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de tiempos inveterados, ya también por no haber otras en la población.

Con la restauración que hicieron á este palacio perdió todo el aspecto histórico de sus tiempos, y hoy no es más, por su exterior, que una casa solariega del siglo XVII, con tres balcones á su fachada principal, dos escudos de armas entre ellos, una sencilla portada y varias ventanas irregulares en su parte inferior.

Es de notar que esta casa no tiene veletas, ni indicios de haber tenido torres donde fijar las agujas para las banderillas giratorias. Acaso las tuviese el primitivo alcázar de Alha-elGami, y desaparecieron cuando la restauración del edificio actual, conservando por tradición el nombre, que hoy aún lleva, del Palacio de las Veletas.

El palacio de la familia de los condes de la Torre de Mayo. ralgo (familia linajuda de los de este apellido y de los de Ovando), es notable. Su portal sin adornos y los dos preciosos balcones del centro de la fachada, cerrando el escudo heráldico que está sobre el portal, son severos y del mejor gusto. Corresponden á los mediados del siglo XVI, conservándose este palacio en el mejor estado.

Esta casa de los Torres Mayoralgos es nobilísima en Cáceres, y sus vástagos ostentan hoy los títulos de Marqués de To. rres Cabrera, Vizconde de Campos y Conde de Campo-Espina, estando emparentada con la mayoría de los títulos residentes en Extremadura, y cuyos nombres llevan multitud de los TorresMayoralgos, de los Ovandos y de los Ulloas que también formaron entre los de esta familia.

Pero más importancia arqueológica que el palacio de los Mayoralgos tiene la Parroquial de San Mateo situada en la parte más alta de la villa, obra comenzada en últimos del siglo xv. Pero se observa, por las líneas generales de su fachada, que fué menos elevada que hoy se halla, y que además se prolongó desde su púlpito hasta el altar mayor, cuyo trabajo se ejecutó

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en el año de 1500 por Pedro Ezquerra, maestro alarife que por esta época dirigía muchas y buenas obras en Extremadura.

Consta por documentos del archivo de la parroquia que los señores provisores de Coria, el deán Sr. Nieto y el maestre-escuela Sr. Camargo, dieron licencia para edificar de nuevo la iglesia, en 3 de Setiembre de 1548 años. También consta que en 20 de Mayo de 1593, se mandó por el Dr. Juan González, visitador del obispado, que se acabase la obra de la iglesia, cerrando la bóveda con cruceros de cantería y el centro de ladrillos, y que para ello se vendiesen bienes raíces que tenía, á excepción de la renta de la hierba. En esta época se abrió una escalera espiral y se subió al nivel de las paredes del templo, en cuyo asiento se formó una espadaña donde se colocaron tres campanas. El cubo de la escalera está á la derecha de la puerta principal, y en el año de 1781 se construyó la torre principal al lado opuesto, y en el hueco de su pirámide se colocó la má quina del reloj de la villa en 1796.

Esta iglesia se llamó primeramente la mezquita, porque su solar la hubo de moros, siendo un edificio de los más principales de su tiempo y habiéndose aprovechado mucha parte de él para el edificio actual. Posible será que correspondiese á la antigua mezquita esa parte mural de su fachada que es más baja que todo el edificio anterior á éste.

Es de una sola nave toda de cantería, bastante espaciosa, llamando en ella la atención el soberbio arco que sostiene el coro, tanto por su mucha extensión como por el bajo punto que mide. Su arquitectura pertenece al orden gótico.

Esta parroquia, que es la más antigua de Cáceres, tiene á su favor muchos y muy gratos recuerdos para la historia. Po. blada la villa, después de su última y definitiva conquista, en 1299 por la primera nobleza de Castilla, León, Asturias y Galicia, sus caballeros fundaron en ella en 1345 una cofradía de caballería y nobleza, bajo el título de Nuestra Señora de Salor, con sus correspondientes estatutos á semejanza de la Banda, fun

dada en Burgos, 13 años antes. Esta cofradía se conservó con todo esplendor hasta el año de 1529 en que fué extinguida y aplicados sus bienes para el aumento de la fábrica de la iglesia de San Mateo. Los miembros de dicha cofradía han dejado en Cáceres muchos descendientes, á los cuales pertenecen las capillas de esta parroquia y han formado en Cáceres, por muchos años, cierta distinción de razas y familias que han sido la verdadera nobleza de la villa.

Es el interior de este templo notable por la elevación de la bóveda y los adornos de la época que decoran las capillas y los altares.

Al lado de la epístola se hallan los sepulcros de los Ovandos. D. Diego Ovando de Cáceres fué el de más nombre entre los de esta familia. Famoso militar nacido en Cáceres en mediados del siglo xv, fué capitán valeroso y se distinguió en las guerras contra los moros en los tiempos de los Reyes Católicos.

Su sepulcro, adosado al muro de la capilla de su familia, puede verse aún con el siguiente letrero:

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No lejos de estas lápidas está otra de D. Juan de Ovando, distinguido político español, nacido en Mérida en 1514, descendiente de los famosos capitanes de su apellido, tan célebres en las guerras del siglo anterior.

En su juventud estudió leyes y fué colegial mayor del cole

gio mayor de San Bartolomé, de Salamanca, y habiendo desempeñado varios cargos de confianza al lado del rey, fué nombrado consejero suyo, y más tarde presidente de los Consejos de Indias y Hacienda, cargos que desempeñó á la vez con gran nombre y lucida inteligencia.

En 1575 murió en Madrid y su cuerpo fué trasladado á Cáceres, enterrándose en la parroquial de San Mateo, donde aún se lee su sepulcral, que dice así:

AQUÍ YACE

EL SR. LDO. D. JUAN DE OVANDO,

BIZNIETO DEL CAPITAN DIEGO DE OVANDO,
DE CÁCERES,

COLEGIAL DEL COLEGIO MAYOR DE SAN BARTOLOMÉ

DE SALAMANCA,

PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE INDIAS Y HACIENDA,
QUE SIRVIÓ JUNTAMENTE,

REINANDO EL CATÓLICO REY D. FELIPE II.
MURIÓ A 8 DE SETIEMBRE DE 1575

La capilla de los marqueses de Valdefuentes es de gusto especial, compuesto, pero elegante. Su sepulcro, de fino alabastro, muy bien trabajado, con las armas de los de Sandes, es primoroso. En el panteón de esta capilla se hallan también enterrados los siguientes personajes:

Dr. D. Francisco Sande, célebre por la parte que tomara en la administración de las Colonias. Fué gobernador de Filipinas. Nació en Cáceres el año de 1534, y estudió en Salamanca la carrera de leyes. En 1578 fué nombrado gobernador capitán general del archipiélago filipino, en ocasión de sostenerse en él la guerra con los piratas y gentes remontadas del país. Así que llegó á Filipinas, preparó las naves y un ejército y marchó con él á campaña naval, entrando victorioso en la isla de Borneo, de la que tomó posesión en nombre de España, dando gran prestigio á nuestras armas con esta victoria.

En 1594 estaba de presidente de la audiencia de Guatema

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