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» finalizó el acto, y S. M. mandó que se retirasen los »señores arriba referidos, y yo deposité en seguida>esta real declaracion en la Secretaría de mi cargo, » donde queda archivada. Y para que en todo tiempo » conste y tenga sus debidos efectos, doy el presente >testimonio en Madrid, en el mismo dia 31 de di»ciembre de 1832.-Firmado.-Francisco Fernandez » del Pino.»

La misma Gaceta que publicó este importantísimo documento contenia los nombramientos, de Fernandez del Pino para el ministerio de Gracia y Justicia en propiedad, y del conde de Ofalia, que se hallaba de embajador en París, para el nuevo ministerio de Fomento.

Si las reformas administrativas y las medidas políticas de la reina no hubieran bastado á exasperar el bando carlista, aquella solemne declaracion venia á colmar su enojo, porque cerraba toda esperanza de sucesion legal á su jefe. Si la declaracion no habia de bastar á asegurar la corona en las sienes de las hijas del rey, si no habia de ser bastante á ahogar las conspiraciones y á evitar una guerra civil, tocábales al menos á Fernando y Cristina, como reyes y como padres, dejar claramente consignado el principio de la sucesion legal, y solemnemente proclamado el derecho de sus hijas.

CAPITULO XXV.

MUERTE DE FERNANDO VII.

1833.

Toma el rey otra vez las riendas del gobierno.-Tierna y afectuosísima carta de gracias que dirige á la reina.-Aprueba públicacamente todos sus actos como gobernante.-Manda acuñar una medalla para perpetuar sus acciones.-Junta carlista en Madrid. -La infanta María Francisca.-La princesa de Beira.--Sublevacion carlista en Leon.-Parte que tuvo en ella el obispo Abarca. -Su fuga.-Desarme de los realistas.-Conducta de una gran parte del clero de España.-Lo que era en Cataluña.-Prision y proceso de los individuos de la junta carlista de Madrid.-Don Cárlos y la princesa de Beira son enviados á Portugal.-Amplíanse los beneficios de la amnistía.-Modificacion del ministerio.Decreto para que los reinos juren á la princesa Isabel como heredera del trono. Preparativos para las fiestas.-Programas.-Acto y ceremonias de la jura. Festejos.-Alegría pública.-Protesta de don Carlos.-Importante y curiosa correspondencia que con este motivo se entabla entre los dos hermanos Fernando y Cárlos. -Repugnantes síntomas de la enfermedad del rey.-Sucesos de Portugal. Nueva espedicion contra doa Miguel.-Mendizabal.Desembarco de tropas liberales en los Algarbes.-Apodérase de la escuadra portuguesa el almirante Napier.-Derrota de tropas miguelistas. Entran las de don Pedro en Lisboa.-Regencia de don Pedro.-Llegada y proclamacion de doña María de la Gloria.El cólera-morbo en Portugal.-Apunta en España.-Los partidos españoles. Sistema del gobierno con ellos.-Conspiraciones.TOMO XXIX. 10

Sorprende el anuncio oficial de la muerte del rey. Decretos de la reina.-Abrese el testamento de Fernando.-La reina Cristina gobernadora del reino.-Conduccion del cadáver de Fernando al Panteon del Escorial.

En la influencia que siguiera ó nó ejerciendo, y el ascendiente que conservára ó que pudiera perder Cristina en el ánimo de Fernando hasta la muerte del rey, que nadie creia remota, cifraban los partidos sus esperanzas ó sus temores; sin que eso obstase para que en su dia el que ahora se considerase desfavorecido apelára, para sobreponerse al otro y destruirle, á la ventaja del número material y á la lucha de las

armas.

De contado los absolutistas ardientes andabanasombrados y como aturdidos, no acertando á esplicarse que el autor de la declaracion del 31 de diciembre de 1832 con todo su sabor liberal fuese el mismo del Manifiesto de Valencia de 4 de mayo de 1814, y del decreto del Puerto de Santa María de 1.o de octubre de 1823, ni comprendian cómo pudiera el influjo de una mujer haber fascinado á Fernando hasta el punto de haber hecho un monarca por lo menos semi-liberal del que toda la vida no habia querido ser sino rey absoluto.

Y creció todavía su asombro al ver que á los cuatro dias de aquella declaracion, al volver Fernando restablecido ya de su enfermedad, á tomar en su mano las riendas del gobierno (4 de enero, 1833), decia en

el decreto: «Quiero que asista (al despacho) mi muy » cara y amada esposa, para la mas completa instruc»cion de los negocios, cuya direccion ha llevado, y >para dar esta prueba más de mi satisfaccion por el celo y sabiduría con que ha desempeñado mi sobe»rana confianza.» Pero esto era poco todavía. Con la misma fecha hizo publicar en la Gaceta, como quien hacía gala de que fuesen conocidos sus sentimientos para que nadie pudiera ponerlos en duda, la siguiente carta que dirigió á Cristina.

EL REY.

«A mi muy cara y amada esposa la Reina.

>>En la gravísima y dolorosa enfermedad con que la Divina Providencia se ha servido afligirme, la inseparable compañía é incesantes cuidados de V. M. han sido todo mi descanso y complacencia. Jamás abrí los ojos sin que os viese á mi lado, y halláse en vuestro semblante y vuestras palabras lenitivo á mi dolor; jamás recibí socorros que no viniesen de vuestra mano. Os debo los consuelos en mi afliccion, y los alivios en mis dolencias.

»Debilitado por tan largo padecer, y obligado á una convalecencia delicada y prolija, os confié luego las riendas del gobierno, para que no se demorase por más tiempo el despacho de los negocios; y he visto con júbilo la singular diligencia y sabiduría con que los habeis dirigido y satisfecho sobreabundantemente á mi confianza. Todos los decretos que habeis espedido, ya para facilitar la enseñanza pública, ya para enjugar las lágrimas de los

desgraciados, ya para fomentar la riqueza general y los ingresos de mi hacienda; en suma, todas vuestras determinaciones, sin escepcion, han sido de mi mayor agrado. como las mas sábias y oportunas para la felicidad de los pueblos.

>>Restablecido ya de mis males, y encargándome otra vez de los negocios, doy á V. M. las mas fervientes gracias por sus desvelos en mi asistencia, y por su acierto y afanes en el gobierno. La gratitud á tan señalados oficios, que reinará siempre en mi corazon, será un nuevo estímulo y justificacion del amor que me inspiraron desde el principio vuestros talentos y virtudes. Yo me glorio, y felicito á V. M. de que habiendo sido las delicias del pueblo español desde vuestro advenimiento al trono para mi dicha y para su ventura, sereis desde ahora el ejemplar de solicitud conyugal á las esposas, y el modelo de administracion á las reinas.-En Palacio, á 4 de enero de 1833.Firmado-FERNANDO.>>

Tras esta tiernísima y lisonjera caria, espidió el decreto siguiente:

«Queriendo manifestar mi gratitud al amor y desvelos incomparables que he debido en mi enfermedad á mi muy cara y amada esposa, y mi satisfaccion por el acertado desempeño con que ha correspondido á mi soberana confianza en el despacho de los negocios durante mi convalecencia, mando que se acuñe una medalla para perpetuar la memoria de tan esclarecidas acciones. Tendreislo entendido, etc.-Al conde de Ofalia.»

Era ciertamente admirable aquella ternura de Fer

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