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Núm. XX.

Documentos pertenecientes al comendador Tiburcio Spanoqui, ingeniero mayor y arquitecto militar hidráulico del Rey.

I.

Instruccion hecha por Spanoqui para los fuertes que se habian de construir en el Estrecho de Magallanes.

Los dos fuertes que se trata de hacer á la boca del Estrecho de Magallanes en lo mas angosto, que al parecer de Pedro Sarmiento viene á ser en el sitio nombrado la angostura de nuestra Señora de la Esperanza, paréceme que vendrán á propósito haciéndose de la forma que por las dos trazas A y B se demuestra; los cuales abrazan las dos puntas de la dicha estrechura, y por la parte de hácia tierra, con un baluarte en el medio, y dos medios en los extremos, que ambos lleguen á la orilla de la mar con su foso; y si por aquella parte pareciese bien hacerle su entrada cubierta, pues con ella no se crece costa, y el sitio por ser en tierra llana lo requiere, podráse

hacer.

En lo mas angosto de las puntas demuestra Pedro Sarmiento haber unos arrecifes, los cuales convendrá mucho encorporarlos en la fortaleza, pues sirvieran de plataforma baja, para desde alli poder ofender mejor los bajeles entre dos aguas, y estas con el tiempo irlas haciendo á la medida apuntada 9 si por el presente no se pudieren acabar en aquella forma,

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Los aposentos para servicio del presidio contendrán el larde las dos cortinas de hácia la mar, dejando entre ellos y el terrapleno de la frente de tierra, una plaza capaz por plaza de armas, conforme al presidio de los doscientos soldados que en cada una se pretende sustentar,

La cortina de hácia la mar abierta, ó mar del norte hágase con su groseza de muralla en los cimientos de siete pies, y con su escarpa muy escarpada hasta el altor de cuando llegase da pleamar, y lo demas vaya la muralla á plomo ; y detras de ellos unos contrafuertes de dos pies y medio de grueso, y distantes uno de otro catorce pies, y largos de seis en ocho pies, con las bóvedas por remate, sin otro terrapleno, pues por alli no es necesario: basta solamente espacio por donde se pueda caminar todo al rededor; tras los contrafuertes se le podrán

arrimar un tiron de casas de doce pies de cuadrado por cada aposento, y el grueso de la pared, si se hiciese, de madera pues entiendo, que de ella habrá abundancia, y será mejor.

Dejado despues una callizuela de diez pies de ancho, se hará el segundo tiron de casas á la misma proporcion, advirtiendo por la parte de la plataforma cortarlas al sesgo para dejar calle ancha desde el baluarte C á la plataforma dicha DY por la otra parte de la cortina de hácia la canal hágase su groseza de fábrica de la misma proporcion, sino que el escarpe sea de cada seis uno hasta el remate del parapeto, y en los contrafuertes de treinta pies de largo, pues habian de sustentar terrapleno, debiendo tenerse en esta cortina el mayor golpe de artillería: el cual terrapleno se dejará de treinta pies de grueso para la reculada della, y tras él déjese una calle de diez pies de ancho; y despues sígase otro tiron de casas, como se hizo de la otra parte, y á estos se les atarán dos corredorcillos de seis pies de ancho, para desde alli comunicar los altos, á los cuales se subirá por los terraplenos, ó por donde fabricando mejor pareciere. Estos corredores servirán tambien para cada soldado tener sus armas al cubierto, y prontas á los rebates.

En el remate de estas dos callizuelas se hará una escalera para desde alli poder subir á los terraplenos, y otras dos se harán en el principio de la plataforma de ambas partes, para desde alli tambien poder subir á los terraplenos, y tambien otra subida se hará en el baluarte del medio C, que sea muy ancha, como se parece en la traza.

Los aposentos ya dichos, arrimados á la cortina del mar del Norte, se comunicarán en lo alto por puertas desde el andamio dicho, que se hará sobre los contrafuertes.

El puente y la puerta principal háganse en el medio de una de las dos cortinas de hácia tierra, donde mejor pareciese con su puente levadiza, y su cuerpo de guardia.

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Un pozo en el otro rincon de la plaza como queda en la planta señalado.

La muralla que se hiciese de la frente de tierra, se hará con los contrafuertes, que lleguen de una parte á otra, para sustentar mejor el terrapleno á la misma distancia entre uno y otro que los demas, y de la misma groseza.

El altor de la muralla sea á lo menos de treinta y cinco pies en el parapeto y escarpado de cada seis uno, y el parapeto de hasta tres pies de grueso y no mas.

La plataforma solamente será de veinte y cinco pies de alto, que son diez menos que lo demas de la muralla, para poder mejor tirar á los navíos.

Casamatas no convienen en tan chicas plazas, pues no se les puede dar la capacidad que es menester para la artillería, y embarazan la plaza, de mas de que el altor de esta muralla no es tanto, que desde la plaza de los baluartes no se pueda defender el plano del foso.

Las vertientes de las aguas de los aposentos dárseles han por donde mejor pareciese, conforme al húmedo de la tierra; y la vertiente de toda la plaza se le dará en el principio de la plataforma, porque se vaya hácia la mar por alli.

El recuadramiento de los siesgos de los aposentos, que vienen á las rinconadas, podrán servir por magacenes y otros servicios, ó para mayor comodidad de capitanes y oficiales.

Si se pudieren hacer sótanos, como lo entiendo, hacerse han donde fuesen mas cómodos debajo de los aposentos para mayor salud, como el sitio lo pidiere.

Otra cosa no se me ofrece, pues en la traza B va el pitipie, que es el que explica; y observando se verá todo señalado, pues la otra es de proporcion mas chica.

