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Cuzco; pues de los expedientes ó autos de la de Lima sólo existen muy cortas piezas, en su mayor parte del ramo criminal, revelación también de costumbres y hechos no menos reprensibles y bárbaros. Cierto es que hay todavía en los archivos de la Corte Superior de Lima y en las llamadas Escribanías Públicas» de la capital no despreciable cantidad de legajos y libros de aquel entonces; mas nadie ha osado, por fortuna para la futura reconstitución del Archivo Nacional, poner en ellos la mano.

Pero si tal como la hemos esbozado es la importancia de los papeles del orden militar, político y judicial que en la actualidad se poseen, es mayor aún la de los que se refieren al servicio de la Hacienda Pública del Virreynato. Sin profundizar la materia, que espacio no hay aquí para ello, permítasenos una observación general ó amplisima: la administración pública en el noventa por ciento de los casos, se convierte en acción del orden económico, se desenvuelve en un gasco, se reduce ó determina por un egreso cualquiera, el cual pasa ó se realiza por intermedio de las dependencias de Hacienda. De manera que, en esa misma mayoría de los casos, un documento que al parecer no denota sino la satisfacción de una orden fiscal, es en el fondo el detalle último, relativamente secundario, de un suceso más trascendental é importante. Tras de un sueldo, está un nombramiento; tras de una planilla ó lista de revista, la plana numérica y nominal de un cuerpo; tras de un asiento de tributo, los pueblos é indios que estaban obligados al pago, la cuota de la contribución y la del salario; tras del quinto real, la estadística de la producción de la industria minera; tras de los sínodos, la razón puntual y metódica de la organización religiosa; tras de los diezmos y primicias, el estado del cultivo y del rendimiento agrícola; tras de una cuenta militar, el personal y las vicisitudes de una campaña; tras de la merced, de la asignación, y de la encomienda, una relación de servicios á la Corona; tras de un presupuesto, la historia de una institución ó de una obra pública; tras la razón de los mismos quintos y de los galeones, el balance de la explotación fiscal

durante los trescientos años de la colonia; en fin, tras de la planta de sueldos del Virreynato, el curso sucesivo y metódi co de los sucesos del orden político y económico del territorio.

He allí por qué concedo yo y he de conceder eternamente á esos gruesos legajos y á esa innúmera cantidad de libros de Real Hacienda, á esos archivos del Real Tribunal de Cuentas, de Rentas Estancadas, etc., la más grande, la más extraordinaria importancia. Sus libros copiadores de informes son por sí solos un tesoro histórico en cada materia, aisladamente considerada. ¿Se quiere tener la marcha de un ramo cualquiera, de la minería, del estanco de naipes, de los tabacos, de los aguardientes, de las breas, de la justicia comercial, de lo que se guste, en una palabra? - Pues abrid uno solo de esos cuadernos y se verá el resultado.

Ese colosal archivo de Hacienda, escapado á la incuria y al tiempo, mal conservado, pero conservado, en los vericuetos del Ministerio del mismo nombre, no ha encapado sin embargo á la torpe voracidad de Dios sabe quién. Don José Toribio Polo, antes citado, el viejo y laborioso amigo de la historia peruana, que ha dado á luz algunos trabajos de esa índole, encargado en 1889 de la conservación y custodia del archivo, señalaba en un interesante informe que pasó á la Sociedad Geográfica de Lima, en 1892, la importancia de aquellos papeles, y constataba una treintena de documentos tan extraordinarios como estos:

<< Nuevo Gazofilacio, por Feijóo de Sosa-1771-1 tomo f.">
<Informes y oficios del Tribunal Mayor de Cuentas en 1777 y 1778.
<Informes y consultas del mismo Tribunal en 1784.»

Informes y consultas del id. en 1806.»

Libros de tomas de razón de las visitas de don José Antonio de Areche-1781 y 1782. >>

<Oficios y providencias del Visitador general don Jorge Escobedo-1783, 1784 y 1785.>

«Decretos y resoluciones del mismo Visitador Escobedo y del Virrey De 1786 á 1790 inclusive.»

