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leado con los moros todos los dias quel rey de Granada los tuvo cercados é los que sufrieron mucha hanbre é otros trabajos por la guardar, é que en todo esto las otras gentes que vinieron á los socorrer no avian trabajado ni uvieron aventura, salvo solamente que se dispusieron por los socorrer, á lo qual eran obligados como xpianos.

Las gentes que traxo el duque de Medina al socorro, dezian: «A nosotros nos pertenesçe, no solamente parte, mas todo el despojo que ansi es avido, porque quantos mayores trabajos é peligros vosotros uvistes, tanta mayor gloria á nosotros se deve imputar, como á personas que á vosotros é á ello libramos de muerte é perdiçion. Verdad es que ganastes este despojo; pero para vosotros ello era perdido, porque no lo podiades salvar, é nosotros con nuestra venida lo recobramos, é como cosa por vosotros perdida é por nosotros de nuevo ganada, nos pertenesçe.«Basteos, dezian ellos, que aviendo conpasion del peligro en que estavades aventuramos nuestras personas é hizimos gastos de nuestras haziendas por vos socorrer; é si batalla é recuentro no uvimos con los moros, no se puede dezir que quedó por nosotros, pues los venimos á buscar por vos salvar; y es de considerar el fin en todas las cosas, especialmente en las guerras mucho mas que en los principios de este fin, del interes que por causa dél uvo; nosotros devemos ser principales, pues fuimos el efeto final por donde se acabó de ganar. E ¿qué ingratitud, dezian ellos, puede ser tan grande que niegue dar parte de los bienes á los que les salvaron las vidas?»>

Sobre esta materia los unos é los otros tentados gravemente de la codicia, raiz de semejantes turbaciones, estavan en tanta discordia que se aparejavan á las armas.

El duque de Medina, visto el daño que de aquella quistion se esperava, apartó á los suyos é mandóles que

no demandasen parte de aquellos bienes, é dixo á los otros que venian por su sueldo que estavan mas puestos en la codicia: «Pregunto os yo, cavalleros, qué guerra mas cruel nos harian los moros que la que el dia de hoy quereis hazer á los xpianos. Por cierto, si venimos á dar vengança á nuestros enemigos, é perdiçion á nuestros amigos, deveis de insistir en esta demanda que hazeis; pero aquellos que tuvieren respeto á Dios é á la virtud, pospuesto el interes, aunque se ayuntase, deven de dexarse dello en tal tienpo por escusar tan grande inconveniente como se siguiria desto.»>>

«Nosotros, dixo el Duque, no venimos aqui á pelear con los xpianos en favor de los moros, mas venimos por servicio de Dios é del Rey é de la Reina á salvar de poder de los moros á nuestros hermanos los xpianos. Ni menos venimos con proposito de ganar bienes syno de salvar animas. Esta fue nuestra yntinçion, é pues á loor de Dios es cumplida, en lugar de le dar gracias no demos pena á nosotros, é gloria é plazer á nuestros enemigos. Aqui, dixo el Duque, ha de vençer la manifiçencia á la codicia, é la caridad al escandalo, que el diablo enbidioso de vuestra virtud procura para nuestra perdicion. Yo vos ruego que les dexemos sus despojos, porque si sus trabajos dieron á ellos aquellas riquezas, los nuestros han dado á nosotros mayor onrra, pues se las dimos juntamente con la vida."

Vista la voluntad del Duque, todas aquellas gentes se dexaron de aquella demanda, é çesó aquel escandalo que entre ellos se encendia. E ansi todos juntos se vinieron hasta Antequera, donde se començaron á derramar las gentes, cada uno para su tierra, y el duque de Medina se vino á Sanlucar, donde estava la duquesa Doña Leonor de Mendoça, su muger.

El Rey é la Reina le escrivieron loandole é agrade

çiendole el servicio que á Dios é á ellos avía hecho en aquella jornada, y el buen enxenplo de virtud que en hazerla avia dado.

CAPITULO VIGESIMOSEXTO.

De cómo el rey Don Fernando é la reina Doña Isabel començaron á conquistar el reino de Granada.

