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peñado en mas de quinientos ducados: quisiera tener hacienda para suplir estos gastos, y no tengo mas de lo que V. M. me hace merced, y esto lo dejo en las reales manos de V. M.

Nuestro Señor guarde la persona de V. M. largos años, como sus vasallos y la cristiandad ha menester. De S. Felipe de Puertobelo á 15 de mayo de 1595 años. Baptista Antonelli.

22.

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Carta de D. Diego Suarez de Amaya, gobernador de Cumaná, á Felipe 111 avisándole lo que trabajó Antonelli en las salinas de Araya.

Señor: Despues de haber escrito en Cumaná la que va con esta recibí en esta isla Margarita la de V. M. de 14 de noviembre del año pasado, por la cual me manda V. M. me junte con el capitan Pedro Suarez Coronel, y con el ingeniero Baptista Antonelli, y con el gobernador Fadrique Cancer, para que veamos la salina de Araya de mi jurisdiccion; y habiéndola visto acordemos el remedio que mas facilmente nos pareciere, para que las urcas flamencas cesen con la continuacion tan grande que hasta aqui han tenido en cargar sal della. Y obedeciendo el mandato de V. M. partimos para la salina el capitan Pedro Suarez Coronel, y Baptista Antonelli, y yo, que el gobernador Fadrique Cancer por sus achaques no pudo ir con nosotros........ Fui allá, y tantos cuantos pasos dió Baptista Antonelli dí yo, siguiéndole de ordinario sin apartarme un punto dél, como lo dirá él mismo, pasando los dos excesivo trabajo de gran sol y fuego que salia de la salina, que nos abrasaba, atollando en muchas partes della hasta la rodilla, demas del gran trabajo que Antonelli pasó en nivelarla, que por solo este servicio merece que V. M. le haga una muy gran merced.......

Fue Dios servido que en tres dias que estuvimos en la salina no hubiese urcas á la carga, que há mas de un año que un solo dia no la han dejado desocupada, que se puede atribuir á milagro, ansi esto como venir el capitan Pedro Suarez Coronel y Baptista Antonelli en tiempo que no hubiese aguaceros en la salina, que en este los suele haber, para que mejor se viese la sal, y se nivelase ella, que lo atribuyo todo á gran merced que nuestro Señor nos hizo, y confio en él que con tan buen principio nos dará el fin que deseamos, dándole de todo punto á esta salina, para que V. M. goce de las que tiene en esos reinos, y sus enemigos queden burlados, que será parte

para que Holanda y Zelanda se humillen al brazo poderoso de V. M.

Desde la salina llevé al capitan Pedro Suarez Coronel y á Baptista Antonelli á Cumaná para que hiciese la planta de su rio y costa, y de los rios de Bordones, Mochima y Sta. Fe, que desde un cerro alto de aquella ciudad se señorean todos, de los cuales hacen agua las urcas, y principalmente del de Bordones. Ansimismo los metí por el golfo de Cariaco para que viesen su grandeza y puertos, desembarcando en la laguna de Ostiones, y atravesé con ellos aquel camino de tierra hasta salir á la costa, que está frontero de las islas de Coche y de esta, donde tenia una canoa aparejada para que pasásemos á esta isla Margarita....... y habiendo llegado á esta isla, nos juntamos con el gobernador Fadrique Cancer, y despues de haber tratado y comunicado del remedio de la salina, hallamos ser el mas fácil y de menos costa el que va firmado de

nosotros........

Advierto á V. M. que no ha sido tan secreta en Sevilla la venida del capitan Pedro Suarez Coronel y de Baptista Antonelli, que por muchas cartas escritas á particulares desta isla se avisa que venian, y ansimesmo es público aqui y en Cumaná, y temo que por el maldito trato que hay con urcas de rescate lo sepan ya los enemigos; y ansi importa poner luego por obra lo acordado, y esto con tanta brevedad y secreto, sin publicar para dónde se hace la dicha prevencion, porque no tenga lugar el enemigo de fortificarse en la salina antes que se efectúe lo acordado........

