Imágenes de páginas
PDF
EPUB

terra á la política de Felipe II encendió la guerra en toda Europa, y bien pronto los ejércitos españoles invadieron la Francia, que estaba contra el rey de España, y nuestros soldados acampaban junto á los muros de San Quintín. Un formidable ejército, al mando del duque de Saboya, era el terror del extranjero, y entre los capitanes y caballeros más principales que comandaban aquellas tropas se encontraban los tres hermanos Ulloas, que habían ido á la guerra en compañía de D. Alonso de Aguilar y de su hermano el poderoso conde de Feria.

Don Alonso, desde el comienzo de aquella gloriosa campaña hasta la toma y asalto de San Quintín, se mostró valeroso, acompañó al rey prisionero hasta el alcázar de Madrid, y quedó sirviendo largos años al lado de Felipe II, hasta que ya, achacoso por los males, se retiró á descansar á su patria, falleciendo á muy luego cargado de honores y de años.

Don Pedro Ulloa y Golfín, historiador y noble caballero extremeño, nacido el año de 1599. Fué militar y poeta, distinguién dose mucho en 1654 en la guerra con Portugal. Era caballero noble de la orden militar de Alcántara y señor del mayorazgo del Castillo.

En 1626 escribió un libro que dedicó á la reina, esposa de Felipe IV, y que no llegó á publicar hasta 1675, con el título de Memorial de la calidad y servicios de D. Alvaro Francisco de Ulloa Golfin y Chaves, caballero del orden de Alcántara, señor del mayorazgo del Castillejo, en la villa de Cáceres, á la Reina Nuestra Señora.

Esta obra es muy rara, porque se encuentran hoy pocos ejemplares de ella.

Confunden á este Ulloa con el Pedro que un siglo antes sirvió, juntamente con sus hermanos Juan y Alonso, á las órdenes de Felipe II, y asistieron á la batalla y toma de San Quintín, y á quien equivocadamente hacen también autor de otra obra, interesante para la historia de Extremadura, denominada Fueros y privilegios de Cáceres (impresa sin principio ni fin, en folio.)

Este trabajo, que es una copia cronológica de todos los documentos que en el archivo municipal de Cáceres y de sus principales casas existían por los años de 1640, pertenece á don Pedro Ulloa y Golfín que, al parecer, y juzgando por los materiales que acumulaba en su obra, pretendía escribir la historia de su patria, pensamiento que no pudo realizar acaso porque en el camino le sorprendiera la muerte. Pero no ha sido del todo perdido el esfuerzo de este autor, pues para bien de la historia patria existe en la Biblioteca Nacional este códice (D. 49) que, sin duda alguna, es la copia de lo publicado, sin principio ni fin, y enriquecido aquí con notas y comentos del propio D. Pedro.

Basta con lo indicado en el índice de esta obra para juzgar del trabajo de D. Pedro de Ulloa, cuyos propósitos en vida fueron encaminados á escribir más largamente un cuerpo de historia patria, con método y regular crítica.

Lo extraño es que habiendo pasado más de dos siglos desde su fallecimiento no haya encontrado la ciudad de Cáceres otro historiador que prosiguiese el camino ya trazado por Ulloa, y, lo que es más doloroso, que se haya perdido toda la serie de documentos por él citados.

En Extremadura, no de ahora, de siempre, se ha descuidado esta clase de trabajos, por los que han prestado muy poco inte. rés sus propios hijos.

Por último, se atribuye á D. Pedro de Ulloa otra obra impresa en sus tiempos con el título siguiente: De la ceremonia de alzar pendones, libro citado por los eruditos y muy estimado de los bibliófilos.

Y D. Gonzalo María Ulloa y Queipo de Llano, conde de Adaneros, político contemporáneo, nacido en los primeros años del siglo actual. Antiguo diputado, el señor conde de Adaneros llegó á la Alta Cámara, más que por los derechos de su título, por su antigua carrera política. Cuando fué nombrado senador vitalicio, había figurado ya en seis legislaturas, cinco como diputado y una como senador, elegido por su provincia. Su nombre,

sin embargo, fué poco conocido, obteniendo escasa popularidad fuera de Extremadura, donde ejerció grande influencia por radicar allí sus bienes.

Su título fué creado por Carlos II en 7 de Noviembre de 1691 á favor de D. Pedro Núñez de Prado, alguacil mayor de la chancillería de Valladolid y presidente de los Consejos de Hacienda é Indias. Por su enlace pasó después al marqués de Castro-Serna, hallándose ambos reunidos en D. Gonzalo María Ulloa y Queipo de Llano, caballero gran cruz de Isabel la Católica y maestrante de Granada. De familia liberal este señor, su padre fué ya di. putado en la legislatura de 1822 á 23, como D. Gonzalo lo fué primeramente en 1834, habiendo sido reelegido para las legislaturas de 1835 á 36, de 40 á 44 y 45 y siempre representando á la provincia de Cáceres. En 1838 fué nombrado senador, ingresando en la alta Cámara el 20 de Enero de 1847 como vitalicio.

En la provincia de Cáceres desempeñó los cargos de vicepresidente de la Junta de Agricultura y presidente de la Comi. sión auxiliadora de ganaderos. En ambos cargos prestó grandes servicios, pues fama gozó de entendido labrador y ganadero.

CAPÍTULO II

Cañaveral de Alconetar y Torrrejoncillo.

Coria fué Caurium ó Cúrica de los vettones.-El obispado Cauriense.
La monarquía de Zeth y de Mandhir.-Coria restaurada.
Noticia de sus hijos más ilustres

[graphic]

I

[ocr errors]

ÓMASE para ir á Coria el ferro-carril en Cáceres, en dirección á Cañaveral, donde caballero sobre mulo poco noble, ó en mal carricoche se recorren varios kilómetros por tortuosos sen. deros, caminando hacia Torrejoncillo, principio de la hermosa carretera que conduce á Coria.

Cañaveral de Alconetar es un pequeño pueblo sin historia, situado en la pendiente meridional de una sierra, continuación de la de Guadalupe, rodeado de huertos con frondosa arboleda donde se recolecta naranjas, limones, granadas, cerezas, peras y melocotones en abundancia.

En el siglo xvi se llamó este pueblo Cañaveral de las Limas, y pertenecía á los estados llamados de Alba de Liste, incorpo

« AnteriorContinuar »