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inglesas; siendo tales sus esfuerzos en la guerra de la república, que parece imposible pudiese sufragarlos así en hombres como en dinero, una provincia tan pequeña, pues pasaron de diez y seis mil hombres los que alistó ó pagó en esta ocasion. Véase pues á Vizcaya, en una época tan moderna como la de fines del siglo pasado, cumplir exactamente la antiquísima ley militar gótica, concurriendo todos sus hombres útiles á defender la patria cuando lo exigia la utilidad pública, en cumplimiento tambien de su fuero.

Respecto pues al servicio militar, los vizcainos nunca se han negado ni podian negarse al llamamiento del señor con paga desde Luyando: pero en toda la historia de la edad media y moderna, no se encontrará un solo caso de que el señor los haya llamado sin motivo poderoso de guerra ó defensa de su derecho; y he aquí la pública utilidad que exigia la ley de Wamba para el apellido general. De manera, que la obligacion militar de Vizcaya respecto al señor, descansa sobre dos bases esenciales, á saber: el fuero, uso y costumbre antiquísimos, fundados en ley general de estos reinos. Es de fuero que los vizcainos acudan al llamamiento de su señor para servirle militarmente; es de uso y costumbre antiquísima fundada en ley, y obligatoria, que el señor no llame á los vizcainos sino cuando lo exija la utilidad pública del señorío. Entonces puede llamar á todos y deben acudir todos; mas cuando tal caso no llegue, no puede llamar á ninguno ni debe acudir ninguno. No han invocado nunca los vizcainos como privilegio la exencion del servicio militar en tiempo de paz; ese es un error crasísimo de ignorancia: su exencion militar fué ley general, que por uso y costumbre se ha conservado por mas de doce siglos en el Norte, cuando ha desaparecido en el resto de España, á causa de los ejércitos permanentes.

El estado político y económico actual de Vizcaya será objeto de nuestro exámen cuando al llegar al reinado de Doña Isabel II, tratemos de la ley de 1839.

GUIPÚZCOA

CAPÍTULO 1.

HISTORIA POLÍTICA.

Guipúzcoa durante la dominacion romana y góthica.-Términos durante los siglos X y XI.-Primer señor.-Alterna Guipúzcoa entre las coronas de Castilla y Navarra. - Union definitiva y voluntaria de Guipúzcoa á Castilla.· Pruebas de esta union.-Exámen de la escritura de 8 de Octubre de 1200. — Se rechaza su autenticidad.-Guipúzcoa formó cuerpo de provincia desde antes de su union à Castilla. - Hermandad guipuzcoana. - Prohibicion de enajenar ninguno de sus pueblos.—Tratado de la junta de Usarraga con Inglaterra. – Reyes de Guipúzcoa.

En la España romana de Plinio y Ptolomeo las gentes que ocupaban el territorio que hoy es Guipúzcoa, se intitulaban vardulos y componian parte de las catorce ciudades que acudian al convento jurídico de Clunia. Mondéjar no se conforma con esta opinion en su España antigua, creyendo que Oyhenart confundió á Guipúzcoa con Castilla la Vieja, que era la verdadera Vardulia: sin embargo, nosotros opinamos que los pueblos designados con el título general de vardulos que contenian los oyarcenses, carietes y otros, comprendian en parte el país guipuzcoano.

Parece que los habitantes de este territorio opusieron tenaz resistencia á los invasores del siglo V, y consiguieron sostener su independencia hasta el reinado de Leovigildo, concluyendo la conquista Recaredo, Suintila y Wamba.

En el capítulo preliminar de esta seccion manifestamos nuestro dictámen acerca de haber quedado exenta de la conquista de los árabes la parte mas occidental de la Vasconia; pero desgraciadamente, y respecto á Guipúzcoa, no hay la menor noticia auténtica durante los siglos VIII y IX, pues los cuatro obispos cronistas guardan profundo silencio. En el X se habla ya de Guipúzcoa en la escritura de los votos de San Millan, que se supone escrita en 939: «Et de ipsa Deva usque ad Sanctum Sebastianum Dernani, id est tota Ipuzcoa.» Dejamos anteriormente indicado, que la sana critica no admite hoy la exactitud de esta escritura, y en cuanto á lo que dice de Guipúzcoa, no aparece en efecto muy veridica, puesto que cita á San Sebastian, y esta poblacion no se fundó hasta despues de 939. Otro documento que recuerda el obispo Sandoval del año 839, y que atribuye á Iñigo Arista, en que ya se habla de Guipúzcoa, no tiene el carácter de veracidad necesario.

