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demasiado entre los profesores de las artes; pero fueron repetidos los recursos, y no en todos influyó Juan Gomez.

En uno de Martin de Sarasti, maestro de cantería, hecho en noviembre de 1626, dice, que Crescencio desechó varias piezas ejecutadas como dispuso Lizargarate con pretexto de no estar conformes á los follages (1). Parece no carecian de algun fundamento las quejas de este memorial, pues habiéndose tenido en 12 de diciembre una junta de varios ministros, á que concurrieron Juan Gomez de Mora, Crescencio y el contador del Escorial, se acordó, que para evitar el peso no fuesen los florones vaciados, sino cincelados en láminas de cobre. Pero por otra parte parece tambien que Crescencio deseaba volverse á Roma, pues cuando por el mes de junio anterior estuvo en Madrid el cardenal Barberini, sobrino y legado del Papa, solicitó licencia por su medio, y se le respondió, » que en acabando la " obra que tenia entre manos se le daria, y se le haria mer» ced." Bien es verdad, que para pedir esta licencia pudo ser motivo, que el sueldo se le asignó solamente por seis años, creyendo se finalizase en ellos la obra, y cumplian en fin de octubre próximo.

Sin embargo de estas acusaciones y de que el panteon no se concluia, porque Crescencio no hallaba arbitrio para darle luz y entrada conveniente, ni para librarle de un manantial, que brotaba por entre los jaspes, é inundaba el suelo, adquirió cada vez mas favor y confianza del Condeduque. No solo se le prorogó el salario de ciento cuarenta ducados mensuales, convirtiéndosele mas adelante en pension vitalicia, situada en las arcas de Aranjuez, y se le dió el hábito de Santiago, y el título de marqués de la Torre; sino que por cédula de 14 de octubre de 1630 se le nombró ministro de la Junta de Obras y Bosques, y superintendente de las fábricas del alcázar de Madrid, casas reales, del Pardo y del Campo, Valsain, S. Lorenzo, Aranjuez y Aceca,» para que asi en las trazas, como en los conciertos

(1) Tambien se copia este memorial con los demas ducumentos en el núm. XXXII.

» de las que se hicieren, no se llegue á ejecutar nada sin "aprobacion y asistencia suya."

Las obras que desde entonces se hicieron en estos palacios no eran tan considerables que mereciesen un superintendente: de que se puede inferir se creó este empleo para encargarle la disposicion del sitio de Buen Retiro que premeditaba el Conde-duque (1). Tres años despues se empezó la obra; y aunque se sabe haber sido Alonso Carbonel el maestro mayor, es regular tuviese Crescencio la misma superintendencia que en los otros palacios. Ya desde mucho antes no asistia á la del panteon. Lejos de pensar en conducirla, falto de arbitrio para darle luz y entrada cómoda; y para desviar los manantiales, aconsejó se deshiciese y trasladase á otro sitio (2); y si al fin no se puso en práctica fue porque el P. Fr. Nicolas de Madrid halló modo de remediar en parte estos inconvenientes (3).

Si Crescencio no hubiera diseñado mas obra que esta sabriamos solo que en la arquitectura de ostentacion fue igual á los mejores arquitectos de Italia contemporáneos suyos; pero tenemos en Madrid la Carcel de corte, cuyo di

(1) No obstante, con fecha de 24 de febrero de 1636 dispuso el marqués Crescencio ó de la Torre se continuase conforme en todo á las trazas y diseños de Juan de Herrera, la parte del palacio de Aranjuez, que cae al jardinito de las estatuas, y está hacia oriente, llamada cuarto de la Reina, y se ejecutó con mucho acierto. Tambien mandó en 22 de agosto del mismo año, que cesase la obra del caz que se habia comenzado á romper en Aceca, y que siguiese la del Jarama, para lo cual dispuso que el licenciado Francisco Ruesta, piloto mayor y catedrático de matemáticas de Sevilla, Miguel del Valle, maestro de obras del Rey, Pedro de Sevilla, fontanero de S. M., y Martin Ferrer, aparejador de las obras del alcázar de Madrid, nivelasen el terreno que hay desde el embocador y presa de Pajares, por encima del molino de S. Martin de la Vega en el rio Jarama, hasta los prados de Aceca y Barciles, con el fin de regar las tierras del Rey: lo que acabaron de ejecutar en 8 de julio de 1637.

(2) Hubiera sido acertado hacerlo por el perjuicio que padecen alli los mármoles con la humedad y falta de ventilacion, y por el poco lucimiento tiene toda la obra con la lobreguez, sin que valga la disculpa de que conviene al objeto.

que

(3) Véase su vida mas adelante.

seño se le atribuye, y en ella se advierte solidez, buena distribucion y ornato. Es un cuadrilongo con portada de piedra de dos órdenes: el primero toscano con seis columnas y tres puertas cuadradas, grande la de en medio, y mas pequeñas las laterales. El segundo dórico, tambien con seis columnas y ventanas sobre las puertas, con frontispicios, que pudo haber excusado, porque casi tocan á la cornisa, y por consiguiente no se suponen necesarios para libertar las ventanas de la lluvia. Por coronacion sobre la ventana de en medio un ático con su frontispicio, en cuyo neto hay un grande escudo; y sobre las acroteras estatuas (1). Entrando se halla un vestíbulo cuadrilongo con tres puertas al frente, que dan entrada á una magnífica escalera, y á dos patios que la tienen en medio. El embasamento general, las esquinas hasta lo mas elevado de las torres, los cercos de las ventanas y las cornisas son de piedra, y lo demas de ladrillo. Esta obra, que se concluyó año 1643, es una de las de mejor arquitectura que hay en Madrid.

