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INTRODUCCIÓN

I

Geografía extremeña

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XTREMADURA la constituye hoy una gran parte del territorio

que en otros tiempos formaba el país conocido por los romanos con el nombre de Lusitania, compuesto de los pueblos llamados Cuneos, Turdetanos, Celtas, Túrdulos, Lusitanos (Túrdulos viejos) y Vettones. Confinaba esta vasta región, por oriente, con la Cartaginense y la Bética, de la que estaba separada por el río Anna (Guadiana); por el mediodía y po niente con el Océano, desde el Guadiana al Cabo de San Vicente (denominado Promontorium sacrum), y desde éste al río Durius (Duero); y por el norte con la Gallecia.

Bastan las anteriores indicaciones para saberse que la hoy región extremeña estaba enclavada en tierra de los Turdetanos, Celtas, Túrdulos viejos y Vettones. Emérita Augusta (Mérida), Pax-Augusta (Badajoz), Castra-Cæcilia (Cáceres), Norva-Cesa. reæ (Alcántara), Cæcilius-Vicus (Baños), Cauriumo de los Uttones (Coria), Ucultuniacum (Calera), Valerio (Campanario),

Castrum-Erat (Castuera), Turóbriga (Cabeza del Buey), Capparra (Caparra), Contributa (Fuente-cantos), Seria Emporium (Feria), Xáruz (Jerez de los Caballeros), Cúrica (Calera), Licon (Lobón), Vitis (La-Parra), Basis (La-Roca), Persiana (Medina de las Torres), Metelium Cæcilia (Medellín), Astyla (Magacela), Ambracia-Vettonia (Malpartida de Plasencia), Dulcis-Placida (Plasencia), Interanium (Salvaleón), Evandria (Talavera), Castro Julia (Trujillo), Libora (Talavera la Vieja), Urbs-Sacræ (Usagre), Vesci (Villanueva de la Serena), Segeda (Zafra), Ilipa Menor (Zalamea) y otras muchas ciudades importantes, emporio fueron de la población romana, en las demarcaciones antedichas.

La extensión y límites de Extremadura han sufrido diversas modificaciones, según por las que España ha pasado también. Después de la dominación romana, cuando la venida de los bárbaros del Norte, Extremadura entró á formar parte del reino de Atace, cuya corte la tuvo en Mérida en 418, donde también vivieron Rechila (440) y Richiario (443); pero más tarde, finalizando la primera mitad del siglo viii, cuando en 746 el famoso Emir Juzef fué elegido para gobernar España, y dividió en cinco partes este reino, Extremadura quedó en la provincia de Mereda (Mérida), que comprendía la Lusitania y casi toda la Galicia, pues abrazaba entre otros territorios los de Mérida (su capital), Braga (Baracara), Lisboa (Leschbuna), Oporto (Bortkal), Lugo (Lek), Astorga (Eschtorka), Badajoz (Batalgos, Baled-Ayx 6 Baxangos) y Évora (Elbora 6 Exbura).

Á la caída del Califato de Córdoba, cuando la muerte de Hescham III, Extremadura se erigió en reino, alzándose Sabur ó Çapor I, gobernador que era de Mérida, contra su soberano, y, fijando la corte en Badajoz, se creó entonces la monarquía denominada del Poniente, compuesta de las dos Extremaduras y el reino de los Algarves, que fué gobernada desde 1009 á 1085 por multitud de soberanos, cuya cronología comienza en Çapor I y termina con Omar Almotawaquil.

y

En principios del siglo XIII el rey de León D. Alfonso IX conquistó á los árabes todo el antiguo reino de Çapor; formó la provincia de Extremadura (Extrema-hora), con los territorios de Soria y Alcaraz, de Castilla, toda la hoy Extremadura parte de Portugal, y más tarde se redujo su región á la parte occidental del reino de Toledo, entre Castilla, León, Portugal y Andalucía, dividiéndose en Extremadura Alta y Extremadura Baja, tomando la primera denominación toda la tierra de Talavera la Reina, y la comprendida entre el río Tietar y el Tajo, y la segunda lo restante del terreno hasta el límite meridional que baña el Guadiana; división que respetó después Felipe II, cuando ensanchó sus dominios hasta Lisboa, y que persistió hasta Carlos III, que en 1785 redujo los límites de la comarca extre meña, llevando á Toledo el territorio de Talavera de la Reina, y perdiendo con ello Extremadura sus mejores pueblos por la parte Este. Quince años después, en 1800, se hizo nueva demarcación de territorio, ensanchando sus límites Extremadura con la agregación de varios pueblos tomados á las provincias de Salamanca y Toledo, aunque cediendo á las mismas otros de menor importancia. Estas divisiones, que tan frecuentemente alteraban el orden geográfico en la comarca extremeña, se hicieron sentir mayormente desde que en 1794 se estableció en Cáceres la Audiencia Territorial, pues era de rigor dotar á los partidos judiciales de las condiciones necesarias que regularan su pobla ción, distancias á la capital y medios de comunicación entre sí. Entonces se le dió á los partidos judiciales la división que han conservado hasta poco há; fuera de muy leves alteraciones, dividíase la entonces provincia extremeña en los de Alcántara, Badajoz, Cáceres, Llerena, Mérida, Plasencia, Trujillo y Villanueva de la Serena.

El gobierno intruso que se creó en 1810 por la invasión francesa, no quiso respetar este estado geográfico, porque las divisiones de la Península para el establecimiento de las nuevas Prefecturas, se sobrepusieron á las del orden militar y judicial,

hasta entonces existente. Á la Prefectura de Talavera de la Reina se le agregaron los mejores pueblos de Cáceres, separando así del territorio extremeño los pueblos situados al Norte del puerto de Plasencia y derecha del río Alagón, que los llevó á la Prefectura de Ciudad Rodrigo; división anómala y á todas luces injustificada, y que dejó de existir con aquel gobierno, como era lógico que sucediera.

Apenas sucedió la liberación de la Península del poder extranjero, se declaró en vigor la demarcación de 1799, que con muy leves modificaciones continuó hasta 1833, en que el territorio extremeño quedó dividido en dos provincias civiles, Badajoz y Cáceres, quedando ésta con 13 partidos judiciales y 15 la de Badajoz, en cuyos términos continúa; y aunque por algunos se conserva todavía la antigua denominación de Extremadura Alta y Baja, para determinar con la primera á la de Cáceres y con la segunda á la de Badajoz, tal aplicación no está en uso ni influye por consiguiente para nada en la demarcación del territorio. Pero si en lo civil se hallan separadas estas dos provincias hermanas, en lo militar y en lo jurídico no, pues ambas forman una Capitanía general que reside en Badajoz, y una Audiencia territorial que reside en Cáceres. En el orden eclesiástico ya ofrece su división más dificultades para determinarla. Bastará que sepa el lector ahora que nada menos que seis obispos gobiernan el territorio extremeño: los de Badajoz, Piasencia, Coria, Toledo, Ávila y Ciudad-Rodrigo, y hasta, poco há, también los priores de San Marcos de León (de la Orden de Santiago), Alcántara, Magacela y Zalamea de la Serena (todos de la Orden de Alcántara).

Tal fué, hasta 1833, la antigua provincia extremeña, situada al Oriente de la península entre los 38° y 40°25' de latitud Norte, y los 9o 30'12" de longitud de la isla del Hierro.

Confina al N. y N. E. con el antiguo reino de León; al E. con Castilla la Nueva; S. y S. E. con los reinos de Sevilla y Córdoba; al O. con el reino de Portugal, extendiéndose 213 kilómetros

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