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contrados en los entierros, los residuos de cocina de la Josefita, cerca de Chala vieja; los vestigios de residuos de la boca del río de Chala, y, tal vez, los restos antiguos, muy destruídos ahora, cerca del puerto de Chala.

Con más seguridad se puede afirmar que los montones de residuos de cocina de Lomas, Chaviña, Tanaca, Quebrada de la Vaca, etc. alcanzan al período incásico. Las poblaciones, como la de la Quebrada de la Vaca, tan bien conservada, cuyos caracteres no se ven con frecuencia en las poblaciones de alguna antigüedad superior, con una abundandancia de objetos incásicos, que tal vez no pueden ser encontrados in situ, porque las tumbas antiguas han sido destruídas por los aficionados á la huaquería, dejando en la superficie fragmentos de toda clase, hacen la impresión de haber tenido un origen moderno, casi exclusivamente incásico. Las tumbas construídas en forma de cúpula sobre la superficie de la tierra (que en la actualidad están todas destruídas y robadas), traen á la memoria ciertas tumbas halladas cerca de Challa, en la isla de Titicaca. Al lado de éstas se encuentra una construcción con muchas celdas, que parece que hubiese sido un cuartel, y que, aparentemente, data del período incásico. Construcciones de idéntico tipo hemos encontrado á una y dos leguas de distancia, en las inmediaciones de "La Caleta" [entre la Quebrada de la Vaca y el puerto de Chala] y en el mismo valle de Chala. El camino de los incas, que por largos trechos está muy bien conservado, pasa cerca de allí. ¿Eran aquellas construcciones cuarteles erigidos por los incas? ¿Eran colonias militares de mitimaes, enviadas allí por aquellos para poblar y dominar la región y para protejer el camino? ¿Era, quizás, toda la población acomodada por los incas en este desierto, donde no es probable que antes del tiempo de su dominación estuviese poblado, y que manteniéndose con conchas y pescado, prestaban, tal vez, servicios al soberano y contribuían á la seguridad del imperio?

DR. MAX Uhle.

UN QUECHUISTA

Entre los claros varones dignos de ocupar una página en nuestra Historia literaria, por haber honrado las letras y al clero nacionales, figura FANCISCO DE AVILA; cuyo recuerdo, al cabo de dos y media centurias de su muerte, nos compla

cemos en renovar.

Es tardía la gloria que se tributa á las cenizas, en sentir de un poeta latino: Cineri sero gloria venit. Pero al fin, cuando es pago de deuda de gratitud imprescriptible esa gloria diferida, exime á los pueblos de un cargo fundado, y siempre produce estímulo saludable en los contemporáneos y en los pósteros.

Son títulos de Avila, para que se conserve su memoria: sus escritos contra la idolatría de los indios, que pueden considerarse como históricos, por los datos que suministran, sobre cultos y mitos del Imperio Incaico; y sus sermones en quechua, en los que lo usa con destreza tal, que permite apreciar la perfección y bellezas de ese idioma.

En este ligero estudio haremos conocer primero al hombre y luego al escritor.

Nació en la ciudad del Cusco hacia 1573, de padres ignorados, de raza española, que se supone eran impedidos, y aún nobles. Expúsose al tierno niño en la puerta de la casa del Ensayador allí, Cristóval Rodríguez, cuya consorte era Beatriz de Avila. Dióse al expósito el nombre de Francisco; tomó el apellido de Avila, probablemente de la mujer de Rodríguez; y se le agregó después un otro apellido, - Cabrera,

que no usaba al firmar: no sabiéndose más pormenores de una extracción que convino ocultar. (a)

En lucha con la pobreza y la orfandad hizo Francisco, en cosa de cuatro años, sus cursos de Artes y Teología moral, en el mismo Cusco, en las aulas de los Jesuitas; y logró sobresalir entre sus condiscípulos, por su mucha aplicación y conocido provecho, teniendo varios actos literarios en que se expidió muy bien. El cuenta, que el Padre Pedro Castillo, de la Compañía de Jesús, fué su primer maestro de Gra mática latina.

Tonsurado por el Obispo de esa Diócesis, Fray Gregorio de Montalvo, el 21 de octubre de 1591, y ordenado de ostiario el 26 de abril de 1592, decidióse á venir á Lima á conti nuar su carrera, aunque no contaba aquí con parientes, amigos ni dinero. ¿ Recibía, tal vez, secreta protección de sus padres?-No lo sé.

Parece que el mismo año 92 ingresó á la Universidad de San Marcos, célebre ya por sus miembros eminentes. El tenaz cusqueño hubo tiempo en que oía y recibía siete lecciones diarias: cinco en los generales de dicha Escuela; una durante dos años, del afamado Jesuita Estevan de Avila, sobre la materia De censuris; y otra De simonia, dictada por el Dr. Carlos Marcelo Corne, ilustre obispo después de Trujillo, su patria, y fundador del Seminario Conciliar que lleva su nombre.

De regreso al Cusco Avila, en 1596, le confirió los gra. dos de lector, exorcista y acólito, el 8 de marzo, en Challhuanca, provincia de Aimaraes, el Obispo de Tucumán don Fernando de Trejo. El mismo Prelado lo ordenó allí de subdiácono el sábado siguiente; de diácono en la catedral del Cusco, el 30 de marzo, víspera de la domínica de Pasión; y de presbítero, el 13 de abril, en la iglesia de San Francisco de esa ciudad.

