Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Chimú Canchu. Los quechuas se vieron obligados á pedir refuerzos al Cuzco y esperar la llegada de 20,000 veteranos que apresuramente se mandaron en su apoyo. Por mucho tiempo se prolongó la guerra con éxito vario. En Chancay subsisten algunas ruínas y entre ellas criptas subterráneas que, dice la tradición, fueron fabricadas por los quichuas, durante la campaña de Yupanqui, para almacenar las provisiones, pues llegó á tener 120,000 hombres. Murió el Inca Pachacutec, y se suspendieron las hostilidades. Alternándose luego entre períodos de tregua y de activas operaciones militares, trascurrieron muchos años.

Tras la batalla de Paramonga, tuvo lugar otra en Huarmey y recios combates en el valle de Santa, cuya población era entonces de más de setecientos mil habitantes. Las operaciones avanzaban lentamente. Para reducir á los costeños, el Inca Túpac Yupanqui se vió obligado á emprender serios trabajos en la sierra y desviar los ríos que descienden á los llanos. La energía de los Yuncas, no obstante, se mantuvo y presentaron nueva batalla á las inmediaciones de la más tarde villa de Trujillo, en el valle de Chicama, que es corrupción de Chatma, nombre ó título de la reina Chimú, y apuraron sus medios de subsistencia.

Vencidos en ese postrer esfuerzo, capitularon los Yuncas comprometiéndose á pagar tributo y á elevar templos al Sol. Chimú fué hecho prisionero y llevado delante del Inca. Este, con nobleza y singular generosidad, lo trató con distinción, cual si fuera un aliado y no un vencido. Le llamó Chimúc Cápac en señal de admiración por su valor y le ordenó volver á sus estados haciéndole tributario y obligándole á feudo.

En Trujillo encontraron los quichuas muestras notables del arte yunca. El Inca Túpac Yupanqui, entre el botín de guerra, llevóse al Cuzco muchos objetos de oro y plata de reconocido mérito. El reino del Chimú, y juntó con él los territorios de Piura, pasaron á formar parte del Imperio de los Incas. Corría á la sazón, por su segunda mitad el siglo XV.

Las legiones del Cuzco, vencedores, aumentaron su poder con los dominios recién adquiridos, se hicieron irresistibles.

A los Yuncas siguieron los Conchucos que tenían su capital en Caxamalca, y tras estos atacó Túpac Yupanqui el reino de Quito, gobernado por la dinastía de los Scyris.

Hualcopo, que reinaba á la sazón, encargó la defensa á su hermano Epiclachima y aunque éste se condujo con bizarría no pudo impedir la ruína de su pueblo. Algún tiempo, haciendo lujo de constancia, se sostuvo en la fortaleza de Liribamba; pero el Inca conquistó Quito, como había conquistado á sus vecinos. Allí encontró, según se dice, con sorpresa, que se hablaba quichua, es decir su propia lengua, la lengua misma del Cuzco. Este hecho tan singular como inesperado, á ser cierto, justificaría la tradición que asegura que los quichuas en época remota dominaron en Quito, habiendo llegado por mar á las costas de Piura y el Ecuador. Túpac Yupanqui para mantener segura la paz en sus costas pasó á Paita, Tumbes y Huancabamba y luego á Cajas y Casayunca, recibiendo en el tránsito embajadores de todas las provincias costaneras, cuyos caciques le enviaban tributos en señal de amistad, alianza y sumisión. Siguiendo las tradiciones de su gobierno distribuyó colonias en distintos lugares del territorio, y así la obediencia y tranquilidad de las recientes conquistas quedaron aseguradas.

La solicitud de Túpac Yupanqui á todo proveía. En su expedición á Quito se hizo acompañar por Amautas, astrónomos ó sabios, que fueron plantando pirámides en el camino para averiguar, por la sombra proyectada, el tiempo de los solsticios, lo que ha hecho decir que fueron midiendo grados de latitud. Este príncipe cuidó con grande acierto los intereses del imperio y á su muerte,en 1475 más o menos,dejó el imperio á su hijo Huayna Cápac, en cuyo reinado el imperio de los Incas alcanzó á su mayor extensión.

Estando Huayna Cápac en Tumbes recibió embajadores de Tumbalá, cacique de la isla Puná, que ofrecía separarse del partido de los Seyris y concertar alianza con él. Huayna Cápac pasó á la isla con su ejército. Fué recibido con alegres fiestas y muestras calurosas de adhesión. Al regresar á Tumbes, en balsas procedentes de Puná, se desarmaron estas en medio del golfo y se ahogaron muchos personajes principales. Para castigar esta alevosía juntó Huayna Cá

pac numerosas tropas en Tumbes, acometió á la isla y la tomó á sangre y fuego. Perdonó solo á las mujeres y los niños y se dirigió á Guayaquil, de donde volvió á Quito para castigar la rebelión de Cacha Seyri. Tras varios encuentros, en la última batalla, murió el rey quiteño y las tropas proclamaron por soberana á la princesa Bacha, que era su única hija. Huayna Cápac, cuyo prestigio militar había crecido con la derrota inferida al difunto monarca, entró en negociaciones y concertó su matrimonio con la nueva soberana, asegurandose así una paz bien fundada y definitiva.

