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CASTILLO DE LA MOTA EN MEDINA DEL CAMPO
TROMPA DE ARRANQUE DE LA BÓVEDA DE LA TORRE DEL HOMENAJE

LAMINA VI.

I

LA PLAZA FUERTE

Descripción general.

La ciudad actual de Medina del Campo, que suponen los antiguos eruditos que corresponde á la vieja Sarabris, se halla erigida en el anchuroso valle. regado por el río Zapardiel.

Los planos de esta histórica plaza fuerte (lám. I) (1), se levantaron á principios del pasado siglo, por D. Julián Ayllón, Prior de la Colegiata de Medina, y yo he obtenido de la amabilidad del exdiputado á Cortes D. Eusebio Giraldo, una copia de estos planos, que es la que tengo el gusto de presentaros.

Como veis, la población estaba cerrada por un doble recinto de planta completamente irregular, como sucedía con todas las fortificaciones de la Edad Media, y el ilustre Prior trazó los planos de la urbe medioeval, teniendo en cuenta, no sólo los restos de construcciones que entonces subsistían de la antigua población, sino también los manuscritos que pudo coleccionar, y los datos que con ellos reunió, para levantar sobre el terreno la planta hecha á escala, y las dos perspectivas caballeras de la ciudad tomadas desde distintos puntos de vista. En ellas aparece el recinto interior que circundaba la po. blación principal, el recinto exterior que comprende la ampliación de ésta y el Alcázar situado en el ángulo Sur de la muralla interior, y que venía á constituir una verdadera ciudadela de la población, Los recintos, tanto interior como ex.

(1) Los planos y perspectivas que acompañan se presentaron, durante la conferencia, en el aparato de proyecciones que posee el Centro del Ejército y la Armada,

terior, estaban guarnecidos de numerosos torreones de planta rectangular, complemente macizos; de modo, que esta estructura revela la arquitectura militar de la época, del período correspondiente al siglo XIII y á los anteriores. En las pers pectivas se ven los diferentes edificios, así públicos como particulares, que en. galanaban la población antigua de Medina, descollando sobre todos ellos, el viejo castillo, que se hallaba también defendido por un doble recinto amurallado, y separado del resto de la población por ancho y profundo foso que rodea esta ciudadela y completa la importancia militar de la población, considerada como plaza fuerte.

Estos son, pues, los rasgos caracteristicos de la murada villa, tal como se debió encontrar durante la Edad Media, hasta que destruida en gran parte por los incendios acaecidos en el siglo XVI, se trasladó la población á la margen opuesta del río, y derruídos asimismo los recintos por el transcurso del tiempo, y más todavía, por la acción malévola del hombre, que es el principal destructor de los monumentos, desaparecieron completamente las murallas, y sólo queda como recuerdo vivo de lo que fué un día la población de Medina, su famoso castillo, que hoy se eleva en medio de labrantías tierras, en que apenas se ven insignificantes vestigios de los innumerables mo numentos que un día la poblaron.

Expuesto así, á grandes rasgos, lo que fué la población, considerada como plaza fuerte, entro de lleno en el tema objeto de esta conferencia.

II

EL CASTILLO

A)-Epocas de erección.

En primer lugar, voy á examinar cuáles son las épocas de construcción de esta fortaleza que consignan los anales históricos, para ver después si las construcciones se hallan conformes, en su estructura y organismo, con lo que dicen las Crónicas.

La fundación de la parte más antigua de la fortaleza, que es todo el recinto interior de la región levantina, se halla consignada: primero, en la historia del Conde D. Pedro Nuño, escrita por su al férez Gutiérrez Díaz de James, y después se reproduce en las Memorias de los varones ilustres de Medina, debidas al citado Prior Sr. Ayllón. En ellas se inserta esta curiosa leyenda:

«En el siglo XIII, existió un opulento labrador llamado Andrés Boca, que po seía nada menos que 100 yuntas de bueyes y numeroso personal de operarios, asi campestres, como artesanos, destinados los primeros á labrar los inmensos. terrenos que poseía, y los otros, los artesanos, á construir y reparar los aperos de labranza. Era Boca tan buen vasallo, que asistió con su gente á la funesta jornada de Alarcos y á la famosa victoria de las Navas de Tolosa. Mas envidiado después por sus convecinos, fué denunciado al Rey Alfonso IX (1) como fabricante de moneda. El Rey, que le tenia en buen concepto por sus anteriores servicios á la Patria, no quiso, por de pronto, hacer caso de la denuncia; pero pudo tanto en él la maledicencia, que al fin llegó á dudar, y llamándole á su palacio le requirió á que declarase si era cierto el delito que

(1) La nova explicativa, al final de este trabajo.

se le imputaba, á lo que dice la leyenda que contestó el buen labrador:

>>-Señor, es cierto lo que han dicho á V. A., y puesto que yo declaro mi delito, no ha menester de más prueba, y sólo pido á V. A. que antes de imponer. me el castigo á que me considere mere. cedor, se digne visitar temprano mi casa para que pueda ver el medio que tengo de fabricar moneda.

>>Excitada la curiosidad del Monarca, le prometió cumplir sus deseos, y, efectiva. mente, à la mañana siguiente se presentó con su Corte en la casa del labrador. Entró en un inmenso patio, rodeado de talleres, en los que multitud de operarios se dedicaban á la construcción y reparación de los aperos, mientras que numerosos mozos salían con sus yuntas á la brar las tierras que les estaban encomen. dadas.

Este animado cuadro, que patentizaba el inmenso valor de un asiduo y bien en. tendido trabajo, parece que impresionó profundamente al Rey Alfonso, y apro. vechando el buen Boca la oportunidad, dice la Crónica que manifestó al Monarca: «Señor, este es el arte de que yo me valgo para fabricar moneda y hacerme rico, y puesto que V. A. se ha dignado honrar esta casa, quiero conmemorar el dia de hoy y prometo á V. A. destruir el Alcázar viejo y construir otro, como no le haya igual en Castilla.-Añade la Crónica que el honrado Boca cumplió fielmente su palabra, y construyó un nuevo Alcázar, que constaba de cuatro fortisimas paredes, fortificadas de robustos estribos y coronadas de almenas.

Como veis, en el recinto interior se

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