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Ex Real orden de 27 de marzo del

N

año próximo pasado se dignó V. M. mandarme reconocer los libros de

cen asombrosos, y quedarían en duda, si no estuviesen apoyados documentalmente y en toda forma.

Por otra parte, siendo esta una materia muy extraña á mis estudios y ocupaciones, y en que solo he tomado mano por el conocimiento que tengo de los papeles de oficio, he creido que, para evitar todo error é inexactitud, era el camino mas acertado hablar siempre en boca de los mismos empleados, profesores y operarios de este ramo. Ademas de esto, en cosas de tanta sustancia y utilidad, es no solo dificil, sino casi imposible extractar, sin dejar algo importante por decir.

Tampoco debo omitir que las noticias que se adquieren por sumarios y relaciones ligeras, en especial sobre negocios de esta clase, adolecen muchas veces ó de parcialidad, segun la opinion dél que las redacta, ó de confusion por consultar á la brevedad; y entiendo que en materia tan importante se debe evitar uno y otro, sopena de exponerse á caer en errores. Tiene ademas otra ventaja este método que yo -adopto, y es que los documentos originales ilustran generalmente por incidencia otros muchos puntos accesorios y aun independientes del principal; y como los que se incluyen en este libro pertenecen á una época de sabi

duría y de gloria en España, estoy seguro de que su publicacion y lectura serán utilísimas, -no solo por las noticias capitales que suministran de la materia de que se trata, sino tam-bien por otras muchas que envuelven, y por lo interesante de todo el contesto material de los despachos.

Pero lo que principalmente recomienda esta manera de escribir, es que los diplomas auténticos que forman esta coleccion cierran la puerta á todas las dudas y cavilaciones, y ponen en claro el estado de varios ramos de las artes mecánicas entre nosotros, y los esfuerzos que progresivamente fueron haciendo en el establecimiento de estas Minas, en lo que tiene su interés no desatendible el pundonor nacional. Se ve que, aunque á mediados del referido siglo hubo necesidad de traer alemanes para labrarlas y hacer algunos ingenios, antes de ellos los fabricaron los españoles, superándolos en la afinacion y en otras operaciones; ly que en estas minas y en las de Indias se usaban los hornillos de reverberacion, y el método de sacar la plata con el beneficio del azogue, sin haber tenido que mendigar de los extranjeros estos y otros importantes descubrimientos. Y aun se deduce de los dictámenes y reconocimientos hechos por los capataces castella

nos que la insistencia de los tudescos en querer seguir su ordinario método de atravesar los pozos y abrir minetas horizontales ó travesiegas, como llamaban, pudo ocasionar muchas ruinas de las que sobrevinieron en el establecimiento; cuando en sentir de los nuestros debia en general seguirse el órden y método comun de ahondar verticalmente las Minas. Por este método en el año de 1567 y 1570, habiendo faltado la vena, el capataz Francisco Blanco volvió á dar en ella, hallándola tan rica como al principio del descubrimiento, y tan sólida que casi era preciso romperla con cinceles..

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El propósito pues mas principal de esta obra es poner en claro lo que se hizo en Gua dalcanal mientras la Real Hacienda benefició por sí las Minas, de tal modo y con tal seguridad, que nadie pueda poner duda en ello: acreditar auténticamente su riqueza y abundancia, y contribuir y estimular á que se estudien los aciertos ó errores que hubiese en la labor, y caminar por terreno firme para ver si se puede llegar otra vez á descubrir aquella vena riquísima y otras que es dable estén allí ocultas, y con ellas suplir la penuria de plata.

Para la debida ilustracion y total complemento de esta obra, he formado una breve

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