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Umbroso, que de ambos modos le vemos citado, escribía obras que le atribuye un historiador anónimo de la diócesis pistoyana. Las guerras que Pisa sostuvo con Pistoya, antes y después de ser la república de su nombre, pues duraron hasta el siglo XVI, fueron la causa de que los ejércitos devastasen las bibliotecas mejores de aquel país, y á esto se atribuye la pérdida de las obras del abad Athón (1) que no llegaron á publicarse, pero que le sirvieron tal vez de mérito, amén de sus virtudes, para su elevación á la silla episcopal (2).

(1) Sceli, un autor del siglo xv, cita una de estas obras con el título de Doctrina para los catecúmenos. Parece que otra obra trataba del Bautismo.

(2) En la obra el Año Cristiano del P. Croiset, refundida por D. Antonio Bravo y Tudela, se le llama «el beato Athón;» no así en el Acta levantada en la catedral de Pistoya con motivo de las fiestas que se le hicieron al santo en 1743, con ocasión de destaparse su sepulcro, en que se dice... «estando presente el ilustre obispo, los canónigos del Cabildo, y curas párrocos y demás señores que son hoy funcionarios de la curia diocesana, se ha practicado en la iglesia catedral un minucioso reconocimiento del sagrado cuerpo del santo obispo Athón, del que, con las formalidades debidas, se extrajo un buen trozo de los brazos para ser distribuído, como reliquia de la catedral de Badajoz, de donde era y donde es venerado el santo, levantándose la oportuna acta, que firmaron todos los interesados, que tuvieron ocasión de admirar el perfecto estado en que se encuentra el citado cuerpo, no obstante los siglos transcurridos. El señor obispo de Pistoya, cabildo y párrocos, son los custodios de tan importante y santo depósito, y como tales, guardan las llaves de la urna, donde, en forma de sepulcro, se custodia al santo.»>

CAPÍTULO IV

De otros edificios religiosos.-Sigue la historia civil.-De las armas de Badajoz

I

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os principales antecedentes históricos y artísticos de la catedral de Badajoz, han robado la mayor parte del capítulo anterior, y la descripción de sus parroquias, conventos y ermitas ocuparán, en su mayoría, el presente.

No tiene Badajoz, propiamente dicho, más que una parroquia y un solo párroco. Aquella es la catedral; éste su obispo, quien nombra cuatro vicarios, con el título de curas del Sagrario, que sirven otras tantas iglesias, en lo respectivo al ministerio parroquial. Son estas cuatro parroquias la del Sagrario (en la Catedral), Santa María, San Andrés y la Concepción. En lo antiguo hubo siete, habiendo desaparecido tres en principios del siglo, denominadas Santa María

de Calatrava (de los caballeros de Alcántara) existente en el recinto del antiguo castillo; Santiago, después ermita de las lágrimas, arruinada por los franceses en 1811; y San Pedro, dentro del cuartel de infantería que había en el mismo recinto y que fué también destruída en igual fecha.

La parroquial de San Andrés ocupaba la plaza del mismo nombre, hasta 1834 en que derribado el templo como medida de ornato, se trasladó al convento próximo de Madre de Dios. Era San Andrés un templo antiguo, de principios del siglo xv. Tenía un exterior malo, pero guardaba cuadros de Morales, un retablo de Berruguete, de la época de la sillería del coro de la Catedral, y era rico en enterramientos de gente muy principal.

Esta parroquial tiene un gran lienzo representando á San Antonio Abad. Está firmado por Francisco Javier de Mures. El Juicio-Final que hay en otra capilla también es del mismo artista. Sobre la portada de la sacristía se ve una gran tabla dividida en nueve partes, y en cada una de ellas se ve la figura de un santo. Es un cuadro de Luís de Morales, de su peor época, y estuvo en el altar mayor del destruído templo de San Andrés. Los inteligentes han querido negarle á Morales la paternidad de su obra, pero en el altar donde estaba colocado había una inscripción que decía así: «Se hizo este retablo mayor en 1558 con las > limosnas de los fieles, las que diera á la parroquia S. M. el Rey N. S. y las del poderoso caballero Sr. Duque de Feria, > patron de la capilla. La pintura de los nueve cuadros es del > maestro Luís Morales, director de obras y maestro de las de › la Catedral. ›

La parroquial de la Concepción es moderna. Se creó después de la exclaustración, en el convento de frailes franciscanos denominados de San Gabriel, situado al final de la calle de San Juan. Es este convento de larga historia. Se levantó á los me· diados del siglo xvi, á dos kilómetros por cima de Badajoz, fundado por San Pedro de Alcántara, y á la comunidad pertenecie. ron doctos y sabios teólogos, hombres de gran virtud que so

bresalieron en la vida mística y contemplativa; algunos, como San Pedro de Alcántara, canonizó después la Iglesia. El obispo Minayo levantó en el centro de la ciudad un nuevo y suntuoso albergue para trasladar á él la comunidad, haciendo un templo á semejanza del de San Francisco el Grande, de Madrid. Se ter. minó en su totalidad á expensas de las limosnas de los fieles. En fines del siglo XVIII el referido prelado puso la primera piedra y se terminó en 1772, siendo su primer guardián Fr. Juan Caro y el célebre P. Ternavacas. El 14 de Junio se trasladó la comunidad, de la casa que habitó largos años en despoblado, á la nueva, y predicó el sermón en la fiesta de aquel día Fr. Francisco de San José y Almendralejo (1).

En este templo espacioso, elegante y el más favorecido acaso por los vecinos de la ciudad, se ven algunas pinturas buenas. Pero se le atribuye á Morales, injustamente, el cuadro que está en el altar de una capilla, representando á Cristo caído con la cruz á cuestas. Ponz, que adjudica esta obra al divino Morales, no la miró bien. Es un lienzo que al sumo pertenecerá á los comienzos del siglo XVII, aparte que su ejecución es impropia de! autor que se le supone.

Hemos tratado á dos celebridades de esta iglesia. Al P. Gallardo, franciscano exclaustrado de este mismo convento y más tarde párroco de la Concepción. Fué muy conocido por sus ideas liberales. En el pronunciamiento de 1843 apareció por las calles de la ciudad con un sable colgado sobre la sotana y un enorme morrión de miliciano, encasquetado hasta las orejas. Estas cosas le sirvieron para morir de Deán de Ceuta. Y al P. José, conocido por el sobrenombre de el de la cabeza gorda. Fué compañero de clausura del anterior, y teniente cura, con él también, de su parroquia. Medía de estatura 1'97 centímetros, de hombro á hom

(1) Colocación (¿ traslación?) de la iglesia de S. Gabriel de Badajoz dia 14 de Junio de 1772.- Por Fray Francisco de San Josef y Almendralejo, predicador general y morador en sobredicho convento. (Ms.)

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