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ENCICLOPEDIA MODERNA

DICCIONARIO UNIVERSAL

DE LITERATURA, CIENCIAS, ARTES, INDUSTRIA Y COMERCIO.

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DRUIDICO. (Arquitectura, arqueologia). De-hir significaba entre los druidas piedra larga, signause con este nombre los monumentos y peulvan pilar de piedras; y los monumentos que la ciencia atribuye con incontestable razon á que da estas denominaciones la arqueoloá los druidas; y á la verdad no dando una gia, consisten en una piedra sin labrar aislabreve idea de ellos, seria muy incompleto el da y perpendicularmente puesta en el suelo. estudio de aquella civilizacion, cuya religion, Muchos sin duda hubieron de ser destruidos estudios, costumbres é influencia social han si- cuando estendiéndose el cristianismo entre do objeto de los dos últimos artículos del to- los pueblos del Norte de Europa fueron á un mo anterior. Por largo tiempo se ha dado tiempo condenadas por los reyes y los concipoca ó ninguna importancia al exámen de lios las prácticas religiosas de los druidas y los monumentos druidicos, siendo los de todo lo que pudiera mantener viva la memoria Grecia y Roma los que casi esclusivamen- de su culto; mas a pesar de eso no son pocos te ocuparon la atencion de los arqueólogos; los que todavía se conservan especialmente en mas al cabo llegó á conocerse que no era Francia y en la Gran Bretaña, debiéndose su justa tanta indiferencia respecto de la civi- conservacion á la rapidez de los progresos de lizacion céltica, y entonces tanto en Ingla-la religion cristiana, que dueña de los coraterra como en Francia hubo hombres diligentes y de claro talento, y academias celócisimas que dirigieron esclusivamente sus afanes á este linage de investigaciones. A los unos Los menhires estuvieron consagrados, sey á las otras debemos el haberse aumentado gun parece, á diferentes usos, de donde resulalgun tanto las escasas noticias que se tenia ta que unos deben considerarse como monude las cosas de los celtas, de quienes han di-mentos civiles, y otros como monumentos recho muy poco los antiguos historiadores. Si-ligiosos. Empleáronse unas veces como limiguiendo, pues, la clasificacion ya adoptada tes de division, y otras sirvieron para perpepor los que han tratado de estas materias, tuar la memoria de algunas hazañas, ó de daremos aqui una ligera idea de los monumen- sucesos de grande importancia, como sucedió tos druidicos, distinguiéndolos por el uso á en otros pueblos de la antigüedad; pues segun que estuvieron consagrados, en civiles, reli- refiere Amiano Marcelino, los árabes, los pergiosos y funerarios. Los que se han llamado sas, los escitas y otras naciones anteriores á menhires y peulvan son sin duda alguna los ellos tuvieron la costumbre de levantar pilares mas sencillos que se conocen, siendo digno de piedra en memoria de los grandes acontede advertirse que en el lenguaje arqueológi- cimientos. Como prueba de que estos monuco han conservado los mismos nombres con-mentos fueron erigidos mas de una vez por que se designaban en la lengua céltica. Men-los celtas con el fin de salvar del olvido el

zones para nada necesitó continuar derribando como al principio las piedras que habian servido para dar culto á las falsas divinidades.

nombre y las hazañas de sus héroes, puede gitud, y 4m .29 de anchura, con un grosor de citarse el siguiente pasage de Ossian, en que 0.70. hablando de un guerrero dice: «Los bardos. cantaron el nombre de Fingal y las piedras hablaron de su gloria.»

Otros pasages del mismo poema vienen tambien å demostrar que los menhires fueron ademas unos monumentos religiosos, sirviendo como de adorno sobre las tumbas de algunos caudillos. En Fingal, capítulo VI, se lee lo siguiente: «Que la tierra de Erin dé asilo á los hijos de Lodin, y que las piedras elevadas sobre sus tumbas atestiguen su nombradia,» y en el cauto segundo de Temora se dice: «Oh Carril! ¿No distingues aquella tumba junto al torrente? Tres piedras levantan sus parduzcas frentes bajo una encina agobiada por los vientos, bajo aquellas piedras yace un caudillo. »>

Obsérvase en la colocacion de los menhires la diferencia de que en unos la estremidad de mayor volúmen es la que se apoya en tierra, y en otros sucede lo contrario. Su elevacion varía desde tres à diez metros, y veces llega á mas: se han encontrado algunos con esculturas groseras, que no ha faltado quien crea que pertenecen á los tiempos en que aquellos fueron levantados; pero esta opinion debe tenerse por errónea, si se atiende á que los druidas no usaron de la escultura en sus monumentos, y si algunos adornos de esta especie se encuentran en ellos, fueron sin duda puestos en épocas posteriores.

