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hallan los 16 capítulos que llevan Loaysa y Perarmildez, firmados de Alcaldes y Regidores en 28 de Noviembre de 1542, de otros Regidores y votos en cabildo en 19 de Diciembre de 1542. Al fin va la aprobacion del Virey de 15 de Enero de 1543. El capítulo décimo quinto se refiere á Fr. Bartolomé de Las Casas, y dice así:

15.-Loaysa y Perarmildez, como tan instruidos en las necesidades de la tierra, informen de todo, especial del daño de las novedades, «y como son tan delicados y tan varios los sucesos de acá, al presente con solo cartas de particulares, sin haber visto cédula ni provision de S. M., en que dicen las cosas que algunos ó algun religioso intentan en mudanza é desasosiego de las cosas destas partes, en especial de un Fr. Bartolomé de Las Casas, que conciencia ni esperiencia no le puede contriñir á lo que hace, á lo menos en lo desta Nueva España, pues ni lo ha visto, ni entendido, ni residido en ella, ha puesto tanto desasosiego, tanta tibieza general, y tanta baja en el valor de las raices y granjerías de la tierra, que dá ocasion á que sin ver de qué se tema, temamos.»> No se determine por informes de los tales desde allá las cosas de acá, que se errarán.

CARTA QUE ESCRIBIERON VARIOS PADRES DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO, RESIDENTES EN LA ISLA ESPAÑOLA Á Mr. de XEVRES (1).

Muy ilustre y muy magnífico señor:

Pues habemos recibido tan alta merced de Dios nuestro Señor en habernos traido al muy católico Rey é señor nuestro á estos sus reinos é señoríos, por la venida del cual tenemos gran confianza, que todas las cosas serán puestas en estilo justo é conforme á la voluntad de nuestro Señor Dios, por tanto nosotros quesimos hacerle algun servicio en lo á nosotros posible, tocante á nuestro estado, en hacerle saber el estado de aquestas partes cuanto á lo espiritual, de donde se puede inferir el daño que ha venido cuanto á lo temporal. E esto hacemos por que tenemos mucha esperanza é confiauza, no solau.ente de constancia justa é reta de S. A., empero de las coutancias de los que le han de acousejar; porque por nuevas tenemos ser personas que por ningun interese temporal. ni por amistad, ni por otra aigua pasion. querrán posponer el bien de sus ániae, entre los cudies & V. M. 1. S.. como é persona principal enite todos elos, hemos querido enderezar esta carta, en el cual es!

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el sí ó el nó de todo el bien destos reinos é señoríos

de S. A.

Por tanto, á vuestra muy ilustre señoría encargamos la conciencia, por la pasion que el Hijo de Dios por nosotros padesció, que se acuerde del dia estrecho de Juicio, en el cual todos habemos de parescer, para dar cuenta del mal que hecimos, ó del bien que dexamos. É por ventura es verdad que nosotros así lo queremos, quel remedio de tantas miserables ánimas, que por culpa de los consejeros pasados han ido al infierno, é agora siempre van, han estado esperando para ser remediadas por las personas que son V. M. I. S. con esos otros señores. En esto no gastamos más tiempo, porque creemos hallar las voluntades muy aparejadas á todo lo que de parte de Dios les dixéremos.

A nuestras personas queremos que V. M. I. S. dé el crédito que vé ques razon, teniendo por cierto de nosotros que venimos á estas partes, no por más de por hallar á Jesu..... (1)..... este crucificado, con deseo de participar alguna cosa de su pasion; y así es que si diciendo é afirmando lo que diremos, no fuese verdad, en grave pecado mortal incurriríamos, que seria levantar testimonio á nuestros cristianos, de los cuales todo el sustentamiento corporal recibimos, y esto haríamos sin esperar ganancia alguna que pensar se pueda por ello: lo cual por ninguna via se debe creer de nosotros que rescibiríamos; sino aquello que sabemos ser verdad, lo de vista por vista, y lo de oida por oida, dando las personas de quien lo oimos.

Habrá, M. I. S., veinte y cinco años poco más ó me

(1) Hay algunas palabras tachadas en el original.

nos, quel Rey D. Hernando, que Nuestro Señor tenga en su gloria, envió á descubrir estas tierras, é llegados á esta isla los que así envió, de dos ó tres carabelas que truxeron, no les quedó sino una questoviese buena para poder tornar á España; por lo cual fue necesario dexar aquí parte de la gente, que fueron cuarenta hombres, en una como fortaleza de madera. Los cuales, viendo la mansedumbre de los indios, no curaron de guardar la fortaleza que les quedó á cargo, hasta que volviesen de Castilla, más antes se dieron á andar por la tierra, no juntos, sino de dos en dos é de tres en tres. É tales obras hicieron á los naturales indios, quellos los mataron á todos cuarenta, é aunque ninguno dellos quedó para tomar razon cómo los habian muerto, créese que por delitos que los cristianos hicieron, los mataron los indios. Porques una regla esta muy probada en estas tierras, que todas las veces, que todos los cristianos han llegado á las tierras de los indios, antes que de los cristianos toviesen noticia, los trataban los indios como á ángeles, dándoles cuanto les demandaban é cuanto ellos tenian. De hecho los indios pensaban que eran ángeles venidos del cielo, é que las velas de las naos eran las alas con que habian bajado. É los cristianos, por el contrario, á donde quiera que han llegado, en pago de los beneficios recibidos, les tomaban sus casas, muxeres é hijas para torpes usos; por lo cual se cree que lo mismo querrian hacer estos sobredichos cuarenta que en la tierra quedaron, é pensando ser ricos del oro que los indios tenian, antes que los cristianos viniesen de Castilla, se derramaron por toda ella de dos en dos é de tres en tres.

La segunda vez vinieron á poblar esta isla mil cien hombres. Estos fueron recibidos de los indios como án

geles, como dicho tengo, dándoles á los cristianos cuanto les demandaban é sirviéndoles á toda su voluntad.

Esta verdad es tan notoria á cuantos acá vinieron, que ninguno hallamos que della haya discrepado, aunque más malicioso sea; é esto hace mucho al caso para ver la poca culpa que los indios han tenido en su destruicion, é la mucha causa inmoral que los cristianos han dado. Siendo los cristianos desta manera tratados por los indios, entran por la tierra asi como lobos rabiosos entre los corderos mansos; é como eran gentes los que de Castilla vinieron á este hecho, no temerosos de Dios, mas mucho ganosos é rabiosos por dinero é llenos de otras muchas súcias pasiones, comenzaron á romper é destruir la tierra por tales é tantas maneras, que no decimos pluma, pero lengua no basta á las contar. De tal manera, que de la gente que se pudo contar, que fue un cuento é cien mil personas, todos son destruidos é disipados, que no hay hoy doce mill ánimas con chiquitos é grandes, viejos é mozos, sanos é enfermos.

Que fuesen tantas estas ánimas, supímoslo del adelantado D. Bartolomé, hermano del Almirante viejo, que Dios haya, quél mesmo las contó por mandado del Almirante, cuando una vez los quisieron atributar, como abajo se dirá. É yendo de aquí un religioso á la córte sobre el mesmo caso á certificar al christianismo Rey D. Hernando, que Nuestro Señor tenga en su gloria, diciendo una vez ante el señor Obispo de Burgos, que los indios que en esta isla se habian hallado eran un cuento é cien mill ánimas, é que ya no quedaban sino obra de cuarenta mill, él dixo que no creia ser tantas, empero que bien sabia que serian seiscientos mill. Agora fuesen seiscientos mill, agora fuesen más de dos cuentos, como otros mu

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