Imágenes de páginas
PDF
EPUB

los que discurren, con tanta sutileza, que se distingan, con estos colores, y no se equivoquen las gentes, cre-)! yendo que son Barberos, si dá la casualidad que detrás de la celosía oyen tocar la guitarra.

83 Con esto, amigo, se me acabó en Madrid la, paciencia y el dinero, y viendo que malgastaba el tiempo, estuve poco, dexé aquel alegre cielo, y me volví á mi triste tierra.

[ocr errors]

83 Será tonto el que se dé por entendido, creyendo habla con él esta carta, ό segun el número de sus capítulos, centon epistolario, como el de otro Bachiller: mi ánimo fue divertirme conmigo mismo (lo que me sucede muchas veces) respondiendo á un amigo de confianza, á quien pido queme mi escrito, para no ofender á nadie. Tengo, como todos, mi poco de musico, poeta y loco. Soy algo pendolista, escribo veloz, y es mas veloz la imaginacion, por lo que sin querer me suele hacer resbalar la pluma; pero es buena doctrina la de que todos suframos con paciencia las flaquezas de nuestros proximos: y yo he sufrido no pocas.

84 En derechura no hablo si no es con alguna seño. ra que se llama moda, y contra un señor que se llama luxo; porque á estos dos personages los considero como causa de la ruina de los mas poderosos imperios, aunque sean Romanos.

85 Si parece que por mi estilo me rio de lo que se estila, interiormente lo lloro: estoy sujeto á las mismas pasiones que Democrito y Heraclito sin ser tan filósofo, y siento mucho tengan mi nacion y mis parientes deudas.

86 Amigo caro, principié á responderte á la carta (confidencial y privada) con ánimo de que no pasára la mia, (por la veneracion que tengo al señor Licurgo) de

dos

dos pliegos, ypor poco no pasa á ser libro ( y así acabo de hacerle merced de título de Anales de cinco dias) de tomo y lomo; pero es de los que pueden salir á luz: esto sucede con las mas de mis obras, que están ocultas como un ingenio.

87 E penetrante tuyo quedará orientado, si no segun deseabas, será segun me ha ocurrido, del siglo ilustrado en Occidente de la vida de algunos del Norte, de lo que pasa en las mesas del gran mundo á mediodia, en las tablas, ó teatros y paseos por la tarde, en los peinados y visitas por la mañana, en los juegos y academias de musica por la noche, y en las corridas y paradas de los toros dentro de la plaza de Alcalá. Acabo, como vulgar, y bascongadamente se despiden en Madrid, diciendo = Agur.

Guia de bijos de vecino y forasteros, porque el ingenio vá á guias, para este año, el pasado, y el que viene, y to

-dos los demás que Dios fuere servidos porque son noticias generales para todo tiempo.

NOTA DEL EDITOR.

El presente y el anterior escrito, se asegura los compuso el célebre Capitan Cadahalso: su sátira es fina, y terminante á corregir el luxo, y otros vicios en que incurren ambos sexôs, Tiene toda aquella sal, viveza y acrimonía que corresponde á semejantes obras: por lo qual creemos merezcan la satisfacion del público, en que

tanto nos interesamos.

Ministros que componen el tribunal de los desocupados de la Corte.

La Vanidad, Presidente de este Consejo: A la calle de

Preciados.

La Presuncion: A la calle del Espejo.

La Moda: A la calle de los Majaderitos.
La Ocasion: A la calle de la Estrella.

El Deseo: Entrando por la calle de la Esperanza, al fin

de la del Desengaño.

El Logro: A la calle de los Peligros.
El Apetito: A la calle de la Libertad.

El Ocio: A la calle de la Visitacion.
La diversion: A la calle del Prado.

El Desvanecimiento: A la calle del Relox.

Las Promesas: A la calle de Francos.

La Faltriquera para las dádivas: A la calle Angosta.
La Conciencia : A la calle Ancha.

La

La Esperanza: A la calle de Val-verde.
Las Ideas: A la calle del Viento.

El Engaño: A Santa Clara.

El Cumplimiento y las Ceremonias: Entrando por la cas lle del Humilladero, á la plazuela de la Paja. La Murmuracion: A la calle de la Espada.

La Mentira : A la calle de la Bola...

La verdad: Al Retiro,

Et Potardo: A la calle del Mediodia.

La Necesidad: A los Afligidos.

La Lisonja: A la calle del Tesoro.

La Explicacion: A la calle de la Ruda.

La Prudencia: Al Noviciado.

La razon : Vivió en la calle de la Cabeza, y hoy está ausen-,

te, y sin exercicio.

[ocr errors]

El Desengaño: A la Cuesta de los Ciegos.

La Palabra: A la calle del Perro.

El Dictamen: A la Pasion.

La Solicitud: A las Recogidas.

El Galanteo: A la calle de las Rexas.

Las conseqüencias de todo esto: A Anton Martin.

CAR.

CARTA

de una señora Andaluza á su marido, que se ballaba en la Corte, y al parecer no bien entretenido.

Querido esposo mio. Las noticias que acabo de recibir

de esa Corte sobre tu conducta hubieran trastornado la mia, si me hubiese abandonado á sus varias su→ jestiones. Me aseguraron, que lejos de seguir con esfuer zo la razon que te asiste en el litigio que te conduxo ahí, tenias olvidado este asunto, y que solo ocupaba tu atencion el complacer á una dama, á quien sirves y obse quias, usurpando á tu muger é hijos lo que empleas en ese objeto de tu estimacion, y el tiempo al negocio principal, que te separó de mi vista.

Puedo asegurarte con verdad, que al concluir esta relacion tan no esperada, ocupó mi corazon todo el dolor de que es capaz pero reflexionando despues tu mucha prudencia, el amor que te debo, la modestia de tu gė nio, y elcandor de tus operaciones, no dí asenso á lo que se me aseguraba.

Por otra parte advertí,que en la tuya de 8 de Agos. to me dixiste que á mediados de Septiembre estarias en casa, y que han pasado ocho meses despues de esta ofer ta, y aún no tengo la menor certeza de tu regreso, tan suspirado por mi.

De esta consideracion pasé á la de las cartas que me has escrito en los últimos quatro meses; y hallé en ellas otro nuevo cuchillo que abrió mi pechos porque no, té tan tibias las expresiones, tan distintas del fuego que tienen las anteriores, que sin duda crei fueTom. XVII.

Nn

ron

« AnteriorContinuar »