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"los médicos" no es el sujeto; pero en cambio queda ahí el se como apéndice extraño, y que sin embargo no puede suprimirse. ¿Cuál es la función de este fósil? Unicamente indicar el carácter impersonal de la oración, lo mismo que en "se mira el cuadro". Gramaticalmente no se puede expresar quien mira; y como sucede en esos casos, surge enseguida la noción de alguien no expresado, vago e impersonal, que realiza la actividad del verbo. Recuérdese el carácter impersonal que tenían en latin dicitur, legitur, etc.

En estas oraciones el complemento de persona precedido de a es directo o indirecto según la naturaleza del verbo; en "se consulta a los médicos" es directo; y en "se paga a los acreedores”, indirecto. Pero aunque sea así, al reproducir estos complementos por un pronombre, este pronombre es siempre le, les, en regiones y en escritores que no emplean lo, la, para el dativo: "se les consulta," "se les paga". Cuervo (nota 106 a Bello), piensa con acierto que en esta combinación se le,-en que se es gramatical e históricamente acusativo,-le ha recibido la función de dativo para separarse más claramente de las combinaciones "se lo dió", "se la dió", en que se es dativo de persona, y lo, la, acusativos de cosa, y también para evitar la reunión de dos acusativos como habría acontecido si se hubiese dicho "se los consulta a los médicos". Yo creo además que este uso de se le fué favorecido por los casos en que el pronombre reproducía el régimen de un verbo que pedía dativo como en "se paga a los acreedores". Cuando al verbo sigue un complemento de cosa acusativo, y otro de persona, dativo; "se da dinero a los probres", al emplear un pronombre reproductivo, éste no podía ser sino les: "se les da dinero". Estos casos han influido sobre construcciones del tipo, "se consulta a los médicos" = "se les consulta". No me parece pues que se pueda decir en absoluto, como Hanssen (Gramática histórica, § 513) que sea dativo todo. complemento con a del verbo en pasiva refleja; él cita "se invoca a los Santos". Es decir, que aun cuando en "se les invoca" les sea dativo, por analogia, lo mismo que en "se les paga", eso no impide que en "se paga al acreedor" el complemento sea dativo y en se ve al amigo", sea acusativo. Una delicada complicación de estas construcciones.

La analogía que con tanta fuerza gobierna el lenguaje ha ampliado las posibilidades de estas construcciones. La función primitiva que indicaba que una cosa realizaba una acción ha ido esfu

mándose, y ha predominado el significado impersonal de la oración. De ahí que el verbo pueda estar solo: "se canta", "se vive"; o modificado por un adverbio: "se come bien"; o recibir un predicado con valor adverbial; "se lucha seguro".

Como se ve en todos esos ejemplos y en sus análogos, el progreso que ha realizado nuestra construcción ha consistido en que el ver o ha pasado a ser impersonal (y como tal puede estar solo) o ser modificado por un adverbio o por un predicado que haga su oficio. Pero el se no ha llegado a despertar la noción de un sujeto y por ese motivo no se suelen usar aqui verbos predicativos, sobre todo ser y estar, meros vehiculos para predicar connotaciones de sujeto. No se debe decir: "se está contento en mi familia”, “se era agradable", cuando nos proponemos dar a la oración un sentido de pasiva refleja e impersonal; y eso sencillamente porque no hay sujeto a quien referir tales predicados.

No obstante a veces se oye y se lee: "se está conforme", "se es simpático", etc. Aquí se trata de una influencia francesa,1 cuyas oraciones con on influyen inconscientemente. Como en la mayoría de los casos coinciden ambas construcciones, y se puede traducir on mange bien por "se come bien", modernamente se traduce análogica e indebidamente on est d'accord por "se esta conforme". Pero esto no puede ser porque en francés on es un verdadero sujeto, reducción de la palabra homo, y en cambio se como hemos visto, es muy otra cosa. En español antiguo hasta el siglo XVI, hubo. una construcción análoga a la franceca formada con hombre; se decía: "como hombre se viste", "hombre va hacia el rio", correspondiendo exactamente hombre al francés on y al alemán man; pero de ello sólo queda rastro en algún dialecto. Hoy en esos casos empleamos uno (con limitaciones, sin embargo).

¿Logrará el uso generalizar las oraciones del tipo "se está contento"? Desde luego un extranjero debe guardarse de emplearlas.

Hay otra incorrección que se esta desarrollando modernamente, un entre grandes escritores, de carácter bastante desagradable, y que consiste en poner el verbo en singular aun cuando la cosa que

1Sin embargo, en la época clásica se ha escrito: "asno se es de la cura a la mortaja" (Quijote, Diálogo de Babiccay Rocinante, en versos preliminares); "Siempre se es el mesmo en su ánimo" (Luis de Granada, Guía de Pecadores). Pero es difícil decidir si el uso moderno continúa el antiguo en este caso o si se trata sólo de un galicismo. Probablemente, de ambas cosas.

siga esté en plural; por ejemplo: "se lee libros".

Entre el vulgo

de Hispano-América, se oye a menudo "se vende patatas," etc.