Guarde y prospere nuestro Señor á V. M. por muy lar gos y felices años, como la cristiandad ha menester. Amen. Desta isla Margarita 10 de julio de 1604. Besa los reales pies de V. M. su humilde criado y fiel vasallo.D. Diego Suarez de Amaya.

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23.

Reconocimiento que hizo de orden del Rey Baptista Antonelli de la gran salina de Araya, que está en 10 grados de altura entre el trópico de Cáncer y la línea equinocial, sobre si podia ó no cegarla, y medios que propuso para su ejecucion.

Copia de una relacion impresa sin decir el lugar ni año de impresion, que se halla al fol. 90 del códice rotulado Sucesos del año 1601 hasta el de 1610, núm. 49 del estante H de la sala de manuscritos de la real biblioteca de Madrid.

Señor: En cumplimiento de lo que V. M. me ha mandado tocante á la salina de Araya, en 19 de junio de 1604 desembarqué en un puerto llamado Guarnache, costa del Este Oeste, llevando conmigo gente plática de dicha salina, ansi de esta ciudad de la Margarita como de Cumaná, y algunos decian que seria bien cegarla, y otros anegarla, y esto por la parte del dicho puerto de Guarnache; y para verificacion desto nivelé una salina que tiene mil pasos de largo poco mas ó menos, la cual no tiene sal; y si tiene alguna no es de consideracion, y hallé que toda dicha salina estaba á un nivel, y en el remate della se va levantando la tierra en distancia de mil pasos, y de alli adelante hácia la salina de Araya parece que todas las vertientes iban á dar á dicha salina. Luego aquel mesmo dia empezé á tomar la planta con un instrumento muy precisamente con todas sus ensenadas, en que me ocupé tres dias, adonde pasé grande trabajo, ansi por los grandes soles y su reberveracion en la sal, como por andar en el cieno á la rodilla muchos ratos; y algunas personas habian dicho y propuesto á V. M. y al duque de Medina que se podia cegar dicha salina y echarle una vara de tierra encima, y que desta manera se vendria á quitar el comercio de la sal á los enemigos: otros decian que se fortificase, proponian un sitio entre la salina y la mar.

Lo que toca á anegarla por la parte de Guarnache, como algunos decian, la mar por esta parte está mas baja que la salina que tengo dicho, que no cria sal, y dicha salina toda á un nivel, y luego se levanta la tierra aquellos mil pasos, y ansi el agua no puede entrar ni pasar á la salina de Araya de

ninguna manera, y mas siendo la distancia de mas de una legua, y con esto la tal proposicion quedó nula.

Lo que toca á cegar dicha salina, á las personas que lo habian propuesto hice capaces de la grandeza de la salina y de las dificultades que habia, porque tiene la salina de sal cuajada hecha piedra diez mil pies de largo, y de ancho desde la ensenada de la parte del norte hasta la ensenada donde cargan los ingleses y flamencos mas de seis mil quinientos pies, y que se ofrecian otros mil inconvenientes; y que cuando se le echara una vara de tierra encima de la sal habia de ser en muy largo tiempo, y habia de costar muchas vidas, ansi de negros como de blancos, y hacienda de V. M., por el demasiado calor que hay en dicha salina, y ansi me pareció ser cosa infinita y imposible, aunque el poder de V. M. es grande; y cuando le hubieran echado una vara de tierra encima, como dicen, no se habia hecho nada, porque los que quisieran cargar sal con hazadas podian quitar la tierra en distrito de cien pasos, y aunque hubiera cien urcas podian cargar con tanta facilidad como antes; y con esto se satisfacieron estos que lo habian propuesto, y quedó llana esta dificultad.

