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cho el Bravo.-Espresion con que se retrató este rey á sí mismo.Su carácter. Su proceder con la nobleza.-Compromisos en que le puso su manera de subir al trono. -Comportamiento de sus privados con él.-Su bravura en la guerra.-Sitio de Tarifa: reflexion sobre Guzman el Bueno y el infante don Juan.-VI. Gobierno de Castilla en este reinado.-Institucion de mayorazgos.-Influjo del estado llano ó popular: córtes de Valladolid.-Importante observacion sobre la fijacion del habla castellana.

Con el reinado de Alfonso el Sábio comienza un nuevo período en la vida social de España. Desde Cavadonga á Toledo es la nacion que pugna por vivir; desde Toledo á Sevilla es la nacion que vive y se robustece luchando; desde Sevilla á Granada es la nacion que trabaja en organizarse. De Pelayo á Alfonso VI. es la infancia y la pubertad de la nueva sociedad española: del sesto al décimo Alfonso es su juventud y su virilidad: de Alfonso el Sábio á Isabel la Católica será su madurez y su decrepitud; aquella decrepitud, que lleva en su muerte el gérmen de otra vida que sin dejar de ser nueva es la continuacion de la antigua; es mas bien que una nueva vida una nueva forma de ser y de existir: es el retoño que brota para vivir y crecer lozano, de las raices del árbol viejo que se seca y muere, siendo otro árbol sin dejar de ser el mismo. Asi hemos visto nacer la edad media de la edad antigua, y asi veremos nacer la edad moderna de esta edad media, en cuyo tercer período hemos entrado.

Al lado de este pueblo y de esta nacionalidad se

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ha formado y crecido otro pueblo y otra nacionalidad que no es la castellana, aunque es tambien española. es el pueblo y la nacionalidad aragonesa. Tambien Aragon cuenta sus tres períodos de edad media como Castilla. Desde el Pirineo á Zaragoza es la nacion que pugna por vivir; desde Zaragoza á Valencia es la nacion que se robustece peleando; desde Valencia á Granada, donde se refundirá en Castilla, es la nacion que trabaja por organizarse. De Iñigo á Arista á Alfonso el Batallador es la infancia y la pubertad de la sociedad aragonesa; del primer Alfonso á Jaime I. es su juventud y su virilidad; de Jaime I. á Fernando II. será su madurez y su decrepitud; decrepitud que llevará en su muerte el gérmen de otra vida, de otra forma de ser, que sin dejar de ser nueva será la continuacion de la antigua.

Aragon, hijo emancipado de Navarra, en su robusto desarrollo ha ido reasumiendo en sí todos los elementos de vida de la España Oriental, Aragon, Cataluña, Valencia, las Baleares, todo es Aragon. Castilla, hija emancipada de Asturias y Leon, ha ido concentrando en sí todo lo que se estiende de Norte á Mediodía Galicia, Asturias, Leon, Extremadura, Castilla y Andalucía, todo es Castilla. En Aragon á la mitad del siglo XIII. no ha quedado nada 'por conquistar de los moros; los hijos de don Jaime no tienen que hacer sino conservar. Este pueblo se há apresurado á cumplir la primera parte de su mision, la de

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expulsar los enemigos de la fé y recuperar una patria perdida. En Castilla ha quedado todavía Granada. Fortuna fué para San Fernando el haber vivido menos que don Jaime, porque lleno de gloria en la tierra pasó mas pronto á gozar de otra mayor gloria en el cielo; pero fué desgracia para los castellanos, porque les dejó todavía una tarea penosa que llenar. Sin embargo, aunque la reconquista no quedó terminada, quedó por lo menos decidida.

Por tanto, asi como la obra principal de los espa

ñoles hasta don Jaime y San Fernando, y la necesidad apremiante de España, era la lucha y el material vencimiento de los enemigos esteriores, la adquisicion y ensanche de territorio, luchar para vencer y vencer para poder vivir, sin que por eso dejára de ir marchando lentamente la sociedad española hácia su organizacion; asi, desde aquella época en órden inverso, la fuerza y la vitalidad de la sociedad espa-. ñola se gasta principalmente en organizarse y constituirse política y civilmente, sin que por eso deje de emplear de tiempo en tiempo un resto de su vigor en ir consumando lentamente la reconquista material. La obra de su organizacion es poco menos laboriosa y poco menos sangrienta que la de la reconquista; las naciones como los individuos aprenden á costa de sufrir, y cuando les parece que han llegado á comprender las reglas de la vida es cuando mueren para pasar á otra vida nueva. Es el destino de la huma

nidad colectiva como de la humanidad individual.

En este período que abarca nuestro capítulo, la vida política de ambos pueblos, Castilla y Aragon, es casi igualmente activa, turbulenta y agitada. Pero Castilla se reconcentra en sí misma, y su vida es toda interior. Mientras Aragon rebosando vitalidad y robustez, cuando le faltan conquistas que hacer dentro de sus propios límites, se sale fuera de sí mismo, se desborda, se lanza los mares adelante, se derrama por Africa y Europa, hace sentir en todas partes el peso de sus barras, influye, obra ó interviene en todas las cuestiones del mundo, conmueve los imperios de Oriente y Occidente, concita contra sí con su audacia la tiara y las coronas y les resiste solo: redime y hace suya la Sicilia, domina y aterra en Calabria, intimida á Nápoles, cercena los dominios de Roma, vence á Francia, é Inglaterra hace vanidad y alarde de ser su amiga. Aragon asusta al mundo con sus empresas esteriores, con su política interior le admira y asombra. La magnitud de los pensamientos, la grandeza de los sucesos, el interés histórico de España en este período está mas en Aragon que en Castilla. Veamos no obstante, de qué modo influyó cada reinado en el engrandecimiento y civilizacion de España, y en su marcha y condicion social, comenzando por Castilla, segun nuestro órden establecido, atendiendo siempre á ser la monarquía madre.

I.

Alfonso el Sabio de Castilla es un ejemplo in

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signe de que un monarca ilustrado y docto, dotado de grandes cualidades persouales, puede ser desgraciado en la gobernacion de su reino. En nuestro dis curso preliminar dijimos: Castilla despues de San >Fernando hubiera necesitado otro rey conquistador, »y tuvo un rey sábio. Pensó en hacer leyes mas que >en acabar de expulsar á los moros, y se difirió por >> mas de dos siglos la reconquista ("). En efecto, Castilla con otro rey como San Fernando hubiera llevado á cabo la restauracion, y Granada y Gibraltar hubieran dejado de pertenecer á los musulmanes. Si algun testimonio se necesitára de ello, daríalo bien patente la facilidad con que Alfonso, siendo como era, recobró á Jerez, Arcos, Niebla, y mucha parte del Algarbe. En rigor ni Alfonso dejaba de pensar en la expulsion de los infieles, ni le perjudicaron tanto para ello sus ocupaciones literarias como la debilidad de su carácter, el poco tacto para tratar á sus súbditos, nobles y pueblo, y la falta de teson para proseguir sus empresas comenzadas.

Si oyéramos decir: «hubo un rey en Castilla, que á la edad de treinta y un años, la edad en que hay mas vigor en el espíritu y mas robustez en la diestra para manejar un cetro, heredó los mas vastos dominios que hasta entonces hubiera poseido ningun monarca castellano, Asturias, Galicia, Leon, Extremadura, Castilla, Murcia, Jaen, Córdoba y Sevilla, y este (4) Disc. Prelim. tom. I. pág. 97.

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