La explicación de ese giro creo que es ésta. En “se llama a los amigos" se ha visto un caso de complemento de persona con preposición; y cuando el complemento es de cosa, se han limitado a suprimir la a, juzgando que se trata de la alternancia “veo a Pedro" "veo el libro". Miguel de Unamuno escribe: bastones' ya que no de papel de cartulina." 1

El mismo giro se encuentra en Benavente y en otros excelentes escritores. Pero es muy de lamentar que tal vulgarismo se aclimate. Precisamente en las frases del tipo "se leen libros" se conserva pura la primitiva construcción románica que vino a actuar de voz media, voz que el indo-germánico había poseído, y para la que el latin no tuvo ya órgano morfológico; la conciencia popular siente perfectamente la concordancia en esos casos: ¿por qué pues introducir esas horribles oraciones de la clase de "se encuentra vagabundos" "se lee estas frases"?

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Confundido por estas construcciones, un argentino, el Sr. Gabriel, ha consagrado un largo estudio a este asunto, y se ha confundido completamente. No ha investigado la historia de estas frases y llega a la consecuencia absolutamente inadmisible de que debe decirse "se lee libros". Su teoría no sería de temer si no coincidiera con el hecho de que grandes escritores leídos en América emplean alguna vez esa misma construcción, iliteraria y absurda si las hay.

Ojalá contribuyan estas breves páginas (que no aspiran a enseñar nada a especialistas en Filología española) a fijar algo las ideas sobre este punto en el amplio Círculo de los Maestros elementales de español y de los aficionados a estudiar nuestra lengua. AMÉRICO CASTRO

UNIVERSIDAD CENTRAL

MADRID, FEBRERO DE 1918.

1 El Sol de 3 de febrero de 1918.

2 Nueva oración activa. Revista "Nosotros." Febrero 1917.

Tampoco ha consultado la bibliografia sobre la materia. Si hubiese leido el estudio de F. Hanssen, La pasiva castellana (Anales de la Universidad de Chile, 1912) es seguro que habría variado en su modo de pensar.

HOW I TEACH FIRST-YEAR SPANISH

As head of Spanish in the Flathead County High School at Kalispell, Montana, my task is at the same time that of creating interest in things Spanish and of teaching the fundamentals of the language. This is the third year that Spanish has been given here and it is now offered in first, second, and third year classes. There is an attendance of some five hundred students, fifty of whom are enrolled for Spanish. The majority of these are young men attracted to the subject by the glamour of future South American travel or for purposes of business correspondence with firms dealing in South America. This popularity I find fostered by our far-sighted commercial department that strongly urges Spanish upon its students. Aside from a smattering of cowboy dialect acquired from wandering, Mexican vaqueros at the annual round-ups, there is no local background for their interest. A searching of the map of Montana fails to reveal a Spanish nomenclature; neither is there any reminder of Spanish life, tradition or history here as so richly abounds in California, New Mexico and other States.

Because of this lack of local setting I make it a point to bring before my classes many items of general interest not included in the regular assignment of lessons. This may be an explanation of the Castilian coat-of-arms on the cover of the text, the quoting and explaining of some Spanish proverb, an allusion to Cervantes or some other master of Spanish prose, or a question such as the following: What is the proportion of Spanish-speaking people in the world compared to English-speaking? Which city of South America is called "the Paris of the Andes"? Name the twenty-one coun

tries of the Pan-American Union.

As I am so fortunate as to be the arbiter of the courses of study in my department, I choose rather to cover less ground in texts and give more time to daily drill in reading, conversation, and the allimportant verb forms. The course covered in my first-year work includes the first twenty-four lessons of the Espinosa-Allen Grammar with the Roessler and Remy Reader for supplementary assignment. During the first six weeks the rules for accent and the regular verb forms are the topics of especial importance, during the second the principal irregular verbs are taken up, and after this.

correct habits having in the meantime been established, the remainder of the year is devoted to the mastery of separate points of grammar and to the increasing of vocabulary.

The necessity of thorough drill in teaching a beginning language cannot be overestimated, especially with high-school pupils, many of whom have not yet acquired the habit of concentrated study. The ability to use a foreign language is not generally acquired in less time than several months' residence in a foreign country, even by the aptest and most devoted student, and that where the ear is daily and hourly catching the idiom. Certainly much less can be expected of a person to whom the language is terra incognita and who never hears it spoken outside the classroom. Drill and much memory work are necessary. I assign vocabularies to be studied and insist upon their being learned, for a reading knowledge of a language by no means gives a speaking command of it. For the latter, vocabularies must be memorized as separate words or idioms, and conjugations so thoroughly assimilated that the desired form can be instantly summoned. Frequently for a surprise I call for a written. lesson on vocabularies and idiomatic expressions. A favorite test lesson is a dictation of simple questions in Spanish to be answered in the same without being rendered into English. These are oftentimes taken from the conversational lessons in the grammar. In preparing the latter exercises. I first allow the pupils to answer the questions with open books and while referring to their reading text for model answers. The day following they are answered from memory without difficulty.

Save to the exceptionally bright pupil, the single explanation of an idiom will not suffice to establish it with him as an usable form. Take, for example, the verb saber, as used in the Spanish meaning to know how, to be able. It is not only necessary to explain its meaning when it first occurs in the text, but to reiterate it in a dozen illustrations as Sabe hablar español. La madre de María sabe cocinar, etc., etc. Tiene ganas de -to desire, to wish, is another idiom which should receive similar treatment in order to fix it in the mind of the pupil. Every teacher knows a multitude of others.

Much is heard at present concerning the different methods of language teaching, especially the Direct Method. Every teacher's method is his own, which can and should be varied to meet the circumstances and exigencies of the class. I do not declare myself an

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