Mientras Crescencio dirigia el panteon, dirigió y diseñó igualmente la urna y adornos del sepulcro de la Emperatriz Doña María, hija de Cárlos v, que está en el coro de las Descalzas reales. Supo pintar muy bien, pues segun Palomino, habia un lienzo en palacio de frutas y flores, que acreditaba su habilidad. Lo mismo se infiere del elogio que le hace Carducho en el diálogo vIII de la pintura: » Llevá»ronme (dice) en casa del marqués de la Torre, superin» tendente de las obras de S. M. y de la Junta de Obras y Bosques, legítimo empleo para lucir su noble agasajo y » afabilidad, debido á la ilustre calidad de su casa y á su mu» cha cristiandad; digno hermano del Eminentísimo carde»nal Crescencio, á quien conocí en Roma en muy grande » estimacion. Suplicámosle nos enseñase sus pinturas: hízolo asi, y con afectuoso gusto de todos nos enseñó grandes co"sas de estas artes del dibujo, como quien tan bien las co

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(1) Hizo estas estatuas y el escudo de armas Antonio de Hernatural de Alcalá, y padre de D. Sebastian de Herrera Bar

rera,

nuevo.

» noce y sabe hacer........ Entre las cosas que nos enseñó fue » el modelo que hizo por mandado de S. M. para los entier»ros de los Reyes, por cuya traza y gobierno se ejecutó en » el Escorial....... (1).

Palomino añade, que murió Crescencio en Madrid año 1660 á los sesenta y cinco de su edad; pero desconfio de esta noticia, y presumo falleció antes, 6 que era mas anciano. Es inverisímil se encargase una obra tan ruidosa como la del panteon á un joven de veinte y dos ó veinte y tres años, que segun la cuenta de Palomino tendria cuando hizo el modelo; y por otra parte esta edad tan corta no conviene con lo que se dice de haber dado en Roma muestras de su habilidad antes de venir á España, añadiendo á ella la liberalidad, de tal modo, que su casa era comun asilo de los jóvenes estudiosos romanos y ́extrangeros, suministrándoles modelos, telas, colores, pinceles y otros auxilios para las obras que emprendian (2).

(1) Jorge Theotocopuli, maestro mayor de la catedral de Toledo ejecutó el año 1626 la cúpula y linterna de la capilla Mozárabe contra el dictámen de otros arquitectos, apoyado en el que habia dado en su favor Juan Bautista Crescencio. Con otro que dió tambien en 1628 se determinó continuar la obra del Ochavo en la misma santa iglesia por el diseño que antes habia hecho Nicolas Vergara el mozo.

(2) Aun se hace esto mas increible, cuando se sabe, que antes de venir Crescencio á España habia sido en Roma superintendente de la capilla Paulina, y habia hecho algunas obras.

ADICIONES.

Al mismo tiempo que se trataba en la corte de construir un panteon en el Escorial para entierro de los Reyes de España, el cabildo eclesiástico de Sevilla proyectaba erigir otro gran templo contiguo al magnífico de la catedral, que fuese su capilla ó sagrario, y sirviese de parroquia á su estendida feligresía. Era el móvil de este vasto proyecto la ardiente devocion del virtuoso canónigo y arcediano de Carmona D. Mateo Vazquez de Leca, quien le promovió en cabildo de 16 de enero de 1615 con el pretexto de ser pequeña y humilde la capilla que entonces habia destinada á este objeto, y no correspondiente á tan suntuosa iglesia. Se acordó de conformidad, y en 25 de octubre de 1617 mandó el cabildo empezar la obra. Hubo en la eleccion del sitio varios pareceres, mas prevaleció el que ocupaban la capilla antigua de los Reyes, la nave de la Virgen de la Granada y la contaduría, á los pies de la iglesia entre norte y poniente.

Habia mas de treinta años que Miguel de Zumarraga dirigia las obras del cabildo, aunque con el solo título de aparejador, y como este hubiese presentado unas trazas que habia hecho, se aprobaron inmediatamente sin preceder el concurso de otros arquitectos, ni el exámen de los mas peritos del reino, como se practicaba en lo antiguo en obras como esta de mayor cuantía, nombrándole maestro de ella; y encargándole se trajese la piedra de Alcalá de Guadaira y de las canteras de Jerez, como se habia traido para la fábrica de la catedral. Se empezaron á abrir las zanjas en 30 de Abril de 1618, y en 23 de junio del mismo año el arzobispo D. Pedro de Castro y Quiñones, acompañado de los dos cabildos, colocó la primera piedra con gran solemnidad, y con ella cuatro medallas de oro, plata y bronce, que representaban el Papa Paulo v, el Rey Felipe III, las armas de la catedral y las del arzobispo, y otras monedas de las que entonces corrian en el reino, cubriéndolo todo con una lámina de plomo, en la que estaba gra

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