Imágenes de páginas
PDF
EPUB

quiero cebolla claro, y quiero pan empapado én caldo en substancia de la olla ; cuya substancia, no sé en substancia como la llaman en estos bullones.

34 La mesa estaba llena de platos (que llamaban Trincheras) puestos simétricamente, al modo de lineas de tropa, que guardan las distancias de frente à fondo, y servian de pared ó ballado á una figura de jardin, que ocupaba el centro, con paseos, estatuas, fuentes, flores &c. Llamaronlo Sortú, y no podia menos de dexar de ser Ramillete agradable á la vista; pero al paladar no le servia; porque no habia en ét que comer, ni que be ber: todo estaba en flor, y nada en fruto.

35 Reparé que aquella mesa, aunque tan adornada, y vestida, estaba desollada. Por mas que la busqué, no pude encontrar la olla, siendo mi quotidiano alimento, y á la que, despues de Dios, prefiero la casa de Quiros. Fue de mucha mortificacion para mí la abstinencia de olla en un dia, que por ser Domingo, no era dia de ayuno, y así no fue para mí dia de fiesta. ¿Quie re vmd. me dixo un comensal, Bufaladob? ¿Qué es? pregunté á Juan: Estofado, ó baca adobada, me respon◄ dió. Dixe que sí, y tambien comí de un plato de ternera mechada, ó claveteada con tocino, al que Hamaron Fricandó, y de una pepitoria, que nombraron Fri

casé.

36 Gusta vmd. (me dixo el otro Monsieur) de huevos á la ubonata? Nada á la ubonata me gusta, le respondí; y esos nombres me desbautizan. ¿Quiere vmd. Maleta? Déme vind. de esa tortilla, que es lo mismo, di -xo Juan; pero para mi no es lo propio, le respondí. Tam bien otro me ofreció Pulpiton: y dixe, que ho era Predi cador, ni rompia cátedras ;' y así no necesitaba Pulpita grande ni chico. Se rió de esto, porque te parecia rusti» ca ignorancia, y me hizo la caridad de enseñarme, que

[ocr errors]

el Pulpiton (término que entre otros ha enriquecido nuestra pobre lengua la chacharona Italiana) era carne picada, picadillo ó gigote, del que se hacen almondiguillas; pero con la singularidad de no pluralizarlas, reduciéndolas á una grande, como si dixeramos almondigon. Con esto me enteré de que los acabados en ton, todos los modistas los aprecian mas, y el Tonton que usan, á tuntum les agrada mas al oído que el gongon (como Rodrigon) y el run run.

37 Aquí hay madera, dixo Perico. ¿ Pues qué, dixe á Juan, es esta comida de Carpinteros? No es eso, me respondió: es convidar con vino de Canarias. ¡ Valgate Dios, que aún siendo cosa de España, fue á buscarla Perico fuera de la peninsula! ¿Quiere vmd., me ટૂં dixo el Metredotell, vino del Rhin, de Burdeos, de Fontiñan, ó de Campaña? ¿Hay de Valdepeñas? le pregunté. Si Señor, me respondió. Pues ese quiero; los demás ni de Valde, excepto un poco del de Malaga al acabar de comer. Por fin y por postre me dixo Juan, si queria Compota. ¿Qué es Compota? le respondí. Dulce á medio hacer, que no está en su punto el almivar, me respondió. No, le dixe, yo quiero las cosas en su punto, y que no estén fuera de su lugar. Pues vuelvete al tuyo, replicó. Tienes razon le confesé. ¿Quiere vmd., dixo ટં un Monsieur, Diabolines Italianos? Ni Italianos, ni Diabolines, que para mí todo es uno. Ese alimento es demonio, que tienta al mundo y la carne.

38 La Señora con el Monsieur del Pequés á su la'do, estuvo hablando (no entendí de qué) todo el tiempo de la mesa. Llegó el de que sin hablar nadie, ni dar gracias a Dios de que nos habia dado de comer sin merecerlo, ni ganarlo con el sudor del rostro, pues aunque el Rey y el Príncipe las dan, en esto, y otras virtudes no es moda el Exemplum Regis. Repito sin ser pre

dicador : decía, que llegó el tiempo de que sin hablar: nadie, todos los sentados se levantaron, é hicieron una evolucion de Tactica, semejante á la que se hacia en el exercicio del año de veinte y ocho. Echaron á un tiempo la mano derecha á la servilleta, la levantaron, y se levantaron. Al mismo tiempo retiraron con la izquierda la silla, y dieron media vuelta. En esto no hubo igualdad, porque unos la dieron como los Milicianos sobre la derecha, y otros sobre la izquierda. Estaban detrás eriados con vasos de agua caliente, y se lavaron muchos las manos. Necesitaban aquel aseo todos los que con los manjares se habian manchado los dedos. Yo hice tambien el mismo manejo servilletino por aquel consejo, de que donde fueres baz como vieres; pero se entiende, que si fuere razon ó indiferente.