«Cédulas, reales órdenes, consultas y decretos del Acuerdo sobre Media-Anata-1728 hasta 1862. »

«Autos del Juzgado de Media - Anata, para cobrar al Virrey Amat la que debía-1776 y 1778.

«Ordenanzas del Real Hospital de San Bartolomé y expediente sobre la visita que se le hizo-1816. »

Recepción del Virrey Guirior.

Consultas é informes al Virrey del Tribunal del Consulado --De 1744 à 1780.»

Informes del mismo Tribunal en 1776.

Cédulas, reales órdenes y oficios originales del Virrey, al Consulado, de enero de 1796 á 22 de noviembre de 1803.

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Copiador de notas del Consulado, desde mayo de 1812 hasta 1817 inclusive. »

Copiador de 1818 á 1820.

Copiador á diversos funcionarios-1816 á 1817.

Dos cuadernos sobre la expedición de San Martín en Chile y las batallas de Chacabuco y Maypú. ·

Copiador de oficios y órdenes de la Sub-Inspección general del ejército real, desde 3 de marzo de 1797 à 13 de octubre de 1820.

«Otro copiador de oficios de 10 de enero de 1818 al 6 de junio de 1821.»

Autos formados sobre la última entrada de los misioneros de Ocopa á la conversión de infieles, por el río Pozuzo — 1764 »

"

Diario de la visita de las conversiones de Huanuco y Cajamarquilla, hecha por el Padre Prefecto de Misiones Fray José López 1797. (Con un mapa pequeño de los departamentos de Huánuco y Cajamarquilla.) »

Planos sueltos del fuerte de Chanchamayo de la provincia de Tarma» (de fines del siglo XVIII.)

Plano del fuerte de San Carlos en Chiloé en 1769, por don Carlos de Beranger. ›

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Plano iluminado de la casa de Moneda de l'otosi en 1778. Expediente sobre el estado de la real mina de azogue de Huancavelica-1781.

Informe de don Antonio de Ulloa sobre el relevo que pretendían los mineros del pago del quinto —-1760.

Expediente sobre el sueldo que, como Virrey interino del Perú, debía percibir don Joaquín de la Pezuela--- 1815.»

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Informe original al Rey, de la Audiencia del Cuzco, sobre la insurrección de esa provincia, fechado en 5 de mayo de 1815.»

Expediente sobre el papel sedicioso Los derechos del hombre, por don Antonio Nariño-1794. »

Oficio del General en Jefe del Ejército expedicionario, don Pablo Morillo, al Virrey Abascal-- (Bogotá, 31 de agosto de 1816); comunicándole la completa pacificación del Virreynato de Santa Fe V adjuntándole el Boletín del Ejército, impreso en 10 hojas.» 1

1- Memoria de la comisión del arreglo del antiguo archivo del Ministerio de Hacienda; por José Toribio Polo.-Boletín de la Socied id Geografica de LimaTomo 2.-Año II.-1893.-pag. 468.

Pues bien, algunos de estos preciosos documentos han desaparecido y no quedan ni huellas del sacrilego autor de ese atentado. Como jefe de nuestra oficina de límites, á quien interesaba antes que á nadie el copiador de informes de Escobedo, el famoso Visitador y autor de varios proyectos de recomposición de los Virreynatos y de las Audiencias, hícelos buscar cuidadosamente y aún pesquisar su extravío; pero confieso aquí que no hube de cosechar sino desengaños.'

