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"4914 años. Pero que á estos se han de añadir los se-
"senta años
que faltan en la tradicion de los Setenta en
la generacion de Tharé, que engendró de 130 años
"á Abrahan. Y como los setenta Interpretes no alcan-
"zaron los textos de los Apostoles por donde consta, y
"sigue Africano su computo; faltan estos sesenta años
que se han de añadir á los 4914, y hacen
4914, y hacen 4974 del
mundo: encarnó Christo nuestro Señor y vivió aque-
llos mismos treinta y quatro años, que no vivió Adan,
"porque le formó Dios en esa edad. Y á los 5000 años
en que pecó, fue su santísima Pasion, con que redi-
»mió el mundo de aquel pecado al principio del sexto
„milenario del mundo.“ Haşta aquí Pellicer, cuya no-
ta descubre los flacos fundamentos sobre que se fabricó
el Chronicon, empezando desde el año 2777 que se su-
pone ser el año 525 despues del Diluvio, un año des-
pues de la division de las gentes, y el primero de la po-
blacion de España, acabando en el 44 del Nacimiento
de Jesu-Christo, cuyo dichoso Nacimiento pone año
5500. Desde el año 2777 en adelante vá siguiendo los
números uno por uno. Y como el intervalo del tiempo es
de 2024 años, no podian llenarse todos de verdaderos,
ni aún de fingidos y verosimiles sucesos. Y así dexó mu-
chos centenares de números ociosos con el fin de ir apli-
cando á cada uno de ellos los sucesos que fuese encon-
trando, ó le pareciese fingir. Y en confirmacion de esto,
se ven hoy algunas remisiones á autores, que si se leen
en los lugares citados, claramente se observá que hay
en ellos algo que se puede aplicar á los dichos años, ó
en conseqüencia de las demás ficciones del Chronicon, ó
en alguna aparente vesosimilitud.

Fuera de esto, como para ajustar una Chronología no solamente es necesario conformarla con el principio de donde sale; sino tambien con el término al qual se L 2

en

endereza, al lado de los números de cada año del Nacimiento de nuestro Señor Jesu-Christo; manera de contar no usada aún en tiempo de Pedro. Estas séries de años están trocadas en muchos lugares, de suerte, que á trechos está escrita primeramente la série de la creacion, y despues del Nacimiento de Christo; y á trechos al contrario: y la série que toma su principio del Naci miento de Jesu-Christo, está interrumpida muchas veces. Esta interrupcion causó algunas cuentas erradas, y asimismo muchas notas que advierten estos errores: indicios claros de que esta no era copia, sino original; y origi nal no acabado, sino que se iba componiendo en varios. tiempos, como lo denota la varicdad de la tinta y de las plumas, aunque la letra toda sea de mano de Don Joseph Pellicer.

Ahora se descubre la causa por que Don Joseph Pellicer (en lo demás tan ostentoso) se recataba tanto de enseñar este Chronicon. Don Nicolas Antonio refiere como una de las señales del no fingido original de Dulcidio, por otro nombre llamado el Chronicon Emilianense ó Albeldense, que Don Joseph Pellicer to enseñaba á qualquiera que deseaba verlo. El mismo Don Joseph quando tenia por verdadera la Historia de Don Servando, enseñaba su original en vitela, y en letra Goda, y en lengua antigua Gallega, como él mismo lo afirma en su Biblioteca; y allí mismo, haciendo relacion de los manuscritos que habia descubierto, y comunicado á otros; siendo él tan diligente, no tomó en su pluma siquiera el nombre de Pedro, habiendo impreso su Biblioteca el año 1671, y teniendo en su poder el Chronicon desde el año 1649 hasta 1679 en que murió: indicio fuerte de que el Chronicon no estaba en disposicion de enseñarse.

La primera noticia que se atrevió á dar de tal obra, arguye mas su mala fé; porque siendo así que en la que

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él suponia copia del Chronicon, dixo haberle trasladado de un original de Don Lorenzo Ramirez de Prado, como este hombre era sospechoso á Don Nicolas Antonio, que muchos años habia estado trabajando su gran Biblioteca, pareció á Don Joseph darle cuenta de este Chronicon, á lo que se puede juzgar, para que se diese no ticia de él. El año pues 1667 dia 26 de Marzo despues del dilatado silencio de diez y ocho años, se resolvió Don Joseph de Pellicer á manifestar á Don Nicolas Antonio el gran tesoro que tenia: importaría mucho el descubrimiento de aquella carta. Ahora solo nos queda un apuntamiento que nos dió Don Nicolas de lo que le escribió Pellicer, variando en la carta que le escribió el título del Chronicon, y la mano de quien le recibió. Para inteligencia de estas variaciones supongo, que la segunda noticia que dió Don Joseph de Pellicer de este Chronicon, la qual ya fue pública, es la que que dió en la prefacion que hizo á su Máximo, donde refiriendo los eruditísimos varones Españoles que florecieron en ciencias antes que San Isidoro, entre otros nombró á Pedro de este modo: "Pedro, insigne Orador de Za"ragoza, de quien tambien San Gerónimo en su Chro

