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Salida de

1825.

́nistro plenipotenciario á Cerdeña, confiando el desempeño de ambas secretarías á don Antonio Fer- Ugarte. nandez de Urrutia. Mas la enfermedad habia tomado tanto incremento, que no bastaban débiles remedios: requeríase una curacion radical que estirpase su germen para que no brotase otra vez y gangrenase el cuerpo de la república. Negóse Fernando á las medidas fuertes sin salir nunca del sistema de lenidad con los exaltados realistas: la caida de Ugarte no produjo en política cambio alguno, porque heredó su privanza el ministro Calomarde, que mas astuto y mas flexible á las insinuaciones elevadas, sostuvo el dominio de la violencia invocando el nombre de la justicia. Quiso manifestar que la desaparicion de una persona en nada alteraba la marcha de los negocios; y en 19 de Abril vió la luz pública un decreto, en el que aseguraba el rey que no daria oidos á las reformas en ningun sentido, y que queria conservar el despotismo puro, ni mas ni menos. " Declaro que estoy resuelto á conservar intactos y en toda su plenitud los legítimos derechos de mi soberanía, puro. sin ceder ahora ni en tiempo alguno la mas pequeña parte de ellos, ni permitir que se establezcan Cámaras ni otras instituciones, cualquiera que sea su denominacion, que prohiben nuestras leyes, y se oponen á nuestras costumbres: declaro tambien mi firme é invariable resolucion de hacer guardar y respetar las leyes, sin consentir que con pretesto ó apariencia de adhesion á mi real persona ó autoridad, intenten sustraerse al merecido castigo los que por estos medios quieren encubrir la desobediencia y la insubordinacion." Preludio era este de las tempestades que se forinaban en la atmósfera de las sociedades secretas, y cuyo estallido no tardaremos á oir á pesar del conjuro de las promesas y amenazas del trono. Los realistas celebraron con

Declaracion del rey á favor del despotismo

banquetes y fiestas cívicas el decreto anterior en toda la Península, y las autoridades y cuerpos del Estado llovieron felicitaciones sobre el solio para mas asemejarse á los anarquistas de los tres años. Yacía el ex-ministro Cruz en el calabozo donde le habian sumido la intriga y la calumnia; y el embajador francés practicó activas diligencias para acelerar el curso de la causa y sacarle del encierro á la libertad. Doblóse el ánimo real á las poderosas razones del representante de las Tullerías, y viendo clara la malicia de los enemigos del ex-ministro y patente su inocencia, abrióle las puertas de la carcel con una real orden en que Libertad se decia, " se decia, "que cuanto mas se buscaba el crimen porque habia sido procesado Cruz, tanto menos se encontraba, y tanto mas resaltaban la calumnia é injusticia de sus perseguidores." Mandábanse agregar los últimos informes al proceso seguido á don Joaquin Capapé; y condecorado tras esto con el grado de teniente general don José de la Cruz, salió desterrado de España, no obstante su inocencia pública y solemnemente confesada, permaneciendo privado de la dulce patria hasta la muerte de Fernando.

de Cruz.

Siguió los trámites de costumbre el proceso formado contra la conspiracion de Zaragoza, á cuya cabeza habia aparecido don Joaquin Capapé; y contentándose los jueces con fulminar los rayos de la justicia contra los arbustos humildes, condenaron á presidio á varios voluntarios realistas, y á un castillo al sargento mayor de la plaza por conspirar, decia la sentencia, bajo el pretesto de defender los derechos del rey. Faltaba pronunciar el juicio contra el gefe principal de la trama; y reunido el Consejo de Guerra, compuesto de diez y siete individuos, tres votos le sentenciaron á inuerte, seis á encierro perpetuo, y ocho le ab

solvieron, siguiendo cada cual el hilo de la corriente de sus opiniones, de cuya diversidad nacía la monstruosa distancia que se observaba en los fallos de las comisiones ejecutivas que entendian de un mismo delito. El monarca, que no habia puesto en olvido las cartas presentadas por Capa de Capape. pé, se conformó con el dictámen de la mayoría, y el conspirador recobró orgulloso la perdida libertad.

Presentaba España un aspecto sombrío dominada por el terror, abatida ante el estandarte estrangero que flotaba en los puntos ocupados por los franceses, viuda de sus hijos que vagaban por remotas tierras, y moribundas la agricultura y la industria. El pabellon americano, recorriendo victorioso nuestros mares, heria de muerte el comercio, reducido al miserable tráficio interior; el contrabando aniquilaba las artes, y la falta de capitales y de brazos tenia incultos feracísimos campos. De tiempo en tiempo, como lucero en oscurísima noche, brillaba algun decreto benéfico encaminado á la ilustracion y mejora del pueblo; establecíase un colegio militar para los que se consagrasen al estudio de la guerra, dividido en secciones de infantería, caballería, artillería é ingenieros; creábase el conservatorio de artes, y nombrábase en 2 de Abril una junta que entendiese en el arreglo de los sueldos de empleados y en la reforma de los gastos públicos.

