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se pone termino á la efervescencia y á la agi

tacion.

Es sumamente curioso examinar las causas que produjeron tan estraordinarios efectos, y no es menos importante el conocerlas para formar un juicio exacto de la situacion de España. Hasta ahora creo que apenas se tiene noticia en Europa de la revolucion de aquella potencia, sino por las relaciones exageradas y contradictorias de los periodicos, y hay motivos para créer que esta falta de datos se estiende tambien á los gobiernos. Aun en la misma peninsula la diferente posicion en que cada uno se encuentra, y el espiritu de partido hacen formar ideas inexactas y falsas, y generalmente son poco conocidas las causas de la revolucion, su marcha, y el estado actual de las

cosas.

que

Persuadido de que esta es una de las principales causas de los males que afligen á mi patria, me he decidido á tomar la pluma con el objeto de todos los que tienen alguna influencia en los negocios y en la opinion publica, fijen de un modo irrevocable su concepto sobre la revolucion de España y contribuyan eficazmente á que se restablezca el orden en aquel pais. Como cada dia es esto mas urgente, me acomodo á las circunstancias, y ni aun me tomo el tiempo necessario para corregir este escrito. Los hechos no se desmentirán, y como no busco aplausos, me importa

poco que el estilo parezca descuidado, y que se eche menos alguna correccion : la verdad necesita pocos atavíos.

Testigo de muchos de los hechos que refiero, sin que haya tenido en ellos una parte esencial, libre del espiritu de partido, del que siempre procuré conservarme independiente, y sin mas pretensiones que la prosperidad de mi patria, en la que debo encontrar la mia, no me ha sido dificil revestirme de la mas severa imparcialidad. Conozco bastante el mundo para prevéer que este trabajo va á suscitarme enemigos, por que no disimulo ni las faltas ni los crimenes, y procuro que las cosas aparezcan buenas ó malas como son en si. No ignoro tampoco cual es el poder de los partidos, y con que encarnizamiento persiguen à los que se atreven á combatirlos de frente, pero tengo bastante valor para correr estos peligros, y habiendo llegado á créer que esta obrita puede ser util, no titubeo en publicarla, porque mi corazon palpita de gozo al pensar que puedo llamar la atencion sobre España, y contribuir de este modo al bien estar de mi patria Pro qua quis bonus dubitet mortem oppetere, si ei sit profuturus?

No terminaré esta breve introduccion sin hacer presente á mis compatriotas que se ven precisados á mendigar el amparo de los estrangeros, que se proponen abrazar aun los objetos caros á su

si

corazon, si quieren volver à pisar el suelo que los vió nacer, y si desean que amanezca en su patria un dia de calma y de prosperidad, deben emplear para conseguirlo las armas del raciocinio, de la prudencia y de la moderacion. Cualquiera tentativa violenta solo servirá para que perezcan millares de victimas, y para prolongar los males que agobian á la desgraciada España.

Y CAUSAS QUE LA PRODUJERON.

CUANDO se trastorna en una nacion el sistema de gobierno que la ha regido por muchos años, preciso es que hayan concurrido á producir este efecto diferentes causas lejanas, y que el mismo gobierno haya cometido faltas de gran trascendencia. El examen de los motivos que dieron margen á la revolucion de España en el año de 1820, no puede dejar de ser util á todos los gobiernos, y particularmente al español, pues, conocido el origen de aquellas novedades, es facil evitar que

se renueven.

Los que no reflexionan sobre los sucesos, no ven en la revolucion de España mas que una conspiracion militar, y dan por supuesto que los pueblos estaban contentos con el gobierno que entonces habia. Pero como no se pueden desmentir los hechos, y como era imposible que algunos miles de conspiradores diseminados en toda la peninsula consiguiesen hacer adoptar, casi sin oposicion alguna, la constitucion de 1812, sin que la masa de la nacion se prestase ó accediese á sus tentativas, seria una temeridad el negar que el animo de los Españoles se hallaba en 1820 dispuesto á novedades. No diré yo que quisiesen los pueblos la constitucion, pero es innegable que

descontentos con la marcha incierta de los negocios y con la debilidad del gobierno, deseaban un nuevo orden de cosas y el espiritu publico habia llegado á tal punto, que un puñado de agitadores podia trastornar impunemente el estado.

Pero como los pueblos llegaron á interesarse tan poco por el gobierno que los regia, y porque germinaron en el egercito las semillas de la rebelion?

La España, en 1814, recibió con entusiasmo á su rey que regresaba de la cautividad, y esta epoca, para tener todo el prestigio de afortunada, coincidió con las victorias conseguidas sobre los egercitos franceses, que se vieron obligados à evacuar la peninsula. Pero mientras que no se perdonaron los mayores sacrificios para conservar la independencia, y mientras que en seis años de la guerra mas cruel, los Españoles no cesaron de sellar con su sangre el amor que tenian al Fernando, creyeron muchos que habia llegado la epoca de hacer innovaciones en el sistema de gobierno, y que era tiempo oportuno de cerrar para siempre la puerta á los infinitos males que habia acarreado á la nacion un privado en el reinado anterior (1). Mas en lugar de retocar el edifi

rey

(1) No fue el privado solo la causa de los males de España, sino la ausencia total de instituciones y garantias, que principiaron á faltar desde la reunion de las coronas de Castilla y Aragon, y faltaron del todo en el reinado de Felipe V y

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