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falsas de los mismos). Toda prenez con uno ó mas fetos, dentro ó fuera del útero, es fetal: toda preñez (si es que en estos casos pueda llamarse tal), constituida por un producto de concepcion degenerado, ó por cualquiera afeccion que remede ó imite el embarazo, es una preñez afetal.

La definicion de cada una de estas dos clases anuncia que hay diferentes órdenes de una y otra. Vamos á esponerlos en el siguiente cuadro. Primera clase. Fetales.

Orden 4.o Naturales ó uterinas.

1. Simple ó solitaria.

2. Doble ó bigeminal. (ambas compuestas de los autores.) 3. Triple ó trigeminal;)

4. Con uno ó mas fetos y una ó mas molas (complicada de los autores.) Orden 2. Estra-uterinas.

4. En la trompa ó tubaria.

a

2. En el ovario,

ovarica.

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2. Las molas, las hidátides, falsos gérmenes (sarco-histéricas), acumulacion de sangre en el útero (hemato-histéricas), hidrometría (hidro-histéricas) y fisometría (gaso-histéricas).

Por regla general, podemos dejar consignado, que gran parte de los signos de presuncion y probabilidad se encuentran en toda clase de prenez fetal ó afetal, y algunos de ellos hasta con cierta sucesion, en términos que son muy á propósito para inducir en error. Con mucha mas razon en las fetales. Sea uno ó mas fetos; hállense en el útero ó fuera de su cavidad, la inervacion de la mujer se resiente; de aquí los síntomas generales y morales, el rostro se altera, se alteran los órganos digestivos, las mamas se modifican, se modifica el vientre, los órganos genitales; en una palabra, la economía entera dá señales del desarrollo del feto ó fetos.

Por lo que atañe á los signos que dan certeza, se observarán tambien en las fetales, con las modificaciones debidas al número de fetos y al punto donde se hayan desenvuelto. Las preñeces bigeminales, trigeminales, etc., darán lugar á que se perciban latidos cuádruplos, sextuplos, etc., del corazon, ruidos dobles, triples, etc., de placenta, á no ser que una sola placenta sirva para todos; movimientos mas numerosos y peloteos dobles, triples, etc. Las preñeces estra-uterinas facilitarán la percepcion de los ruidos y movimientos, por razon de que hay menos intermedio, faltando la pared del útero el peloteo será imposible.

:

Es de advertir, con respecto al ruido placentario, en estas últimas preñeces, que no está resuelta todavia la cuestion de si es ó no perceptible. Concibese que sea cuestionable este punto, si se atiende á la causa que produce el ruido de fuelle; porque si fuese resultado del mayor desarrollo de los vasos uterinos, como lo quiere Dubois, es evidente que no deberia existir, al paso que existiría si fuese efecto de los senos placentarios, y mas aun si lo fuese del paso de la sangre por el agujero de botal, como he indicado. Mas esta es cuestion de mero hecho, y si no está resuelta, será porque, no siendo muy frecuentes las

preñeces estra-uterinas, no se habrá fijado la atencion de los prácticos en la auscultacion de este ruido.

La consecuencia inmediata que se saca de todas estas reflexiones es que los datos establecidos en el párrafo anterior y en este, para determinar si una mujer está en cinta y desde cuando lo está, pueden igualmente servir en toda clase de prenez con ciertas modificaciones, siempre dependientes de las que la misma prenez sufre, segun cual sea el número de fetos, su posicion y su complicación con algun estado morboso.

S III.

¿Puede haber algun estado morboso, capaz de confundirse

con la prenez?

Al trazar el cuadro de las preñeces hemos visto una clase, las afetales, que, rigurosamente hablando, no con embarazos, por la misma razon de que no hay feto. Puesto que los autores les dan el nombre de preñeces falsas, será sin duda por cierta fisonomía especial, capaz de confundirlas con las preñeces verdaderas. Razon, pues, hay ya para responder afirmativamente á la pregunta que está al frente de este párrafo. Estas preñeces afetales, falsas, son diferentes estados morbosos que, á causa de simular un embarazo, llevan el nombre de seudo-preñez.

Pero, además de las preñeces afetales, hay otros estados patológicos en que se presentan mas o menos signos equívocos del embarazo, aunque en la mayor parte, por no decir en todos, no es posible la confusion. Vamos á esponerlos todos en un cuadro, y examinarlos luego de por sí.

