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é á las damas, ansi en comidas, çenas, almuerços, como en dadivas de telas de oro, de plata, de joyas, piedras, perlas é otras cosas, é traxeron grandes plazeres por aquel camino, grandes requiebros é pasatien pos; é aun podia gozar dellos el Duque, porque no tenia mas edad de quarenta é siete años, porque en la verdad uno de los sabrosos pasatienpos que hay para mançebos galanes, es caminar larga jornada con damas, donzellas é palançianas, de quanto es desabrido caminar con parientas ó mugeres que haya onbre de guardar.

Como el Rey Don Henrrique supo que venia la Reina su muger, salió de Cordova desconocido, é vino á un lugar que llaman las Posadas, é aposentóse secretamente en casa de su enbaxador Don Fernan Lopez de la Orden, é fue á ver la Reina, é estuvo con ella por espacio de quatro horas, donde el Duque le besó las manos, y el Rey se partió desconocido, é matando en el camino un puerco que le tenian los monteros aparejado, enbiólo á la Reina, con que holgó mucho. E como llegaron á Cordova, fue la Reina reçebida con toda aquella fiesta é trionfo que fue posible, ansi por todos los grandes é perlados del reino que alli estavan juntos para las bodas, como por las gentes de la cibdad, é por los en baxadores de Francia é de otros reinos que alli estavan. E la entrada de la Reina fue miercoles XXI de Mayo deste año, aconpañada de tantos grandes é señores como por ventura ninguna Reina en Castilla entró, donde se le hizieron grandisimas fiestas, é los desposó Don Alonso de Fonseca, arçobispo de Sevilla; é pasados tres dias se celebraron las bodas, é durmieron juntos, é segun fue publico é se vió, é la Reina lo dixo, ella quedó tan entera como venia, de que no pequeño enojo se recibió por todos.

CAPITULO DEZIMOQUINTO.

Cómo el rey Don Henrrique é la reina Doña Juana fueron á Sevilla, é del señalado torneo que alli se le hizo, siendo de una partida Don Juan de Guzman duque de Medina, é de la otra el marques de Villena.

El Rey se detuvo poco en Cordova, é fuese á Sevilla con la Reina, donde le fue hecho muy solene reçebimiento; é no avian visto Rey en Sevilla dende el tienpo del rey Don Henrrique el Tercero, que dixeron el doliente; é alli les hizo el duque de Medina Çidonia muchos servicios, grandes fiestas é regozijos, ansi de justas, juegos de cañas y toros, como de todos los otros pasatienpos que pudieron ser inventados, señaladamente un torneo de çien cavalleros, cinquenta por çinquenta, en que fue de la una parte Don Juan de Guzman, duque de Medina Çidonia, con los cinquenta de su partida, vestidos de blanco, é la otra partida tenia don Juan Pacheco, marques de Villena, que en aquella sazon era el que mandava al Rey é al reino: é los cinquenta de su partida ivan vestidos de en→ carnado, para lo qual el duque de Medina dió á los de su partida terciopelo blanco para los cinquenta cavalleros, é para cinquenta padrinos, é raso blanco para los pages é mozos de cada uno; é pusose una liça delante de sus casas, á la redonda de la plaça, porque no entrasen otros sino los tiradores; y el Rey é la Reina é las damas estavan en los corredores é ventanas de casa del Duque, porque avian de ser aquella noche sus huespedes; é de la una parte de la plaça estava un estandarte hincado, blanco, con las armas del duque de Medina, é de la otra parte un estandarte encarnado con las armas del marques de Villena; y el torneo se hizo, donde uvo cosas muy señaladas de encuentros de lanças, golpes de espadas é maças; é juzgóse aver

sido el torneo mejor que se avia hecho en vida de los que alli se hallaron, é mas costosos é galanes, todos los mas con cavallos encubertados, é para aquel dia avia hecho traer el duque don Juan unas cubiertas de azero, de pieças de escamas menudos, con sus escudos de armas en muchas partes, é con medallas é figuras que se juzgó ser la cosa mas delicada é polida que en Hespaña se avia visto hasta aquellos tienpos; é aunque estas cubiertas hayan pasado años é orin por ellas, muestran hoy en el castillo de Sanlucar, donde estan, la gran primeza del maestro que las hizo.

El Rey é la Reina çenaron en una mesa, y en otra çenaron el Duque con todos los de su partida, de una parte, é de la otra los enbaxadores é señores cortesanos, porque el marques de Villena çenó en su posada con los de su partida.