El vehemente deseo de Avila de concluír sus estudios, y graduarse, lo trajo de nuevo á Lima: cursó cánones y leyes

(a) Avila acabó por firmar Dávila, contracción de-De Avila; siguien do el ejemplo de otros individuos del mismo apellido como Dávila aparece siempre en su volumen de SERMONES, en el título, prólogo, licencias y censuras; y así lo llaman también varios autores, y entre ellos Pablo José de Arriaga, en 1621, en su Extirpación de la idolatría.

en la misma Universidad; tuvo muchos actos sabatinos de esas facultades, y varios generales ante el cláustro de doctores y maestros. Logró recibirse de Bachiller el 12 de febrero de 1597; y mucho más tarde,-quizá por el gasto excesivo que se requería,—de Licenciado y Doctor, en 10 y 12 de julio de 1606.

En la visita que hizo, por orden del Rey, á la Universidad de Lima, el Arzobispo de México don Alonso Fernández de Bonilla, el doctor Alsina, Catedrático en ella de vísperas, encomendó á Avila un acto, y conclusiones del capítulo Ex litteris-De jure patronatus, para que se viese el adelanto de ese cuerpo literario, y tuvo aquello el mejor éxito.

Domiciliado en la Arquidiócesis, logró Avila en concurso, en 1597, el curato de San Damián, perteneciente á la provincia de Huarochirí, en donde se le ofreció vasto campo para mostrar su celo en predicar á los indios, y desterrar la idolatría, que conservaban por ignorancia, y por natural apego á las creencias y prácticas de sus antepasados.

Hecha la visita del curato por Santo Toribio, declaró á Avila exento de toda responsabilidad, por auto expedido en Quinti el 9 de octubre de 1598. Iguales sentencias se dieron en las visitas que después realizó el bachiller Fernando Martínez, visitador general del Arzobispado, que son fechadas, respectivamete, en Chorrillo, el 18 de marzo de 1600, y en Santiago de Tumna, el 24 de setiembre de 1601.

Avila fué nombrado vicario del pueblo y doctrina de San Damián, Quinti, Santa María de Jesús, el Chorrillo, Sisicaya y San Bartolomé de Sueyacancha: dióle el título el licenciado Miguel de Salinas, Visitador general de la Arquidiócesis, en Huarochirí, el 26 de octubre de 1598.

Nuevo nombramieto de vicario le libró el mismo Santo Toribio, el 2 de julio de 1603, en el pueblo de San Pedro de Huaricairi; y el Deán y Cabildo en sede vacante le confirieron también el vicariato el 16 de junio de 1606.

Véase en qué términos se expresa sobre Avila el visitador Martínez, al pronunciar su veredicto, en la causa de visita que siguió: "Fallo atento á los descargos que dió, que le debo absolver y absuelvo, y doy por libre de los dos cargos que le fueron fechos, y de todo lo en ellos contenido, y debo decla

rar y declaro al dicho licenciado Francisco de Avila por sacerdote muy honrado, docto, estudioso y honesto, de mucha virtud y recogimiento, y que ha acudido y acude assi al officio de cura, como al de Vicario, con mucha diligencia y cuydado, y merece que su señoría Iltma. le premie, y haga merced en lo que se le offreciere. Y por esta nuestra sentencia deffinitivamente juzgando asi lo pronuncio y mando"......

En 1607 presentó Avila, al Cabildo en sede vacante, una solicitud, para que se instruyera una sumaria información sobre su vida y costumbres, á tenor de las once preguntas contenidas en el interrogatorio que formuló: pedía también copias de los títulos de su ordenación, de los grados de licenciado, bachiller y doctor; y de las visitas por él hechas en San Damián, Chaella y Mama: á fin de que, en presencia de esos documentos, el Rey y el Consejo de Indias le concedieran una Dignidad 6 Prebenda.

Fueron declarantes: el Dr. D. Bernardino de Almanza, Tesorero de la iglesia de Cartagena; el Licenciado Alonso Menacho y el Bachiller Diego González Chamorro, curas de la Catedral de Lima; y los doctores Carlos Marcelo Corne, Magistral, y Francisco de León Garavito, Catedrático de Prima de leyes en San Marcos. El expediente original, en 29 hojas, de dicha información, se conserva; y merced á él se conocen detalles sobre la vida del Cura Avila hasta entonces. Dicho expediente concluye con este PARECER:

"En la ciudad de los Reyes. A diez y siete días del mes de mayo de mill seiscientos e siete años, el señor doctor don Pedro Muñiz, Dean de la Sancta y Cathedral Iglesia de la dicha ciudad, Provisor e Vicario general en ella e su arzobispado. Por su señoria Dean e cavildo sede vacante y en birtud de la comision que tiene de su señoria para lo aquí contenido abiendo visto estos auctos e ynformacion - dixo que a los testigos, que en esta ynformacion an depuesto, conoze de muchos años a esta Parte y los tiene por hombres Prencipales, temerosos de dios, E tiene por cierto, que Por ningun, Interes depondrán más de lo que supieren, Y entendieren, con toda Puntualidad, Y que al dicho Doctor Francisco de ávila conoze desde niño expuesto, á la puerta de xpoval Rodríguez. Ensayador del Cuzco, y de beatriz de ávila su mujer, y con

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