Imágenes de páginas
PDF
EPUB

porta dejen de subsistir, procuraré en esta excursión completar aquéllas y destruir éstos, contribuyendo así al mejor conocimiento del más grandioso y español de nuestros templos.

Prescindiendo de la restauración que sufre el arco por la parte exterior, allá en los últimos años del siglo XVIII, cuando se coloca el reloj en la moderna habitación que hay encima de aquél, esta por tada conserva todos los elementos del arte ojival naciente con que fué construída y èxornada (1). El intradós del arco, con sus recuadros de interesantes bajo relieves, cuya representación gráfica acompaño; las resaltadas archivoltas, con sus ángeles y Obispos (2); el timpano, totalmente cubierto de altos relieves que por completo no se han sabido descifrar hasta ahora; el parteluz y las jambas, donde con primorosas entalladuras se hace alarde de la divisa del castillo; la trebolada arquería del zócalo ó basamen. to, que tanto recuerda la de la puerta del crucero en la Catedral del Burgo de Osma, que ha merecido especial información en nuestro BOLETÍN; las exentas esculturas de la Virgen Madre, que se alza sobre el parteluz, y las de los Reyes y santas mujeres colocadas bajo doseletes en la mencionada arquería, todas estas partes del hermoso conjunto se labraron, como luego he de probar, en el siglo XIII, excep tuando las esculturas últimamente cita

(1) Refiriéndose á esta portada, dice el Sr. Amador de los Rios en su Toledo pintoresca: «Encuéntrase, sin embargo, casi enteramente trastornada, quedando reducida la antigua fábrica, al arco de la puerta,>>

(2) El Sr. Rios, en su citada bra, y los Sres. Parro y Vizconde de Palazueles en sus Guias de Toledo, ven profelas ó sintes en el lugar que ocupan tres Obispos en la primer archivolta. El resto de las figuras, en las tres que tiene la arcada, son angeles en diferentes actitudes.

เลยต

A SIMANGAS

das, obra, sin duda, del siglo XV, y que desdice mucho del modo como fueron esculpidos los relieves del intrados y jambaje.

Para dar más claridad á este estudio, me ocupare por separado de cada uno de los elementos que forman la portada.

Intrados.-De tal interés juzgue siempre los bajo relieves que lo cubren en toda su extensión, que procuré fueran reproducidos fotográficamente, sin obtener resultado satisfactorio en ninguna de las varias pruebas que se hicieron por expertos operadores de las mejores casas que á esta clase de trabajos se dedican, A llo se oponía principalmente la luz en aquel sitio, que mira al Norte, el polvo depositado en las labores y más que todo eso una multitud de nidos de insectos y antrópodos arácnidos allí formados. Convencido de la imposibilidad de emplear el medio hasta hoy más fiel de reproducir estas obras, acudi al dibujo, valiéndome de buenos gemelos y de gran paciencia para darle todo su carácter y que no se perdiera ninguno de sus interesantes detalles.

D. José Amador de los Ríos, en la To ledo pintoresca, al ocuparse de estas reelevadas labores de «rudo diseño», dice que representan bechos del Viejo Testamento. Como puede verse en el grabado correspondiente, las figuras y las escenas

no se refieren precisamente á la historia del pueblo hebreo, y se desarrollan en los recuadros de manera muy variada y algu nas en forma dificil de interpretar. No obstante la mentada dificultad para traducir lo que allí se propuso dibujar el artista, se alcanza á ver en ellas rico caudal de modelos para el estudio del traje y de la panoplia del periodo medioeval, en que fueron esculpidas, pues desde el acto, al parecer, de la consagración de un Obispo, hasta su lecho mortuorio, que rodean personajes con arquetas de reliquias en las manos, ocupando las lineas extremas de la ancha faja, allí se ven relieves muy curiosos y de asuntos variados.

En la línea 2 el alma del justo sube al

cuadros variadisimos donde la rica fantasía del anónimo escultor trasladó el traje y las costumbres de su tiempo o hizo ó gala de su fecunda fantasía.