nicon hace loable memoria, y escribió un libro de "Potestatibus saculi, que descubrió Vicente Marinér, "y deseó publicar." Habiendo leído esto Don Nicolas Antonio, haciendo memoria de la noticia que privadamente le dió Pellicer de la obra de Pedro, escribió en su Biblioteca Antigua estas palabras: »Sospecho que aquel "Chronicon es la misma obra que Pellicer afirma que ha"bia hallado Vicente Mariner, intitulada de Potestatibus "saculi, y destinaba á la prensa." Es de advertir que Don Nicolas Antonio dexó escrito esto despues que ya habia vuelto de Roma, y comunicado con Don Joseph Pellicer en esta Corte de Madrid, aunque su Biblioteca

An

Antigua se imprimió algunos años despues de su muerte en el 696. Y no es creíble que un hombre tan curioso y diligente como Don Nicolas Antonio dexase de hacer las mas vivas diligencias para ver una obra de tanta importancia. No satisfecho Don Nicolas de la referi da noticia del Chronicon de Pedro, nos hizo una advertencia digna de la gravedad de su juicio, y de nues. tra observacion, y es la siguiente: »El qual Chroni"con, estando oculto hasta ahora, se debe esperar, ó »que el mismo Pellicer, ó otro que tenga ojos en el en"tendimiento, nos quiera dar señas de si nos exhibe

alguna prole legítima, ó si nos miente alguna que sea "bastarda, especialmente en este siglo abundante de "tales ficciones." Supuesto pues que Don Nicolas Antonio, hombre tan sagaz y prudente, nos advirtió que abriesemos los ojos; veamos lo que dice Don Jo. seph Pellicer. Lo primero que se ofrece es, que así en la carta que escribió á Don Nicolas Antonio, como en la prefacion de su Máximo, varió el título del Chronicon, y la mano de quien antes suponia haberle conseguido. El primer título, que permanece hoy en la supuesta copia original, decia: Petri Casaraugustani Oratoris Chronicon Regum seu Imperatorum Hispania. Reconoció Pellicer la afectada alusion al testimonio de San Gerónimo , y la importante ó barbara añadidura de aquellas palabras seu Imperatorum, si se interpreta como conjuncion la partecilla seu, y mudó el título, diciendo que Pedro habia escrito de Potestatibus seculi; inscripcion que desdice de la elegancia de un Orador, y que no conviene à un Chronicon de las cosas de España!..

Señaló tambien Don Joseph Pellicer otro diferente poseedor del Chronicon original, porque en su copia autorizó de su propia mano que lo habia trasladado de un antiquísimo exemplar del Señor Lorenzo Ramirez de

Pra

Prado, y como este no era hombre abonado para Don Nicolas Antonio, le escribió que su descubridor fue el Maestro Vicente Marinér, natural de Valencia, hombre de buena fé, y muy célebre por la maravillosa mu. chedumbre de sus escritos ; de cuya mano aún hoy permanecen diez ó doce mil pliegos de asuntos varios. Pero me persuado que en ninguno de ellos se hallará memoria de tal libro de Pedro. De las obras propias de Vicente Marinér, y de las agenas que él deseaba publicar, hay impresos algunos catalogos; pero en ninguno se hace memoria de tal Chronicon, y lo que es mas, no se atrevieron á producir algun testimonio de él los mismos que es suponen haber sido sus poseedores: es á saber, Ramirez de Prado y Pellicer, y el que ultimamente se supo. ne haberlo sido, el Doctor Benito Arias Montano. Y qualquiera testimonio que en adelante se produzca, deberá ser exâminado con singular atencion. Entretanto quisiera yo saber dónde pára aquel original antiquisimo, que se dice que tuvo el Doctor Benito Arias Montano, el Maestro Vicente Marinér, Don Lorenzo Ramirez, ó el que está oculto en el Archivo que supone el Dr. D. Francisco Xavier de la Huerta. Aún me contentaría yo con mucho menos. Me alegraría ver la copia del Chronicon que Pellicer queria publicar : porque solo parece una, que es la que con este nombre se conserva hoy entre los manuscritos del Rey nuestro Señor, la qual, aunque se llama copia, de ninguna manera lo parece, y tiene todas las señas de ser obra originalmente imperfecta, como obra que se iba trabajando.

La memoria de Don Joseph Pellicer (que fuera de esto respeto mucho) no debe darse por ofendida de que exâminemos el Chronicon atribuido á Pedro, valiéndonos de las mismas reglas de la crítica de que él sc

se

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