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en medicinas y alimentos para los 40 enfermos pobres que por término medio recibe al año, y en los sueldos de capellán, mé. dico, sangrador y enfermero. Es el único establecimiento benéfico que cuenta Zafra, porque los hospitales de San Miguel y San Ildefonso, como la fundación llamada de la Caridad, no cumplen con los fines para que fueron instituídos. El edificio del Hospital de Santiago se conserva como en sus mejores tiem

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pos, y su exterior mayormente no ha sufrido modificaciones. Gracias á ello se debe el poderse admirar hoy la bonita fachada gótica del mejor estilo de sus tiempos, y su portal ó ingreso que no es menos importante que aquella. Puede decirse muy bien que esta portada y el alcázar es de lo más interesante que Zafra reune hoy en el orden arqueológico, entre todos sus edificios civiles y religiosos.

El convento de Santa Clara, del orden de San Francisco,

lo fundó en 1428 D. Gómez Suárez de Figueroa y D.a Elvira Lasso de Mendoza (progenitores de los duques de Feria), sobre las ruinas de una mezquita árabe que después se convirtió en capilla, bajo el patronato de Nuestra Señora del Valle, arruinada

ZAFRA.-PORTADA DEL HOSPITAL DE SANTIAGO

en principios del siglo xv.

El convento

de Santa Catalina, del Orden de Santo Domingo, se debe á la piedad de D.a Inés de Santa Paula, quien lo levantó en 1500. Veintiún años después se construyó el de Santa Marina, sobre una antigua ermita de esta advocación; en 1536 se levantó el de la Cruz, por sor 'María, con otras

beatas naturales de Zafra; en

1537 el de Re

gina Celi, por

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Fr. Domingo Baltasar, en la calle de San Ildefonso, n.o 21, alojando á una comunidad de beatas sin clausura, que en 1607 se trasladaron á otro edificio, declarándose profesas y pasando en tiempos de la exclaustración á confundirse con las religiosas del

Carmen. Otros conventos tuvo Zafra para monjas y hasta tres para frailes, todos suprimidos. De éstos el más notable fué el de la Encarnación y Mina, fundado en 1528 por D.a María Manuela Suárez de Figueroa, condesa de Medellín, que cedió á la orden todos sus bienes y fué enterrada en su iglesia antes de terminada; el de San Francisco, fundación de D. Gómez Suárez de Figueroa en 1480, y el de San Onofre, levantado en 1447 por D. Lorenzo Suárez de Figueroa, á diez kilómetros de Zafra, y todos de buena fábrica y de importancia en sus tiempos, por los cuadros y objetos de arte que encerraban. Ocho 6 diez ermitas contó Zafra, de muy escasa importancia, y de las que sólo se conservan

tres.

La parroquial, Santa María de la Candelaria, es de época antigua, con un trazado pretencioso, y restaurada en estos últimos años por mano inhábil, ha perdido su primitivo carácter. En 1609, por bula de Paulo V, y á solicitud de D. Gómez Suá rez de Figueroa, se erigió en Colegial, creándose para regirla un abad mitrado, con los usos de pontificales; 3 dignidades, tituladas arcediano de Feria, Chantre y Tesorero; 12 canónigos, entre ellos un Magistral y un Doctoral; 8 racioneros y 8 capellanes, con los salmistas y serviciarios correspondientes. El patronato perpetuo de la Colegial y la presentación de la abadía, dignidades y demás piezas eclesiásticas, se concedió por la misma bula á los señores duques y al cabildo, con aprobación del Nuncio de Su Santidad en este reino; pero un pleito entabla. do en la real cámara, desde el siglo anterior, dejó en suspenso la intervención de los duques en esta Colegial, y su clero quedó reducido al párroco, y hoy este templo es solamente parroquial, única que cuenta la ciudad.

El edificio se terminó en 1545 á expensas de D. Pedro Suárez de Figueroa, conde de Feria, con ocasión de haberse arruinado la antigua parroquial que existía en la plaza de la Consti tución. Fué consagrado el 24 de Marzo de 1546 por el obispo de Badajoz. Es de arquitectura gótica; su portada principal de

orden dórico y de mármol. El Ayuntamiento goza del privilegio de comulgar el Jueves Santo en esta iglesia con espada ceñida, por privilegio de D. Alfonso XI y bula pontificia.

En el interior de este templo se ven buenos cuadros, altares de talla antigua y algunas sepulcrales relativamente modernas. Entre otras encuéntrase la siguiente:

R. I. P.

Aquí yacen las cenizas

del Excmo. Sr. D. Nicolás Hurtado y Moreno,
Senador vitalicio del Reino y Caballero

grandes cruces de Carlos III & Isabel la Católica.

Falleció en esta ciudad de su naturaleza el 17 de Abril de 1882. Consiguió que el Gobierno de la Nación destinara diez mil duros que se invirtieron en la reparación de esta Iglesia y en la casa Rectoral. Su heredera Doña Joaquina Marco del Campillo, le dedica esta memoria. La propiedad de este panteón ha sido concedida

por el Ilustrisimo señor Obispo de la diócesis para conservar

en él perpetuamente los restos del finado, á condición

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Terminaremos este capítulo con las noticias biográficas de algunos hijos ilustres de Zafra, donde sobresalieron en primer término los personajes siguientes:

El Dr. Hernando de Zafra, político de gran fama, nacido en 1450. Estudió en Salamanca la carrera de las leyes y la teología, y llegó, á muy poco de ejercer la abogacía en Madrid, á ser un notable jurisconsulto.

Desempeñando el cargo de juez redactó varias disposiciones que le dieron gran renombre, hasta el punto que el célebre obis. po Fonseca, gran amigo suyo, le facilitó conocimientos con los

Reyes Católicos, poniéndose á su servicio y ocupando más tarde el cargo de secretario de estos monarcas, puesto muy codiciado en todos tiempos, pero más en aquellos, por la importancia que alcanzaron dichos reyes en Europa.

D. Hernando fué entusiasta por la empresa del descubri miento y conquista de América, y supo secundar las ideas de los reyes á quienes servía en esta época principalísima de su reinado. Á los esfuerzos de D. Hernando debieron multitud de capitanes y de aventureros poder partir de nuestras costas en busca de empresas y de aventuras del lado allá de los mares.

En 1491 acompañó á los Reyes Católicos al sitio y guerra de Granada, y en 1492 le designaron los monarcas para que redactase las proposiciones pedidas por los árabes para su capitulación, siendo él uno de los que primeramente entraron en la plaza de Granada, y con cuya victoria se puso término, puede decirse, á las conquistas que los Reyes Católicos lograron de los moros.

Por estos datos puede colegirse la importancia que logró en sus tiempos el famoso D. Hernando de Zafra, señor que era de la villa de Castril, en el reino de Granada, donde tuvo muchas haciendas.

Debió morir D. Hernando de Zafra, en el año de 1517, si no fué en el de 18. Un sobrino suyo, D. Antonio, residente en Zafra, otorgó escritura de venta de una casa en 6 de Abril de 1518, y dice en ella: ...mi tío D. Hernando ya defunto.

Juan Chacón, ilustre capitán de los más célebres que tuvo España en los comienzos del siglo xvi. Había nacido en 1497, y en su juventud se dedicó á la carrera de las armas, ejercicio que por entonces llenaba todas las ambiciones de la juventud de aquellos tiempos, y muy especialmente entre los segundones de las casas amayorazgadas que, por la irritante ley de las vinculaciones, se encontraban con un apellido ilustre, pero sin otra fortuna que la que graciosamente le donase el primogénito de sus hermanos, no todos ellos dotados con la liberalidad que les

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