Archivolta. Nadie hasta hoy reparó en las tres estatuillas de Obispos que aparecen alternando, en actitud de bendecir, con las de los ángeles que inciensan, cantan ú oran en la primera de las archivoltas. En los dos restantes volteles, que en su desarrollo acusan las graciosas curvas del arco, no vuelven figuras semejantes á reaparecer. ¿Quiso el artista representar con ellas á tres de los seis santos Arzobispos de Toledo? No creo de gran fundamento esta suposición, pues del mis. mo modo que allí colocó las tres mencionadas, bien pudo hacerlo de las demás,

[ocr errors][merged small]

cielo elevada por ángeles y la del que muere en pecado la conducen dos diablillos al lugar de las eternas llamas; un martirio y la bendición de los justos, en la señalada con el núm. 3; combatientes á pie y á caballo en las 5, 12, 16, 21, 32 y 33; danzas obscenas en las 6 y 8, y bailes, tal vez de carácter popular, en la 34; figuras de músicos y astrónomos en la 15 y 19; escenas venatorias; seres fantásticos y reales de marcado saber simbólicc; divisas heráldicas del león y el cas tillo; flora y construcciones de carácter ornamental, donde se acusa bien manifiesto el gusto mudejar toledano; la parábola del avaro Epulon (39 y 40), y, por último, una serie de figuras que visten traje sacerdotal, algunas con mitra y bá. culc, conduciendo ó acompañando al parecer los restos mortales ó las reliquias de un santo. Representaciones que aludan al. Viejo Testamento sólo se encuentra la de las lineas 39 y 40; las restantes son

con lo que hubiera logrado cierta simetría y mayor variedad en la ornamentación. Más me inclino á creer, sin que esto pase de ser una suposición, á la que no doy gran valor, que aquí el imaginero se propuso legar á la posteridad el retrato escultural del Arzobispo fundador Jiménez de Rada y los de D. Juan III y D. Gu tierre Ruiz, que le siguieron en la Silla primada y en cuyos pontificados la cons trucción adelantó hasta verse terminada esta puerta. La costumbre que más tarde se siguió fijando en la obra el blasón arzobispal como representación personal, incliname á consignar esta opinión, á la que, como digo antes, no concedo gran importancia, toda vez que mi propósito se reduce á llamar la atención de los inteligentes sobre estas esculturas que des dicen con el resto de la ornamentación y están alli colocadas en forma tan extraña. Timpano. Ninguno de los escritores antiguos, así como tampoco aquellos

[ocr errors]

más modernos que han descrito el templo toledano, lograron interpretar con fidelidad todas las varias escenas de la vida de Jesús, que se desarrollan en las cuatro zonas ó fajas en que está dividido el timpano. Comenzando por la zona inferior é izquierda del observador, los al. tos relieves representar:

1. Zona. 1.o La Anunciación. — 2.o Visita la Virgen á Santa Isabel. - 3.° El portal y adoración de los pastores.-4.° Los pastores reciben la buena nueva.5. Herodes y los Reyes que salen de Jerusalén.-6. Adoración de los Reyes. 7. Los Reyes, dormidos, reciben aviso de no presentarse á Herodes.-8. Dego. llación de los niños inocentes.

2. Zona. 1.° El ángel notifica á José, durante el sueño, la orden para que mar. che á Egipto con su familia.

2.o La

Apóstoles, que leen en sendos libros. Un ángel, que aparece entre nubes, ocupa la clave de la ojiva, sirviendo de remate al timpano.

El no haber sabido explicar los últimos simulacios de la 2.a zona, asi como tampoco el referente al milagro del pan y los peces en la 3.2, ha sido sin duda la causa de llamar ollas à las hidrias y amasadoras que figuran en estos relieves, y de ahi el nombre que algunos dieron á la puerta, nombre con el que aún se la vie. ne designando, á pesar de la impropiedad manifiesta con que se aplicó.

No siendo objeto de estas excursiones la descripción de los monumentos toledanos ya conocidos, pues mi propósito se reduce a dar noticia de lo que pasó inadvertido hasta ahora ó de lo que he tenido la suerte de descubrir, huyo aqu

[ocr errors]
[ocr errors]

huida á Egipto. 3.° El Niño perdido (escena que luego dió nombre á la puerta).—4.o Jesús en el Templo disputando con los doctores. 5. La Virgen, acompañada de San José, presenta en el Templo las ofrendas de purificación (unas palomas).-6. Presentación de Jesús en el Templo.-7.° La Virgen y el Niño ante el Sumo Sacerdote.-8.° El Bautismo (representado por inmersión).-9.° Acto de bendecir Jesús en las bodas de Canán.10. Jesús hace que el agua se convierta en vino.

3. Zona. (Sigue la escena de las bo. das.) 1. Dos criados vierten en las hidrias el agua que se convierte en vino. — 2.o Jesús bebe el vino ante los admirados. concurrentes.-3.° El milagro del pan y los peces (que ocupa gran espacio).-4.° Resurrección de Lázaro.

