Jugaba á primera, Mas despues que ví Que érais todas sotas Descartéos de mí: Pedíaisme siempre, Yo necio de mí
Partia la capa
Como San Martin.
¡Cuántas buenas noches Dejaba el dormir Por rondar la calle De mi Aldonza Gil! Llamaba á su puerta, No me queria abrir, Teniéndola abierta Para otros cien mil. Al fin ya cansado De tanto sufrir, Aunque fue muy tarde Mi mal conocí Sulcaba en borrasca, Y el Santelmo ví Saliendo á buen puerto Con mi bergantin.
Ya no cojo flores Como en otro Abril, Ni celos me quitan El dulce dormir. Ya no voy mirando Lazos de chapin, Porque algunas veces Desde ellos caí; Ya una fregoncilla, Como un peregil, Es de mis cuidados Alivio sutil: »
De noche á su puerta Tango un matachin, Y apenas le oye Cuando sale á abrir: Llévame á su cuarto, Donde de un pernil Corta rebanadas A lo pastoril.
Aquesta es mi historia, Como ahora lo oís, Escrita por ruegos De una fregatriz.
'Yo don Gato coronel, Mozo astuto y diligente, Querello criminalmente De Francisca y de Isabel,
De vuestra casa criadas, Y contando mis querellas, Digo que ambas á dos, ellas En mi daño conjuradas,
Con piedras, platos y palos De la cocina me arrojan, Ya me desloman, ya encojan, Dándome mil ratos malos.
Échanme de la despensa, Adonde andan á montones Cucarachas y ratones Que os son de mayor ofensa.
Los cuales con mi mayar Huyen con terror y espanto: ¡Pues ved si á quien puede tanto Será justo maltratar!
Que menor inconveniente Es que coma yo un bocado, Si lo hallo á mal recado Por la moza negligente,
Que no que á la mesa salga De los ratones comido, Sucio, hediondo y roido Sin que el mas lavarlo valga.
Forme el ignorante quejas, Diga de mí á su placer, Que del raton es roer, Si puede hasta las orejas. Demas que á los edificios Desbarata y contramina; Siempre vereis que se inclina A dañosos egercicios.
Cómeos la cebada y trigo, Y aun segun entiendo y hallo, Engorda vuestro caballo Si á sus piensos soy testigo.
De otras mil utilidades Soy, señor, en vuestra casa; Mas dicen quien no las pasa No siente necesidades.
Guardoos la ropa y vestidos; Y lo que con este daño, Señor, no os durára un año, Os dura cuatro cumplidos.
Estos bárbaros bestiales, En cuyas lenguas perezco, No mirarán que parezco Al rey de los animales.
Advertid, señor, os ruego A estas justas peticiones, Y entendidas las razones No perturbeis mi sosiego,
Que estas traviesas sirvientes Me dan tanta batería, Que es verdad que aun no querria Que me viesen mis parientes. Y no entendais que soy solo, Señor mio, el comilon, Que ellas en mi ayuda son, Y en todo hay su trampa y Échanme la culpa á mí De cualquiera mal recado: Quebrar por lo mas delgado La soga, siempre lo vió;
Y sabe Dios si entra alguno En la cocina, señor,
A quien no dan lo peor
Ni se parte de ella ayuno. (duermo, Que aunque ellas piensan que Metido entre la ceniza, Veo lo que se desliza, Y cuál pie tienen enfermo. En quebrando la olla ó plato, Aunque yo una legua esté, Sin por qué ni para qué La culpa ha de ser del gato;
Y aunque otros gatos estraños Quiebren, rompan y deshagan, No hay temer que mal les hagan, Que yo he de pagar sus daños. Yo os limpio vuestro aposento De estas inmundas, prolijas, Y asquerosas, sabandijas. Que con mi vista ahuyento.
Lo que pueden imputarme Hablando con reverencia,1) Será de alguna correncia, Que yo no quiero abonarme; in Pero será bien que digan Que lo cobijo al momento, Por no os dar desabrimiento Cosas que á algunos obligan.
Y cobíjolo tambien, Porque en oliendo el raton Mi estiercol, en conclusion Huye de ello con desden.
Todas las uñas me quiebro Por ser tan negro mirado, Y en lugar de ser premiado Suelen darme en el celebro.
Por las cuales causas pido Mandeis á las ya nombradas, Que no sigan mis pisadas Ni me traigan tan corrido.