Libre desde entonces el Inca de atenciones militares se consagró por entero á las negociaciones de la admistración y en su tiempo el imperio peruano alcanzó su mayor grandeza; pero como suele suceder de ordinario en las grandezas humanas, se acercaba por estraños é imprevistos caminos, su destrucción y su ruina.

Estando Huayna Cápac en Tomebamba,su residencia favorita, recibió mensajeros que le enviaban de Tumbes en 1515, anunciándole la presencia de los españoles en la costa avistados por los navegantes tumbesinos en sus expediciones á Colombia y Centro América. Con tal motivo, comenzaron á correr vagos rumores, que abultaba la fantasía,propalando que la mar había abortado unos monstros marinos, como hombres bárbaros que navegaban en casas gran usaban armas terribles.

des y

Pasadas, sin embargo, las primeras impresiones, se disiparon tales alarmas. Ni el Inca ni su pueblo, percibieron con claridad el inminente peligro que se preparaba. Al morir Huayna Cápac, en 1523, mostróse tan seguro y confiado que no trepidó en disponer, imprudente, la división del imperio; error político que hubo de acarrear funestas consecuencias.

Conforme á lo dispuesto por el difunto monarca, recibió Huáscar la borla encarnada, emblema del dominio, y se hizo cargo del gobierno en el Cuzco. Atahualpa quedó reconocido soberano en Quito. Durante cinco años conservóse la paz entre ambos pueblos.

(Se continuará).

MARCO A. CABERO.

INSTRVCIÓN CONTRA LAS CEREMONIAS, Y RITOS

QUE VSAN LOS INDIOS

CONFORME AL TIEMPO DE SU INFIDELIDAD

CAPÍTVLO PRIMERO

DE LAS IDOLATRÍAS.

Comvn es casi á todos los Indios adorar Huacas, Idolos, Quebradas, Peñas ó Piedras grandes, Cerros, Cumbres de montes, Manantiales, Fuentes, y finalmente qualquier cosa de naturaleza que parezca notable y diferenciada de las demás.

2.-Item es comun adorar el Sol, la Luna, Estrellas, el Luzero de la mañana, y de la tarde, las Cabrillas, y otras estrellas.

3.-Item los defuntos, ó sus sepulturas, assí de los antepassados, como de los Indios ya Christianos.

4.-Los Serranos particularmente adoran el relampago, el Trueno, el Rayo llamándolo Sanctiago. Item el arco del Cielo, (el qual también es reuerenciado de los Indios de los Llanos). Item las tempestades, los toruellinos, ó remolinos de viento, las lluuias, el granizo. Item los Serranos adoran los montones de piedras que hazen ellos mesmos en las llanadas, ó encruzijadas, ó en cumbreras de montes, que en el Cuzco y en los Collas se llaman Apachitas, y en otras par tes las llaman Cotoráyac rumio por otros vocablos. Finalmente adoran qualesquiera otros mochaderos de piedras donde hallan auerse echado piedras, coca, mayz, sogas, tra

pos y otras cosas diferentes. Y en algunas partes de los Llanos aún ay desto no poco.

5.-Los Yungas especialmente de los Andes, ó otros Indios que vieuen en tierras donde ay montañas adoran también animales como Leones, Tigres, Ossos y culebras, ó otras Serpientes.

6.-Quando adoran las Huacas comunmente inclinan la la cabeça y alçan las manos y hablan con ellas pidiendo lo que quieren.

7.-También es común quando passan los ríos,ó arroyos beuer del agua dellos por modo de salutación adorándolos, y pidiendo que los dexen passar en saluo y no los lleuen, y á las fuentes y manantiales hazen lo mismo para que no los dañen. Y á las lagunas, y lagos, y pozos hondos también reuerencian por el mismo fin.

8.-Los Serranos vsan quando van camino echar en los mismos camimos, ó encruzijadas, en los cerros, ó en rimeros de piedras [que según ya se ha dicho se llaman Apachitas] ó en las peñas, y cueuas, ó en sepulturas antiguas, calçados viejos, plumas, coca mascada, ó mayz mascado, y otras cosas, pidiendo que los dexen passar en saluo, y les quiten el cansancio del camino y les den fuerças para caminar.

9. Vsan los mismos tirarse las pestañas, ó cejas y ofre cerlas al sol, á los cerros, á los Apachitas, á los vientos, tempestades, truenos, rayos, á las peñas, cueuas, quebradas, angosturas, ó á otras cosas en veneración suya, pidiéndole que les dexe yr y boluer en paz.

10.-Item vsan quando an de yr lexos de su tierra, encomendarse á sus Huacas, ó hazer que los hechizeros los encomienden á ellas: y pedirles que les digan lo que les á de succeder en el viaje, ó en el pleyto, ó negocio que llevan: si morirán ó boluerán á su tierra. Y para este efecto beuen y hacen otras cosas supersticiosas y diuersas ceremonias. Y lo mesmo suelen hacer por ellos sus mujeres, ó hijos, ó deudos: y quando llegan á donde van velar de noche en reuerencia de la Huaca, ó de algún cerro ó otra cosa y bebiendo y jugando hazen particulares ceremonias.

11.-Los Indios de los Llanos vsan adorar la mar para que les de pescado ó no se embrauezca, echando en ella hari

« AnteriorContinuar »