Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small]
[blocks in formation]

Los Museos artisticos é industriales.- Noticias: Restablecimiento de la cátedra de Historia de las Bellas Artes en la Escuela de Diplomática. - Reforma en la organizacion de la enseñanza de la misma. — Adquisicion de la Biblioteca de D. C. de la Barrera, con destino à la Biblioteca Nacional. - Ascensos en la seccion de Archivos. Nombramientos de aspirantes en la misma. - Fondos de los establecimientos: Comision de reconocimiento y busca de tratados internacionales en el Archivo de Simancas (continuacion).- Variedades: Los Pertigueros de la Iglesia de Santiago (conclusion). - Los códices de las Iglesias de Galicia. - Revista Bibliográfica. — Preguntas: Gallofa. Añalejo. -Sarrio. Respuestas: Sobrecogedores.— Sargantana.- Anuncio.

LOS MUSEOS ARTÍSTICOS É INDUSTRIALES.

Parece tan natural en el hombre la admiracion que le causan los objetos bellos, tan justa y legítima su aspiracion á conservar los usados ó construidos por sus mayores, que no es de maravillar esta institucion que civilizadora fuera ya conocida de los antiguos. Designaron éstos primeramente con el nombre de Museo un templo dedicado á las Musas y le aplicaron luégo á todo lugar consagrado á aquellas benéficas divinidades, ó lo que es lo mismo, á las letras, artes y ciencias. Así el noble protector de éstas, Ptolomeo Filadelfo (284 á 246 años antes de J. C.) fundó en Alejandría el primer establecimiento público de este gé

nero con tal nombre, instalándole en su mismo palacio.

A medida que el tiempo ha ido avanzando y la civilizacion difundiéndose, han ido extendiéndose tambien, á la vez que el número y riqueza de los Museos, su objeto y aplicacion.

No son sólo las estatuas, los vasos pintados y de materias preciosas, los camafeos, las pinturas, las armas y armaduras, los que tienen cabida en estos importantes centros, sí que tambien todos los productos labrados antiguos de barro, metal, madera, tela, cristal, cuero, yeso y otras materias; en una palabra, no sólo lo bello, sino lo útil. Perdidos, por causas que no son del caso enumerar aquí, ó de muy pocos conocidos, los procedimientos empleados durante

la antigüedad y Edad media en industrias que en tan alto grado interesan al desarrollo del progreso material, y estragado el gusto artístico en punto á formas y ornamentacion; la Europa culta debe en los tiempos modernos el renacimiento del buen gusto artístico y la renovacion y perfeccionamiento de muchas industrias, á estos sagrados y venerandos depósitos.

Todos los pueblos de Europa han tenido parte en la herencia legada por el genio de las artes á la civilizacion; y no hay Estado que no haya formado en alguna ó algunas de sus principales ciudades una coleccion preciosa. Pero, si los tesoros del arte y de la industria están reunidos en los Museos, éstos se hallan esparcidos, y son muy pocos los aficionados que pueden visitar esas galerías, cuya celebridad les atormenta, y admirar en el Museo Británico los augustos fragmentos de metopas y frisos del Partenon; en Dresde iluminarse la Noche de Corregio; en la sacristía de los Cartujos de Nápoles ver espirar el Cristo de Rivera, y en los de Madrid ver galopar gallardamente á Cárlos V ó á Felipe IV, ó contemplar las severas sacerdotisas del Dios Mithra, exhumadas poco há de Yecla.

Es por demas interesante conocer las diversas maneras de engrandecerse que han tenido los principales Museos de Europa. Establecidos primeramente por príncipes y gobiernos amantes del arte, han ido acre

centándose, merced unas veces al celo de los gobernantes, al desprendimiento de poderosos magnates ó estudiosos coleccionistas.