En cuanto al ejecutar estos dos fuertes tiene Pedro Sarmiento hecha una menuda relacion sobre ello, á la cual conviene remitirse, pues es plático de la tierra; y como dice que allá se tendrá copia de madera de toda suerte, estando á doce leguas de alli, y que viene en siete horas por barcas, barcas, y tambien hay piedra que se puede cortar de los arrecifes, alli vecinos, ó de las montañas, aunque algo lejos, y la cal tambien se tendrá muy buena: todo consistirá en la made manera que nualidad y aparejo de herramientas y pertrechos, conforme á como lo tiene apuntado, y por esto tiene acordado de llevar desde acá canteros, y de Caboverde negros; y dice que allá los indios haciéndoles buen tratamiento, irán á trabajar en cantidad.

El fuerte señalado B, que es de mayor capacidad por estar hecho en mas chico pitipie, rodea mil quinientos veinte pies, pero la groseza de su fábrica, computados cimientos y remates, será de seis pies; y su altor de treinta y cinco á ciento ochenta pies por cada tapia, como se acostumbra acá en Madrid, serán tapias mil setecientas veinte y tres, sin las ca sas, contrafuertes, terraplenos y fosos; y cuando se quisiese de forma mas chica, iria menos fábrica, mas por la cantidad del presidio no se sufre de menos grandeza. A la costumbre de la fábrica de por acá, importará lo sobredicho algunos doce mil ducados, y en todo su cumplimiento algunos seis mil ducados mas, ó poco diferente. Tiburcio Spanoqui.

2.

Aviso del secretario Juan de Ibarra á Felipe 11 de lo que acordó la Junta de Guerra acerca de las fortificaciones de la Havana,

Señor. El memorial que V. M. me envió, y vuelve aqui, del sargento mayor Lázaro Luis Iranzo se vió en la Junta de la Armada, como V. M. lo mandó, y habiéndose ordenado que Tiburcio Spanoqui y él viesen los modelos y trazas qué hay aqui de la fuerza de la Havana, y se enterasen de todo particularmente, lo cumplieron asi, y Tiburcio emendó algunas cosas, y para declararse mejor hizo una tracilla y una relacion, que todo irá con esta, y con la planta y trazas que envió Baptista Antonelli á mi poder, para que V. M. se pueda satisfacer mejor de todo que toca á esto.

lo

En la Junta se ha visto todo muy particularmente en presencia del ingeniero y sargento y de D. Pedro de Ludeña, que fue llamado como persona que estuvo en la Havana muchos meses, y pudo advertir bien á todo; y ha parecido que en cuanto á lo que el sargento dice en el primer capítulo de su papel hay conformidad en todos, no solo de los de acá, mas tambien de Baptista Antonelli, porque en el modelo que se ha traido hecho como ha de estar cuando se haya acabado la fuerza, viene levantada aquella cortina ó lienzo: solo se añade que se haga con brevedad.

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Todo lo que en aquella fuerza del Morro advierte Tiburcio ha parecido bien por las razones que dice su parecer, porque conforme al modelo y á la traza que vino de la Havana, no queda plaza de consideracion en la fuerza, y las calles son angostas, y conforme al compartimiento de las casas, se juzgan por no bien sanas, y el terrapleno por no necesario, donde no

TOMO III.

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Parece á propósito lo que advierte Tiburcio, y asi se escriba allá, po

niéndoselo en consideracion á Don Juan Maldonado y

á Antonelli, para que en lo que mas se pudiere se conformen con ello, especialmente en lo que estuviere

por

comenzar, pero no les atando del todo las manos, pues están sobre la obra.

Está bien. Es asi que estaria mejor la plata adonde aqui se dice, que en las casillas, pero que mire primero si estaria mas guardada que en otra parte en el castillejo de dentro del lugar, y estándolo se ordene.

Está bien, y asi

se escriba

Apúnteseles esto, remitiéndoselo con comunicacion de D. Bernardino, como se dice.

puede haber batería como en aquella parte, y de la manera que Spanoqui acomoda aquello se tiene por mejor, y parece que se debe ejecutar aquello, pues no está hecha cosa alguna en ello.

Tambien se tiene por mejor que la muralla de hácia la mar sea derecha, como va designada en la traza de Tiburcio, y que se quite el orejon, pues no sirve del efecto que suelen, y se excusa costa, y se desembarazará sitio; y en todo esto está por poner mano agora; y que se puede ordenar que se haga primero lo que tiene mas peligro, como lo advierte Tiburcio.

A muy mal recaudo suele estar la plata en la Havana repartida por las casillas del lugar, y con mucha gente que la guarde, y haciendo excesivas costas á los dueños de ella; y para remedio de esto ha advertido Tiburcio, que debajo de la fuerza del Morro y de su artillería se podrian hacer unos magacenes, como van designados en su traza, donde se pudiese recoger y guardar mejor toda la plata, desembarcándola de los navíos. Tambien ha parecido que este seria buen remedio, y que podria remitir allá al gobernador é ingeniero para que no se presentando inconvenientes de consideracion, se ejecute.

En cuanto al fuerte de la Punta, de que hace relacion el sargento en el segundo capítulo de su memorial, ha parecido que lo que el ingeniero apunta se debe hacer, porque como agora está la gente, enfermaría, y iria alli de mala gana, y que conviene se remedie luego.

La trinchea ha parecido que es peligrosa, y que el enemigo se podria aprovechar della mas que los de la Havana, pues no se le puede estorbar el desembarcar la gente por aquella parte, y que no conviene se prosiga; y que se podria encomendar á D. Bernardino de Avellaneda, que los dias que alli se detuviere vea todo particular

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