Toledo la despojadaCalpe, 1924 - 259 páginas |
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Página 13
... amor ... Pero esta contextura marcial es sólo un remedo , una simulación fisiológica del guerrero extremeño , ya que la audacia de D. Modesto no reside en el corazón ni en los puños , sino en su garganta excelsa de ora- dor sin par ...
... amor ... Pero esta contextura marcial es sólo un remedo , una simulación fisiológica del guerrero extremeño , ya que la audacia de D. Modesto no reside en el corazón ni en los puños , sino en su garganta excelsa de ora- dor sin par ...
Página 17
... amor . En los poéticos trances donde Cupido empuñaba la navaja , su nivel retórico supe- raba al de Hypérides defendiendo a Friné . Sólo que su oratoria ateniense se limitaba a los hombres . Si el delincuente era mujer , Pulgar actuaba ...
... amor . En los poéticos trances donde Cupido empuñaba la navaja , su nivel retórico supe- raba al de Hypérides defendiendo a Friné . Sólo que su oratoria ateniense se limitaba a los hombres . Si el delincuente era mujer , Pulgar actuaba ...
Página 40
... Amor jamás dará con tal fra- ́se . Resultado : que nunca triunfó ni la Prensa le hizo caso , consiguiendo únicamente con estas herejías que los académicos le temieran y odiaran como a un an- ticristo literario . En todos sentidos le ...
... Amor jamás dará con tal fra- ́se . Resultado : que nunca triunfó ni la Prensa le hizo caso , consiguiendo únicamente con estas herejías que los académicos le temieran y odiaran como a un an- ticristo literario . En todos sentidos le ...
Página 67
... amor de la hembra . De aquí los descalabros del pobre cuando bajaba a la tierra con intenciones pe- caminosas ; empezando por Dafne , Coronis y Bolina y acabando por Casandra . Para endulzar sus derrotas , dicen que triunfó de Venus ...
... amor de la hembra . De aquí los descalabros del pobre cuando bajaba a la tierra con intenciones pe- caminosas ; empezando por Dafne , Coronis y Bolina y acabando por Casandra . Para endulzar sus derrotas , dicen que triunfó de Venus ...
Página 69
... amor . Ello no le impide aparecer todas las mañanas invariablemente tras la ventanilla de Caja , con su as- pecto inconfundible de hombre todo círculos o todo ceros : desde la boca pequeña y redonda , pasando por los lentes - dos ...
... amor . Ello no le impide aparecer todas las mañanas invariablemente tras la ventanilla de Caja , con su as- pecto inconfundible de hombre todo círculos o todo ceros : desde la boca pequeña y redonda , pasando por los lentes - dos ...
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 55 - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Página 171 - Madrid le ha chupado las heces, donde, aunque entre, pero no duerme la Villanía. En otras partes tienen el ingenio en las manos, aquí en el pico. Si bien censuraron algunos que sin fondo y que se conocen pocos ingenios toledanos de profundidad y de sustancia; con todo estuvo firme Artemia, diciendo: — ¡Ea!
Página 247 - Hoy sólo tiene el gigantesco nombre, parodia con que cubre su vergüenza, parodia vil en que adivina el hombre lo que Toledo la opulenta fue. Tiene un templo sumido en una hondura, dos puentes, y entre ruinas y blasones, un alcázar sentado en una altura, y un pueblo imbécil que vegeta al pie.
Página 187 - Estaba puesta en la sublime cumbre del monte, y desde allí por él sembrada aquella ilustre y clara pesadumbre de antiguos edificios adornada.
Página 153 - Negra, ruinosa, sola y olvidada, hundidos ya los pies entre la arena, allí yace Toledo abandonada, azotada del viento y del turbión. Mal envuelta en el manto de sus reyes aún asoma su frente carcomida; esclava, sin soldados y sin leyes, duerme indolente al pie de su blasón.
Página 210 - Injusta, a semejanza de cualquier página de la Historia, la gran Guadañadora supo buscar las raíces de este cuerpo repleto de cheques y adelgazar su grasa con idéntico furor al que él empleó para esquilmar a sus clientes. La Muerte suele atacar al revés. No tocó, pues, sus alas, doradas y sutiles. La guadaña misteriosa hirió a D.
Página 131 - Madres que azedan hijas como vino; Valientes en común y en común miedo; Jurados, contra el pueblo conjurados Amigos, como el tiempo, de camino; Las calles muladar. . . Esto es Toledo.
Página 211 - El banquero bajaba la cabeza como un mártir, que pisa las arenas del Coliseo o, dicho en tono menor, igual que un ingenuo cerdo al penetrar en la rampa homicida del matadero. Se le ocurrió, no obstante, indagar si una vez hecha la operación el mal no retoñaría de nuevo.
Página 80 - ... todas partes remolinos, giros, rotaciones y encrucijadas de pequeñas sendas. Las casas, verdaderos entresijos de la ciudad, se enredan machaconamente en un zigzag continuo, ya medida que se baja, las calles van adquiriendo una suciedad mayor. Así como la catedral es el corazón de Toledo, con sus cimientos enterrados en lo más hondo de su pecho de piedra, esta Bajada del Barco forma a su vez los intestinos de la ciudad. Las calles son verdaderas tripas humanas que van descendiendo desde la...
Página 251 - Diamantista — , ahora que estoy vieja y gastada es cuando he recobrado un poco la cordura y la tranquilidad. Veo claro lo que soy y lo que he sido. ¡Ay mi querido capellán, si una naciera dos veces no cometería tantas tonterías!... — O acaso más, señora, acaso más. La carne vence siempre al espíritu, por mucha sabiduría que éste llegue a alcanzar. Salomón no era rana; y sin embargo, a última hora, instigado por cuatro furcias de su harén, hizo el cuadrúpedo y adoró los ídolos...