El más antiguo de los Museos de Inglaterra es el de Oxford, fundado en 1679 y que debe la mayor parte de sus riquezas á Elías Ashon, cuyo nombre lleva. Pero el establecimiento inglés, más rico en objetos de arte, es el Museo Británico. Sir Hans Sloane, muerto en 1753, dejó legada en su testamento su coleccion de historia natural, objetos artísti cos y biblioteca compuesta de cincuenta mil volúmenes, á la ciudad de Londres mediante una suma de veinte mil libras á repartir entre sus herederos. El Parlamento votó esta suma, y el conde de Halifax compró en 10.250 libras el antiguo palacio del Duque de Montagne en GreatRussell-Street para depositar en él las colecciones de Sloane. Tal fué el orígen del célebre Museo Británico, que tan rápidamente se ha enriquecido por compras, donaciones y objetos remitidos por los cónsules. Su primera adquisicion fué la de los manuscritos de Harley, y á ésta siguieron la de la biblioteca de Cotton, la de los monumentos egipcios de Alejandría en 1801, la de los mármoles de Elgin en el mismo año, la de la coleccion Townley en 1805, y la de la selecta biblioteca de Jorge III en 1825. La importancia de este colosal Museo data principalmente desde 1845, en cuya época adquirió portentoso desarrollo con los

monumentos licios de Mr. Fellow y con los mármoles de Halicarnaso y las antiguedades asirias de Mr. Layard, hoy embajador en España. Posteriormente se fundó el Museo de Kensingthon, destinado casi exclusivamente á formar colecciones de objetos de la Edad Media, Renacimiento y tiempos modernos y con preferencia á las artes industriales.

La Convencion nacional francesa decretó en su sesion de 27 de Julio de 1793 el establecimiento de un Museo Nacional, abriéndose al público en 8 de Noviembre del mismo año. Á Francisco I se remontaba el origen de las colecciones reunidas en el Louvre. Este hizo recoger y comprar con grandes gastos en todas partes, y especialmente en Italia, numerosos objetos de arte, que fué colocando en su gabinete de Fontainebleau. Hasta Luis XIII esta coleccion aumentó poco; pero á la muerte de Mazarino, Colbert compró para Luis XIV el magnífico gabinete formado por el Cardenal ministro, enriquecido con el de Cárlos I de Inglaterra. En tiempo de Luis XV, Rigaud hizo una soberbia compra, escogiendo los mejores objetos de la coleccion del Príncipe de Carignan, vendida en 1743, y siete años más tarde permitió el Rey que una parte de estos tesoros se trasladasen al palacio del Luxemburgo para ser objeto de la admiracion de los inteligentes. Promulgado por la Asambla Nacional el decreto de 26 de Mayo de 1791, ordenando que el

Louvre recibiese el depósito de los monumentos de ciencias y artes, la Convencion, como hemos dicho, se encargó de realizarlo. Las conquistas de la revolucion, y principalmente las del Emperador, acrecentaron considerablemente este Museo, toda vez que las obras maestras de Italia, Flándes, Alemania y España, contribuyeron, como en otro tiempo las de Grecia en la Roma de los Césares, á enriquecer el Museo de Napoleon: trofeos de la victoria, que los aliados revindicaron despues de la caida del Imperio.

Es, ciertamente, indecible lo que Napoleon III trabajó por la prosperidad de este riquísimo Museo. Él encargó á Mr. Place, cónsul en Mosul, la prosecucion de las excavaciones emprendidas en el montículo de Khorsabad, que dieron por resultado el hallazgo de curiosos fragmentos de arquitectura y escultura, joyas, cilindros con inscripciones cuneiformes relativas à la religion, costumbres é industria de los Asirios. Por el mismo tiempo confió una mision parecida á Mr. Fulgencio Fresnel, asistido de otros dos, para continuar las excavaciones practicadas en Babilonia, recogiendo gran cantidad de alhajas, medallas, instrumentos, cilindros y tierras cocidas con inscripciones. No tardó la historia en aprovecharse de estos brillantes descubrimientos.

El mismo monarca comisionó á Mr. Perrot para estudiar las antigüedades del Asia Menor, siendo sus

« AnteriorContinuar »