39 Fuimos á otra sala, donde sobre mesitas de juego habia vandejas con platillos y tazas de porcelana lle nas de Café, y en medio un tazon con almendrucos de figura irregular de azucar de Holanda.

40

Tomamos Café como unos Turcos: se llegó un criado con una salvilla de copitas, y un frasquito, y me dixo si queria Perfecto Amor. El perfecto amor (le dixe) que no he tenido la fortuna de conocer, es muy bueno; el imperfecto, que he tenido la desgracia de tras tar, es muy malo: y así no le quiero ya. El criado, que no estaba hecho á oir este lenguage, se fue sin en tenderlo.

41 Alon á las partidas, dixo Perico á todos; y á mí, tú harás una de Rocambor. Yo no sé lo que es partida de Rocambor, le respondí. Es, me dixo, jugar con platillo al tresillo, al hombre, ó al renegado. Reniego de tu lenguage, le dixe entonces; pues si tenemos tres equi-valentes para nombrar este juego, ¿qué necesidad hay. de mendigar este nombre extraño? Vaya, dixo Peris

co, que eres Español de quatro suelas. Lo soy, le respondí, de quatro costados, como tú.

42 Nos pusimos á jugar, y á poco rato se llegó á mi uno de los comensales, y me preguntó Guadaña vm.? No señor, le respondí, no soy guadañero, y aun que en mi tierra se guadañan algunos prados, van de otra parte á hacer este trabajo. No pregunto eso, dixo, sino si vm. aumenta con el juego el fondo de su cau-> dad, si no pierde ó si gana. Pues si sabe vm. (le dixe): esos modos de explicarse, ¿á que viene esa gana der parecer Italiano, que para mí es una muerte con su guadaña?

43 Al mismo tiempo que entró su criado, á decir á la señora, que estaba puesto el coche, me dixo el que daba la cartas, cupé. Coche, le repliqué. No digo eso, respondió, sino que vm. corte, alce, ó divida en dos mita-> des la varaja. Fuerte cosa es, dixe, que teniendo tantas maneras de explicarnos, hayamos de tomar otra para no entendernos.

44 Se acabó con aquella mano el juego, y sin des pedirme (segun uso) me fuí con Juan á la posada donde estaba mi familia; que ni aquella, ni ésta (que dexé en la puerta de San Vicente) había visto en tantas horas como estaba en Madrid. Te he tomado casa dixo en el camino Juan, junto á Santa Bárbara, porque sé no te gustan los barrios del bullicio. Es cierto, le respondí, que no gusto de meterme en estos bullones y caldos, (ya te acordarás de lo que le dixe en laimesa); que soy devoto de Santa Bárbara, por lo que pueda troñar, y que piensó vivir retirado, quando pienso en querer vivir. He vivido en Madrid en muchas calles, en la de Preciados, Majaderitos, en la de la Cruz y Humilladero, y en la del Desengaño, adonde tambien ahora pienso mudarme.

[ocr errors]
[merged small][ocr errors]
[ocr errors]
[ocr errors]
[ocr errors]

Al

45

Al llegar al barrio, pregunté á Juan ¿qué palacio es aquel? No es palacio, me respondió, es el saladero de los cochinos. ¡Valgame, Dios, dixe, lo que vale, lo que vale, y lo que vale haber llegado al tiempo del siglo ilustrado!

46 Al entrar en casa, dixe: esta casa está mal junta á las de Embaxadores, por el riesgo del fuego de sus cocinas. Hay poco riesgo, dixo Juan, porque lo mas del año están en los sitios Reales, con toda su familia, como es de su obligacion. Pues siendo así, le respondí, estoy contento.

47

Me dixo mi Ayuda de Cámara, (que tambien soy hombre que le gasto por no aguardar al peluquero y barbero) aquí ha estado en coche una señora Grande de edad, á dar á vm. la bien venida. Hombre, le respondí, ¿ y antes que yo llegase? No puedo caer en quien sea por esas señas. Dióme las de la librea, y caí en quien era. Esta señora tiene para divertirse gran tertulia mañana á las once (dixe á Juan) la iremos á vera

48 Fuimos y estaba con muchas gentes de forma, y toda forma de gentes á su lado, sentada en cuerpo, (y al frente algunos del Diplomatico) una muger con muchos guapos. Yo no la conocia ni sabia que tratamiento daria. Pregunté, ¿qué quien era? y me respondieron, que Madama Likertuf, modista unica en su habilidad. Dixe entre mi: vaya, esto será estilo del siglo ilustrado. Hice mi cumplimiento, y me salí con mi compañero.

49 En el portal me pidió limosna un hombre andrajoso y descalzo. Preguntele, ¿qué oficio tenia? Y me respondió: que el de zapatero, ¿pues cómo, repliqué, no trabaja vm. en su oficio pára mantenerse? Ay señor, me dixo, estoy perdido, porque aquella señora que va

[ocr errors]

. en

« AnteriorContinuar »