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le acarreo su inalterable fidelidad. Los escritores liberales (49) han hablado de este decreto de la regencia y de la eleccion de aquel magistrado, como de una providencia que amenazaba hacer mayores y mas crueles los males de la España, esto es, hacer mas cierta la destruccion de la faccion, y mantener el buen orden y la seguridad pública. Este decreto y esta eleccion no necesitan mas elogios.

La regencia se ha portado segun los consejos de M. Burke hacia los autores de los crímenes revolucionarios; mandando que aquellos que hayan contribuido á las des◄ gracias del pueblo de Madrid, del 22 de mayo, serán perseguidos y juzgados segun las leyes: este acto de la regencia hace ver que imitará al parlamento de Paris en la restriccion que puso á la amnistía de Henrique IV, con respecto á los hombres viles que habian asesinado á unos hombres indefensos; entregará en manos de la justicia á aquellos que usaron el puñal y el martillo sacrificando sus víctimas en las cárceles. Los hombres rectos y sabios que componen el gobierno de España, saben que la palabra reaccion no se conoció sino en un tiempo y en un pais donde ya no habia recurso contra el crímen: y preservarán á la España de las venganzas particulares, vigilando á que los magistrados á quienes está confiada la vindicta pública, cumplan religiosamente con sus deberes.

Con restablecer los diezmos, ha hecho la regencia el mas bello elogio del pueblo español, cuyo espíritu conoce perfectamente. El diezmo seguirá en España llenando su triple destino, de adornar á los altares, de alimentar á los pobres y hacer los ministros de la religion independientes del erario público. Estas sabias disposiciones del gobierno harán que el labrador no se halle agoviado por el pago de esta prestacion en frutos, exonerándole de aquellas contri

buciones insólitas, en numerario, que las cortes le habian impuesto.

En fin, una determinacion de la regencia, igualmente grande, justa y política, reorganizando el sistema de hacienda en España, inutiliza para siempre el gran movil de las revoluciones. Desde la deliberacion de la cámara francesa de 1815, que pronunció el estrañamiento de los regicidas, no ha habido en Europa otro acto de legislacion en que se haya rendido un obsequio mas importante á los gobierno legítimos, que el decreto de la regencia de España que anula la deuda contractada por las pretendidas cortes, reunidas pesar de una proclama solemne del rey y por un acto de rebelion.

á

Ninguna familia hay en Europa que no deba el mayor agradecimiento á los estadistas que han dado este grande ejemplo. Ya se dejarán de ver los especuladores prestando sus caudales á unos hombres que no pueden pagarlos sino cometiendo los crímenes mas espantosos, derribando los tronos, y sujetando á los pueblos á la mas horrible tiranía. . El tratado de paz mas grande que haya mentado la his> toria, es, á mi parecer, dice Montesquieu, el que hizo » Gelon con los Cartaginenses; exigiendo que aboliesen la ⚫ costumbre de inmolar víctimas humanas, estipulaba á favor > del género humano. » La regencia de España haciendo tambien que no se sacrificara mas la sangre de los hombres á la codicia del oro, ha estipulado á favor del género

humano.

Observaciones particulares sobre la pretendida validez de la deuda contraida por las Cortes.

cortes

Es de notar que han llenado el empréstito de las unos capitalistas que por una obligacion de cien francos han dado trienta. De este modo han comprado por mil francos una renta que sobre los fondos de Francia les hubiera costado tres mil. Es lo mismo que si hubieran apostado tres contra uno que no se les pagaria: esta suerte, que os mismos han creido tan probable, es la que ha venido; ¿de qui tienen que quejarse? ¿quien debe reembolsarles que han perdido á este juego? Por cierto que no será Fernando VII, ó la Regencia que le representa.

lo

Si estos jugadores insistiesen para lograr tan estraña indemnidad, fuera obvia la contestacion de los fieles vasallos de Fernando VII: ¿Y que, podrian decirles, habeis હું suministrado dinero para pagar la rebelion de la isla de Leon, para sobornar al ejército, para remunerar á los carceleros del Rey y de su real familia, saciarle de ultrajes y encerrarle por fin en Cádiz; y pretendeis que os paguen el rey y la nacion española !!! Si los asentistas de la revolucion en la que habeis tomado acciones hubiesen logrado corromper al pueblo y hacer que hubiese degollado á sus sacerdotes en vez de seguir su doctrina, que se hubiese armado en Sevilla y en Vitoria en vez de salir al encuentro á su libertador, entonces hubierais podido esperar el ganar vuestra apuesta, y hubierais tenido cien francos por treinta pero no se han asesinado bastantes eclesiásticos; el martillo no ha herido á bastantes víctimas; el primer cañonazo ha ahuyentado á vuestros aliados carbonarios, liberales, radicales; ha sido una desgra cia para vosotros estamos en ello á buen seguro , pero

que no serán los súbditos fieles de Fernando VII, ni los españoles adictos á su patria, los que vengan á indemnizaros y consolaros de que hayais perdido vuestra apuesta filantrópica.

(1) Desde el año 1770, el Sr. abogado general Seguier se espresaba de este modo, en su requisitoria al Parlamento, denunciando el libro titulado: Sistème de la nature, con otras seis obras impias y sediciosas : «Se ha levantado entre nos> otros una secta impia y atrevida. Ha condecorado á su > funesta sabiduría, con el nombre de filosofía. Bajo este » titulo, ha querido poseer todas las ciencias. Sus parciales › se han erigido preceptores del género humano. Libertad de pensar, este es su grito, y este ha resonado de una á otra n del mundo. Con una mano han atacado al treno, y con la otra han intentado derribar los altares. Erá su objeto apagar la Fe, y dar otra direccion á los espíritus en punto á las instituciones religiosas y civiles; y la revolucion ya quasi se ha verificado. Los prosélitos » se han multiplicado, sus máximas se han esparcido, las > basas antiguas de los reinos han empezado á bambolear, > y las naciones aturdidas de ver sus principios aniquilados, » se han preguntado á sí mismas por cual fatalidad se » hallaban tan mudadas de lo que antes eran. »

(2) Véase particularmente la excelente historia de la guerra de la península, por Southey. (nota del escritor ingles ).

(3) Se lee en las cartas de un amigo del conde de Toreno, publicadas con la obra de aquel diputado de las Cortes constituyentes: Durante la guerra de la independencia, Riego > permaneció dos años prisionero en Francia, y empleó » aquel tiempo en cultivar su talento con la lectura de los » buenos libros franceses. » Bastante conocido es lo que el escritor liberal entiende por buenos libros. Sin embargo es útil ver cuales son los que los liberales han hecho traducir de tres años á esta parte para la instruccion de la España, Aventuras de Foblas, traducidas al español por Don S. A. Llorente.

Bosquejo de una pintura histórica de los progresos del entendimiento humano, por Condorcet.

Cartas persianas.

Comentario sobre el espíritu de las leyes, por Destutt de

Tracy.

Compendio del origen de todos los cultos, por Dupuis, Contrato social.

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