Pueden confundirse con la prenez verdadera, la nerviosa, la sacro, hidro, gaso y hemato histérica; la supresion de las reglas, la existencia de un pólipo uterino intersticial; la hidropesia ascitis y enquistada del ovario, del abdómen y de las trompas, la engurgitacion ó infarto escirroso de los ovarios, la peritonisis crónica, timpanitis, distencion de la vegiga, hipertrofia de las vísceras abdominales, tumores en el epiploon y mesenterio.

Preñez nerviosa. Una señora de cuarenta y siete años de edad, y constitucion robusta, habia parido cuatro veces, y tenido cinco abortos, desde los quince años en que casó. A los cuarenta y seis años desaparecieron las reglas y esperimentó todo los signos de la prenez. Su vientre, á los cuatro meses, habia adquirido el aumento que suelen presentar en esta época. Hubo señales de aborto, y á los cuatro meses y medio creyó sentir los movimientos del feto. Mr. Chandon la tactó; el vientre estaba abultado, tenso, sensible á la presion; el comadron encontró un tumor oblongo que alcanzaba al ombligo, y le tomó por la matriz. Sin embargo, estando normales el cuello y cuerpo del útero, afirmó que no habia embarazo. Al dia siguiente se hicieron notar movimientos análogos á los del feto. La señora persistió en la idea de que estaba en cinta. A los ocho meses, los movimientos eran súmamente notables; las mamas mas voluminosas dejaban fluir un humor lactescente. Algunos dias despues sobrevinieron dolores, hubo una pérdida ligera que produjo mudanzas en el tumor. Tres dias despues de este último incidente, Chandon fué avisado de que la señora habia parido, pero sin feto. Sus manos estaban flojas, su vientre reducido á la mitad de su volúmen y muy fláxido. No hubo pérdidas sanguír.eas, ni de mucosidad, ni evacuaciones de ninguna clase, si salida de gases, la salud se restableció, las reglas reaparecieron, y todo quedó como antes de este aparato. Mauriceau refiere otro caso: una señora de cuarenta años habia estado diez veces en cinta; creia estarlo, por la oncena, de ocho meses, y desde los cua

tro habia sentido movimientos análogos á los del feto. Dió una caida, temió un aborto, se hizo examinar, y Mauriceau hubo de desengañarla; este práctico reconoció que no habia mas que las apariencias de embarazo.

Gerard de Lyon y Baudeloque han referido tambien casos de esta naturaleza. Yo he tenido ocasion de observar otro análogo, en el año 1855, en una reciencasada y madre de seis hijos, que se creia embarazada, y no se convenció hasta que tuvo un flujo sanguineo que duró mucho tiempo, curada del cual desapareció toda duda. Posteriormente se me ha ofrecido otro caso igual.

Hay, pues, un estado patológico, llamado prenez nerviosa, que puede confundirse con la real y positiva. El útero y las mamas se desenvuelven; hay pérdidas de una sangre serosa, aumento del vientre que es muy rápido, secrecion del humor lactiforme y gran parte de los signos equívocos del embarazo. Pero no hay ninguno de los que dan certeza. Los movimientos que las mujeres creen sentir son espasmos, contracciones del útero; los prácticos no los confundirán. No hay ruidos del feto, ni nada que les remede; no hay posibilidad del peloteo. Los casos que hemos citado pueden hacer incurrir en un error, tanto mas fácil, cuanto que precisamente han sido mujeres esperimentadas las que han sufrido engaño; todas habian parido muchas veces, y por lo mismo, estaban en el caso de poder distinguir el embarazo aparente del positivo.

La prenez nerviosa puede tambien presentarse en mujeres que no han parido nunca, y acaso en las que nunca han cohabitado. Es una forma del histérico, de ese proteo patológico que puede tener cabida en cuantas hembras estén afectadas de aquel mal. Hay hechos que conducen por lo menos á creerlo así. Parece que el útero con las escitaciones eróticas recibe cierto impulso que le hace desplegar sus fibras, mudar su posicion y prepararse para el embarazo, como si realmente hubiese sido depositado en el seno de la mujer el licor prolífico, productor por escelencia de todos estos fenómenos. Cuantos síntomas de la preñez hay dependientes de esta mudanza fisiológica del útero, ó que se desenvuelven por la accion y relaciones de esta entraña, se efectúan, como si se alojasen en ella uno ó mas fetos; y no es á la verdad estraño, cuando la matriz misma se presenta conmovida. Hembras irracionales, despues del coito, han dado varias pruebas de creerse embarazadas, y si se les han presentado cachorrillos estraños, los han tomado por suyos y les han prodigado todos los cuidados de la maternidad.