Dende este dia en adelante paresçió quel marques de Villena, don Juan Pacheco, quiso conpetir con el duque Don Juan, é si la conpetencia fuera en qual privava mas con el Rey, el Duque diera la ventaja al Marques, porque sien pre los señores de la casa de Niebla se descuidaron en procurar privança con los Reyes, ni oficios en la Casa Real, ni cargos de governaçion en el reino, porque sienpre tuvieron mucho que governar en sus estados y en la cibdad de Sevilla, que la tenian tan sugeta como el duque del Infantazgo á Guadalajara, por lo qual el Duque se descuidó de aquellas conpetencias; mas tuvo cuidado de una cosa, que sabiendo que Miguel Lucas, criado del Rey, era natural de Belmonte, tierra del Marques, é que de su mano lo avia dado al Rey, é aunque onbre de escuro linage, llegó á privar con el Rey tanto, quel marques de Villena lo conportava mal, é por esto el duque de Medina é Don Lope de Barrientos, obispo de Cuenca, que avia sido maestre del Rey, favoresçian á Miguel Lucas,

porque conpitiese con el Marques; é de tal manera le favorescian que estuvo el Rey por le dar el maestrazgo de Santiago, de lo qual el Marques tuvo gran pena, é trabajó con el Rey que se partiese de Sevilla, y el Rey se fue á Madrid, y el Duque se quedó en Sevilla.

En este año murió el Papa Nicolao Quinto, é fue eleto por Sumo Pontifice Calixto Tercero, español, natural de Valençia de Aragon, llamado Alonso Borja, de buen linage é gran letrado; fue primero secretario del rey Don Alonso de Aragon, é por su favor subió al Pontificado.

CAPITULO DEZIMOSEXTO.

Que torna á contar las cosas que acaecieron al Rey y en el reino, dende que salió de Cordova con la Reina hasta el torneo que se hizo en Sevilla, segun lo cuenta otra coronica del rey Don Henrrique, é como el duque Don Juan llevó al rey Don Henrrique á holgarse á las almadravas.

Porque ay dos coronicas del rey Don Henrrique, quarto deste nonbre, escritas cada una de su coronista, y en la una habla unas cosas que en la otra no haze memoria dellas, quise escrevir lo que en este paso dizen anbos coronistas. El coronista Diego Henrriquez del Castillo, que comunmente se tiene por mas aprovada su historia, dize que despues que se casó el rey Don Henrrique en Cordova, vino á Sevilla con la reina Doña Juana, su muger, donde se hizo el torneo del duque de Medina é del marques de Villena, é que de alli se fueron á Castilla.

El otro coronista dize que despues quel rey Don Henrrique se casó é vino á Sevilla fue á Castilla é volvió á Badajoz á se ver con el rey Don Alonso de Portogal é de alli partió para Sevilla, donde dexaron á la reina Doña Juana, é se partió á Eçija para ir á hazer la guerra á los moros, é mandó llamar á Don Juan de Guzman, duque de Medina Çidonia, é á Don Juan Ponce de Leon,

conde de Arcos, é los conçejos del Andalucia, donde se juntaron tres mill ginetes é ochoçientos onbres de armas é treze mill peones: é los grandes que entraron con el Rey fueron el duque de Medina Çidonia, el marques de Villena, el maestre de Calatrava, é los condes de Arcos, de Benavente é de Osorno, é los capitanes Gonçalo de Saavedra é Juan Fernandez Galindo, con los quales entró el Rey en la vega de Malaga, é talaron los panes, é uvo algunas escaramuças, y el Rey, alçando el real, se tornó por la costa de la mar hazia Marbella, é de camino echaron fuego á los panes. E como los moros vezinos de Estepona vieron el humo é supieron que venia el rey Don Henrrique, desanpararon la villa de Estepona, y el Rey entró en ella porque la halló despoblada; é porque el marques de Villena, Don Juan Pacheco, se la pidió, diziendo que la poblaria é defenderia de los moros, el Rey le hizo merced de ella, é de alli vinieronse camino de Gibraltar donde el alcaide della, llamado Aben Comija, moro, salió á besar las manos al Rey con quarenta moros de cavallo é con gran presente de cosas de mantenimiento, é hizole traer muchos moros pescadores que echando las redes en la mar sacaron mucho pescado, lo qual holgaron el Rey, el Duque, el Marques é los condes de ver, é fueron á dormir á la torre de Cartagena, una legua de Gibraltar, é alli vino el capitan de Ceuta en Africa, que era el conde Deudemira (1), que tenia aquella cibdad por el rey Don Alonso de Portogal, que como supo que el Rey de Castilla estava alli, pasó aquellas cinco leguas de estrecho de la mar con una fusta é cuatro caravelas por besar las manos al rey Don Henrrique, el qual se holgó con él é determinó de pasar en aquellos navios á ver la cibdad de Ceuta,

(1) En otros «d'Oudemira.»

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