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. 61 Yo que no cantaba, ni tocaba, ni jugaba, ni hablaba sino es con Juan, dexé la Academia en esta disposicion, y sin hablar á nadie tomé la puerta.

-.62 Vino la semana santa, y con ella se acabaron las diversiones como tiempo santo. Solamente hubo muchos juegos, muchos saraos y vanquetes. Se hablaba del mal arreglo de las compañías de cómicos, de si no representaria cierta primera dama , y de los petos guarnecidos que otras primeras damas (que no son cómicas, aunque representan mucho) habian mandado hacer para salir con ellos á visitar los altares. Yo que nada de esto me gustaba, decia entre mí: ¡ quánto se ha adelantado en el siglo ilustrado!

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63 Llegó el tiempo de Pasqua y comedias ; fuí á la luneta, me senté á la izquierda de un Abate, y á la mia Juan. Principióse la comedia, y se concluyó la primera jornada. El Abate me dixo, que habia viajado (sino lo hubiera dicho, por lo que era su conversacion no lo hubiera creído), y estado en Roma. Comenzó á inquietarse de las impropiedades de la comedia Española ; y Y dixo, que estaba con la falta de unidades, muy atrasado nuestro teatro. Pues adelantelo la claridad del ingenio de vm., le respondí: y no quise contextar en mas porque era un punto en que tenia yo mucho que predidicar, y sería en desierto, : 64 Al mismo tiempo que el sainete, veía en varias partes del Coliseo los originales, de cuyos hechos habia copiado el autor, lo que remedaban los cómicos; quiero decir, los autores, Si el autor ha de rediculizar el vicio. asunto tiene todos los dias para sainete nuevo. Siguió una tonadilla de maja; me disgustó la poca crianza de la letra; y me fùi antes de oir los bravos, y las seguidillas, que discurri serian de la misma estofa. Juan se quedó,

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y quedo en enviarme á casa quién me ajustára las medis das de vestido y zapatos.

65 Un Domingo al estarme vistiendo, entró un criado (tengo mas de uno) y me dixo: ahí está un ca ballero que pregunta por vmd. Dile que entre, le respondís y entró un hombre mozo, picoso de viruelas, bien peinado y empolvado. Traía vestido nuevo de color de pulga (muerta del todo ) con un ligero Frac (que así le llaman los del siglo ilustrado) bordado de oro, Caballero, le dixe, sientese vmd., y diga lo que se le ofrece. Soy el Zapatero extrabgero, me respondió, que me envia el Señor Don Juan á tomar á vid. mędidą. Yo que me acordé del Zapatero Español, á quien habia dado limosna, quedé pasmado de ver estos extremos del siglo ilustrado.

3.66

66 Tomó sus medidas, y se fue. Me acabé de vest tir, y al salir ví que en la antesala se estaba paseando uno con un vestido muy galoneado de oro. Le dixe: Caballero ::::::: Soy Sastre, dixo; pues no puede ser, dixe yo, y le despaché como al Zapatero.

67 Al salir llegó Juan, hablamos del luxo del Zacatero y Sastre, y quedamos en que es gran caballero Don Dinero, á quien permite el siglo ilustrado confun dir las clases y estados, y nos fuimos

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una Iglesia

* 68 Entramos: habia muchas gentes; pero la aten S cion y vista de todos estaba fixada en la luz de la ceri 1 lla, con que el Sacristan iba encendiendo muchas velas del Altar mayor, hasta que acabó de encender-las todas.

i 69 Poco despues oí por todas partes chi, chi. Pregunté á Juan, ¿qué es esto, y me dixo: Mira, todos ·los Sacristanes quando piden se llaman chi, y todos los Tom. XVII.

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Pa

Pages quando dan refresco, oye umd. A aquellos se lo dicen los que quieren dar limosna para la cera ; y á éstos los que quieren recibir vizcochos para el chocolate. Ni verás ninguno tan mesurado y serio como un Page quando trae al estrado una xicara de chocolate.

70 Acabada la Misa, nos dividimos cada uno á sús asuntos, y quedamos en ir al dia siguiente Lunes á ver la primera fiesta de Toros. Entramos en la plaza, y nos sentamos en la varandilla. Todo estaba lleno de gene tes de condicion, y de todos generos, y yo de consideraciones con el mio. ¡ Valgame Dios, decia entre mí, quántos perjuicios traen estas fiestas! ¡Quántos bueyes se pierden para el asunto mas importante á todos los estados, qual es la agricultura! ¡ Quántos hombres y caballos se matan! ¡Quántos jornales se pierden, quántos hijos de familia hacen novillos, y quántas mugeres abandonan su familia por verlos.

