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Luego que V. S. empieze á repartir, sea por toda : España, y aún fuera de ella, y especialmente á los Obispos, que se han de procurar ganar antes ques

todos.

Ya vé V. S. el tiento con que se ha procurado evitar la question de quál es superior, el Concilio universal, ó el Papa. Sobre este punto sepa V. S. cómo respira el Inquisidor General. Si que me holgaré de ver el autor que V. S. me alaba tanto: aunque yo estoy bien impuesto en este asunto, y en qualquier otro dogmático.

El libro que dias há voy buscando, y no le hallo de la impresion que le busco, es la Suma de Concilios. de Carranza, de la primera impresion de Salamanca, por una consulta que trae á lo último, la qual falta en: la impresion que tengo de Leon, y allí hay preciosisimas noticias pertenecientes á los asuntos que tra

tamos.

Concluyo ésta suplicando á V. S. que mande prevenir un caballo bien ligero, y luego que V. S. haya publicado esa respuesta al Nuncio, huya, no á Ginebra, porque no le tengan por herege; pero tampoco á Roma, para que no le quemen vivo. Juan Antonio dice, que en qualquiera parte y tiempo será servidor de V. S. como yo: y entrambos rogamos á Dios que guarde V. S. muchos años como deseo, y he menester. Oliva 3 de Diciembre de 1746.

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Muy señor mio. No tema V. S. á la doctrina que envio; pues toda son puros Cánones, Leyes y Historias verdaderas. Pero el Nuncio se pondrá como un' per ro rabioso. Su desatencion ha sido enorme, maltratando al Consejo, y al mismo Rey; y así merece qualquier cosa: pero bien mirado, no se excede de la modestia

en

en pensar, y hablar. Si el ha dicho lo que no hay, y ha sido un sofista, suya es la culpa, no nuestra, que so. lo la manifestamos, siendo pública. Prisa en imprimir, cuidado en la correccion, diligencia en el repartimiento en toda España, particularmente entre los Obispos. Gane V. S. la voluntad del Inquisidor General, y Dios lo guie todo. Holgaré de ver luego lo que se imprima, y de saber qué juicio hacen las gentes unas y otras.

ILUSTRÍSIMO SEÑOR.

Muy señor mio. Este correo ha venido sin traer car

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tas de esa Corte, hallándome yo con el cuidado de la salud de V. S., de que se me quejaba algo el correo pasado; y con la solicitud de saber qué resolvió V. S. en 'órden á entregar á S. M. los papeles impresos: pues se ría lastima, que despues de tanto trabajo no saliesen al público, á cuyo bien tanto importan, despues que hemos visto premiada la diligencia que otros han puesto en alegaciones perniciosas, de que tanto se han reido los Romanos, hasta llegar á querer privar al Rey de sus Regalías; y si estos papeles que las establecen, no se leen, ya no hay que fatigarse, sino echarse á dormir.

Así como me favoreció V. S. con un exemplar impreso del exâmen del Concordato, deseo otro de la respuesta dada á la representacion del Nuncio, si ya no es que en el correo antecedente, que no ha llegado acá, me le haya V. S. enviado.

El correo pasado me olvidé de decir á V. S., que el autor de las notas sobre el exâmen del Concordato, si es quien yo sospecho, las dirá á qualquiera, y hará anticipar falsos juicios; y no debia V. S. haberle mostrado el

examen hasta que todos le viesen, de suerte, que quàn15 do por una parte resonasen las alabanzas, se confundiese por otra el murmullo de sus censuras. Es persona que no sabe callar, y que hace pasar por historias verdaderas sus conjeturas, aunque falsas. Algun dia renegará V. S. de las facilidades de tal hombre, que en las con versaciones tiene dexos de cola de dragon.

Aquí aunque nos han faltado las noticias de esta Corte, nos refieren mil cosas.

Juan Antonio y yo deseamos que V. S. tenga salud cumplida, y yo ruego á Dios la conceda á V. S. muchos años como he menester. Oliva á, 28 de Enero de. 1747.

