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Sólo se conserva en buen estado el primer cuerpo de la torre del homenaje en cuya sala de armas hay un recuerdo artístico de bastante interés. En la perspectiva de un ángulo de esta dependencia, ejecutada por el alumno de la Escuela de Arquitectura D. Manuel Cuadrillero (lám. VI), se ve el paso, por medio de trompas, de la planta cuadrada inferior al poligono superior, de dieciséis lados, sobre el que arranca la cúpula. En primer lugar se pasa del cuadrado infe. rior al octógono por medio de semibóve das por arista, y después se transforma á su vez este poligono de ocho lados en el de dieciséis, con auxilio de arcos volados, de planta triangular, reforzados con nervios centrales que, empezando en punta, van ensanchando hacia la parte superior que recibe el arco en voladizo. Los contrastes de claro obscuro de estas diversas y variadas masas dan al conjunto un aspecto sumamente encantador, pero esta construcción tan particular, tiene, en mi concepto, gran importancia desde el punto de vista artistico, porque habiéndose desarrollado en el suelo andaluz en la duodécima centuria, se extiende después á Castilla, reproduciéndose en Medina del Campo á mediados del siglo XV.

Esta hermosa construcción castellana de ladrillo al descubierto y de carácter hispano mogrebita, permite al artista exa minar su interesante estructura, mientras que los ejemplares del mismo géne ro que he tenido ocasión de estudiar en el hermoso suelo que el Bétis baña, están todos blanqueados y por consiguiente, sólo se pueden apreciar en ellos sus bellas formas.

Tan interesante ejemplar del segundo periodo de la arquitectura sarracena, unido á las influencias mudejares y germánicas que campean en sus fábricas, prestan al monumento un singular sello artistico que lo avalora en alto grado.

Queda examinada, pues, la importancia que en mi pobre concepto tiene el edificio desde el doble punto de vista militar y estético.

4.

Valor bistórico.-Quiero moles. tar ya muy poco vuestra atención para no abusar más de vuestra paciencia, y me limitaré, por lo tanto, á recordar los hechos más culminantes que registra la historia. En dicha fortaleza se albergaron augustos Monarcas, se hospedaron ó estuvieron recluídos egregios personajes, se depositaron los caudales destinados al rescate de Francisco I, y sobre todo, señores, se verificaron sucesos importantes del más glorioso de los reinados. Allí estaba la augusta Isabel I cuando recibió la noticia del inicuo asalto de Zahara, y de allí lanzó la egregia Reina el pendón castellano para vengar tamaña afrenta; pendón que ondeó luego victorioso en las plazas que sucesivamente iban conquistando las huestes cristianas; alli volvieron los Reyes triunfantes después de haber cla. vado sus estandartes en las orillas del Da. rro y del Genil, y por último, allí estuvo retenida la desdichada D.a Juana, no permitiendo que la subieran á sus habitaciones, y obstinándose en permanecer durante tres dias en el cuerpo de guardia, ya ordenando como Princesa, ya suplicando, que le abrieran la puerta y bajasen el puente levadizo para salir en busca de su veleidoso marido, sin hacer caso de las exhortaciones cariñosas y de los consejos que la dirigió el Arzobispo de Toledo, hasta que al fin tuvo que ir su augusta madre precipitadamente, desde Segovia, para prestarla los cuidados que su triste situación exigia, á pesar de que se hallaba ya la augusta Reina atacada de los sufrimientos físicos y morales que debian conducirla en breve al sepulcro, después de extender su admirable testamento y su codicilo en aquella villa, en que exhaló su último suspiro.

C) Resumen.

La importancia histórica de esta población se condensa en el arrogante lema que ostenta en su escudo: «Ni el Rey oficio ni el Papa beneficio», aludiendo á que sólo á la villa correspondió el nombramiento de los empleados que habían de regirla en lo temporal y en lo espiritual. Pues bien, señores; cuando tales recuerdos atesora el castillo y plaza fuerte de Medina; cuando las antiguas cons. trucciones de esta fortaleza simbolizan, por una parte, tan puro amor à la Patria como sentía el leal Boca, y representan por otra el perseverante amor al trabajo, que caracterizó á tan ilustre patricio y que constituye la base primordial del bienestar y progreso de las naciones; y por fin cuando las fabrica erigidas posteriormente, al mismo tiempo que acusan los gran. des progresos obtenidos ya por entonces en la fortificación, simbolizan asimismo tan gloriosos sucesos como los en él acaecidos, sería una vergüenza para la Patria el que se dejase perecer tan interesante monumento y permitir que subsistan allí un momento más, no sólo los escombros procedentes de la ruina de las coronacio. nes de las murallas y de las defensas ex

teriores, sino lo que es más vergonzoso -permitidme que os lo diga-los miseros restos de los aduares de jitanos, que lo habitaron un día y que, gracias al celo del Alcalde, D. Juan Molón, se prohibió desde hace algún tiempo tan inaudita profanación.

