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noticias, en que confirman, y continúan los buenos su« cesos del exército de S. M. ( que Dios guarde) en Por túgal, y ser justo dar á la Magestad Divina las gracias, así por lo sucedido, como porque en adelante continúen dichos buenos sucesos, salud de S. M. salud de S. M., y progresos de su Real exército: se deliberó el que se cantase el Te Deum laudamus: y lo mismo se volvió á deliberar con otra escritura ante dicho Symian en 7 de Julio por la noticia de haber tomado las Reales armas á Castel de Vide en Portugal: y habiéndose despues en 16 del mismo Julio restituido S. M. triunfante á la Corte, determinó la Ciudad de Valencia se pusiesen luminarias en demostracion de su regozijo, y el Cabildo, con acuerdo del Arzobispo, deliberó, con escritura que recibió el mismo Juan Symian en el dia 23, se hiciesen en la Iglesia las demostraciones de gracias mas solemnes que se acostumbran, en el Domingo siguiente, que se con taría 27 del mismo Julio: como son pasar de su CapiIla la Imagen de nuestra Señora de los Desamparados, colocarla en la Ara máxîma de la Metropolitana, acompañada de las Reliquias de los Santos Patronos los dos Vicentes Martir, y Ferrer, San Luis, Obispo de Tolosa, Santo Tomas de Villanueva, Arzobispo de Valencia, y San Luis Bertran; poner patente el Santísimo Sacramento, celebrar Misa solemnísima de gracias, y á la tarde hacer Procesion General, llevando las Imagenes de nuestra Señora, y de los principales Patronos, hijos de la Ciudad, á la Iglesia del Convento de San Agustin, para hacer Estacion en la Capilla de nuestra Señora de Gracia.

Por haber la Armada Inglesa ocupado la importante plaza de Gibraltar, que capituló, y la entregó sin resistencia alguna por su corra guarnición su Gobernador Don Diego de Salinas, acordó el mismo Cabildo

ser

servir à S. M. con un gracioso donativo de quinientos, doblones para ayuda á su recuperacion, como consta de la siguiente carta del Duque de Montalto, escrita al dicho Cabildo. Muy ilustres Señores: Por la carta de V. S. de 7 del corriente, quedo en la inteligencia del verdadero amor y zelo con que ha contribuido V. S. sirviendo al Rey (Dios le guarde) con quinientos doblones de donativo para la urgencia de la recuperacion de Gibraltar, que ocupan los enemigos de nuestra sagrada Religion; y así como la necesidad de medios es tan grande, así ha padecido á S. M. muy considerable, y de suma estimacion la fineza con que V. S. se ha señalado en esta ocasion, como en todas lo ha manifestado y si bien S. M. explicára su gratitud, no puedo dexar yo de dar á V. S. especialísimas gracias, pues en mexar.yo dio de las estrechezes en que se halla por los accidentes del tiempo, sirve con tan considerable socorro. Nuestro Señor guarde á V. S. en su mayor lustre. Madrid 15 de Octubre de 1704. Y por la certificacion siguiente: En el arca que de órden del Rey nuestro Señor está puesta en la Secretaría del Despacho Universal, ha entregado la Santa Iglesia Metropolitana de Valencia por medio del Señor Doctor Don Vicente Boscà, su Agente, quinientos doblones de á dos escudos de oro, con cuya cantidad sirve á S. M. aquella Santa Iglesia para ayuda á los gastos de las urgencias presentes de la Monarquía, y restauracion de la plaza de Gibraltar. Y para que conste del recibo de la expresada cantidad, doy esta certificacion en Madrid á 16 de Octubre de 1704,= Joseph de Iguisaval. Son quinientos doblones de á dos escudos.

En el mismo año, por el mes de Julio, la referida Armada Inglesa hizo diferentes desembarcos en la costa del Reyno de Valencia, y no hallando oposicion, en el

