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mais deu por fiadores don ffernan de deus chantres et aras perez de parre›ga coego de lugo, estes ffiadores presentes et outorgantes, cada un en quatrocentos maravedis. Testigos de esto fueron don ffernan aras, dayan, ⚫don johan bezerra, juyz, don Pero sauasthaes, thesoreyro, ffernan aluarez, aras Perez, ffernan afonso, coegos de lugo, afon Rodriguez, Pero ffernandez, francisco jillanci, clérigos do coro et outros, y lo escrebió y lo autorizó con su presencia, firma y signo Jacome Eanez notario publico de Lugo. (Se continuará.)

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PREGUNTAS.

257. Cuytre ó Cuitre. -- Segun el señor Borao (Diccionario de voces aragonesas), cuitre equivale á buey, y se usa en las Ordenanzas agrarias de Zaragoza y en documentos navarros.

El Glosario que va al fin de los Estatutos y Ordinaciones de los montes y huertos de la ciudad de Zaragoza (Zaragoza, 1861), aunque en forma dubitativa, da á la voz cuytre la equivalencia de dental de arado.

En el supuesto de que ambas voces sean una misma, y no dos diversas, tenemos, en apoyo de la opinion del Sr. Borao la palabra castellana cotral 6 cuitral, que significa buey, aunque cansado y viejo; mientras que parece favorecer la interpretacion del citado Glosario, el capítulo cci de aquellos estatutos, donde se habla de los que hurtaren «ajada, ajadon, laya 6 ligona, 6 otra herramienta, ó cuchillo, bodollo, lanza, dardo, arado, reja, cuytre, soga, cincha, albarda, etc.»: en cuyo texto no cabe atribuir á la palabra subrayada la significacion de buey, sino más bien la de algun objeto manual 6 apero de labranza.

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259. Español. - Puigblanch, en el prospecto de una obra que por desgracia no ha llegado á publicarse, hace la siguiente curiosa pregunta: «¿En qué consiste que á los españoles se nos designa con un nombre diminutivo, cual es nuestro nombre nacional, pues se deriva, no de hispanus directamente, sino del diminutivo hispaniolus, segun ya lo observó Don Juan de Iriarte en uno de sus epigramas latinos; y en el Mediodía de la Francia, y en lengua provenzal, se nos da el nombre de espagnolets, es decir españolitos, y asimismo en Italia el de spagnuoletti?..... La explicacion no muy fácil de este orígen, y la del nombre Hispania, acerca de la que, aunque facilísima, han errado notablemente así gramáticos como geógrafos, suministra una prueba sobre las demas que hay, de la grande antigüedad del idioma castellano y demas idiomas con él relacionados. » Trasladamos esta pregunta á los aficionados á etimologías.

J. S.

260. Medianetum. —¿Qué acepcion tiene en la legislacion foral la palabra medianetum, que en romance se traduce por meanedo ó mezanedo?

A.

RESPUESTAS.

Gallofa, Añalejo. Núm. 239. T. III, página 287.- La etimología de la voz añalejo, es, á mi parecer, muy clara. La latina annalis, dió orígen á las vulgares anual y añal, y de esta última puede ser diminutivo la palabra añalejo, como si dijéramos «librejo anual 6 del año. » Tambien pudo derivarse directamente del adjetivo latino anniculus, que, en la significacion de «cosa de un año», emplean Plinio y Columela.

No es tan fácil averiguar la procedencia de la voz gallofa, que tambien tiene uso en Aragon con la misma significacion

de epacta ó añalejo; pero, puesto que una
de las acepciones castellanas de aquella
palabra, es «cuento de poca sustancia »,
¿no pudo suceder que se diera ese nom-
bre al añalejo, por alusion á su escaso vo-
lúmen y á la aparente insustancialidad
de su texto, reducido á meras indicacio-
nes y abreviaturas, sólo inteligibles para
las personas versadas en la liturgia?

P. S. Y D.

Almoyna. Núm. 241. T. III, pág. 303. Almoyna ó almoina, en valenciano, como en catalan, significa limosna, y así como su equivalente almosna, castellana y aragonesa anticuada, y la francesa aumône, se deriva de la latina eleemosina.

P. S. Y D.

REVISTA

DE

ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS.

