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pre á ella y á la libertad, cosas para mí inseparables, me ponen en este trance. Apelo al convencimiento íntimo de los señores diputados; al juicio del Congreso. En esto no defiendo miras ni intereses personales: la posicion particular en que me hallo, exige de mí el desempeño de tan sagradas obligaciones. Creo que haya llegado el momento de poder decir: sat patriae, Priamo que datum. Por todo esto me parece, que los artículos de la comision, segun se han esplicado en su informe y por el Sr. Garelly, merecen la aprobacion de las Córtes, sin que la libertad reciba de ello el mas leve perjuicio. »

Ningun diputado respondió al discurso del ministro. Habiéndose dado por discutido el asunto, se aprobó el primer artículo de que hicimos ya mencion, en votacion nominal, por ciento contra cuarenta y tres.

Figuran en la lista de los primeros los Sres. Couto, Travér, Ramonet, Muñoz Torrero, Vargas Ponce, Sierra Pambley, Crespo, Bernabeu, Garelly, Alvarez Guerra, Huerta, Giraldo, conde de Toreno, Salvador, García Page, Clemencin, Tapia, Azaola, Martel, Espiga, Martinez de la Rosa, Alvarez Sotomayor, Fraile (obispo de Sigüenza), Vallejo (idem de Mallorca), Victorica, Rodriguez Ledesma, Govantes, Quiroga, Golfin, Moscoso, Oliver, Serrallach, y Calatrava (presidente).

En la de los segundos aparecen los Sres. Diaz del Moral, Sancho, Vadillo, Lastarria, Solanot, Cepero, Navas, Yandiola, Florez Estrada, Romero Alpuente, Rivera, Villanueva, Puigblanch, O-Daly, Palarea, Navarro (D. Felipe Benicio), Isturiz, Lasanta, Diaz Morales, Gutierrez Acuña, Ciscar, Ramos Arispe, Gasco, Desprats, Solana, Moreno Guerra y Medrano.

Los otros dos artículos del decreto, fueron aprobados despues de una corta discusion, en sesiones posteriores.

No mencionaremos mas decretos de las Córtes, aunque espidieron muchos, todos útiles, dirigidos á plantear el sistema constitucional en sus diversos ramos legislativos, administrativos y económicos. El celo que las animaba era visible en su conducta, y á pesar de las diferencias de opinion, que agitaban

á los dos bandos del partido liberal, por ninguno dejaron de ser muy respetadas.

El 9 de noviembre, cuatro meses justos despues de su solemne instalacion, cerraron su primera legislatura, segun estaba prescrito en la Constitucion. El Rey, que se hallaba en el Escorial, no vino á Madrid á cerrar en persona. El mismo dia 9 se leyó un oficio del ministro de la Gobernacion de la Península, manifestando que S. M. habia comisionado á sus ministros para la entrega del discurso que debia leerse al cerrar las Córtes sus sesiones, mediante á que S. M. no podia concurrir á este acto. En seguida puso el ministro este documento en manos del presidente, quien procedió inmediatamente á su lectura.

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<< Tengo la satisfaccion, decia, de manifestar á las Córtes, el placer que me causa el feliz resultado del primer período de sus sesiones.. Yo mismo he promovido su prorogacion á que dá lugar la ley fundamental, persuadido de que el establecimiento de nuestro sistema político, pide al principio mas tiempo y mayores trabajos.... . Agradezco la generosidad con que las Córtes han provisto á las necesidades y decoro de mi casa y las de mi real familia, y no puedo menos de aplaudir la franqueza y justificacion con que reconociendo solemnemente las obligaciones y cargas del Estado, han aprobado los medios indispensables para desempeñarlas, echando asi los fundamentos del crédito nacional y nuestra felicidad futura. . . . Al mismo tiempo no puedo menos de asegurar, que han llenado de júbilo mi corazon las medidas de prudente generosidad é indulgencia con que las Córtes han procurado cicatrizar las llagas de la nacion, y borrar la memoria de los males que la han despedazado, abriendo la puerta al error y al estravío, y dejando al mismo tiempo viva la dulce esperanza de que continuarán en adelante animadas de tan nobles sentimientos, para cimentar el régimen constitucional sobre las bases de fraternidad y amor recíproco de todos los españoles.

