El lenguaje: estudio filológico, psicológico y sociológico ; con dos vocabularios jergales

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V. Suarez, 1896 - 343 páginas

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Página 161 - Ya sabes mis flaquezas: quiero que sepas que con todas ellas nunca perdí algún día de rezar el rosario entero, con otras devociones ; y aunque te oigo murmurar que es muy de ladrones y rufianes no soltarlo de la mano, fingiéndose devotos de nuestra Señora. piensa y di lo que quisieres como se te antojare, que no quiero contigo acreditarme.
Página 127 - ... de naufragio : y caen debajo de nuestros bienhechores el procurador que nos defiende, el guro que nos avisa, el verdugo que nos tiene lástima, el que cuando...
Página 186 - Teníamos en los arrabales y en Triana casas conocidas, adonde sin entrar en la ciudad hacíamos alto y después, poco a poco, lavado y enjuto, lo íbamos metiendo, ya por las puertas o por cima de los muros, después de media noche, cuando la justicia estaba retirada.
Página 185 - ... el aprieto se le caía, para tres o cuatro pares de soletas. Y lo que yo desto más gustaba, era verlos ir después hechos un retrato de San Martín, con media capa menos, dándole vueltas y haciendo gente; y así se iban corridos, viendo cortadas las faldas por vergonzoso lugar.
Página 161 - Yo pensé, dijo Cortado, que el hurtar era oficio libre, horro de pecho y alcabala, y que si se paga es por junto, dando por fiadores a la garganta ya las espaldas...
Página 128 - ... los brazos y los ojos al cielo otras tantas, se levantó y echó su limosna en la esportilla y se salió con los demás al patio.
Página 185 - ... la contina en el mayor aprieto, entrando y saliendo por él una y mil veces, porque de cada viaje no faltaba ocupación provechosa. Ya sacábamos las dagas, lienzos, bolsas, rosarios, estuches, joyas de mujeres, dijes de niños. Cuando...
Página 161 - Rincón. -Si no se paga -respondió el mozo-, a lo menos, regístranse ante el señor Monipodio, que es su padre, su maestro y su amparo; y así, les aconsejo que vengan conmigo a darle la obediencia, o si no, no se atrevan a hurtar sin su señal que les costará caro.
Página 172 - Así te llevan asido, cuando no sea por los cabezones y te hicieren esta cortesía, será por lo menos de manera, que con mayor clemencia lleva el águila en sus uñas la temerosa liebre, que tú irás en las dellos.
Página 157 - Y, pues dices que quieres mi compañía y gustas della, no creo se te hará mala ni dificultosa de llevar; porque soy compañero que sé agradecer y estimar lo que por mí se hace. A las obras me remito; ellas darán testimonio, el tiempo andando. Mas, porque...

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