1588. ADICIONES. Aunque se ha nombrado alguna vez en esta obra á Pedro del Yermo ó de Liermo, que es lo mismo, no hemos dicho lo que de él consta. Fue sobrino y discípulo de Juan de Herrera, con quien estudió las matemáticas y la arquitectura, por lo que el Señor Felipe 11 le nombró su criado en cédula fecha en S. Lorenzo á 22 de agosto de 1579, señalándole cien ducados de entretenimiento al año, para que con aplicacion ayudase á su tio en lo que le mandase. Era mozo de lucimiento y buena disposicion, pues que Herrera se servia de él para que hablase en su nombre á los secretarios de Estado en sus solicitudes. Despues de la muerte del tio, de quien fue albacea, mereció que el Rey le confiriese la plaza de aposentador mayor de palacio y el hábito de Santiago. Casó con Doña Isabel de Herrera, mayorazga de los vínculos de la casa de Maliaño, de la que descendia Juan de Herrera, y falleció el año 1641. Despues que Facio Bursoto, uno de los primeros arquitectos hidráulicos de Felipe II reconoció en Málaga de su real orden el sitio mas á propósito para construir un muelle, y despues de haberle informado con presencia de los planos que habia levantado, mandó S. M. por cédula fecha en Aranjuez à 8 de mayo de 1587 se comenzase la obra. En 1.o de enero de 1588 se sentó la primera piedra, que bendijo D. García de Haro, obispo de aquella ciudad, en el lado de oriente, camino de Velez-málaga: autorizaron este solemne acto el cabildo eclesiástico, el corregidor con el ayuntamiento, la nobleza, mucha gente del pueblo y los extrangeros con repique general de campanas y salva de artillería. Se nombró por director general de la obra al mismo Bursoto; y despues de su muerte siguió con este encargo su hijo Francisco Bursoto hasta que se desapareció de Málaga, por estar sindicado de introductor de moneda falsa en el reino. Era este muelle muy famoso el año de 1624, sin embargo de no estar concluido cuando pasó á verle el Señor D. Felipe IV, y en 1625, cuandó ancló en él la armada real de España, que mandaba D. Fadrique de Toledo. Se empezó á construir la punta occidental para cerrar el semicírculo en II de diciembre de 1655; pero como no se hubiesen tomado bien las medidas, se mandó parar la obra. Quiso Felipe v que siguiese en 1719, pero volvió á parar en 1723. Tenia entonces ciento cuarenta y ocho varas de largo y treinta y ocho de ancho; y asi estuvo hasta 1.° de de marzo de 1780 en que se principió el muelle nuevo bajo la direccion de D. Bartolomé Turut, ingeniero en gefe, á quien sucedió D. Jorge Próspero Verbon, ingeniero general, que solamente dirigió la zarpa; y le concluyó el ingeniero de este puerto D. Joaquin Villanova y otros. Tiene ahora trescientas cuarenta y ocho varas de largo y un magnífico desembarcadero, que se construyó en 1785; y contiene una fuente muy abundante con su esplanada para hacer la aguada. Otras obras se construyeron despues en este sitio, como son casas, almacenes y un delicioso paseo, que son de gran provecho y adorno á la ciudad. Cristobal de Rojas (que no sabemos si era el famoso capitan ingeniero del Rey del mismo nombre y apellido que escribió sobre la teórica y práctica de fortificacion) residia con grandes créditos en la arquitectura en Cádiz el año de 1588. Fue llamado entonces para ir á Málaga á examinar y reconocer la obra del coro de aquella catedral que se ejecutaba, y dió su parecer con otros profesores. Ya se ha dicho en una nota al artículo de Juan de Ribero Rada el júbilo con que se comenzó á tratar en Salamanca el año de 1588 de proseguir la obra de la catedral, que estaba parada por falta de medios desde el de 1585. Entonces el cabildo con fecha de 24 de setiembre acordó llamar al maestro Juan Andrea, vecino de Cuenca, y maestro mayor de ciertas obras que dirigia en Alcalá de Henares, para ver y examinar las trazas y modelos que estaban hechos. Entró en la sala capitular el dia 26 de octubre del propio año, y habiéndolo reconocido todo, se le mandó que poniéndose de acuerdo con los canónigos diputados, lo que 1589. dispusiesen se llevase al inmediato cabildo. Hízose asi, y evacuada su comision à placer de todos, se le libraron cien ducados en 4 de noviembre, por el tiempo que alli se habia detenido, y por los diseños que habia hecho, segun todo consta de los libros y cuentas de aquella santa iglesia. De Martin de Vergara, dicen las actas de esta misma catedral de Salamanca, que era maestro de las obras de Toledo en 1588. No sé si equivocarán el nombre con el de Andres de Vergara, que trabajaba antes de 1586 en el palacio de Aranjuez, ó con el de Nicolas de Vergara el mozo, que era entonces maestro mayor de la santa iglesia de Toledo, porque no se encuentra el de Martin en los papeles del archivo de esta catedral, ni entre los de la junta de Obras y Bosques, que tratan de las que por aquel tiempo se construian en el alcázar de aquella ciudad. Lo que no tiene duda es que el tal Martin estaba acreditado en España de buen arquitecto, pues que el cabildo de la iglesia de Salamanca, tratando de proseguir la obra de la catedral que estaba parada, mandó llamarle y á Juan de Ribero Rada en II de noviembre de 1588, para que