Los dolmenes compuestos están formados con gran número de piedras colocadas de canto, de las cuales algunas sirven para tapar los huecos sin sostener la cubierta, que formada á veces de varias piedras descansa únicamente en la estremidad de algunos de los sostenes. Puede mencionarse como de los mas notables de esta especie, uno que existe en la Bretaña, conocido con los nombres de Mesa de César y Mesa de los Mercaderes. Su cubierta, que tiene 8m 70 de longitud, 4. de anchura, y el grosor de 1.m descansa solo en los estremos de las numerosas piedras que forman su recinto.

En cuanto al uso de estas tres especies de monumentos, puede asegurarse que era religioso. En primer lugar, no deja duda de que tal fuese esta la denominacion Fanum Mercurii con que designaban aquellos los antiguos: ademas, Tácito hablando de la isla de Mona (Anglesey), dice que fueron destruidos los bosques donde los isleños se entregaban á la supersticion derramando la sangre de los cautivos en altares que alli tenian, y pretendiendo descubrir los arcanos de la Divinidad con la inspeccion de las entrañas de las víctimas; y si á esto se añade la gran semejanza que hay entre los dolmenes y los altares, no se necesitará mas para convencerse de que estuvieron consagrados á prácticas religiosas. Si algo vale el testimonio de los escritores romanos, debe tenerse por cierto que los semi-dolmenes de grande dimension servian para precipitar desde lo alto algunos desgraciados que perdian la vida cayendo sobre el hierro: los trilitos, á juzgar por sus apariencias, debieron ser altares destinados á las oblaciones, y los dolmenes no puede dudarse que sirvieron para los sacrificios. Circunstancia notabilísíma que mueve poderosamente à tener esto por cierto, es encontrarse en muchos de ellos una especie de cubeta circular, que no parece hecha con otro fin que con el de recibir la sangre de las victimas; á pesar de lo cual no ha faltado quien opine que estos monumentos sirvieron de sepulcros, fundándose en que debajo de algunos de ellos se habian encontrado huesos humanos; pero no es esta razon bastante para hacer que prevalezca tal opinion, pues aunque bajo los dolmenes fuesen sepultados los grandes personages ó los ministros de la religion, como ha sucedido entre los cristianos respecto de sus altares, el uso principal para que estaban construidos fué sin duda el de los sacrificios.

Los dolmenes, semi-dolmenes y trilitos, son monumentos compuestos de varias piedras, las unas colocadas de plano sobre los estremos de las otras, y estas puestas de pie derecho en el suelo, sirviendo como de apoyo. Obsérvanse en ellos tres formas diferentes, entre las cuales la mas sencilla es la de los llamados semi-dolmencs. Consisten estos en una piedra única, de cuyas estremidades una descansa en el suelo y la otra sobre una piedra colocada de canto, y se encuentran varios en Francia, en Irlanda y en Inglaterra. El que se designa con el nombre griego trilito y tambien se llama lieaven, se compone de tres piedras, dos de las cuales sirven de apoyo á la tercera colocada trasversalmente. No son tantos los que se conservan de esta clase como los de la anterior, pero sin embargo, existen en Francia algunos no poco notables. Entre los dolmenes verdaderos deben distinguirse el sencillo y el compuesto. El primero consta solo de cuatro piedas; tres que forman los lados de una especie de gruta rectangular y otra colocada sobre esta, sirviendo de cubierta, siendo de advertir que Los portales cubiertos, grutas ó rocas de las algunos, conservando la misma forma y sen- hadas, son calificados como dolmenes por alcillez, y perteneciendo por consiguiente á lagunos anticuarios por la semejanza que tiemisma especie, están compuestos sin embargo, nen con ellos, aun cuando sean de mayores de mas de tres piedras. Uno de los mas nola dimensiones. Obsérvase en ellos que no siembles que se conoce, es el de Dollon junto à pre tienen la misma latitud en toda su esla Conneré: su cubierta tiene 6.50 de lon-ension, sino que son mas anchos á veces en