Fernando y su esposa augusta obsequiaban al príncipe Maximiliano, recorriendo los apacibles Sitios reales, visitando las antigüedades de Toledo y sus suntuosos templos: don Carlos y doña Francisca, compitiendo en agasajos á los huéspedes, dábanles convites en la casa de recreo de los infantes contigua á Aranjuez, construyendo magníficos salones con este objeto á espensas del desnudo y ham

Absolucion

1825.

1825.

briento pueblo. El lujo oriental y el refinamiento de la elegancia y riqueza que alli reinaban formaban maravilloso contraste con la pobreza y repugnante cuadro que ofrecia la vecina Mancha, donde por falta de un canal perecian de miseria tantos desgraciados. El príncipe de Sajonia, que lejos de emplear su influjo en moderar las pasiones exaltadas, sopló todavía su ardimiento durante el tiempo que habitó en los alcázares reales de España, dejó al menos al despedirse un recuerdo grato, logrando del monarca que perdonase la vida al fraile Juan Crisostomo Gonzalez y á don Miguel Martinez, que se hallaban en capilla. Regresó despues á sus estados atravesando las más hermosas provincias de la Península, y recibiendo en todas partes dos homenages y honores que solo -se tributaban á los príncipes españoles.

La Europa miraba con ojos desdeñosos é indiferentes la anarquía y el terror dominando el reino hispano. Los ingleses, vengados sus agravios en Argél, y reconocida la independencia de las colonias americanas que habian sacudido el yugo, utilizaba nuestra discordia para estender su comercio, y vogaban viento en popa sus flotas cargadas de mercancías con rumbo á Méjico, usurpándonos el lucro de su consumo. Ocupaba á las Cámaras francesas la ley de sacrilegios; y Carlos X consagróse en 29 de Mayo en Reims, con la pompa y regio esplendor de sus antepasados, sin que la sagrada uncion bastase á conjurar la tormenta que se formaba á lo lejos para reducir á cenizas su cetro y corona.

Con las templadas miras del íntegro y juicioso - Zea Bermudez resaltaban mas los fieros sentimientos del ministro Aymerich, rabioso siempre y virulento. Emulo de Danton no se gozaba sino en la muerte de sus conciudadanos, y pesaroso de que

una sola víctima escapase libre de las garras de sus verdugos, ordenó en 18 de Abril que las comisiones ejecutivas consultasen á los capitanes ge

nerales al declarar la inocencia de los acusados. Y correspondiendo aquellos tribunales de escepcion á las tácitas invitaciones del gobierno, levantaban cadalsos sobre cadalsos para merecer el beneplácito de los cortesanos de Castilla. Sufrió el último suplicio Antonio Piedrabuena por una espresion ofensiva á la dignidad real; y don Hemeterio Landesa y don Francisco de Uncilla viéronse condenados en su ausencia "á la horca ó á ser fusilados sino habia verdugo, á la confiscacion de bienes é inhabilitacion de poderlos obtener en lo sucesivo, por haber pinchado con la punta del cuchillo un letrero que decia viva el rey absoluto." Sentenciar á muerte á los españoles por la estravagancia de haber punzado unas letras, cabe únicamente en el desarreglo mental de los hombres furiosos que prohibian á los muertos adquirir bienes. La policíasecreta abria las cartas en el correo, y un contrasentido, una cláusula oscura bastaba para prender á la persona á quien venia dirigida: ni el sexo de la hermosura, destinado por la naturaleza á mas dulces afectos, vivia á cubierto de los tiros del terror. Lloraban en las cárceles centenares de mugeres por haber usado abanicos ó adornos de los colores proscritos; y despues de haber sufrido los insultos, las humillaciones y el oprobio, eran destinadas á la galera, donde muchas morian de horror al verse confundidas con las rameras. Pero la atrocidad de los consejos militares no habia tocado todavía su término. El de Madrid, presidido por el sanguinario Chaperon, cuya figura de tigre descubria su negro interior, descollaba entre todos; y el gobierno, reprendiendo á las comisiones de las provincias su tivieza, púsoles por mo

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Prosiguen las sentencias de

las comisiones.

Chaperon.

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