Que haber yo nacido en casa Y tambien Zapi romano Mi padre, gato lozano, Y mi madre Pelirrasa,
A quien quiso sumamenté Mi señora la mayor, Tratándola con amor Por ser mansa y obediente, Parte alguna debia de ser Ya que no para halagarme, Para no vituperarme Ni dejarme padecer.
Pero lo mas ordinario. Es que al hijo desaplace t Lo que en vida el padre hace, Esto en el hijo adversario.
Perdonadme que lo digo, Señor, en vuestra presencia, Que tiene alguna licencia El criado y el amigo.
Y comiendo vuestro pan, Aunque poco y con dolor, Me obliga á tener amor Sin mirar cómo le dan.:
Como con otra herencia. Mi padre no me dejó · Mas de lo que busco yo Con mi buena diligencia,mp
Por fuerza he de ser molesto O morir de hambre pura': ¡Ved qué mayor desventura (puesto. Que esta en que el hado me ha
Yo madrugo, yo trasnocho, De descuidos me mantengo, Y cien veces voy y vengo, Y me hallo ayuno y tocho. Ya salto por los tejados, Ya corro por los desvanes, Y al cabo de mis afanes Topo dos huesos mondados, Si ya no es que por ventura Dejó algun tonto al sereno Algun bocadillo bueno, Y esto es vivir de aventura. Pues si á la casa no voy Do fui nacido y criado, Sirviendo con tal cuidado, ¿Dónde he de ir, pese á quien soy? De derecho y de razon Vos habeis de alimentarme, O de vuestra casa echarme Sin ofensa ni lesion:
Que aun para desayunarme Eché hoy la mano al esquero, Y no hallé ningun dinero Con que poder repararme.
Halléme, señor, desnudo, Descalzo, hambriento y helado : ¡Ved qué miserable estado Si á mis astucías no acudo! Porque suplico advirtais, Señor, todas estas cosas, Y á esta
mozas maliciosas
Tiento en sus manos pongais.
Oida la petición, Las mandó el amo llamar,
Do no pudiendo negar Su demanda, en conclusion, Mandólas con rostro esquivo Que de allí adelante el gato Con piedra, asador ni plato Ni otro instrumento nocivo
Fuese de ellas maltratado Con modo alguno de ofensa, Ni fuese de la despensa, Ni de la cocina echado,
Antes entrase y saliese Por tarde, noche y mañana, Por gatera ó por ventana, Por do bien visto le fuese;
Y que las mozas cuidasen De las cosas de comer, Sin pensarse defender Con culpa que al gato echasen; Y señalóle por dia Su conveniente racion, Fuera de la refeccion - Que de su mesa tendria:
Mas que mucho le rogaba Que su oficio continuase, Y la casa le linpiase, Cosa que mucho estimaba. El gato lo prometió Con mucho agradecimiento, En sumo grado contento Del fin que á su pleito dió, Quedando de allí adelante De su señor estimado, De las mozas respetado Por su lenguage elegante. Estimad en mucho al gato, Que merece estimacion, Y dalde lo que al raton, Que os saldrá al fin mas barato.
1. (De Cristobal Suarez de Figueroa.)
Injusta enemiga, Con intento injusto, Solo por su gusto A penar me obliga. Ya de mí se aleja, Ya mi muerte trata, Ya mientras me mata Quejar no me deja.
En mis esperanzas Veo siempre engaños, Engaños con daños, Daños sin mudanza.
Furiosos pretenden Ser mis pensamientos, Vientos y mas vientos Que mi fuego encienden.
Mi ansia secreta Publica que muero, Pues quien es lucero Para mí es cometa. Si viese jay si viese! ¡Ay si viese un dia La tristeza mia, Que mia no fuese! Apacible rama Fruto amargo cria, Brota nieve fria Encendida llama.
Jamas se consuela
El dolor que paso, Pues mientras me abraso Mi dueño se hiela.
De mí lo mas cierto Son ciertos engaños : Soy vivo á los daños, A los bienes muerto.
Mi alma sedienta Por lo que no alcanza, Deja la bonanza, Busca la tormenta. Con rigor estraño A tal punto vengo, Que por gloria tengo Mi prolijo daño.
Doy un Etna hecho Llamas por despojos: Sale por los ojos El ardor del pecho.
De tan triste vida Mi muerte se arguye, Sigo quien me huye, Amo á quien me olvida. Lo que mas deseo Falta cada dia: Lo que no querria Es lo mas que veo.
Entre sombra oscura Veo gustos muertos:
« AnteriorContinuar » |