4. Zona. Ocupa toda esta zona la muerte de la Virgen, cuya figura, colocada en un lecho, se ve rodeada por once

[ocr errors]

de la tentadora idea de hablar más extensamente de estos altos relieves, tan ricos en valiosos modelos para el estudio de la iconografia cristiana, pero no caré por terminada esta nota sin haber llamado antes la atención sobre un detalle que considero de gran interés. El cubrecabezas de los dos caballeros combatientes de la fila quinta del intradós, y el que defiende la testa de uno los milites en la escena de la Degollación, que hay en el timpano, corresponde al tipo del yelmo anglo-sajón, llamado first pot-belm, cuyo uso, sin cimera emblemática, como en estas labores aparece, duró hasta los úl timos años del siglo XIII. En ninguna otra de esta naturaleza, de las muchas que decoran el templo primado, se ve repetida tal arma defensiva, como tampoco el sombrero que porta San José en el recuadro correspondiente á la huída á Egipto, prenda que, por su forma, parece de origen extranjero. En cuanto á los ba

cinetes de los otros milites que acompafan al del first pot helm en el timpano, aún conservan en ellos estrechos los bordes, á m do de visera, característicos del siglo antes citado, y se diferencian en esto de otros esculpidos posteriormente, y que pueden verse en los altos relieves del claustro, cuya labra se ejecuta á principios del siglo XV por orden de D. Catalina de Lancaster, como denuncian los blasones alli esculpidos.

Jambaje y parteluz.-Guardando perfecta armonía y acusando su obra ejecutada al mismo tiempo que la del intrados del arco, aparecen estos elementos de la portada totalmente cubiertos de bajo relieves, encuadrados de igual modo que los de aquél, si bien aqui domina en la decoración la flora y la fauna simbólica y el castillo heráldico (véanse los grados), que acuartela con leones, sin formar blasón, en la parte superior de las jambas. El interés que despiertan desde el punto de vista decorativo, y la circunstancia de no haber podido lograr buenas fotografías de ellos, me inclinó á optar. por el procedimiento del dibujo, acusan. do sus siluetas con la mayor fidelidad posible.

Observando detenidamente estas labores y las del intradós, se aprecia fácilmente en los artistas imagineros gran destreza y maestría en la copia del mo delo al tallar los animales y las flores. La figura humana resulta deforme, y el es cultor, aun cuando logra la expresión que se propone, lucha inútilmente por hallar la misma corrección que en aquellas.

El dibujo señalado con una A en el grabado correspondiente á la fauna ornamental, está tomado de la escultura simbólica en que descansa la Virgen en el parteluz.

Estatuas. Nueve son las que hay en este portal. La Virgen Madre sobre el pilar del parteluz; los tres Reyes Magos y un sirviente, que tiene de las bridas los caballos (de los que sólo se ven las cabezas), en el lado izquierdo según se

mira, y en el opuesto lado, en el fondo, un abad, y luego tres santas mujeres, todas ellas situadas sobre la exenta arque ría del basamento y cobijadas por graciosos y finos doseletes. Por lo dicho se ve cuán equivocados anduvieron los que afirman la existencia en este lugar de ocho estatuas de Apóstoles provistas de do seletes y repisas (1), ó bien ocho santas de tamaño natural, colecadas en otros tantos nichos (2).

Entre las esculturas del lado derecho hay dos que merecen estudio detenido y especial mención. Una de ellas es el citado abad, que sostiene con la diestra mano uns á modo de bastón, rematado por sen. cillo capitel, que bien pudiera ser el báculo tau en una de sus diversas formas. Contemplando esta figura de reposada actitud y enérgico semblante, he pensado muchas veces en el primer Arzobispo de Toledo después de la reconquista, en aquel intrépido D. Bernardo, y pensando en él, siem pre se me ha ocurrido hacer la misma pregunta. ¿Cómo es que la memoria del Alfaquí de la mezquita aljama obtuvo la distinción de que su estatua ocupara un lugar distinguido en el templo y la del Arzobispo cristiano quedó relegada al olvido? He consultado los libros de actas capitulares; los de cuentas en la obra y fábrica, y también los curiosos manuscritos de Arcayos, Pisa, Acuña y otros, sin encontrar sobre este punto la explicación que deseaba, Quién sabe si otro más afortunado consiga hallar el olvidado documento y con él la noticia referente al personaje representado en este bulto.