Se publica los dias 15 y último de cada mes.- Precio de suscricion.- Madrid, tres me. ses, 2 pesetas.- Provincias y Portugal, remitiendo el importe á la Administracion, el mismo precio. Por corresponsales: 3 pesetas trimestre; un año, 11 pesetas.-Extranjero y Ultramar, un año 25 pesetas.- Puntos de suscricion.-En Madrid: en la Administracion, calle de las Veneras, 2, cuarto principal; en las porterías del Archivo Histórico Nacional (Leon, 21), Biblioteca Nacional y Museo Arqueológico, y en las librerías de Durán, Cuesta, Bailly-Baillière y de D. Leocadio Lopez.

En provincias.- En las porterías de los Archivos y Bibliotecas provinciales, y en las principales librerías, ó remitiendo directamente el importe á la Administracion, en sellos de correos ó libranza de fácil cobro.

En los mismos puntos se hallan tambien de venta, al precio de diez pesetas, los tomos I y II de la REVISTA.

MADRID, 1873.—IMPRENTA, ESTEREOTIPIA Y GALVANOPLASTIA DE ARIBAU Y COMPAÑÍA, sucesores de RIVADENEYRA.-Calle del Duque de Osuna, núm. 3.

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Uno de los fines de la Revista. - Lista de susericion para la familia del difunto oficial de Archivos, señor Santa María. - Noticias: Propuesta para la plaza de Oficial de la Biblioteca de Toledo (conclusion). - Fondos de los establecimientos: Comision de reconocimiento y busca de tratados internacionales en el Archivo de Simáncas (continuacion).— Variedades: Los códices de las Iglesias de Galicia (continuacion).— Revista bibliográfica: Tratado de las campañas del emperador Cárlos V, por Martin García Cerezeda. Preguntas: Brasil. - Dibujo.-Respuesta: - Sangartesa. - Anuncio.

UNO DE LOS FINES DE LA REVISTA.

sonas, ni da paso á las necesidades que de uno ó de otro linaje, á no

car, y no pocas veces hallar, con el concurso de compañeros y amigos, oportuno remedio ó tregua siquiera que las aminorase.

Uno de los fines más útiles y tras-mediar el alejamiento, pudieran buscendentales á que, segun nuestro sentir repetidamente manifestado, puede servir la publicacion de la REVISTA, consiste en mantener y si es posible, multiplicar y estrechar los lazos de compañerismo entre los miembros del que por algo se llama Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. No pocas, por desgrapocas, por desgracia, son las causas que parecen tender á la disgregacion de esos miembros, y entre ellas, seguramente no es la menor el alejamiento mútuo que, dificultando, cuando no impi-jamiento, en fin, les priva de pedirdiendo, la comunicacion, no permite apreciar la realidad ni la oportunidad de los hechos, ni consiente siempre estimar en justicia las per

El alejamiento, en efecto, engendra indiferencia, desconfianza, hostilidad á veces, entre muchos que, si se conocieran y tratáran, serian á no dudar fieles compañeros y amigos leales; el alejamiento hace que no se aprecien unos á otros como debieran, ni se formen idea de cuánto y para qué cada cual vale; el ale

se y darse recíproca ayuda, no sólo para los asuntos profesionales y científicos, sino para los privados y áun domésticos. Y hasta que punto seme

jante ayuda puede ser eficaz y áun salvadora en determinados momentos, únicamente es dado calcularlo á aquellos sobre quienes en más de una ocasion la soledad ó el aislamiento han hecho caer con abrumadora pesadumbre la mano de la desgracia.

Sugiérenos, ó por mejor decir, nos confirma en estas reflexiones la reciente pérdida de uno de los más dignos, celosos é inteligentes individuos del Cuerpo, el Sr. D. Cárlos de Santa María y Ramirez. ¡Cuántos y cuántos de sus compañeros, el mayor número acaso, no habrán una y otra vez leido con indiferencia su nombre en los escalafones publicados desde 1860, fecha de su ingreso, sin sospechar siquiera que ese nombre era el de uno de los empleados de Archivos más aptos, más laboriosos y con mayor vocacion para la carrera, á la vez que de los más prudentes y modestos! Esos mismos

compañeros, alejados y sin comunicacion, no echarán siquiera de ménos el propio nombre en el escalafon del presente año, ni tendrian la menor noticia, á no ser por estos renglones y por el acto que los motiva, de que el desgraciado Santa María habia sido arrebatado por la muerte en la flor de su edad, y precisamente cuando tocaba al puerto de salvacion y descanso despues de una prolongada y tenaz lucha contra la suerte que, sin él merecerlo por cierto, se le mostrára hace muchos años adversa. Pocos, en fin, de los indivi

