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ó deja en el universal concierto de las gentes. Por eso la solicitan aquellos cuyo pecho tiene más estrecha y necesaria comunicacion con la humanidad, sea para amarla ó sea para maldecirla; para acecharla ó huir de ella; para acariciarla ó herirla; penitentes ó misántropos, filósofos ó poetas, enamorados ó bandoleros.

Cuando, por otra parte, el libro no tuvo precursor, ni halla el arrimo y sombra de ascendientes ni contemporáneos; cuando todo es materia primera y ruda, falta de rudimentaria preparacion y labra inicial en las manos que lo aderezan y componen; cuando la historia política yace entrañada y oscura en ciertas cartas de fuero, de donacion ó de privilegio, en tratados de paz y de alianza, de navegacion y comercio con aledaños ó extranjeros; pergaminos yertos, texto escueto y desnudo, aún vírgen de refinada crítica y maduro fallo; cuando la social se esconde en escrituras de fundaciones pías, en cláusulas de testamentos, en perdurables litigios que guardan los archivos de las familias, rico é inexplorado tesoro, auténtico padron de usos públicos y costumbres privadas; cuando la artística no pasa de alguna piedra funeral ỏ votiva, del monumento anónimo, del indicio evidente, pero no bastante y discutible de los apellidos; cuando la militar se pierde en las empresas colectivas de la bandera-madre, donde no es po

sible seguir aquella vena generosa de sangre intrépida, que arrancando hinchada y llena del solar montañés, corre á verterse á borbollon ó gota á gota en mar y en tierra, por todos los campos de pelea, enflaquecida á intervalos, pero inexhausta, repuesta y constante, amasando el eterno pedestal de la gloria española y dejando su caudal precioso sumido, olvidado en la fábrica á cuya edificacion sirve y cuya firmeza asegura, entonces la suma de tiempo, de trabajo, de fatiga, de meditacion y de lectura, excede á cuanto, concentrando su tibieza y agotando su esfuerzo, puede emplear una inteligencia flaca, inconsistente y movediza.

Condiciones son estas que atañen esencialmente al fondo y sustancia de la obra; tiénelas además su forma, y no ménos tiranas, no ménos absolutas, no menos difíciles de guardar y ser cumplidamente atendidas.

Es la literatura contemporánea esencialmente crítica, carácter de su índole decadente; su inspiracion adolece de parasitismo, nace de otra inspiracion predecesora y madre, de la cual toma sustancia é impulso; es una segunda generacion artística que no parte inmediata y originalmente de la naturaleza, sino que tiene cuna intermedia en otra creacion del arte, encarnacion, interpretacion primera de la causa inspiradora.

No por eso tiene límites su esfera ni deja de ofrecer ocasion y espacio á la accion sublime y desahogada del más generoso númen. Una de sus mejores palmas y coronas será siempre la de no envolverse en austeridades misteriosas, sino de comunicar con todo lo circumambiente; la de no aspirar á lo alto, vision augusta, concentrada, personal y esquiva, sino radiar á la vez en torno, expansiva, humana y fácil. Y como la eficacia del sentimiento es más certera y alcanza á mayor número que la de la razon, dá al sentimiento mayor lugar y hace de él más frecuente y absoluto empleo.

No fué todo expontaneidad en esta laudable alteracion del gusto y la manera. Trájola consigo el creciente imperio de la mujer en la sociedad contemporánea, imperio que, como toda dominacion nacida de causas legítimas y necesarias, hace surgir en torno suyo y se apropia cuanto conviene á su consolidacion y á su prestigio. La literatura contemporánea piensa contínuamente, y con fruto, puesto que cobra usurario precio de su cuidado, en la mujer y en el niño. Cuanto más se ocupe de la inteligencia de aquella, ménos habrá de trabajar para la del segundo; á través de la inteligencia materna, vivífico medio que funde todo hielo, quebranta toda roca é ilumina toda tiniebla se nutre más rica y provechosamente la inteligencia infantil; y sabido es que, si

algo no olvida el hombre en su vida, es lo que aprendió de una mujer, madre ó hermana; oraciones y cuentos.

En obsequio á la inteligencia femenina, viva pero inquieta, penetrante pero mudable, rápida pero ardorosa y vaga, la ciencia ruda viste galano estilo; escribe libros especiales; la trae á fijarse en las fórmulas abstractas de la gravitacion, envolviéndoselas en la exposicion sonora de la armonía universal, tan grata á su pecho, esencialmente resonante, ayudándose de tres agentes irresistibles, luz, distancia y misterio; la impone en las recónditas labores de la atraccion molecular, disfrazándoselas en el cuento de la formacion y génesis de la piedra preciosa, tan seductora á sus ojos, fácilmente pagados siempre de cuanto fulgura, escasea y vale. Y obediente á causa igual la elocuencia, hace sitio al período altisonante, melodioso y vago, cierta de que es hacedero y fácil llegar del oido al corazon, y extremecerle ó seducirle sin pasar por la alquitara escrupulosa del cerebro; y la ciencia histórica, corregida de su solemne y seco aparato, busca al héroe fuera de la ocasion excelsa de su gloria, y sin menguársela, lo humaniza y pone en punto de ser accesible al juicio y residencia de los demás humanos.

Este modo literario, feminizado, ameno y vario que procura ante todo el agrado de la forma, rige

hoy con ley absoluta, la cual no es posible eludir ó desobedecer pena de muerte; esto es, de completo desden y olvido. Ni fué de corto provecho á la porcion viril de nuestra raza esa ingerencia del feminismo en el arte; propendia á facilitar los estudios, á amansar sus asperezas y rigores, á compensar en tiempo la inconsistencia, á sustituir con amenidad, ligereza y gracia, la profundidad y la solidez; era camino que sonreia y llamaba, y por él siguieron y siguen, y seguirán con preferencia y deleite el número mayor de los varones leyentes, si con beneficio ó daño de la general sabiduría no es aquí lugar de establecerlo ni demostrarlo; baste apuntar que á no tener semejante camino muchos no siguieran el otro lijoso y áspero, accesible únicamente al duro pié y al ancho pecho de los fervorosos y tenaces.

Uno de los elementos más eficaces, el más poderoso acaso, y de uso más arriesgado con que la novedad cuenta, es la aparicion más ó ménos repetida, más ó ménos continuada de la persona del autor. La mujer, sér imaginativo y sensible, propende al drama, á la accion, á la manifestacion del carácter en presencia de los sucesos y circunstancias de la vida; gusta de mezclar el libro y el teatro; á la narracion impersonal, por viva y rápida, y pintoresca que sea, prefiere la narracion entrecortada por diálogos. Era el sistema que regia la primitiva escena; es el que

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