No me detendré á manifestar la importancia y el inteés histórico de los papeles pertenecientes al Tribunal de la Inquisición ó del Santo Oficio, porque independientemente de su peculiar carácter, han sido ya bastante explotados por algunos escritores nacionales y extranjeros. Ellos han proyectado luz suficiente sobre aquel sombrío instituto, cuyos procedimientos en el Perú, durante el largo período de su existencia, nada desmerecen de las espantosas, inauditas crueldades del Santo Oficio en la Península y en otros lugares. Tampoco podría presumir de acertado el estampar un juicio definitivo, concreto, sobre aquellos papeles, pues la verdad es que los 400 ό 500 paquetes que con tal rótulo (Inquisición) se guardan en el Archivo, ofrecen una variedad sorprendente y encierran papeles no sólo sobre tal materia, sino sobre otros ramos. Creo fundadamente, sin embargo, que cuando alguno de los nuestros se dedique con entusiasmo á escribir la historia de aquel Tribunal, encontrará para ello el material suficiente, seleccionando la colección que en el Archivo se encierra. Entonces se hallarán expedientes curiosísimos, verdaderamente inverosímiles sobre los fingidos purificadores de la religión y de la moral de esos tiempos, que al castigar en esta sociedad supersticiosa y fanática las faltas verdade

1--El Gobierno peruano de 1889 había tenido la particular originalidad de encargar la custodia del Archivo de Hacienda á la Sociedad Geográfica de Lima, no obstante de estar los restos del antiguo Archivo Nacional bajo la dependencia de la Biblioteca. Se designó como lugar de depósito del nuevo Archivo un cuarto ruinoso del mismo edificio de la Biblioteca, sin piso. ni anaqueles: los le gajos se colocaron sobre adobes y tablones que la munificencia del Gobierno concedió al señor Polo; y se hicieron otras cosas que el decoro del país impone callar.

ras ó falsas de sus acusados, olvidaban la represión de sus propios crímenes.

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De los otros papeles del Archivo Nacional, los que más me han sorprendido é interesado son los que se refieren á las Temporalidades y á los ramos de Tabacos y Minería. Los primeros pueden descomponerse en varios órdenes de documentos, todos interesantes y bastante nutridos. Contienen ellos la historia completa de la Compañía de Jesús en el Perú y en las demás colonias sud-americanas á las cuales extendieron su influencia ó su acción los religiosos de dicho instituto. Junto con la nómina de los bienes adquiridos por ellos, de los establecimientos que fomentaban, de las propiedades que administraban ó poseían, de sus religiosos, de sus templos, colegios y universidades, se encuentran aún, y no mal conservados, los títulos de los inmuebles, de las tierras, de las donaciones recibidas por ellos, de los censos y capellanías establecidos en su favor, de las alhajas que adornaban sus templos, de los frutos que obtenían de aquella enorme masa de bienes raíces, muebles, semovientes, etc., que la generosidad y el piadoso espíritu de la época había pues

to en sus manos.

No puedo tener tampoco la pretensión de hacer aquí el bosquejo de lo que fueron los jesuítas del Perú en el largo período del Coloniaje; pero habrá de permitírseme indicar que es en estos papeles de las Temporalidades donde se halla

1-Bajo este nombre se comprendieron, desde antiguo, los papeles de las Juntas de Temporalidades, creada por oposición á la administración de los bienes de los regulares jesuítas. Cuando el Instituto de la Compañía de Jesús fué suprimido y los religiosos de la orden fueron extrañados de los dominios españoles de Amé rica por la real Cédula de Carlos III, fechada en el Pardo el 27 de febrero de 1767 y pragmática sanción de 2 de abril del mismo año, se dispuso, también, por Real Cédula de 9 de julio de 1769 la formación de Juntas, á las cuales se encargó no solo la administración de los bienes y propiedades de los dichos jesuitas, sino la recolección de los archivos y bibliotecas poseídos por ellos. El método y el orden desplegado por aquellas Juntas en el manejo de tales asuntos, fué, en realidad sorprendente; y hoy mismo vese clara huella de su acierto en los papeles del Archivo.

Suprimida la Junta de Temporalidades en 1821, los bienes de los Jesuítas pasaron al poder del Estado, quien, siguiendo el ejemplo de los monarcas españo. les en los momentos de necesidad pública, dispuso la venta ó el obsequio de la mayor parte de ellos. Pocas, muy pocas son las propiedades que hoy conserva el Estado, de aquel Instituto.

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