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»De esta manera se va creando el sólido poder de la nacion, de la autoridad monárquica que la dirige; y al paso que se preparan las mejoras de nuestra situacion interior, se adquieren

y

mas fundados derechos á la consideracion de los gobiernos estranjeros, todos los cuales continúan dándome pruebas de sus disposiciones amistosas. Cada vez me felicito mas de gobernar un pueblo tan noble y generoso. He cooperado á la gloriosa empresa de su regeneracion, y á los esfuerzos loables de las Córtes por los medios propios de la prerogativa real: he dictado las providencias oportunas para la ejecucion de las leyes, y no dudo que el tiempo dará mucha fuerza y vigor á nuestras instituciones, y que crecerán progresivamente los bienes que ya comienzan á realizarse. Así espero que podré manifestarlo de nuevo confirmado con los ensayos de la esperiencia á los representantes de la nacion, cuando despues del descanso, debido á su laboriosidad, vuelvan á reunirse en la sesion próxima para continuar las tareas que dejan pendientes, y promover con el acierto que hasta aquí la prosperidad pública. San Lorenzo 7 de noviembre de 1820.-Fernando. »

Acabada la lectura, el señor presidente (Calatrava), pronunció estas palabras: «En cumplimiento de lo que manda la Constitucion, las Córtes cierran sus sesiones hoy 9 de noviembre de 1820..

CAPITULO XXV.

Semblante de los asuntos públicos.-Sentimientos de la corte. Se resiste el Rey á sancionar la ley de monacales.-Cede en fin.-Su viaje al Escorial.— Nombramiento del general D. José Carvajal para la capitanía general de Castilla la Nueva, sin estar refrendado por el ministro de la Guerra.-Sensacion que causa.-Pide la diputacion permanente al Rey, que regrese á Madrid.— Su entrada pública en la capital,'en 25 de noviembre.-Recepcion que le hace el pueblo.-Reflexiones sobre la situacion de los negocios.-Disolucion del cuerpo de Guardias de Corps.-Asuntos de Nápoles. -Conferencias de Laybach.-Abren las Córtes su segunda legislatura. — Discurso del Rey.-Apéndice de su mano, á lo redactado por los ministros.-Exoneracion de estos Mensage del Rey á las Córtes.-Discusion que promueve.-Presentacion de los ex-ministros en su seno.-Rehusan dar esplicaciones.-Considerado D. Agustin Argüelles como ministro.

Anu

nubló algun tanto la clausura de las Córtes, el corazon de los amantes sinceros y leales de la Constitucion; tal era el respeto que en medio de la diversidad de matices se profesaba todavía al cuerpo colegislador, y la confianza de que su celo y patriotismo eran el mas fuerte valladar contra los ataques de sus adversarios. Lo que antes no pasaba de un simple presentimiento, de suspicacia que podia tal vez parecer exagerada, se habia convertido en justísimos recelos, hasta en evidencia de que se aglomeraban sobre el sistema representativo furiosas tempestades, que no se podian conjurar sino por medio de la fuerza. Cada vez se mostraban con frente mas erguida los enemigos implacables del sistema de reformas, ya en palabras, ya en escritos patrocinados y protegidos por la misma libertad de imprenta, ya con amagos de nuevos alzamientos materiales. De nadie era ignorado el aumento de desvío y repugnancia de la corte hácia instituciones juradas tan solemnemente, y que en lugar de acos

tumbrarse al trato y roce de los secretarios del despacho, se los miraba con sentimientos de mas odio. Acusaban á estos los partidarios apegados al palacio, de faltar á la consideracion y respeto debidos á la real Persona; calumnia infame que se destruye fácilmente, solo con parar un poco la atencion en quienes desempeñaban entonces el cargo de ministros. Si su carácter y elevacion de sentimientos les ponian en el caso de ser flexibles y cumplidos cortesanos, era demasiado buena su educacion; demasiada la severidad de sus principios, para no acatar debidamente á quien estaba reconocido por la Constitucion, como el supremo gefe del Estado. Inevitable era que la línea de conducta que se habian propuesto, dejase de provocar disgustos, desabrimientos y hasta enfados; mas en tan dura situacion los habia puesto la fuerza de las circunstancias. Aquellos hombres, que fieles á sus principios habian arriesgado su popularidad con su conducta en los primeros dias de setiembre y en la discusion sobre sociedades patrióticas, estaban mas que nunca en la necesidad de hacer público y notorio, que en su celo y teson por guardar fielmente las instituciones liberales, no cedian á sus amigos mas apasionados.

A fines de setiembre se habia encargado del despacho de la Guerra el general D. Cayetano Valdés, célebre marino, tan conocido en España por su probidad y sinceridad en principios constitucionales. Casi al mismo tiempo pasó al ministerio de Ultramar el Sr. D. Ramon Gil de la Cuadra, que por su saber y conocimiento de negocios, se habia formado tambien un nombre distinguido.

Aumentó la ley sobre vinculaciones el disgusto de la clase aristocrática, que veia en esta institucion asegurado perpétuamente el lustre y brillo de su raza. Mas ¿cómo podian prescindir las Córtes de dar las leyes que consideraban sumamente favorables al bien público? En los buenos principios económicos, en el sistema de reformas á que no podian menos de aspirar los que representaban los intereses materiales y morales de los pueblos, ¿cómo se habian de dejar por mas tiempo en manos muertas é inaccesibles al comercio, tantos bienes, muchas veces por

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