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El ser fiesta caracteristica de la nacion y espíritu; hacerse para fines piadosos; divertir la perjudicial ociosidad de un pueblo grande, y otras muchas razones habrá, quando se permiten. A mí no me toca indagar, ni remediar, sino divertirme, como lo hago, quando puedo, y si se quema la casa, calentemo

nos todos.

72 ¿Quién es, pregunté á Juan, aquella buena moza, bien parecida, y de buena traza, que está sentada en lo último del tabloncillo, con aquél Baxá de tres colas, ó Coronel, segun la vuelta de la casaca? Es una Señora muy amiga de Marte, y de sus hijos. ¿Quién, proseguí, aquella muger sentada en el mismo tablonciHo, que parece coca, y descocada; tiene parches en las sienes, y traza de dar parchazo, y al lado tiene otro Coronel blanco, gordo y colorado, con sus tres galo

nes

nes? Esa es hermana de una Comica. Caramba para ella! dixe yo entonces.

73 ¿Quién es aquel mono del anteojo? Hombre, dixo Juan, que me matas, pues vá á salir el primer toro de mala muerte: no me preguntes mas. Así lo ofrecí, y cumpli; que no todos cumplen lo que ofrecen.

<74 Salió el toro, hizo lo acostumbrado, tocaron, á matarle; tomó Romero lá espada, y acercándose á Costillares, se quitó el sombrero, se la entregó, y Costillares correspondiendo á la cortesía, que llevó las atenciones, la recibió; sonó un ruido en la plaza, semejante al que se hace al acabar las tinieblas, pero mucho mayor, y mas duradero.

75 El Abate de la comedia, que tambien estaba junto á mí en los toros, celebró mucho la unidad del lugar, tiempo y accion, con que hicieron las cor

tesías.

76 Como no se ha decidido el gran problema (indicado en la Gazeta de Holanda ) de quál de las dos espadas (de las que matan á los cornudos de los toros) pincha, y corta mejor, y como todo ha de ser (dice el Seneca antiguo ) á tiempo, menos la prevencion, uno de los Senecas modernos dispuso, y asentó, que antes del tiempo de salir á la plaza, habian sorteado con formalidad y pureza, á quál de los dos espadachines tocaba matar al primer toro; que tocó á Romero, y que hizo donacion inter vivos á Costillares publicamente, como ya he dicho, para que por este medio lo supiesen quantos estaban en la plaza, y por ellos viniese á noticia de todos los au sentes.

77 Para matar al segundo toro, que tocó por suerte á Costillares, pagó éste á Romero en la misma flor, (parece comedia, pero fue entremes, y en el de Abril,

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que

que es de las flores) donacion, cortesía &c. y repítió el terremoto con tal ruido y trepidacion, que yo creí se› venia abaxo el edificio de la plaza; pero fue terror de aquel trompetero, ho el que toca á salga el toro, sino. el que los Mitológicos llaman Pan.

78 Estaban viendo los toros desde el balcon (que es como se ven bien los toros) las mugeres de Romero y Costillares, aquella á la derecha ; pero no guardó la ceremonia que yo aguardaba de ceder la derecha á la› de Costillares, al mismo tiempo que el marido la espᬠ› da, y al segundo toro volver á mudar de puestos.

7479 En fin, salió el embolado, y Juan y yo escurrimos la bola; volvimos á la tarde, en que se repitió la misma comedia. Personas que hablan : Musica y acompañamiento, con los propios sainetes de cestones, y las propias tonadillas de palmadas, chillidos, silvos &c. Salió el segundo embolado, y nos salimos.

80 Estaba la calle de Alcalá llena de gentes estantes y volantes, porque como la principal diversion de todas partes es el verse unos á otros, iban á ver venir las gentes que andaban, otras que estaban paradas. AqueIlas veían á éstas, y todas se divertian.

81 Vi en la puerta de una casa una gran celosía amarilla, y mas adelante en otra otra verde; y pregun té á Juan: ¿Qué significa esto? Esto es, me respondió, una de las producciones del siglo ilustrado, en que tanto se distingue de colores, como que distinguen, quál es de pulga muerta ó á medio morir los microscópicos ojos de algunos que se tienen por linces.

82 Como hay muchos topos que no saben leer, y otros que tienen las letras gordas, aunque con letras gordas está puesto sobre la celosía amarilla Cirujano, y Sangrador sobre la verde, ha sutilizado el discurso de

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