No dudo, pues, que el Sr, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, entusiasta conservador de nuestras glorias nacionales, correspondiendo á la propuesta formulada hace ya tiempo por la Academia de San Fernando, y la que seguramente hará en igual sentido su hermana la de la Historia, declarará el castillo de Medina inonumento nacional, y dispondrá se salven sin demora sus venerandos restos, que tan prestigiosos recuerdos simbolizan.

Tales son, señores, los deseos que me animan, tan puros como el santo amor á la Patria que todos profesamos, y que en ningún sitio pudieran encontrar mejor acogida que entre vosotros que, teniendo siempre á la vista vuestro ilustre abolengo, ansiáis ocasión en que poder reverdecer los ilustres laureles con que vuestros heroicos antepasados honraron la madre Patria.

NOTA EXPLICATIVA

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>> Por donación no pasó Medina del. Campo á poder del Rey de León, pues consultada la carta dotal de D. Beranguela, cuando su matrimonio con Alfonso IX, no figura en la misma. á pesar de mencionarse todas las ciudades, villas y castillos que eran objeto de las capitulaciones (año 1109).

>>Por conquista tampoco pasó á su poder, pues durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158 á 1214), las armas leonesas no toman territorios al castellano, recobrando sólo en 1212, las plazas que el de León había dado á doña Berenguela (Villalpando, Ardón y Rueda).

>>No pudiendo ser Alfonso IX de León el Alfonso que después de las batallas de Alarcos y Las Navas ejercía jurisdicción en Medina del Campo, forzoso es admitir que fué Alfonso de Castilla, que unos llaman VIII y otros IX, por incluir en la Cronología castellana á Alfonso el Batallador, Rey de Aragón y marido de D. Urraca, abonando esta intrusión el hecho de que, durante el reinado de

D. Urraca, fué reconocido como Rey consorte, tuvo mucho tiempo plazas y villas con guarnición y siguieron su partido, en contra del de D. Urraca, mu. chos nobles castellanos.

>>Intercalado el de Aragón, resulta Alfonso VIII el que nosotros llamamos Alfonso VII, y Alfonso el de Las Navas se convierte en Alfonso IX. >>

MODERNISMO CLÁSICO

Si algunas leyes estéticas lográramos deducir del estudio de la historia del arte, serían, sin duda, aquellas que de su evo lución y marcha se desprenden, viniendo á explicar la razón de ciertos fenómenos, cuya presencia nos sorprende doblemen te si los consideramos aislados y sin rela. ción con sus precisos antecedentes.

Hoy asistimos á un movimiento artistico especial que hemos dado en llamar modernismo, quizá porque lo creemos propio y exclusivo de nuestros dias; pero estudiando la historia nos encontramos con fases artisticas tan similares que, aunque algo desconocidas, no por eso han gozado de menor existencia.

Quizá un tanto olvidadas, nos fijamos ⚫ hoy en ellas al compararlas con la evolu. ción que ante nuestros ojos se realiza, teniendo así el modernismo sus preciosos precedentes en otros ciclos artisticos, como página especial de su historia.

Es el modernismo cuestión de fondo A forma en el arte: como fondo responde á cierto subjetivismo, á cierto idealismo que aspira á la realización de los tipos más refinados que pueda crear la fantasia; como forma determina un estilo especial, más convencional que real, aun que en la realidad se apoye, y en la naturaleza pudiéramos hallar también aspectos que de inspiración le sirvan,

No corresponde, pues, el modernismo á aquellas épocas de perfecto equilibrio estético, en que las dos grandes poten. cias creadoras, el instinto de imitación y la fantasía persiguiendo el ideal se compenetran. Si la realidad proporciona ele. mentos para el nuevo arte, la idealidad prepondera en él; lo normal no le satisface; necesita en su propósito expre. sivo de algo extraño, raro, extravagante y exagerado que le preste interés; el desequilibrio existe con dirección subjetiva, más que idealista pura; preséntase como un neo romanticismo más tranquilo que el pasado, algo menos fantástico y pesimista; más burgués, por decirlo asi, en sus ideales y más industrial en sus procedimientos.

Por esto, en ciertas épocas, que no llamemos decadentes, sino más bien de transición, vemos siempre estos desahogos artisticos, en que la mano da gusto al deseo de estilización artistica; especie de abuso del taller ó de la pluma, queriendo imponerse por sí, por su experien cia, más que por la nueva fórmula conseguida. Después de sabido el natural hay que usar y hasta abusar de él ad livitum, con razón de sublimarlo.

Buena prueba de esto, y de mucho más que pudiera decirse sobre el modernismo, si de él hiciera especial estudio, son los curiosisimos relieves que por fortuna po

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RELIEVES EN MARMOL DEL MUSEO DEL PRADO (MÉNADES Ó BACANTES: CORRESPONDIENTES Á UN MONUMENTO BÁQUICO)

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