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nado Conservador, que debian nombrar de las lis- 1799. tas electorales los miembros del Tribunado y del cuerpo legislativo. Los individuos del Tribunado discutian en presencia del cuerpo legislativo los proyectos de ley, y este los votaba despues. Arreglada asi la nueva forma de gobierno, Bonaparte se halló bajo el modesto título de primer Cónsul gefe supremo de la Francia, y proclamando un olvido generoso calmó á todos los partidos, é hizo reunirse en derredor suyo todos los hombres de influencia, afirmó la autoridad vacilante por el ataque contínuo de la revolucion que enfrenó con mano fuerte cortando las disensiones civiles, y dió vida y crédito á la administracion, reorganizando al mismo tiempo los ejércitos, y aumentando las fuerzas de la República.

La escuadra española salió desde Cádiz al mando de Don José Mazarredo, para reunirse con la francesa en Brest; pero apenas entró en este puerto, fue bloqueada por la inglesa muy superior en número. Una contribucion estraordinaria de trescientos millones, impuesta para ocurrir á los gastos de esta espedicion, acabó de exasperar los ánimos, y por su mala inversion no sirvió para cubrir el déficit escandaloso y siempre en aumento de las rentas públicas.

Bonaparte marchó contra las naciones coligadas, y trepando los Alpes con la audacia de Annibal, sojuzgó la Italia con la fortuna y rapidez de César.

La célebre victoria de Marengo acabó de coronar la gloria de Bonaparte. En esta sola batalla

:

1800.

1800. perdió el Austria todo el fruto de las victorias de Suvarov, y quedaron en poder de los republicanos 14.000 austriacos, mas de 40 cañones y 15 banderas. El ejército austriaco quedó cortado, y para recobrar sus comunicaciones, capituló la evacuacion del Piamonte, Genovesado y Lombardía.

La victoria se conservó fiel á las armas francesas: Moreau ganó una batalla en Hoelinden, y arrojó á los austriacos de la linea del Inn: pasó el rio, y amenazó á Viena. El Austria se decidió entonces á concluir una guerra que pu diera serla fatal, y firmó en 9 de febrero de 1801. 1801 la paz de Luneville, por la que se confirmó la de Campo-Formio, cediendo ademas el Archiduque Fernando la Toscana. El 19 de febrero se firmó en Florencia la paz con Nápoles, cediendo este reino la isla de Elba y el principado de Piombino. La paz entre Francia y Rusia se firmó el 8 de Octubre, y el 9 la de Turquía y Francia, quedando deshecha de este modo la segunda coalicion, y en guerra solo con la Inglaterra, que se apoderó en este año de dos navios de linea españoles, sorprendidos de noche en el Estrecho por una escuadra británica, que perseguia al Almirante frances Linois.

Deseoso Napoleon de incorporar á la Francia los estados de Parma, Plasencia y Guastala, poseidos por el Infante D. Luis, propuso al gabinete de Madrid en 1800 cambiarlos por los de Toscana, erigiendo con ellos el reino de Etruria, Nuestra corte, manejada por el capricho de Go

doy, aceptó desde luego, y se firmó en 1800 el se-
gundo tratado de S. Ildefonso, por el que se erigia
á favor de la casa de España el trono de Floren-
cia, dando esta á la Francia el Parmesado, y de-
volviendo la Luisiana, que habia adquirido
en 1763 en tiempo de Luis XV, y cediendo ade-
mas diez de los navios que se hallaban en Brest á
disposicion de la República, que se obligó á soste-
ner y
hacer reconocer por todas las potencias de
Europa al nuevo Rey.

El General español Don Gonzalo Ofarril pasó con una division de 6.000 hombres á tomar posesion del nuevo reino.

en él

Al año siguiente de este ruinoso cambio nuestra corte, sostenida por las tropas francesas, declaró la guerra á Portugal, y el Príncipe de la Paz, al frente de un egército español, penetró por la frontera de Estremadura, tomó á Campo-mayor y Olivenza, y obligó al gobierno portugués á firmar la paz de Badajoz, cediendo á Olivenza; y la adquisicion de esta plaza fue el miserable fruto de los grandes aprestos y sacrificios con que se abrió esta campaña, en que los valientes españoles se avergonzaron al ver que su General, en vez de sangrientos y gloriosos laureles, cogia verdes ramos de naranjas en los jardines de Yelves, y los mandaba á la corte, por lo que muchos la llamaron la guerra de las naranjas.

1801.

La Inglaterra, que era la única que habia que- 1802. dado en guerra con la Francia despues de la coalicion, firmó la paz de Amiens en 27 de Mayo, y

1802. puso fin á la guerra marítima que tanto habia costado á la España, y á cuyos estragos se reunieron los de la peste, que devastaba las provincias de Andalucía.

Por esta paz perdió España la isla de la Trinidad, y Holanda la de Ceylan, conquistadas por los ingleses durante la guerra. La Inglaterra debia evacuar la isla de Malta y reconocer la República francesa y las demas que habia formado Bonaparte.

La Nacion española empezó á respirar con esta paz, que fue de corta duracion. El odio al Principe de la Paz se acrecentaba, y este recibió en esta época la mas distinguida prueba del amor de su Soberano. Fue nombrado Generalísimo de todas las tropas españolas de mar y de tierra. En este año se verificó el matrimonio de Fernando, Príncipe de Asturias, á quien idolatraba la Nacion, con la Infanta Doña Maria Antonia de Nápoles.

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CAPÍTULO II.

Nueva guerra entre Francia é Inglaterra. Los ingleses
atacan á los españoles por mar inopinadamente. Com-
bate de Trafalgar. Napoleon, Emperador de los fran-
ceses. El mismo, Rey de Italia. Tercera coalicion
contra la Francia. Termínase. Desecha la Ingla-
terra las proposiciones de paz de Bonaparte. Cuarta
coalicion. Batalla de Jena. Imprudente proclama
de Godoy. Paz de Tilsit.Cómo recibe Napoleon la
proclama de Godoy. Este le felicita por sus nuevos
triunfos. Godoy es nombrado Almirante.
gran
aleja al Príncipe de Asturias de los negocios cuidadosa-
nente. Sentimiento nacional hácia este Príncipe.
Sistema llamado continental contra Inglaterra.

Se

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Poco brilló la paz: un año transcurrió apenas, cuando la Francia declaró la guerra á la Inglaterra que rehusaba cumplir el tratado de Amiens, volviendo Malta á los caballeros de su órden, cuya isla habia conquistado á los franceses en 1800 con poquísima resistencia. Estas dos naciones, rivales siempre, descendieron solas á la lid: las Repúblicas Bátava é Italiana se unieron á la Francia á poco tiempo, y el resto de la Europa permaneció neutral.

1803.

España deseaba mantener la neutralidad, tan- 1804. to mas, cuanto se hallaba debilitada con las guerras anteriores; pero el ruinoso tratado de San Ildefonso habia ligado para siempre su suerte con la de la Francia. Don Pedro Cevallos, que habia

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