Imágenes de páginas
PDF
EPUB

que habia sido una farsa: el jóven creyó entonces en un infanticidio, y aquella fué acusada. Capuron, Maigrier y Louyer Villarmay la examinaron de nuevo, y declararon que nunca habia parido.

S. V.

¿ Puede parir una mujer sin tener conocimiento del parto?

Muy a menudo les sirve de pretesto á las mujeres acusadas de infanticidio el decir que no supieron, ni su preñez, ni su parto. Por lo que respecta á la preñez, ya hemos visto en su lugar hasta qué punto y en que casos es posible esta ignorancia. Ahora nos toca examinarla con respecto al parto.

La ciencia posee varios hechos de partos efectuados sin conocimiento de la mujer. Hipócrates cita la mujer de Olimpias, la que parió en un estado comatoso de una calentura aguda.

En las causas célebres se lee una nota relativa á un parto que tuvo la condesa de S. Geran, mientras estaba sumergida en un estado narcótico. Deudos interesados en arrebatarle el producto de sus entrañas, le habian dado yerbas, y apenas parió, hicieron desaparecer el feto: caso de supresion. Cuando volvió en sí, la parida pidió á su hijo vanamente.

En 1745, Rigaudeaux terminó el parto de una mujer que ya habia sido sepul tada, sin dar señales de vida; á fuerza de trabajos se pudo salvar á la madre y al niño: aquella quedó paralítica, sorda y casi muda.

En los Anales de Higiene pública y de Medicina legal, tomo 33, pág. 246, se lee un caso tomado del Midicinische Zeitung, 1844, núm. 32, y observado por el doctor Schutte de Spandow, relativo á una mujer de un carpintero, la que parió dormida. Era el sueño tan profundo, que por escitantes que se la dieron no se consiguió sacarla de él; á los tres dias parió un niño vivo, sano y de todo tiempo. Al dia siguiente dispertó, asombrándose de sí misma.

Estos hechos prueban que al menos puede parir sin saberlo la mujer en uu estado comatoso, narcótico, de sincope y de sueño profundo. Sucederá otro tanto con los demás en que haya pérdida de conocimiento, apoplegia, epilepsia, histérico en tercer grado, asfixia, magnetismo? La matriz puede contraerse independientemente de la voluntad; hay hechos que prueban su contraccion hasta la muerte.

Juan Jorge Hoyer, médico de Molhansen, cita el ejemplo de una mujer muerta en los dolores del parto, puesta en el ataud y pronta á ser enterrada, la cual parió un feto, arrojando grande cantidad de humor.

Remfer ha referido once ejemplos análogos.

Williams Hunter cita dos casos de dos jóvenes que parieron en el momento de su muerte.

Adviértase, sin embargo, que siendo muy fuertes los dolores del parto, es muy posible que la mujer vuelva con ellos al conocimiento, en ciertos estados nerviosos.

De algunos años á esta parte se ha usado la eterizacion y el cloroformo para facilitar el parto sin dolores. Las mujeres se quedan sin sentido, y el parto se efectúa.

Otros estados hay que, sin perder la mujer sus sentidos, ni encontrarse atacada de ninguno de los indicados males, puede parir sin saberlo. Supóngase una mujer, que, acosada de las ganas de regir, causadas por la presion que ejerce el feto, quiera satisfacerlas, y se coloca en un lugar comun,- de suerte que, saliendo el feto con alguna rapidez, pueda por su peso romper el cordon,

TOMO I.

27

y caer sin que la madre esté en disposicion de sostenerle. Kleint refiere un caso de esta especie.

Las idiotas, las mujeres que no tienen uso de su razon, es evidente, y hasta trivial decir que pueden parir sin saber que hayan parido.

En los casos de buena y sana inteligencia, de conservacion de sentidos, el tribunal tendrá una porcion de hechos que pueda formar su conviccion, ayudado con la declaracion que den los médicos-legistas, segun la doctrina establecida en este párrafo. La ignorancia de prenez en estos casos está íntimamente relacionada con la edad, con las veces que haya parido la acusada, con los dolores de parto, y otros hechos que, declarados por el facultativo, dejarán en el ánimo del tribunal una impresion bastante significativa para poder resolver la cuestion que nos ocupa.

