en la otra que "fecundisima fuente de aguas vivas no consienta turbe la pureza de sus cristales el feo cieno de la mentira. Esto pudiera parecer condescendencia de dos cuerpos literarios; la qual bastaria para que los que estiman los libros por los titulos de los aprobadores hiciesen mucho caso de éste. No es imparcial aprobacion, sino muy apasionada; pues donde no cabe, ni aún la sospecha de la ofensa, se imagina la injuria, y por los varios recelos de que vuestra Alteza juzgue iniquamente, sin haber precedido en dichas Academias la pública lectura de este libro, y mucho menos la del Chronicon prohijado á Pedro, cuyo solo nombre bastaba para la sospecha de falso, sin haberse presentado á vuestra Alteza, y aun sin ha berse escrito el informe de lo que contiene este libro; ya se oye y se experimenta, que la parte prevalece (al todo, pues cada una de las dichas Reales Academias ha nombrado su Comisario, para que solicite y facilite el de sembargo, y libertad de la España Primitiva: de manera, que si la Academia de la lengua hubiera tenido ser en tiempo del Señor Don Felipe III. no hubiera hecho mas en favor del origen y principio de la lengua Castellana del eruditisimo Doctor y Canónigo Bernardo Alderete. Cosa bien extraña no mandando vuestra Alteza, que se le informe sobre el estilo de la España Primitiva; sino sobre si el libro es, ó no es perjudicial al bien público. Y la primera acción literaria que publicamente se ve en la Academia de la Historia, es la defensa de un libro, que debaxo del título de España Primitiva, nos representa una España fabulosa, fantastica y ridicula. A todo esto se

aña;

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