Toledo la despojadaCalpe, 1924 - 259 páginas |
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Página 38
... subir al púlpito . En resumen , nada entre dos platos ; venía de Madrid desterrado , y no se supo más . Desde el primer momento los curas empezaron a bloquearlo económicamente , pero sin matarlo de hambre . El clero nunca aprieta el ...
... subir al púlpito . En resumen , nada entre dos platos ; venía de Madrid desterrado , y no se supo más . Desde el primer momento los curas empezaron a bloquearlo económicamente , pero sin matarlo de hambre . El clero nunca aprieta el ...
Página 40
... - mano que anida en lo más alto del árbol social . Sólo así pueden subir hoy las raíces sanas de la plebe que a cada paso brotan en todos los climas de la inteligencia . En cambio los que han nacido en la cumbre no 40 FÉLIX URABAYEN.
... - mano que anida en lo más alto del árbol social . Sólo así pueden subir hoy las raíces sanas de la plebe que a cada paso brotan en todos los climas de la inteligencia . En cambio los que han nacido en la cumbre no 40 FÉLIX URABAYEN.
Página 41
... subir , bajaba ; no por virtud , sino por un espejismo muy original . Poseía su corazón todos los nobles prejuicios de las gentes nacidas en cuna de oro . No le gustaba adular , pero sí que le adulasen ; prefería mandar a obedecer , ca ...
... subir , bajaba ; no por virtud , sino por un espejismo muy original . Poseía su corazón todos los nobles prejuicios de las gentes nacidas en cuna de oro . No le gustaba adular , pero sí que le adulasen ; prefería mandar a obedecer , ca ...
Página 61
... - quier bailarina célebre o cualquier político al uso ... Cuando los orígenes son turbios y vulgares , los me- dios de subir son infinitos . Pudo empezar D. Bermudo siendo sacamuelas en la plaza de la Cebada o medidor TOLEDO LA DESPOJADA ...
... - quier bailarina célebre o cualquier político al uso ... Cuando los orígenes son turbios y vulgares , los me- dios de subir son infinitos . Pudo empezar D. Bermudo siendo sacamuelas en la plaza de la Cebada o medidor TOLEDO LA DESPOJADA ...
Página 81
... una voz , saliendo de la ventana del segundo piso , le saludó afectuosa : « Haga el favor de subir , don Modesto . Voy a avisar a la señora ... >> TOLEDO LA DESPOJADA , 6 A pesar de la invitación , D. Modesto no se TOLEDO LA DESPOJADA 81.
... una voz , saliendo de la ventana del segundo piso , le saludó afectuosa : « Haga el favor de subir , don Modesto . Voy a avisar a la señora ... >> TOLEDO LA DESPOJADA , 6 A pesar de la invitación , D. Modesto no se TOLEDO LA DESPOJADA 81.
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 55 - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Página 171 - Madrid le ha chupado las heces, donde, aunque entre, pero no duerme la Villanía. En otras partes tienen el ingenio en las manos, aquí en el pico. Si bien censuraron algunos que sin fondo y que se conocen pocos ingenios toledanos de profundidad y de sustancia; con todo estuvo firme Artemia, diciendo: — ¡Ea!
Página 247 - Hoy sólo tiene el gigantesco nombre, parodia con que cubre su vergüenza, parodia vil en que adivina el hombre lo que Toledo la opulenta fue. Tiene un templo sumido en una hondura, dos puentes, y entre ruinas y blasones, un alcázar sentado en una altura, y un pueblo imbécil que vegeta al pie.
Página 187 - Estaba puesta en la sublime cumbre del monte, y desde allí por él sembrada aquella ilustre y clara pesadumbre de antiguos edificios adornada.
Página 153 - Negra, ruinosa, sola y olvidada, hundidos ya los pies entre la arena, allí yace Toledo abandonada, azotada del viento y del turbión. Mal envuelta en el manto de sus reyes aún asoma su frente carcomida; esclava, sin soldados y sin leyes, duerme indolente al pie de su blasón.
Página 210 - Injusta, a semejanza de cualquier página de la Historia, la gran Guadañadora supo buscar las raíces de este cuerpo repleto de cheques y adelgazar su grasa con idéntico furor al que él empleó para esquilmar a sus clientes. La Muerte suele atacar al revés. No tocó, pues, sus alas, doradas y sutiles. La guadaña misteriosa hirió a D.
Página 131 - Madres que azedan hijas como vino; Valientes en común y en común miedo; Jurados, contra el pueblo conjurados Amigos, como el tiempo, de camino; Las calles muladar. . . Esto es Toledo.
Página 211 - El banquero bajaba la cabeza como un mártir, que pisa las arenas del Coliseo o, dicho en tono menor, igual que un ingenuo cerdo al penetrar en la rampa homicida del matadero. Se le ocurrió, no obstante, indagar si una vez hecha la operación el mal no retoñaría de nuevo.
Página 80 - ... todas partes remolinos, giros, rotaciones y encrucijadas de pequeñas sendas. Las casas, verdaderos entresijos de la ciudad, se enredan machaconamente en un zigzag continuo, ya medida que se baja, las calles van adquiriendo una suciedad mayor. Así como la catedral es el corazón de Toledo, con sus cimientos enterrados en lo más hondo de su pecho de piedra, esta Bajada del Barco forma a su vez los intestinos de la ciudad. Las calles son verdaderas tripas humanas que van descendiendo desde la...
Página 251 - Diamantista — , ahora que estoy vieja y gastada es cuando he recobrado un poco la cordura y la tranquilidad. Veo claro lo que soy y lo que he sido. ¡Ay mi querido capellán, si una naciera dos veces no cometería tantas tonterías!... — O acaso más, señora, acaso más. La carne vence siempre al espíritu, por mucha sabiduría que éste llegue a alcanzar. Salomón no era rana; y sin embargo, a última hora, instigado por cuatro furcias de su harén, hizo el cuadrúpedo y adoró los ídolos...