En resumen de lo espuesto podemos afirmar, que es posible ignorar el parto en los casos de coma, narcotismo, sincope, sueño profundo, magnetismo, cloroformizacion, idiotismo, imbecilidad, demencia, locura, y cuando el parte rápido se efectúa en ciertas posiciones, á consecuencia de las cuales pueda romperse el cordon y caer el feto de improviso y de cierta altura.

[ocr errors]

S. VI.

Si una mujer ha podido encontrarse en el acto del parto ó poco despues en circunstancias tales que le haya sido imposible socorrer á su hijo?

Esta cuestion es otra de las que provoca el infanticidio; tambien alegan con frecuencia las acusadas de este crímen, y no pocas veces con razon, que se encontraron en absoluta imposibilidad de socorrer al recien nacido de sus entrañas. เ Es esto posible? Unos cuantos hechos qua la ciencia posee nos pondrán en el caso de responder debidamente á esta pregunta.

En la estadística de Kleint se refiere el caso de una mujer, cuyo hijo cayó en un lugar comun en el acto de regir aquella de cuerpo: cuando la madre advirtió el parto y quiso socorer á su hijo, el feto ya iba rodando por el conducto inmundo de la letrina.

Williams Hunter cita el caso de una Lady, cuyo hijo murió asfixiado por inmersion en la sangre que fluyó de la madre.

M. Chambeyron asistió á una idiota en la salitrería: acosada la infeliz de los dolores del parto, se rasgó las membranas del feto; ponia sus manos en las partes genitales, como para librarse de la incomodidad que en ellas sentia ; no sabia parir, se agitaba, gritaba, mordia; hasta que por fin se efectuó el parto. Despues le presentaron á su hijo, y nunca se le pudo llamar la atencion sobre él. Nadie dirá que la condesa de San Geran, cuyo caso hemos referido en otra parte, se hubiese hallado, en el acto del parto, en disposicion de socorrer á su hijo. Lo propio decimos de la mujer socorrida por Rigaudeaux y de cualquiera que se encontrase como la citada por Hipócrates ó la por Schultze.

Cualquier estado de la parturienta, en que haya perdido el conocimiento ó la fuerza, ya sea por una grande hemorragia, ya por lo súmamente laborioso del parto, puede realmente imposibilitarla para socorrer á su hijo, y este perecer por falta de cuidado ó de los auxilios que el arte recomienda.

Una primeriza que no sepa lo que debe hacerse en tales casos, si se encuentra sola, sin instruccion, sin guia y sin auxilio, ¿cuán fácilmente puede dejar morir al recien nacido? Añádase a esa ignorancia la confusion, la sorpresa, esos cien sentimientos encontrados que le asaltarán én tan terrible trance, y 'se concebirá sin esfuerzo como realmente puede una parida, sin voluntad criminal, ser causa de la muerte de un feto.

Declaracion sobre un parto reciente.

Dijeron: Que han visitado á D.a N., de unos treinta años de edad, habitante en la calle de N., la cual les dijo, que habia parido de unos doce dias á aquella parte, y la encontraron como sigue la cara estaba ligeramente sonrosada, y aiteradas las facciones, la piel caliente y halituosa, el pulso frecuente, dilatado y flexible, lengua natural, las mamas tumefactas y las venas que serpean superficialmente por estos órganos llenas de sangre, y dilatadas. Los pezones, cubiertos de una ligera capa morenuzca, al principio no dieron con la presion ninguna gota de leche; sacada la capa y continuada la presion en ambos lados, se ha obtenido un fluido lechoso, espeso y abundante. El abdómen estaba un poco hinchado, el anillo umbilical saliente, la línea blanca presentaba una ligera separacion mas considerable, en la parte media, la piel estaba floja y llena de surcos en diversos sentidos. El espacio comprendido en la region inguinal y el ombligo estaba cubierto de cardenales lividos, de arrugas y grietas que ofrecian el mismo aspecto, siendo mas notables por las cercanías del pubis. La parte interna y superior de los muslos dejaba igualmente percibir algunos cardenales. Con la mano izquierda colocada en el epigastrio, en tanto que el dedo índice de la derecha se introducia hasta el fondo de la vagina, se sentia, impulsando el útero hacia arriba, que este órgano estaba encima del pubis, que era mas pesado, mas voluminoso que en el estado normal. Su orificio, apenas tumefacto, estaba flojo, irregular, y dejaba pasar fácilmente uno ó dos dedos. Las partes genitales daban salida á una materia espesa amarillenta, que manchaba la camisa, arrojando un olor ácido, análogo al producido por el aceite de pescado; los grandes labios, muy dilatados, fláxidos, semejando haber sido recientemente entumecidos; el frenillo de la vulva estaba roto. La N. ha declarado no haber tenido otra enfermedad que una supresion de reglas, seguida de una hemorragia uterina muy abundante, el 14 del mismo mes.