Quando el rey Don Fernando é la reina Doña Isabel que estavan en Medina del Carpo, supieron la toma de Alhama, partió el rey Don Fernando á todo el andar que le fue posible, é vino al Andaluzia hasta el Ponton de Don Gonçalo, que es sobre el rio de Guadaxenil, por se hallar en el socorro de Alhama; pero no uvo lugar porque el duque de Medina estava ya en el reino de Granada: é porque no tuvo el Rey gente con quien yr se tornó á Cordova, donde luego vino alli la Reina y envió aviendo a perçebido á todos los del reino para la guerra que querian hazer á los moros, é quedando en Castilla el almirante Don Alonso Henrriquez para tener la governaçion de aquellas partes; é supieron como el rey de Granada tornó sobre Alhama con gran poder de moros, é Diego de Merlo, é Don Martin de Cordova é Hernan Carrillo, capitanes, defendieron la cibdad, y el rey Don Fernando fue á basteçer á Alhama: salieron con él el cardenal de Hespaña, Don Pero Gonçales de Mendoça y Don Alonso de Aragon, duque de Villahermosa, hermano bastardo del Rey; el condestable Don Pero Fernandez de Velasco, Don Luys de la Cerda, duque de Medinaçeli; Don Iñigo Lopez de Mendoça, duque del Infantazgo; Don Beltran de la Cueva, duque de Alburquerque; Don Rodrigo Giron, maestre de Calatrava; Don Rodrigo Ponce de Leon, marques de Cadiz; Don Diego Lopez Pacheco, marques de Villena; el conde de Cabra, el conde. de Treviño, que despues fue

duque de Najara, Don Alonso Tellez Giron, conde de Ureña; Don Iñigo Lopez de Mendoça, conde de Tendilla; Don Diego Hurtado de Mendoça; su hermano, obispo de Palençia, que despues fue arçobispo de Sevilla é patriarcha de Alexandria, y el conde de Cifuentes é Don Gutierre de Sotomayor, conde de Belalcaçar, é Don Henrrique Henrriquez, mayordomo mayor del Rey; Don Alonso de Cordova, señor de la casa de Aguilar; Don Gutierre de Cardenas, comendador mayor de Leon, padre del duque de Maqueda, que hoy es.

Con todos estos entró el Rey en tierra de moros, que eran ocho mill de cavallo é diez mill peones, é fue á Alhama é bastecióla; é sacando de alli á Diego de Merlo, dexó en ella por capitan á Luis Hernandez Puertocarrero, señor de Palma, é á otros capitanes; é dexando en ella el bastimento nescesario para tres meses que avia llevado en quarenta mill bestias, é haziendo algunas talas en tierras de moros, se tornó á Cordova, donde mandaron hazer una gruesa armada que guardase la costa y el Estrecho; é no contento con lo que avia hecho con los grandes del reino que ya dixe, fue á cercar la cibdad de Loxa, que era de moros, donde aviendo estado cinco dias levantó con perdida su canpo de sobre Loxa, é con muerte del maestre de Calatrava é de otros.

Como el rey de Granada supo que el rey Don Fernando avia, sin efetuar su demanda, tornadose á Cordova, vino con los mas moros de pie é de cavallo que pudo sobre Alhama tercera vez, é dióle tan bravos conbates que la puso en mucho aprieto; pero fue socorrida del rey Don Fernando que con seys mill de cavallo é diez mill soldados, é veynte é cinco mill bestias, cargadas de bastimentos, fue á Alhama á la socorrer é bastecer, donde despues de aver hecho levantar su canpo al rey de Granada, descargó de la tenencia á Puertocarrero, é dióla á Don Luys

Osorio, arçediano de Astorga, que despues fue obispo de Jaen, é despues quel Rey uvo hecho daño en tierra de moros, tornóse á Cordova donde estava la Reina.

Los moros hazian ansimismo daño en tierra de xpianos, especialmente tomaron é saquearon la villa de Cañete, é llevaron todas las personas que dentro hallaron.

En el mes de Junio deste año de 1482 parió en Cordova la reina Doña Isabel á su hija Doña Juana.

En esta sazon se levantó discordia é division en el reino de Granada, porque el Rey moro cortó las cabeças á Jos abençerrajes (1), personas de gran valor entre los moros, por lo qual los deudos de los muertos alçaron por Rey á un hijo del Rey moro llamado Muley Baudeli, el qual se apoderó de la cibdad de Granada, y el Rey su padre se retraxo á la cibdad de Baça.

En este año de 1483 dieron el Rey é la Reina titulo de duque de Najara al conde de Treviño, del linaje de los Manrriques, é hizieron asistente de Sevilla al conde de Cifuentes, y echaron enprestito general para la guerra de los moros, y el Papa dió su bulla para que los maestres, comendadores y estado eclesiastico diesen çierta suma de florines en subsidio, y envió otra bulla de cruzada donde se sacó gran suma de dineros, é por las diferencias que uvo entre el conde de Benavente y el conde de Lemos sobre la herencia del condado de Lemos, fue necesario quel Rey los fuese á poner en paz é castigar los delinquentes.

En este año de 1483 años, estando el duque de Medina Don Henrrique de Guzman en la su cibdad de Medi

(1) Eran los abencerrajes oriundos de Córdoba y descendientes de un célebre guacir de los califas Umeyyas, llamado, Ebn Serrách, de donde les vino el nombre de Beni Serrách y el de Abencerrajes que les dieron los nuestros.

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