Muy señor mio. Por el autor de las notas me han venido á mí las mayores persecuciones, porque es muy facil en censurar, y esto no es negarle que sabe. A todos lo irá diciendo. Espero ver cómo ha salido en la impresion la respuesta del Nuncio.

Ilustrisimo Señor: B. L. M. de V. S. su mas obligado servidor Don Gregorio Mayans y Siscar. Ilustrísimo Señor Don Blas Jover Alcazar.

M

ILUSTRÍSIMO SEÑOR.

uy señor mio. Gracias a Dios que V. S. es abuelo. Dios le continue este gozo, y otros como éste sin zozobra. Al señor Don Jacinto repito mil enhorabuenas; y ruego á Dios que mi señora Doña Joaquina logre feliz sobreparto, y el niño se crie muy robusto.

Restituyo á V. S. el discurso del Obispo, escrito con maña sofistica; pues las proposiciones que establece, ó no son del caso, ó son falsas; y todas las citas, ó son Tom. XVII.

Ff

fin

fingidas, ó apócrifas, ó torcidas, y con solo procurar verlas, experimentará V. S. la verdad de lo que digo. No he visto sobre este asunto discurso mas engañoso.

Tambien restituyo á V. S. la censura del libro del Maestro Garrido, sobre la qual me remito á lo que tengo dicho el correo pasado: y por uno y otro papel doy á V. S. muchas gracias.

Dicen que ha venido órden para que así los que mandan hilar la seda, como los hilanderos, juren la que se hila. Yo por lo que toca á mí juraré quanto quieran, y con verdad, pero no puedo dexar de decir, que hay una admirable carta de san Basilio, que en las impre siones antiguas es 305., y en la de los Monges de S. Mau ro 85., donde el Santo expresa con fortaleza, que no es licito hacer prestar estos juramentos. No dexe V. S. de leerla ; porque es una insigne carta. El clamor es universal, porque la seda es poca, y las esperanzas del precio muy malas. Dios nos dé salud, y paciencia, conformándonos con su voluntad, y guarde á V. S. muchos años, como Juan Antonio y yo se lo suplicamos Oliva á 27 de Mayo de 1747.

Muy señor mio. Celebro el gozo de V. S. Dios se lo cumpla en todo lo demás.

Ese papel del Obispo es perversísimo. Cuidado con él. Ilustrísimo Señor: B. L., M. de V. S. su mas hu milde servidor Don Gregorio Mayans y Siscar Ilus trísimo Señor Don Blas Jover Alcazar,

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ILUSTRISIMO SEÑOR.

Luy señor mio. Quando me representa la memo

ria que el Padre Teure cayó, por no haber sido afecto á la Curia Romana, que todo lo trabajado por el Rey ha sido trabajo inútil y obscuro, y que V. S. mismo no se atreve á publicar las dos respuestas á los Oficios del Nuncio, y el exâmen del Concordato; no sé componer todo esto con el intento de V. S. de querer responder al Papa, empresa mas dificultosa cien veces que todo lo demás, y tal, que no se puede acometer sin expresa órden del Rey: y aún entonces será justa, pero peligrosa la obediencia. Yo confieso de mí, que tengo horror á la empresa, por el conocimiento que tengo de que me hallo sin defensor poderoso para el mal caso de una persecucion que tengo por cierta. Y aunque no temo á las persecuciones que no busco; huyo de las que por mi culpa puedo merecer. V. S. si considera que la em presa le será muy gloriosa, bastantes armas tiene ya para pelear: pero cuidado no engañe á V. S. el exemplo de sus predecesores, que tenian favorable al Cardenal de Molina, que para serlo queria hacer miedo á la Corte Romana; pero el señor Carvajal no necesita de hacer esos miedos, ni de valerse de tales medios, como los de Molina; sino de pedir abiertamente lo que quiera. Pero aunque todos estos pensamientos mios fueran quimericos; no lo es, que la empresa pide grande estudio, aten cion y tiempo; y este último me falta en ocasion que tengo dada palabra de enviar mis obras legales, para que se impriman en el nuevo tesoro del derecho, cuya impresion, que será de siete tomos en folio lo que menos, está detenida por mí, y no es justo que habiendo

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