Que de esta coleccion de hechos, los cuales presentan evidente correlacion, creen poder concluir :

1.° Que la N. ha parido de unos diez ó doce dias á esta parte, cuando no de todo tiempo, á una época cercana á los nueve meses.

2.° Que, segun la conformacion del bacinete, el parto ha podido ser fácil. Que es cuanto, etc.

Declaracion sobre que no ha habido parto.

Dijeron Que han reconocido á D.a N. N., y que han observado en ella lo siguiente:

Mucha gordura, color encendido, miembros robustos, pelo negro, pulso agitado y piel caliente; se quejaba del vientre, el que era blando al tacto; sus paredes estaban muy provistas de tejido adiposo. Las mamas eran poco voluminosas y no le dolian; el pezon salia poco y la glándula tenia muy poco volúmen en cada mama; la piel de estas regiones no estaba ni hendida, ni sembrada de venas azuladas, como cuando es sitio de una violenta distencion; tampoco estaba fláxida, arrugada, como cuando la leche abandona de repente dichos órganos. Las paredes del vientre no presentaban las líneas rasgadas, la cama de la enferma no estaba hecha, las sábanas eran limpias, y nada salia de la vulva de la mujer; los grandes y pequeños labios no estaban ni encendidos, ni escoriados, la entrada de la vagina era estrecha, la horquilla intacta, y la enferma orinaba sin dolor.

Tactando esta mujer, se encontró la vagiua estrecha, sin que estuviese mas lubrificada que en estado natural; el hocico de tenca ofrecia su forma acostumbrada, ni estaba tumefacto, ni ancho, ni irregular; la matriz ligera y libre, se dejaba levantar fácilmente, y cuando se aplicaba la mano izquierda en la region hipogástrica, no se encontraba el tumor que forma el globo uterino, en especial cuando los loquios están suspendidos; en una palabra, la pretendida enferma no arrojaba al rededor el olor que es propio en las recien paridas. Que de todos estos hechos deducen que la N. no ha parido.

Que es cuanto, etc.

S VII.

Declarar cuánto tiempo tiene el feto.

Como para resolver esta cuestion teudríamos que hablar de las edades intrauterinas del feto, y de ellas tratamos esprofeso en la cuestion de los partos precoces y tardios, nos referirémos á lo que á la sazon digamos. El tiempo del feto se determina por los datos que espondremos en su lugar.

S VIII.

Declarar que el recien nacido es viable.

En la parte legal de este capítulo hemos dicho lo que debe entenderse por viabilidad. Es, pues, ocioso repetirlo. Hemos dicho tambien las condiciones que ha de tener un feto para ser declarado viable : cúmplenos ahora examinar cada una de las condiciones que hemos establecido como garantes de la vida, y determinar á punto fijo en qué sentido hemos de tomar el complemento de la organizacion, la buena conformacion del cuerpo y el estado de salud de sus órganos. Empezemos por el complemento de la organizacion.

Del desarrollo del feto como base de su viabilidad.