Pero si, como debemos, solo nos guiamos por documentos auténticos y oficiales, no encontramos ninguno fehaciente hasta la escritura hecha por D. Sancho el Mayor en 1027, señalando los términos del obispado de Pamplona, y en que están comprendidos como pertenecientes á Navarra, los valles de Oyarzun, Verastegui, Areria, Sayáz, Hernani, Iziar, Iraurgui, Goyaz y Regil: es decir, que de la primera noticia positiva resulta, que gran parte, si no todo del territorio de Guipúzcoa, pertenecia ya á Navarra en el siglo XI. Este documento la llama Ipuzcoa, y aun se encuentra así designada en la carta de fueros de Antoñana, otorgada en 1182 por D. Sancho el Sábio. Nuestro D. Alonso X en su Crónica general la llama Lepuzcoa. Los Anales compostelanos la denominan Ispucia; pero ya el arzobispo D. Rodrigo la llama constantemente Guipúzcoa. Algunos autores vascongados han querido explicar la etimología de la palabra, diciendo se derivaba de Egui-putzua, que en vascuence significa Pozo de la verdad; pero otros, y nos parecen los mejores, aseguran que nada cierto se puede decir acerca de este punto.

Despues de 1027, en que oficialmente se presenta Guipùzcoa como parte del reino de Navarra, y prescindiendo de las disputas entre autores castellanos y Moret y Garibay, sobre si ya en 921 eran los reyes navarros monarcas de Guipúzcoa, ó si el conde Fernan Gonzalez la tenia en su condado el año 939, encontramos, que desde el asesinato de D. Sancho el de Peñalen hácia 1076, Guipúzcoa se unió á Castilla, donde estuvo hasta 1123, en que volvió á Navarra por las paces que se ajustaron entre las dos coronas, uniéndose definitivamente en 1200 á Castilla.

Tenemos pues un período oscuro de mas de tres siglos, en. tre la invasion sarracena y el primer documento auténtico, en que los escritores han gozado ancho campo á su inventiva para suponer cuanto les ha parecido congruente al objeto de sus escritos. Unos han supuesto absoluta independencia en Guipúzcoa y gobierno de Jaunac, soberanos como en Vizcaya: otros la han creido subyugada desde el principio de la reconquista á los monarcas de Astúrias: tampoco falta quien la ha considerado como una gran behetría con facultad de mudar señor siete veces al dia, como las de mar á mar: y por último, los mas imparciales han visto en Guipúzcoa durante los primeros siglos de historia conocida, un territorio disputado alternativamente por los reyes de Leon, Castilla y Navarra, gobernado conforme á sus usos, costumbres y libertades por señores que la tenian en honor, y en consonancia al derecho político de la época, bajo el dominio eminente de los monarcas.

Así es que Landazuri, escritor vascongado y gran investigador de las antigüedades de Guipúzcoa, no ha podido encontrar un señor mas antiguo que D. García Azenariz, que tenia á Guipúzcoa en honor por el rey D. Sancho de Pamplona el año 1025, segun lo demuestra una escritura de donacion al monasterio de San Juan de la Peña, que cita en su historia manuscrita, y que luego copió Llorente en el tomo III de sus Noticias. Allí se lee: «Ego quidem Sancius rex, regnans in Pampilona, et sub imperio ejus Senior Garcia Azenariz de Ipuzcoa.»

De otra escritura de donacion á Santa María de Leire del año 1066, reinando D. Sancho el de Peñalen, y citada por Moret, resulta que á la sazon tenia la provincia en honor Don Orbita Aznarez.

Pero ya en 1081, despues del asesinato del de Peñalen, se ve á Guipúzcoa unida con Castilla, teniéndola en honor por el rey, D. Lope Iñiguez, señor de Vizcaya. Así lo demuestra una donacion de dicho año á San Millan de la Cogulla, donde dice D. Lope: «Hablaré de esto al rey, creo que no prohibirá nuestro dicho ó hecho, sino que lo hará firme por todos los siglos;» y en efecto, viene despues la confirmacion de Don Alonso VI. Otras escrituras de 1082 y 1083 prueban el mismo señorío en honor de D. Lope Iñiguez. Pero de ninguna manera debe confundirse este señorío en honor de D. Lope por el rey de Castilla sobre Guipúzcoa, con su señorío independiente sobre Vizcaya, porque ya dejamos explicado al tratar de la independencia de los vizcainos, que la circunstancia de haber sido algunos señores de Vizcaya ricos-hombres de Castilla ó Navarra, y reconocido vasallaje á estos monarcas por los estados que de ellos tuviesen en sus respectivos reinos nada afectaba al señorío que disfrutaban por derecho hereditario y voluntad de los vizcainos. Es preciso tener muy presente esta distincion, porque Guipúzcoa se halló en diferentes condiciones políticas que el señorío de Vizcaya, y no englobar la situacion política de las dos provincias durante la edad media, que es lo que han intentado y casi conseguido los que atacan sus derechos y fueros, fundándose á veces, con aires de razon, en las exageraciones de algunos autores vascorgados.

Hemos indicado que desde 1076 hasta 1123 perteneció Guipúzcoa á Castilla, pero que en este último año volvió á Navarra, por la paz que se ajustó entre las dos coronas; y en efecto, Moret aduce escrituras auténticas de 1135, 1147 y 1148 en que aparece el rico-hombre D Ladron de Guevara teniendo á Guipúzcoa en honor por el rey D. García. Posterior

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