March, admitiendo, como varios autores, que para la existencia de semejante estado se necesita un impulso dado á la matriz, se separa de ellos en cuanto no cree que este impulso deba ser siempre dado por el coito; pues pregunta, si es capaz de ello toda escitacion promovida por cualquiera de los succedáneos del coito á que ciertas mujeres acuden, estraviadas por una imaginacion ardiente y en delirio erótico, ó bien por las necesidades de una constitucion y temperamento hecho para el goce y el placer, mientras que se verá la persona que en tales casos se encuentre, obligada tal vez á la abstinencia. Hay ocasiones en que los instintos del hombre son tan poderosos y exigentes, que triunfan de su razon y de sus votos, cuando no en buena lid, en lid traidora. Sorprendida la voluntad durante el sueño, tal vez se inunda de voluptuosidad el alma mas casta. La vírgen mas púdica puede desflorarse á sí misma en sus sueños, adivinando las conmociones íntimas del coito, é imprimiendo á su matriz un sacudimiento análogo al que este acto suele producir ¡Quién no concibe entonces un espasmo capaz de aparentar por largo tiempo una preñez! ¡Cuántas supresiones de menstruacion son debidas á esta causa!

Mas lejos han ido algunos han dicho que este sacudimiento podia hacer desprender alguna vegiguilla ovárica, la que, bajada al útero, sufria cierto desar

rollo. Segun algunos autores, los falsos gérmenes deben su origen á un fenómeno de esta clase. La existencia de cuerpos luteos en mujeres que no han parido ni abortado, los ha inducido á pensar así.

Prenez sarco-histérica. Esta prenez tiene tres aspectos diferentes: puede constituirla una mola, una coleccion de hidátides ó un falso gérmen. Duges comprende estos tres productos bajo el nombre de mola. Rechaza las molas for madas de coágulos ó restos de membrana de Morgagni, y las resultantes de pólipos ó tumores del útero, como los descritos por Hilden (4).

La mola por un falso gérmen está formada de las membranas del feto, agua del amnios y algunos restos de embrion, tales como filamentos flotantes, restos de cordon ó pequeños cuerpos carnosos é informes, rudimentos de un engendro detenido en su desarrollo. Duges, Boivin, Orfila, Dubreil, Ruisch, han observado esta especie de molas. Estos falsos gérmenes no suelen estar en el útero mas que unos tres ó cuatro meses (2).

Yo he recogido y conservo una mola de esta especie; está llena.

La mola carnosa está constituida por una masa de volúmen vario, desde el de un huevo de gallina hasta el de la cabeza de un niño o mas, y de una ó dos libras de peso. Su tejido es compacto y están llenas ó huecas. En este último caso suele encerrar su cavidad algun resto del feto: si se cortan, en un punto se encuentra un tejido como placentario, en otro una materia caliza, aquí tejido fibroso, allí hidátides ó restos del feto. Ruisch observó una mola de esta clase.

A veces hay mas de una mola, y aunque suelen ser arrojadas á los pocos meses de su formacion, hay ejemplares de haber permanecido en el útero mas de catorce meses, y aun algunos años.

La mola por hidátides, ó llamada vesicular, está formada principalmente por estos animales con algun rudimento del feto. A veces está colocada en una placenta; otras en una especie de rosario de hidátides atado á un cordon. Permanecen en el útero por largo tiempo, y son a veces enormes; hánse visto de quince libras. Duges y madama Boivin presentan cuatro observaciones de molas formadas por hidátides; una de ellas, hueca, fué espulsada á los doce meses y medio despues de la impregnacion, otra á los cuatro, otra á los ocho, otra á los siete (3). Berart de Montpellier (4), Castereau y Debourge han observado casos análogos (5).

En cualquiera de estos casos habia una porcion de signos de prenez. En las observaciones citadas los hubó, y muy equívocos. La formacion de las molas nos dá derecho á creer con Duges, Desormeaux y la mayor parte de autores, que aquellas son siempre el producto de la concepcion, y por lo mismo del coito; no hay que violentar, pues, la conviccion para admitir que es fácil la confusion de un estado de mola con el embarazo positivo. Mientras no hayà llegado la época en que aparecen los signos ciertos, esta confusion será muy posible; mas una mola, sea de la clase que fuere, no se mueve, no hace ruido, no se presta al peloteo: hé aqui la piedra de toque; hé aquí los medios del diagnóstico diferencial.