dia 19 se apoderó de los Castillos de Altea, y Cabonegret; y rebentando las piezas de artillería, asolando con minas el de Altea, y llevándose prisioneros sus Alcaides, volvió á embarcar la gente, y se fue, dexando consternado todo el Reyno, y no poco revuelta la mariña. Volvió el año siguiente de 1705, y en 18 de Agosto el Marques de Villa Garcia, Virrey, y Capitan General de Valencia, participó á la Ciudad como tenia aviso, que la dicha Armada Inglesa estaba á la vista de Denia, encaminando su rumbo ázia aquella Ciudad. Por los pueblos de la marina andaban de mucho tiempo antes disfrazados no pocos de los enemigos, persuadiendo á los moradores, que con mudar de dueño conseguirían general franqueza: con estas sugestiones revivió su antiguo deseo en aquella gente, que ignorando á lo que obliga la religion del juramento, y aún juzgando algunos, que no le habian prestado, por no entender, que como miembros quedaron atados con la cabeza que le prestó; empezó á batirles su codicia, y á lisonjearles su engaño, á que quedarian libres, no solo de los pechos que pagan á sus Señores temporales, sino tambien de los diezmos y primicias. Hallóles endulzada la voluntad con tan apetecidos almivares la Armada Inglesa quando llegó, y desembarcando algunas tropas en la costa de Altea, y ofreciendo exêncion de tributos, se prometió sería feliz aquella incauta gente con unirse á la tropa, y así lo executaron muchos de los moradores de aquellos pueblos, y marchando juntos á Denia, para donde enderezó sus tropas là Armada, hallando aquella Ciudad y su Castillo indefenso, sin presidio alguno, les dominaron facilmente. Dexaron allí bien pertrechado á Juan Bautista Baset, que aunque Valenciano, habia por muchos años en Ungria servido al Emperador, y venia sirviendo al Archi-Duque su hijo. Encaminóse

des

despues la Armada a Cataluña, tomó á Barcelona, desembarcó allí la persona Real de aquel Príncipe, quien luego se fue señoreando de aquel Principado con mucha brevedad, y poca ó ninguna oposicion, porque de las tropas que tenia el Rey en el, abrazaron aquel partido Regimientos enteros.

Antes de pasar adelante, debo prevenir, que las car tas que escribieron la Ciudad y Diputacion de Valencia, y sus respuestas, las pondré substancialmente, pues por no tener en sus Archivos toda la mano y tiempo necesario, no he podido tomar copia á la letra, como pondré las que escribió, y recibió el Cabildo Eclesiástico, que ha sido fácil, por ser yo uno de los asistentes en su Archivo, donde se hallan copiadas las unas, originales las otras, y se me perdonará esta molestia, por dirigirse á que se sepa mas plenamente quántas, y quáles fueron las diligencias que practicó Valencia para su remedio, , y que sus trabajos son hijos de su desgracia, y no de su culpa. Y asimismo prevengo, que siempre que nombrare Cabildo, se entienda el Eclesiástico, para evitar la repeticion de este distintivo.

todos

Supuesto lo dicho, digo: Que luego que avisó el Virrey Marques de Villa-Garcia la pérdida de Denia, la Diputacion, la Ciudad, y el Cabildo empezaron á conferir los medios con que se pudiese ocurrir á la urgencia presente, pero considerándoles sin tropa, insubsistentes en el dia 21 del mismo Agosto la Ciudad, y los tres Estados Eclesiástico, Militar y Real, que componian el Reyno en aquel tiempo, despacharon expreso á S. M., avisando el estado en que se hallaban, y como habian resuelto pagar el número de quatrocientos caballos, suplicando se dignase mandar pasasen de los Regimientos mas prontos, ofreciendo mantendria la Ciudad doscientos, y los otros doscientos el

Rey

Reyno a sus costas. Respondió S. M. en fecha de 28 del mismo con expresiones de su Real gratitud, y manifestando habia mandado pasasen al Reyno hasta mil y ochocientos caballos, porque deseaba la conservacion de tan leales vasallos.

Por otra parte, el Cabildo en 27 del mismo Agos to, ocupada ya Denia, despachó extraordinario, escri biendo al Rey la siguiente carta. Señor: Luego que tu. vimos noticia de como la armada enemiga, que estaba en las costas de Altea, encaminándose ázia Denia, y desembarcando alguna gente de ella, con otra de la marina, se hizo dueño de aquella Ciudad; expresamos al Marques de Villa-García, Virrey, y Capitan General de V. M., el desconsuelo que á todos los vasallos de V. M. nos cupo de tan impensada y fatal desgracia, no pudiendo nuestra lealtad ver sin gran dolor nuestro á los enemigos de la Religion, y de V. M. tomar pie en estas costas ; pero aunque esta expresion pudiera por entonces acreditar nuestra debida obediencia al Real servicio de V. M., nunca podrá igualar al ardiente zelo con que le deseamos, y ver juntamente réparada esta pérdida, que nos precisa á 'recurrir á los Reales pies de V. M., y manifestar el gran dolor que en ella nos ha cabido, ofreciendo á V. M. de nuevo nuestras personas Y bienes para todo lo que pudieren conducir al mayor bien de nuestra Religion, obsequio de V. M., y sosiego de estos Reynos: debiendo asegurar á V. M. que por mas que queramos encarecer esta expresion, nunca podrá llegar á nuestros fervorosos y ardientes deseos, y obligacion en que nos tiene constituidos el católico zelo de V. M., y el amor que tan fieles y leales vasallos de V. M. profesamos. Y para que sea mas eficaz nuestra concurrencia, hemos nombrado quatro Capitulares, que á todas horas asistan al Arzobispo nuestro Prelado en

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