Lo que toca á levantar castillo en el puerto que habian señalado, que era cuatrocientos cincuenta pasos de la mar y doscientos cincuenta de la salina, dije que el sitio no era á propósito, y que cuando se hubiera de fortificar era mejor llegarse á la mar, adonde nuestra artillería pudiera limpiar el puerto y surgidero; y que era mejor ganar estos cuatrocientos cincuenta pasos para que nuestra artillería pudiese alcanzar mas, y con algunas mas dificultades quedó tambien esto llano.

Estaba toda la gente suspensa del remedio de esta salina, viendo que todas las cosas que habian propuesto á V. M. no salian como ellos decian. Yo habia visto y considerado en aquellos dias que anduve por ella muchos manantiales que tiene la salina por ambas partes de la planchada que tienen hecha los ingleses y flamencos donde descargan la sal, y que esta salina se cebaba de la mar por la parte del puerto de Ancon de refriegas; y ser esto ansi se ve muy bien, porque en una ensenada que está á la parte del Sur hay algunos pozos de tres y cuatro brazas de fondo, por donde entra la mayor cantidad del agua que entra en la salina, y lo demas de la ensenada no tiene sino cuatro ó cinco palmos de agua; y para mayor verificacion desto ví que hay marea en la salina como en la mar, y á una misma hora, y no es como algunas personas decian, que se cebaba por el remate de la salina; pero las tales personas no habian considerado el secreto. Y otro dia nivelé lo que hay de la salina al Ancon de refriegas, que hay

mil cuatrocientos pies de distancia, y hallé que estaba mas alta la mar que la salina quince pies, y que abriendo una cortadura con facilidad se podia anegar toda la salina, como adelante se dirá.

Ninguna persona habia imaginado que por esta parte se podia anegar dicha salina, antes habian dicho que la salina estaba mas alta que la mar, despues que yo les dije el secreto y remedio les pareció muy bien, y se holgaron fuese tan fácil. y por donde se viniese á conseguir el real intento de V. M., y ser esto ansi es muy cierto, porque si la salina estuviera mas alta que la mar no tuviera sal, y si la tuviera fuera muy poca por faltarle el agua que agora le entra de ordinario, y esto se echa muy bien de ver en la otra salina que está junto al puerto de Guarnache, que por estar mas alta que la mar no tiene sal que sea de consideracion: lo mismo fuera si dicha salina estuviera á nivel con la mar; y ansi queda muy probado que está mas alta la mar que la salina de Araya, como tengo dicho.

Tambien algunas personas han pensado que con los temporales de la mar pasaba el agua por encima de la tierra á la salina, y que desto procedia el cuajar tanta sal; y esto es muy al contrario, que jamás se ha comunicado la mar con la salina, porque el trecho es largo de setecientos pasos, cuanto mas que en toda esta costa no hay temporal como en la de España y la Florida, estrecho de Magallanes y otras partes frias, por estar en mas altura que dicha salina, que está en 10 grados, y en toda la costa de poca altura no puede haber temporales, por estar de ordinario la mar caliente, y apartarse no muy poco el sol della, solo cuando viene alguna manga ó turbellino de viento, que dura muy poco, y pasado cesa la mar, y cuando él viene con agua levanta menos la mar.

Tambien han dicho algunas personas que con la marea se comunica la mar con la salina; y á esto digo que si aqui hubiera las mareas que hay en Flándes se podia creer que la marea pasaba, porque crece tres ó cuatro brazas; pero en la, costa de Tierra-firme la marea es muy poca, y aunque es, verdad que la mar está mas alta que la salina, pero la distan-: cia es mucha, y lo mas que crece la marea en esta costa es de dos á tres pies, y ansi está llano que por esta parte no se comunica la mar con la salina, y que se comunica por debajo. de tierra con trasminaderos que tiene, como se echa muy bien de ver por lo que tengo dicho arriba.

Es tanta la grandeza de esta salina y la muchedumbre de sal que cria, que tengo por cierto que en el mundo no ha criado cosa tan espantosa naturaleza, que es muy diferente

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