duos del Cuerpo hubieran llegado á saber que en la hoy solitaria cuanto ántes bulliciosa Alcalá de Henares quedaban una viuda jóven aún y cuatro infelices huérfanos, de los que el mayor no llega aún á los diez años, casi totalmente privados de recursos y amparo, con la muerte del esposo y padre cariñoso y solícito que, sin darse apénas vagar entre las faenas del Archivo Central y las de su reputado bufete de abogado, provenia, si ántes con dificultad, hoy casi con desahogo, no sólo á su subsistencia y educacion, sino áun á sus inocentes caprichos infantiles. ¡ Dolor casi incurable, inmensa desgracia! cuya noticia no podrá menos de conmover á cuantos, como el infeliz Santa María, sólo alcanzan los inefables y tranquilos goces de la paternidad y de la familia á costa de luchas oscuras pero gigantescas, en que se gastan la flor y la sávia de la vida, si no es que como él, quedan á deshora aplastados y dejando sin alivio ni defensa los caros intereses, únicos por que peleaban.

Tal es, sin embargo, la sumaria y triste realidad que resulta de la existencia del finado D. Cárlos de Santa María y Ramirez. Hijo de distinguida familia, heredero de un regular patrimonio, que ya desde el principio mermaron pleitos y otras incidencias y que de súbito hizo desaparecer un imprevisto contratiempo comercial, no se rindió fácilmente Santa María á la desgracia, y comenzó la empeñada lucha á que án

tes nos referiamos, trabajando sin descanso en su ya terminada carrera del foro y en negocios comerciales, sin que tan múltiples tareas le impidiesen seguir una vocacion de antiguo manifestada, matriculándose en la entónces recien creada Escuela de Diplomática, uno de cuyos más distinguidos y sobresalientes alumnos fué, y como tal, en la primera promocion por concurso que se verificó en el Cuerpo de Archiveros-bibliotecarios (como entónces se llamaba) obtuvo plaza de ayudante de tercer grado, con destino primero á trabajos especiales geográficos en el Archivo de la Academia de la Historia (luégo Histórico-Nacional) y despues al general Central, poco hacia inaugurado en Alcalá de Henares. Parte muy principal tomó desde luégo Santa María en las tareas del naciente establecimiento, que ya no habia de abandonar, y en cuya organizacion y catalogacion demostró constantemente sus notables dotes de laboriosidad é inteligencia, tanto mientras fué mero ayudante, como despues, cuando á costa de años y de servicios ascendió por concurso á oficial, y en calidad de secretario que fué del Archivo hasta su fallecimiento, y várias veces jefe accidental del mismo. Mas de una vez tambien han podido los lectores de la REVISTA hallar en las columnas de ésta, pruebras de la incansable aficion del Sr. Santa María á los estudios del ramo, y cuantas personas á él se acercaban en demanda de datos ó

buscas, en que siempre sobresalia, hacíanse lenguas de su afabilidad, diligencia y buen despacho. Al propio tiempo, segun queda ántes indicado, iba labrándose reputacion como letrado en la ciudad de su residencia y en la que ya su bufete era de los más concurridos y reputados.

Tan múltiples, asiduas é incesantes tareas fueron, sin embargo, como era natural, minando la no muy fuerte constitucion del Sr. Santa María, y ya en el pasado estío hubo de pedir una licencia (primera segun creemos) para restablecer su salud alterada, lo que vino á intentar en Madrid, ya que no le fuese posible, como los facultativos se lo habian aconsejado, ir á tomar las aguas de Panticosa. Escaso alivio habia logrado cuando regresó á Alcalá, donde á poco y agravado ya su estado, se vió acometido de una pulmonía que en breve termino dió con él en el sepulcro.

La breve, agitada y laboriosa existencia que de bosquejar sumariamente acabamos, no ha logrado siquiera el supremo consuelo de dejar labrado el porvenir de seres queridos, objeto del amor y de los desvelos todos del desdichado Santa María. Su viuda y sus cuatro hijos quedan, como al principio dijimos, en situacion harto precaria y sin recurso alguno fijo de subsistencia, pues sólo esperanzas lejanas pueden abrigarse de que los catorce años de servicio que el Sr. Santa María contaba, hayan de alcanzar á que se declare al

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