Cuando tratemos de las edades intra-uterinas del feto, verémos que va desarrollándose sucesivamente, y que hasta los siete meses no se encuentran los órganos esenciales á la vida, en estado de sobrellevarla por sí solos. Hé aqui por qué nos hemos declarado por esta edad como garante de la viabilidad del feto. Y efectivamente, antes de los siete meses es muy dificil que los órganos del recien nacido ejerzan sus funciones con energía y actividad; la naturaleza no ha fijado en vano los nueve meses; esta edad ha sido considerada como la necesaria para el debido desarrollo de los órganos; y esta sola consideracion basta para comprender que la aptitud para la vida estra-uterina ha de estar en razon inversa de la distancia á que nazca el feto de aquella edad. La ley dice, que con tal que tenga un dia del seteno mes, es vividora; dificil será que asi suceda; ya hemos visto los cuidados que hubo que emplear para salvar la vida á los recien nacidos, cuyos casos escepcionales y reducidísimos hemos referido. La edad se toma como una condicion de viabilidad, no precisamente por la fecha que lleva de existencia el feto, sino por el estado de sus órganos. El recien nacido, luego de separado de su madre, ha de respirar, ha de digerir, ha de moverse, ha de desempeñar, en una palabra, una infinidad de funciones, cuyo conjunto son su vida. Pues para todo esto es necesario que esos órganos tengan ya cierta consistencia, suficiente desarrollo para obrar, para no desquiciarse al menor encuentro, al menor obstáculo, ó á la primera influencia de

los agentes esteriores. Y esto, en verdad, que no se logra sino de los siete meses

para arriba.

Por lo mismo, cuando para determinar si un feto es viable, se examina el dato de la edad, además de los caractéres que distinguen las edades de la vida intra-uterina, debe el facultativo examinar el vigor, la fuerza del desarrollo orgánico, fijando su principal atencion en las funciones siguientes: Respiracion, circulacion, digestion y movimientos.

Dos palabras sobre cada una de estas funciones acabarán de poner en evidencia la importancia de este precepto.

Respiración. Despues de haberse asegurado del desarrollo de los órganos por su longitud, peso, estado de la piel y de la cabeza, se deducirá la viabilidad del modo como funcionan los órganos de la cavidad torácica ó del pecho. El médico-legista debe examinar cómo se efectúa la respiracion, si se hace por todo el pecho, si recibe aire la totalidad del parenquima pulmonal, si el niño grita y llora con fuerza. Todo esto prueba que su respiracion es cabal. Si llega á coger el pezon y respira libremente por la nariz, la respiracion es completa. Circulacion. Por lo que atañe á la circulacion, hay que asegurarse de los fenómenos del cordon umbilical; de cómo se efectúa su marchitez, desecacion y caida; de la coloracion de la piel que al principio debe ser roja ó rosada, y luego de color mas bajo; por último, del pulso que debe ser consistente, fuerte y dar unas 140 pulsaciones.

Digestion. La digestion es una de las funciones que mejor deben ejecutarse; la nutricion del feto, hasta la sazon sostenida por la sangre de la madre, ha de hacerse luego del nacimiento á espensas de lo que se digiera, y si los órganos digestivos no tienen el debido desenvolvimiento para la quimificacion y quilificacion de la leche, igualmente que para arrojar las heces ó parte escrementicia de los alimentos, la muerte es inevitable. El recien nacido ha de coger el pezon y permanecer largo rato pegado á la teta de la madre ó de la nodriza. El meconio debe ser arrojado, y tras él las materias fetales que se vayan elaborando.

Movimientos. Añádese, por último, á todo lo que se acaba de indicar, el que la criatura haga movimientos ágiles, desembarazados, con sus estremidades provistas de uñas, dando señales de un estado robusto ó vigoroso de la inervacion. Cualquiera feto que, al nacer, ofrezca las condiciones espresadas, puede ser declarado viable en cuanto al desarrollo; pero no bastando esta parte, vamos á ver las que debe presentar en cuanto a la buena conformacion.

De la conformacion del feto como base de su viabilidad.

El feto, al nacer, sea cual fuere su edad, ó el grado del desarrollo de sus órganos, puede no estar bien conformado, y ser tal su mala conformacion, que esta le haga incompatible con la vida. El conocimiento de esta incompatibilidad es altamente importante, puesto que, segun hemos visto, la ley no reputa por nacidos los que no nacen con figura de hombre, y sí los de organizacion imperfecta.

Para reconocer debidamente hasta qué punto es compatible con la vida una deformidad, se hace preciso que las recordemos todas, y señalemos luego, en cada una, el grado de importancia de la funcion que ejerce el órgano diforme.

El anatómico Breschet ha emitido ideas y hecho trabajos relativos à la clasificacion de los mónstruos que han encontrado acogida entre los prácticos, y en especial entre los médico-legistas, por lo que mira á la cuestion de viabilidad. Devergie, siempre acomodado á las ideas de Breschet, insertó en el Dic

« AnteriorContinuar »