una de sus estremidades, ofreciendo algunos el aspecto de un corredor terminado por una sala cuadrada ó redonda, y conteniendo otros hasta dos ó tres piezas. Menciónanse como los mas grandes y dignos de atencion en esta clase de monumentos uno que se llama Roca de las Hadas, y se ve cerca de Saumur en Francia, otro que existe á poca distancia de la al-todavía muchas piedras en varios puntos de dea de Essé, y otro no lejos de Tours. El primero tiene la entrada al Sudeste, y la forman dos grandes piedras, entre las cuales no hay mas espacio que el de una puerta comun, Su anchura por la parte esterior es de 4,m 35, componiéndose cada uno de sus lados de cua-ban consagradas por la ignorancia vulgar que tro piedras que forman una longitud total de 7,m 50: su fondo da al Noroeste, y no presenta mas que una gran piedra que sobresale mucho por los lados, y se inclina hácia dentro, siendo de notar que solo las dos piedras de fachada están en posicion vertical, y que la cubierta, hendida en toda su longitud, se apoya en una piedra derecha y aislada en medio del monumento. El segundo portal cubierto es casi igual en dimensiones al que acaba de mencionarse, y está dividido en dos salas, de las que la mas pequeña sirve como de vestibulo á la mayor: la puerta está formada tambien por dos piedras salientes, que forman como alcobas ó capillas laterales. El tercero de dichos monumentos se compone de doce piedras sin labrar, con una entrada que mira á Levante, siendo su total longitud de 7,m 35, su anchura de 3,m 35, y su elevacion esterior de 4,m 25. Despues de haber dado una idea sucinta de la forma de los portales cubiertos, falta esplicar cual fue el pensamiento á que debieron sn ereccion, cual el destino que tuvieron entre los celtas. Investigacion es esta que ha fatigado los entendimientos de no pocos anticuarios, sin que de esta fatiga haya resultado una idea fundada en razones bastante poderosas para A dar crédito á lo que dice Plinio el Mayor, alejar la duda y poner término á las conjetu- en sus tiempos habia algunas de estas piedras ras. Han creido algunos, movidos por la seme-equilibradas en el Asia Menor, y él mismo las janza en las formas, que el destino de los por- habia visto: Mr. de Hancarville afirma que tamtales cubiertos era el mismo que el de los dol-bien existian en Grecia, en Fenicia y hasta en menes; pero á decir verdad, sobra razon para no creer que estas gigantestas construcciones sirviesen solo de altares: otros han pretendido encontrar en ellos un pensamiento semejante al que presidió á la ereccion de los templos de Grecia y Roma; pero esta suposicion viene por tierra al observar que en la especie de monumentos de que se trata son los menos los que miran al Oriente: á estas conjeturas, formadas sobre punto tan dudoso, pudieran aña dirse otras; pero la que tiene sin duda mayor probabilidad, es la que sin negar que la plataforma de los portales cubiertos sirviese para los sacrificios establece al mismo tiempo que Tan fáciles de describir son estos monumenel interior servia para la celebracion de algu-tos como difícil de averiguar para qué sirvieron nos ritos misteriosos, ó para morada de los en la antigüedad. Mr. Cambay, hablando de ellos, sacerdotes. dice que dan ocasion á muchas conjeturas, pero De altares servian tambien á los druidas que nada cierto dejan descubrir á quien busca para sus sangrientas ceremonias, rocas de gran | la verdad, y en seguida manifiesta que los con➡

volúmen ó naturalmente adheridas á la tierra ó sueltas, ya las colocase en determinados sitios la casualidad ó la mano de los hombres. Sobre la cima de ellas se encuentra una especie de estanque de forma cuadrada, labrado sin duda á cincel, y del cual parte un canal á desaguadero. De este género se conservan Inglaterra, y sin duda son otros tantos monumentos druidicos; asi como las piedras fijas agujereadas, que segun la opinion de unos eran los gnomons de que usaban los druidas para conocer la altura del sol, y segun otros esta

les atribuia la virtud de sanar los miembros enfermos metiéndolos en aquellos agujeros.

Piedras vacilantes. Encuéntranse varios de estos monumentos asi en Francia como en Inglaterra, atestiguando en ambas naciones la existencia de los druidas, revelando en parte su civilizacion, y sirviendo para fatigar la imaginacion de los anticuarios, que hasta el presente no han conseguido esplicar de una manerà satisfactoria á que uso estuvieron destinados. Dáse el nombre de piedras vacilantes á unas rocas de gran magnitud, puestas, ya sobre el suelo, ya sobre otra roca, y de manera que á pesar de su enorme peso pueden ser movidas con el mas pequeño empuje. No cabe duda que la naturaleza por sí sola puede producir este fenómeno, en lo cual se han apoyado algunos escritores para no tener por monumentos druídicos algunas piedras equilibradas de la manera susodicha; mas para alejar todo linage de duda en investigaciones de esta especie, conviene tener presentes, como regla segurísima, que cuando en muchos puntos se encuentran rocas tan singularmente colocadas, no ha sido causa de ello el poder de la naturaleza sino el de los hombres.

las costas de la China: Olao Magno da estensa noticia de otras que habia en Suecia y Noruega, y la curiosidad de los viageros ha descubierto algunas en New-Hamshire (América del Norte.) Entre las mas notables de estas piedras que tanta materia han dado y dan á las meditaciones de los mas sabios arqueólogos, merecen especial mencion la de Perros-Gugrech, situada en las costas del Norte, y cuyo volúmen es de catorce metros de largo con siete de espesor: la de Kerisguilien y la de Trecury cerca de Concarneau en Finisterre, ambas notabilisimas tambien por sus grandes dimensiones.

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