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1808. 3.676 hombres prisioneros, 442 cañones, 1.661 quintales de pólvora, 1.429 fusiles, 80 esmeriles, 50 carabinas, 505 pistolas, 1.696 sables, 425 chuzos, 101.568 balas de fusil, otras municiones, y copiosos repuestos maritimos cón víveres para seis meses. Los cascos de estos buques tuvieron bastantes averías, causadas, tanto por las balas, co mo por las bombas, de las que habian caido dentro hasta diez, aunque para precaver su estrago habian tendido sobre las cubiertas cables y toda especie de jarcias. La pérdida de hombres fue de 12 muer. tos y 51 heridos, entre ellos un Capitan de navío. Esta victoria hizo que todas las tropas que estas ban en Cadiz y sus inmediaciones, marchasen des de luego á reunirse al ejército que se estaba or ganizando en Utrera, y al que Granada contribuyó tambien con sus socorros. Este Reino habia erigido su Junta con independencia de la de Sevilla, aunque obraba de acuerdo con ella, y des plegando una actividad no menor que aquella, en pocos dias logró ver organizados seis batallone's bajo la direccion del General Don Teodoro Reding, y continuando de este modo llegó á poner sobre las armas, con los cuerpos nuevos que levantó y los cuadros que completó al pie de guerra, 33.300 infantes y 3.060 caballos, los que con el tiempo, y segun se fueron formando, salieron para los puntos que exigian las urgencias de la

guerra.

Nada es comparable á la actividad que reinaba en Utrera en la organizacion del ejército. Diez y seis dias fueron bastantes para crear, como por

encanto, un ejército lucido, adiestrarle y llevar 1808. le á combatir con los vencedores de toda Europa.

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El 9 de Junio el General Castaños', á quien la Junta de Sevilla hemos dicho que confirió el mando del ejército, se hallaba en Carmiona acompañado del Presidente de la Junta Don Francisco de Saavedra y habiendo dispuesto que en aquel punto se situase á las órdenes del Brigadier Marques de Coupigui una vanguardia de 4.500 hombres, estableció el cuartel general de asam blea en Utrera, resistiendo con la mayor firmeza las murmuraciones y el ímpetu del paisanage y de los nuevos soldados que intentaban mar➡ char al encuentro del enemigo, lo que se propuso no permitir hasta que el ejército se hallase completamente instruido. El 26 de Junioavisado por el General en gefe, marchó el Presidente de la Junta suprema á Utrera para pasar revisťa al ejército antes de salir á campaña, como se efectuó en el campo de la dehesa, inmediato á la población. Las tropas evolucionaron por batallo nes y en línea, y tanto en los movimientos como en el manejo del arma y en los 'fuegos, manifestaron la mayor destreza. Admirable es que en tan breve tiempo hubiese podido formarse é instruirse ejército tan numerosos, cuyos dos tercios de fuerza eran de inespertos paisanos; pero ocho horas de ejercicio por dia, y todos los momentos ocupados por el infatigable Castaños en organizarlo; igual actividad y anhelo en los que obedecian, que en los que mandaban, en los suministraban los medios, que en los que los em

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1808. pleaban; el órden mas admirable presidiendo á todo en el momento del peligro, al paso que la tranquilidad de ánimo; y la confianza universal en los medios y en la justicia de la causa, de la patria, produjeron la alegría y entusiasmo del soldado, y allanaron insuperables dificultades.;

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La Junta suprema de Sevilla suministraba cuantos medios estaban á su alcance; y estos, manejados por manos integras y puras), se utilizaban todos con un celos y desinterès el mas estraordinario. Con el vestuario completo de un soldado, se habilitaban y vestian dos; el uno usaba los calzonės, casaca y sombrero, y el otro los pantalones, chaqueta y gorra de cuartel: por fortuna la estacion no exigia abrigo de un cor reage se hacianidos, el uno llevaba la bayoneta en la cartuchera, el otro en el porta-bayoneta. Nó alcanzando las cartucheras y cananas que dé pronto se hicieron, sè suplieron con saquillos de lienzo, no faltando fusilés y pólvora que se fabricaba en Sevilla, y ademas la suministraban abundantemente los ingleses que comisionaron para la distribucion de estos auxilios al Capitan de caballería Witingam. Por este mismo tiempo desembarcaron en el Puerto de Santa María seis mil hombres de aquella nacion al mando del General Spenzer; pero no se creyó decoroso á la española hacer uso de estas tropas auxiliares, mientras los apuros no llegasen al último estremo. El ejército español, aun despues de incorporada en él la division de Granada, no pasaba de treinta mil infantes y dos mil y quinientos ca

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ballos, igual casi en número pero inferior en calidad al del enemigo, el cual ascendia á 24.000 soldados aguerridos y acostumbrados á llevar á todas partes la victoria en la punta de sus bayonetas.

A la revista del ejército español precedió una reunion en casa del General en gefe de los gefes y oficiales principales de su estado mayor, y á presencia del Présidente de la Junta suprema se manifestaron los estados, noticias y reconocimientos, y cuantos datos podian desearse para cimentar un acertado plan de operaciones, y en su vista se acordó que siendo necesario tomar la ofensiva, era indispensable hacerlo con todo el fruto posible, procurando acosar por todos lados al enemigo, cortarle las comunicaciones y vivemaniobrar con fuerzas por su retaguardia, é impedir la reunion de los refuerzos que esperaba de Madrid, y en caso de que el General Dupont permaneciese en posicion adelantada, procurar interponerse entre su ejército y los socorros, atacándole decididamente, aprovechando todas las ventajas que el terreno y el patriotismo de las tropas y de los naturales ofrecian.

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1808.

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1808,

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Dupont se

El ejército de Andalucía entra en campaña.
retira de Córdoba. — Sé situa en Andujar. -Escasez
terrible que esperimenta su ejército. Crítica posicion
en que se halla. Pide socorros á Madrid. — Envia á
Jaen por víveres; y la ciudad se los niega. Saqueo de
Jaen. Evacuan los franceses la ciudad, estipulando
con su Junta la entrega de víveres. El pueblo impidė
la salida de los víveres. Atacan los franceses nueva-
› mente la ciudad. Los habitantes, auxiliados de alguna
tropa, los repelen. Las tropas de Granada se incorpo,
ran con el ejército de Andalucía, Distribucion del
ejército en cuatro divisiones. Se forman dos cuerpos
volantes. La insurreccion general corta la comunica-
cion de Dupont con Madrid.

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* El 29 de Junio se puso en movimiento el General Castaños con su ejército, marchando con el mayor entusiasmo y alegria estos nuevos soldados, cuyo ímpetu habia costado tanto contener du rante el corto tiempo que se empleó en su organizacion. En tanto el General Dupont se mantenia en Córdoba, donde permaneció 10 dias, pesando sobre esta desgraciada ciudad todos los escesos de un ejército desenfrenado. Alli aguardaba la reunion del General Vedel, cuya tardanza le causaba la mas viva inquietud, habiendo recibido en este tiempo la noticia del alzamiento general de la Andalucía y de la rendicion de la escuadra francesa surta en la bahía de Cadiz. Entonces conoció que

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