diesen su parecer sobre el modo de verificar el proyecto. Tambien acordó en 17 de diciembre del mismo año se consultasen con él y con Juan de Herrera, maestro de las obras del Rey, las trazas que estaban hechas para comenzar á seguir la dicha obra. El acompañarle con tan grandes maestros para un examen de tanta importancia, si no prueba que Martin era otro como ellos, al menos manifiesta que era muy inteligente en el arte, y que tenia nombre en el reino. Por los años de 1589 se construia la capilla del colegio que tienen los monges gerónimos en Salamanca. Hablando de ella el P. Sigüenza en el tomo II de la historia de San Gerónimo dice lo siguiente: » Tiene muchas cosas de talla: » yo me acuerdo le rogué mucho al maestro de la obra que » no la echase, y no aprovechó con él, y pudo mas su au»toridad con quien pudiera estorvarlo que no mi parecer; "y en verdad que estuviera mejor sin ella y ahorrára tiem»po y dineros." Esto manifiesta el buen gusto del P. Sigüenza en la arquitectura, y que hasta en aquel buen tiem po hubo artistas preocupados, cuyas obras harán dudar á los inteligentes que hayan sido ejecutadas en tan ilustre época. Martin Infante era maestro mayor de las obras del al- 1590. cázar de Sevilla el año de 1590, cuando dió su parecer junto con Juan de Minjares, que lo era entonces de la casa lonja de esta ciudad, y con otros profesores sobre el modo de cubrir la iglesia del hospital de la Sangre. Está copiado el parecer en los Documentos núm. x1, 2 entre los de Minjares. Francisco Martin, de la orden de los premostratenses, comenzó en el año de 1590 á construir la iglesia y convento que los padres de esta misma orden tienen á media legua de Ciudad-Rodrigo. Toda la obra es de sillería, y la iglesia tiene una cúpula elegante, que no se concluyó hasta el siglo XVIII. Hay en el cláustro galerías alta y baja, con columnas dóricas en la primera y compuestas en la segunda, que hacen buen efecto. Juan de Ambuesa, natural de Rubielos en Aragon, se distinguia en Valencia por su buen gusto y saber en la arquitectura. Consta en el archivo del monasterio de S. Miguel de los Reyes de aquella ciudad haber trabajado Ambuesa el coro y el arco que le sostenia en la iglesia antigua y la escalera de la sacristía: que estuvo casado con Ursola Gerónima Cátala; y que falleció en 18 de abril de 1590. Toribio Gonzalez trazó y ejecutó el año de 1591 el re- 1591. tablo mayor de los mínimos de Toledo: obra arreglada, sencilla y de gusto. Se le encargó en 1616 toda la de nogal para la capilla de nuestra Señora del Sagrario en aquella catedral; y desde 1622 hasta 1625, en que se le jubiló, sirvió interinamente la plaza de maestro mayor de la misma santa iglesia. El hermano Juan de Tolosa, jesuita, fue hermano del aparejador del Escorial Pedro de Tolosa, de quien ya se ha hecho mencion en este tomo. Hubo de haber estudiado y trabajado con él en las obras de aquel real monasterio, porque siguió el buen gusto de Juan de Toledo. Asi lo demuestran la iglesia y hospital de Medina del Campo, cuyas tra zas hizo el hermano Tolosa. La fachada principal es magestuosa y está bien proporcionada: lo mismo el patio, que consta de setenta y dos arcos en dos galerías alta y baja: la escalera es clara y espaciosa; y lo son tambien las habitaciones del rector y administrador, las salas de los enfermos, las oficinas de la botica y demas piezas del edificio. La iglesia es bella y está adornada sencillamente con pilastras corintias y cornisa del mismo orden, crucero, media naranja y dos capillas en cada lado ademas de la mayor. La misma sencillez y gusto guarda el retablo principal, que consta de tres cuerpos, con seis columnas corintias en cada uno de los dos primeros, y con cuatro del orden compuesto en el último. Fundó este hospital un rico comerciante de aquella villa, llamado Simon Ruiz Embito, como consta de su testamento otorgado en 1591, y de su codicilo en 1597, encargando que se siguiese la obra conforme á la traza que habia hecho el hermano Juan de Tolosa. Se acabó la obra el año de 1619. Francisco Garavelli Antonelli fue natural del lugar de Gaeteo en la provincia de la Romanía en Italia, hijo de Jacome Garavelli y de Catalina Antonelli, hermana de los famosos arquitectos hidráulicos Juan Bautista y Baptista Antonelli, de quienes se ha hablado arriba largamente en sus respectivos artículos. Llamóle el primero á España por los años de 1573, siendo de edad de diez y seis para enseñarle su profesion, como en efecto se la enseñó, llevándole en su compañía á todos los viages que hizo á Navarra, Cataluña, Valencia, Cartagena, Cádiz, Málaga y Gibraltar, recorriendo y construyendo castillos y fortificaciones, especialmente en la conquista de Portugal, donde el sobrino sacaba las plantas y trazas de todo lo que disponia el tio: de manera que llegó á ser un buen profesor en la teórica y práctica de su arte. Por muerte de Juan Bautista, acaecida en 1588, y por haber ido Baptista á América tercera vez en 1589, quedó Garavelli desamparado de sus tios y maestros sin tener en que ocuparse; y en 1591 determinó pasar á la Havana en busca de Baptista Antonelli, que no le habia llevado con |