Preñez hemato-histérica. Retencion de los ménstruos. La sangre menstrual no aparece; el vientre se abulta; las mamas se hinchan; la matriz se pone dura, pesada, tensa, llena cada vez mas el bacinete, se aumenta por grados y si

(1) Enfermedades del útero y sus anexos; t. I pág. 276.

(2) Id. lug. cit. y 277.

(3) Obra citada; pág. 288 y siguientes.

(4) Citado por Orfila.

(5) Archivos generales de medicina.

TOMO I.

25

mula las reacciones que provoca la preñez. Es enfermedad propia de jóvenes no regladas todavía; hay un obstáculo mecánico que impide la salida de la sangre, á proporcion que el útero la exhala. Este obstáculo es el hímen ó una membrana accidental, ó la obliteracion de la vagina ó la del cuello del útero. En este último caso, puede presentarse alguna dificultad de diagnóstico; sin embargo, tenemos aqui que repetir lo dicho para los demás casos: no habrá los signos ciertos.

si

Preñez hidro-histérica. Hidrometria. Los síntomas de esta enfermedad, realmente es una didropesia, han de ser fáciles de conocer. La menstruacion cesa; el vientre se abulta por la coleccion de serosidad en el útero; hay fluctuacion en esta entraña; estado morboso de todo el cuerpo; las simpatías del útero en accion; edema de los miembros inferiores algunas veces. Las reacciones del útero podrian infundir la idea del embarazo; mas como ninguno de los signos ciertos se hace constar, siempre será fácil distinguir la hidrometria de la preñez,

Preñez gaso-histérica. Fisometria. Coleccion de gas en el útero. Si es que existe esta afeccion, observaremos análogos fenómenos en cuanto al volúmen del vientre y secreciones uterinas. Por lo demás, el vientre estará abultado y timpanítico; acaso arroje la enferma alguna porcion de gas por su vagina, y auŭ cuando no fuesen apreciables los sintomas de semejante enfermedad, sabemos ya como se evitaría la confusion. Los signos ciertos decidirán en todos los casos el resultado del juicio.

Pólipo intersticial. Los pólipos que forman pedículo no pueden presentar nioguna dificultad de diagnóstico. No sucede otro tanto con los que están colocados en lo grueso de las paredes del útero. Difícil es en tales casos poder decidir si es un pólipo ó una preñez intersticial. Tal vez será imposible.

Hidropesia. El diagnóstico de la hidropesía ascitis es fácil; la enquistada tampoco es dificil: la fluctuacion en el primer caso está al alcance del menos práctico en el arte diagnóstico en las enquistadas se necesita algun hábito; con todo, raras veces confundirá ninguna hidropesía un práctico en una preñez. Frank refiere, sin embargo, un caso muy notable. Una princesa alemana se hizo hidrómetra; su médico y comadron la declaraba embarazada: mas tarde arrojó por la vagina la serosidad. Se le abultó de nuevo el vientre; prevenidos por el hecho anterior, declararon que habia hidrometría. La mujer parió á su tiempo con grave perjuicio de la reputacion de los facultativos, que eran, segun Frank, de los mas esperimentados (1).

El infarto escirroso de los ovarios no es afeccion que simule mucho el embarazo. Orfila cita un caso de esta especie.

Peritonitis crónica. Los borborigmos que la acompañan han sido tomados á veces por movimientos del feto.

Timpanitis. El único signo que tenga alguna semejanza es el abultamiento del vientre. ¿Mas quién no conoce á lo que es debido?

Distencion de la vegiga. El cuadro diagnóstico de esta afeccion es bastante claro para poderle tomar por una preñez. Una sonda podrá quitar mas de una vez todas las dudas.

Hipertrofia de las visceras abdominales. En la historia de la academia réal de Ciencias, se lee un caso de una señora del Delfinado, que, segun declaracion del facultativo, se creyó en cinta, y la inspeccion cadavérica demostró que su riñon izquierdo se habia desenvuelto de una manera estraordinaria, y pesaba cinco libras.

(1) Tratado de medicína práctica; artículo Hidrometría.

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