La otra estatua, digna de examen desde el punto de vista iconográfico, es la primera de las tres santas mujeres, colocadas en el mismo costado que lo está la del abad. Situada à la izquierda y á igual altura que su doselete, aparece la de un ángel en alto relieve, sosteniendo con ambas manos la paloma, símbolo del Espiritu Santo en nuestra Religión. Si el imaginero quiso

(1) Vizconde de Palazuelos, Guia de Toledo, pág. 378. (2) Toledo en la mano, pág. 470.

representar aquí á la madre del Bautista ó el sublime acto de la Anunciación, la actitud en la obra escultórica, cubierto el cuerpo con el manto y la cabeza con la toca, las manos extendidas sosteniendo un 'ibro, y la vista dirigida al celestial mensajero, corresponde perfectamente al acto sublime que se propuso esculpir, pero el recurso artístico-por cierto muy bello -del ángel conduciendo al Espíritu Santo, no lo he visto citado en ningún tratado de iconografia, ni conozco tampoco obra alguna e arte cristiano que pueda servir de precedente. La Iglesia fué siempre opuesta á admitir esta forma de represenraciones, pues á propósito de ello dice el Rdo. P. Fr. Juan Interian de Ayala (1), refiriéndose al simulacro de la Resurrec. ción: «No puedo aprobar el que se pinte á Cristo levantado en el aire por manos ó hombros de ángeles.>>

Estas nueve esculturas se esculpieron indubitablemente mucho después de haberse labrado la portada, cosa que pronto salta á la vista, comparando la relativa per fección de las formas y el plegado de sus ropajes, con la señalada tos quedad de las figuras humanas en el intradós y jambaje. Ni la indumentaria, ni otros muchos detalles, como son las coronas de los Reyes y de la Virgen (véase el grabado), concuerdan en época y estilo. Sin duda, por no haber observado estas diferencias, y fundándose en que Juan Alemán trabajaba en ellas al mediar el siglo XV, es por lo que Parro, al describir la puerta del Reloj, incurre en el error de decir que <<acaso sea la más antigua, de diseño de fectuoso, tosca ejecución y representación confusa y extravagante, todo revelando el atraso de las artes en la época de su construcción, que fué à principios del siglo XV». ¡Así se ha estudiado y dado á conocer la interesante iglesia mayor de Toledo, aquella que el ilustre Sr. Lampé rez y Romea califica como uno de los mo.

(1) El pintor cristiano, traducción de D. Luis Durán y de Bastero. Tomo I, pág. 473.-Madrid: Imprenta de D. Joaquín Ibarra, año de 1782,

numentos más notables de la Arquitectura gótica dentro de un carácter completamente nacional (1).

De lo dicho hasta aquí, resulta perfectamente demostrado, y esto no es un alarde de quien tiene mucho que aprender, que el bellísimo é interesante portal de la Chapinería se construyó todo él, excepto las referidas nueve esculturas que asientan en la galeria decorativa, bajo la misma dirección y gusto artistico, y que la moderna restauración, Ilevada á cabo por el arquitecto Durango á fines del siglo XVIII, solamente alteró la parte superior y externa del arco. Veamos ahora si con los datos que he podido hallar en el templo mismo, y valiéndome de la relación que guardan entre si algunos de sus elementos decorativos, puedo fijar, siquiera en hipótesis, la época de su labra, destruyendo los equivocados juicios que se emitieron, con daño para la historia de nuestras artes, por los escritores antes citados.

Terminada que fué la obra absidal y las capillas mayor y parroquial de San Pedro el Viejo, hoy de San Eugenio, que obece. den al mismo estilo arquitectónico― salvo los lugares modernamente restaura. dos-debió procederse inmediatamente á consagrar este primer cuerpo del gran. dioso templo primado y abrirlo al culto. Aun cuando se ignora la fecha de aconte. cimiento tan interesante para señalar el jalón límite de la primera etapa de su construcción, existe para reducirla al menos, en la última de las citadas capillas, la lápida sepulcral del ilustre soldado Pedro Julián, que muere y es alli enterrado el 27 de Febrero de la era 1285 (año de 1247) veinte años después de haberse puesto la primera piedra para el edificio. En esa fecha, pues, estaba ya consagrada la iglesia, porque no se puede ad.nitir en buena lógica que la lápida se trajera de otro templo, ni fuera trasladada allí desde

(1) El trazado de la Catedral de Toledo y su arquitecto Pedro Pérez, por D. Vicente Lampérez y Romea.-Revis ta de Archivos, Bibliotecas y Museos, Enero, 1899.

« AnteriorContinuar »