Toledo la despojadaCalpe, 1924 - 259 páginas |
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Página 23
... falta el ardiente brillo del naranjo para completar su aspecto de oasis . Tan desconcertante refrán , atribuído a un lugare- jo engendrado al parecer por los manes de Horacio y Virgilio , se nos antojaría injustificado a no cons- tarnos ...
... falta el ardiente brillo del naranjo para completar su aspecto de oasis . Tan desconcertante refrán , atribuído a un lugare- jo engendrado al parecer por los manes de Horacio y Virgilio , se nos antojaría injustificado a no cons- tarnos ...
Página 24
... y el Estado , verdadera caja de Pandora que esparce sus males solamente sobre los parias , le encargó una serie de conferencias regiamente retribuídas , que él cobraba , aunque no le hacía falta , para no 24 FÉLIX URABAYEN.
... y el Estado , verdadera caja de Pandora que esparce sus males solamente sobre los parias , le encargó una serie de conferencias regiamente retribuídas , que él cobraba , aunque no le hacía falta , para no 24 FÉLIX URABAYEN.
Página 25
Félix Urabayen. cobraba , aunque no le hacía falta , para no sentar mal precedente ... Agotado al poco tiempo este capítulo del presu- puesto , dedicóse Catón a viajar por el extranjero , a costa del Estado , como es natural , bien en ...
Félix Urabayen. cobraba , aunque no le hacía falta , para no sentar mal precedente ... Agotado al poco tiempo este capítulo del presu- puesto , dedicóse Catón a viajar por el extranjero , a costa del Estado , como es natural , bien en ...
Página 87
... falta aquí . -Tu marido - sentenció D. Modesto - debe de traer presa grande cuando necesita la obscuridad . Tal vez quiera consultar esta misma noche a la ley ... Y al decirlo , sus ojos acariciaban a la amada , implorando TOLEDO LA ...
... falta aquí . -Tu marido - sentenció D. Modesto - debe de traer presa grande cuando necesita la obscuridad . Tal vez quiera consultar esta misma noche a la ley ... Y al decirlo , sus ojos acariciaban a la amada , implorando TOLEDO LA ...
Página 138
... falta- ba líquidamente a las ordenanzas municipales . La increpé , y entonces ella dijo con razonable sinceridad : < « < Señor , ¡ si llevo cinco horas ! ¡ Ante todo , la salud ! » ... -Lo que demuestra - dedujo el capellán al mo- mento ...
... falta- ba líquidamente a las ordenanzas municipales . La increpé , y entonces ella dijo con razonable sinceridad : < « < Señor , ¡ si llevo cinco horas ! ¡ Ante todo , la salud ! » ... -Lo que demuestra - dedujo el capellán al mo- mento ...
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 55 - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Página 171 - Madrid le ha chupado las heces, donde, aunque entre, pero no duerme la Villanía. En otras partes tienen el ingenio en las manos, aquí en el pico. Si bien censuraron algunos que sin fondo y que se conocen pocos ingenios toledanos de profundidad y de sustancia; con todo estuvo firme Artemia, diciendo: — ¡Ea!
Página 247 - Hoy sólo tiene el gigantesco nombre, parodia con que cubre su vergüenza, parodia vil en que adivina el hombre lo que Toledo la opulenta fue. Tiene un templo sumido en una hondura, dos puentes, y entre ruinas y blasones, un alcázar sentado en una altura, y un pueblo imbécil que vegeta al pie.
Página 187 - Estaba puesta en la sublime cumbre del monte, y desde allí por él sembrada aquella ilustre y clara pesadumbre de antiguos edificios adornada.
Página 153 - Negra, ruinosa, sola y olvidada, hundidos ya los pies entre la arena, allí yace Toledo abandonada, azotada del viento y del turbión. Mal envuelta en el manto de sus reyes aún asoma su frente carcomida; esclava, sin soldados y sin leyes, duerme indolente al pie de su blasón.
Página 210 - Injusta, a semejanza de cualquier página de la Historia, la gran Guadañadora supo buscar las raíces de este cuerpo repleto de cheques y adelgazar su grasa con idéntico furor al que él empleó para esquilmar a sus clientes. La Muerte suele atacar al revés. No tocó, pues, sus alas, doradas y sutiles. La guadaña misteriosa hirió a D.
Página 131 - Madres que azedan hijas como vino; Valientes en común y en común miedo; Jurados, contra el pueblo conjurados Amigos, como el tiempo, de camino; Las calles muladar. . . Esto es Toledo.
Página 211 - El banquero bajaba la cabeza como un mártir, que pisa las arenas del Coliseo o, dicho en tono menor, igual que un ingenuo cerdo al penetrar en la rampa homicida del matadero. Se le ocurrió, no obstante, indagar si una vez hecha la operación el mal no retoñaría de nuevo.
Página 80 - ... todas partes remolinos, giros, rotaciones y encrucijadas de pequeñas sendas. Las casas, verdaderos entresijos de la ciudad, se enredan machaconamente en un zigzag continuo, ya medida que se baja, las calles van adquiriendo una suciedad mayor. Así como la catedral es el corazón de Toledo, con sus cimientos enterrados en lo más hondo de su pecho de piedra, esta Bajada del Barco forma a su vez los intestinos de la ciudad. Las calles son verdaderas tripas humanas que van descendiendo desde la...
Página 251 - Diamantista — , ahora que estoy vieja y gastada es cuando he recobrado un poco la cordura y la tranquilidad. Veo claro lo que soy y lo que he sido. ¡Ay mi querido capellán, si una naciera dos veces no cometería tantas tonterías!... — O acaso más, señora, acaso más. La carne vence siempre al espíritu, por mucha sabiduría que éste llegue a alcanzar. Salomón no era rana; y sin embargo, a última hora, instigado por cuatro furcias de su harén, hizo el cuadrúpedo y adoró los ídolos...